Genios
Vuelvo a ver incontables veces los excelentes documentales de Netflix sobre algunos grandes m¨²sicos del siglo XX. El ¨²ltimo que he descubierto es uno dedicado a Elvis Presley
Mi paciencia navegando por las plataformas desiste de encontrar nada atractivo para los ojos y el o¨ªdo. Vuelvo a ver incontables veces los excelentes documentales de Netflix sobre algunos grandes m¨²sicos del siglo XX. En el XXI no se me ha perdido nada. A la ¨²nica banda que he seguido la pista en este siglo es Wilco, cuyos miembros deben superar ya ampliamente los 40 a?os. Pero los muertos (Sinatra, Coltrane, Miles Davis, Johnny Cash) o los vivos (Dylan, Keith Richards) que protagonizan esos retratos me van a acompa?ar hasta el ¨²ltimo d¨ªa.
El ¨²ltimo que he descubierto en ese g¨¦nero es uno dedicado a Elvis Presley. La imagen que desprend¨ªa este se?or en sus postreros a?os era tan lamentable como las horrendas y ?o?as pel¨ªculas que interpret¨®, pero ocurr¨ªa algo grande determinadas veces cuando se pon¨ªa a cantar. No deb¨ªa de ser muy listo, permiti¨® que su siniestro manager le hiciera multimillonario a costa de que renunciara a las esencias de su arte, pero cuando hac¨ªa lo que quer¨ªa, ocurr¨ªa algo irrepetible. Para completar esta visi¨®n, un amigo me hace ver en YouTube la ¨²ltima actuaci¨®n en Las Vegas de este hombre. Con s¨ªntomas evidentes de estar acabado, sudoroso y puesto hasta las cejas. Da igual. La interpretaci¨®n que hace de Unchained Melody provoca el escalofr¨ªo, es el rugido de un le¨®n majestuoso.
A Orson Welles no se le permiti¨® finalizar su ¨²ltimo sue?o. De eso trata el inquietante documental Me amar¨¢n cuando est¨¦ muerto, que tambi¨¦n exhibe Netflix. Cuenta el interminable, tortuoso y disparatado rodaje de Al otro lado del viento. Welles negaba haber afirmado que tendr¨ªa que morirse para que amaran su obra. Su creatividad y su personaje fueron adorados en vida. Y realiz¨® algunas pel¨ªculas extraordinarias. Otras, menos. Trabajar con ¨¦l debi¨® de suponer un tormento para mucha gente. Qu¨¦ pesada debe de ser la obligaci¨®n de ser genial todo el rato, sin interrupci¨®n.
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