¡®The Mandalorian¡¯ se agota: La Fuerza es muy poderosa, pero no tanto

La saga de La guerra de las galaxias siempre se ha movido en arenas movedizas, a punto de ser devorada por un Sarlacc, esa criatura que acecha en las dunas y que somete a sus v¨ªctimas a una digesti¨®n de mil a?os. Durante el rodaje en el sur de T¨²nez de la primera entrega de la serie, se produjo una protesta de algunos actores, entre ellos Alec Guinness, ante lo que consideraban frases rid¨ªculas del guion. Sobre aquella ¨¦poca, Harrison Ford, que se har¨ªa universalmente famoso gracias al personaje de Han Solo, declar¨®: ¡°A m¨ª la ciencia ficci¨®n no me interesa. Y luchar y corretear por pasillos de naves especiales no me iba nada. La pel¨ªcula, en principio, le parec¨ªa una locura a todo el mundo¡±. No lo era, en absoluto.

Esa mezcla de ciencia ficci¨®n y w¨¦stern, de cine de guerra y rom¨¢ntico, funcion¨® mucho mejor de lo que nadie pod¨ªa imaginar. Varias generaciones conservan entre los recuerdos m¨¢s felices de su infancia el momento en el que descubrieron a R2-D2, C-3PO, Luke Skywalker, la princesa Leia u Obi-Wan Kenobi. Llenaron sus casas de sue?os espaciales, monigotes, juguetes y maquetas del Halc¨®n Milenario.

Desde aquel momento remoto en el que surgieron por primera vez de una pantalla negra los t¨ªtulos de cr¨¦dito amarillos, ¡°Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana¡±, con la m¨²sica sinf¨®nica de John Williams a toda pastilla, hasta ahora, el espacio exterior se ha llenado hasta los topes: de series, pel¨ªculas que ya no se sabe si son continuaciones o precuelas, dibujos animados, personajes estirados como el chicle, combates de naves espaciales, campos de asteroides, duelos de espadas l¨¢ser, malos que a veces resultan risibles ¡ªsobre todo comparados con Darth Vader¡ª, monstruos cada vez m¨¢s grandes y nombres de planetas que han ido perdiendo su poder evocador. De todo ese mogoll¨®n, hasta ahora la pareja que formaban el mandaloriano y Baby Yoda era casi lo ¨²nico que se salvaba, que conservaba algo de la gracia y el encanto de la trilog¨ªa original.

La Fuerza es muy poderosa, pero no tanto. Incluso para ese ni?o que vuelve a descubrir una y otra vez la trilog¨ªa original, como le ocurre al autor de estas l¨ªneas, la tercera entrega de The Mandalorian, que arranc¨® el mi¨¦rcoles en Disney +, resulta decepcionante. No hay nada nuevo, nada sorprendente, nada que cambie la historia de la galaxia. Ni siquiera resulta divertida. Creo que he visto todos los productos ¡ªcuesta utilizar la palabra pel¨ªculas¡ª que han surgido desde que George Lucas regres¨® a la Galaxia con La amenaza fantasma. Incluso, entonces, le entrevist¨¦ en Londres y la vi varias veces, en diferentes cines, hasta que me convenc¨ª de que la magia se hab¨ªa acabado con El retorno del Jedi. Y lo he seguido intentando y he descubierto alg¨²n otro destello en la serie Obi-Wan Kenobi, en Rogue One o la muy extra?a Andor. Pero todas est¨¢n en una galaxia muy lejana de la trilog¨ªa original.

Despu¨¦s de ver la primera entrega de The Mandalorian he regresado al origen, a la escena de La guerra de las galaxias en la que Luke Skywalker contempla el crep¨²sculo en Tatooine, con dos lunas en el horizonte mientras suena la m¨²sica de John Williams. La Fuerza es capaz de devolver emociones y recuerdos de la infancia, una y otra vez, pero me temo que ya no puede dar vida a la Galaxia.