¡®Solo asesinatos en el edificio¡¯ sabe sacar provecho a Meryl Streep
El mejor chiste de la tercera temporada de la serie con Steve Martin, Martin Short y Selena Gomez es que Streep interprete a una actriz fracasada
La frustraci¨®n ha presidido la vida de Loretta Durkin. De peque?a decidi¨® que se dedicar¨ªa a la actuaci¨®n, pero el brillo de los focos no se dirigi¨® nunca hacia ella. Se ha pasado la vida esperando que alguien la descubriera y se preguntara d¨®nde hab¨ªa estado todo ese tiempo. El mejor chiste de la tercera temporada de Solo asesinatos en el edificio es que sea Meryl Streep quien interpreta a una actriz que, por mucho que lo ha intentado, no ha logrado triunfar en su trabajo. Su personaje es otra perdedora solitaria que se une al tr¨ªo protagonistas de la serie que este martes estrena nueva entrega en Disney+ (con dos episodios, a lo que seguir¨¢ uno nuevo cada semana). Loretta, en su madurez, ha llegado a ese momento. El director de una obra de Broadway la escucha y lo ve claro: ?d¨®nde hab¨ªa estado todo este tiempo?
La segunda temporada de Solo asesinatos en el edificio termin¨® con un asesinato¡ fuera del edificio. Justo el d¨ªa del estreno de la obra con la que Oliver (un genial Martin Short) regresa a Broadway, su protagonista muere nada m¨¢s aparecer en el escenario, dejando as¨ª sembrada la premisa de la continuaci¨®n que ahora se estrena. Los primeros cap¨ªtulos de la nueva entrega ¡ªpara escribir este texto se han visto ocho de sus 10 episodios¡ª se mueven entre el tiempo presente y los saltos al pasado para mostrar la preparaci¨®n de la obra y ense?ar de d¨®nde vienen los nuevos personajes y c¨®mo los ya conocidos han llegado hasta aqu¨ª. El espectador asiste a la incorporaci¨®n de las dos principales estrellas invitadas (hay alguna m¨¢s de breve aparici¨®n): Meryl Streep para interpretar a una de las actrices de la obra de Oliver, y Paul Rudd (el asesinado), que da vida a una estrella de cine de Hollywood que vivi¨® sus d¨ªas de gloria en los noventa y que pretende repetir ¨¦xito sobre las tablas. Su arrogancia lo convierte en la v¨ªctima perfecta: cualquier persona de su entorno podr¨ªa haber deseado su muerte.
La serie que protagonizan Martin Short, Steve Martin y Selena Gomez vuelve a gran nivel, aunque marcando un lento descenso progresivo desde su gran primera temporada. Sigue ofreciendo entretenimiento de calidad, con buenos di¨¢logos y escenas de humor f¨ªsico en una producci¨®n de gran nivel. A estas alturas, todo el mundo sabe a qu¨¦ ha venido aqu¨ª. Los espectadores est¨¢n a favor de obra y por eso la serie se puede permitir poner a veces el punto muerto o presentar un caso trufado de pistas falsas que obligan a los investigadores aficionados a caminar en c¨ªrculos hasta que aparece la clave que lo desenrolla todo. Tampoco cuesta perdonar los agujeros de guion ¡ª?matan a una estrella de Hollywood y la polic¨ªa apenas interviene en la investigaci¨®n?¡ª porque, en el fondo, es lo que menos importa, un mero macguffin que permite al espectador pasar tiempo en los pasillos del Arconia con sus protagonistas y secundarios, un grupo de adorables raritos.
M¨¢s all¨¢ del misterio, que se desenvuelve m¨¢s lentamente que en otras ocasiones, esta temporada elige centrarse en el desarrollo personal y emocional de los tres protagonistas. Se pone un poco m¨¢s dram¨¢tica, m¨¢s seria. Charles (Steve Martin), ese actor aferrado a un personaje televisivo que le dio fama, mantiene ahora una relaci¨®n rom¨¢ntica que le da bastantes quebraderos de cabeza. Oliver (Short) tendr¨¢ que rehacer su obra tras la muerte del protagonista para intentar salvar el que iba a ser su gran regreso a las tablas. Y Mabel (Gomez) estar¨¢ esta vez m¨¢s sola que nunca en la investigaci¨®n mientras se plantea qu¨¦ quiere hacer con su vida, qu¨¦ clase de persona es y cu¨¢l quiere ser. Que cada uno est¨¦ centrado en sus asuntos har¨¢ que el tr¨ªo tenga menos secuencias juntos que en otras ocasiones, pero cuando suceden, su qu¨ªmica todav¨ªa sigue funcionando a la perfecci¨®n.
Desde muy pronto, Solo asesinatos en el edificio supo re¨ªrse de s¨ª misma y no tomarse demasiado en serio, rasgo inequ¨ªvoco de inteligencia tanto en las series como en las personas. Las metarreferencias y gui?os al espectador siguen presentes en los nuevos cap¨ªtulos, aunque con menos relevancia que en la segunda entrega. Otro de los motores de anteriores entregas, la pasi¨®n de los protagonistas por los podcasts sobre cr¨ªmenes reales y la producci¨®n amateur que les un¨ªa y que serv¨ªa para parodiar la obsesi¨®n contempor¨¢nea por estos contenidos, tambi¨¦n reduce su presencia en esta ocasi¨®n. Al fin y al cabo, la serie ya tiene entidad de sobra, y conocemos lo suficiente a los personajes, como para necesitar m¨¢s excusas para que nos quedemos enganchados a ella. Adem¨¢s, ?qui¨¦n necesita elementos extra si tiene en su reparto a Meryl Streep?
Si la serie ya est¨¢ a un buen nivel por sola, cuando Streep aparece en pantalla se eleva todav¨ªa m¨¢s, con momentos divertid¨ªsimos y otros cargados de emoci¨®n con ella como protagonista. Aunque, ?interesar¨ªa igual esta temporada si no estuviera ella en el reparto? La pregunta queda en el aire. Por otra parte, atenci¨®n a las hilarantes escenas musicales derivadas de la reconversi¨®n a la que Oliver somete a su obra: para intentar dejar atr¨¢s el incidente inicial, decide transformarla en un musical de argumento tan absurdo que es imposible explicar de forma que resulte cre¨ªble.
Quiz¨¢ la f¨®rmula se est¨¦ agotando por cierta reiteraci¨®n, pero el placer que se obtiene del reencuentro con los lugares, los personajes y las formas de Solo asesinatos en el edificio todav¨ªa compensa tanto que ojal¨¢ m¨¢s muertes y m¨¢s investigaciones en el Arconia, por improbables que sean.
El ¨¦xito de la f¨®rmula de cruzar misterio y comedia
Además de Solo asesinatos en el edificio, otros títulos televisivos recientes han combinado una investigación policial o un misterio en la trama con el humor. Es una mezcla de géneros que ha también ha encontrado éxito en el cine en producciones con gran acogida de crítica y público como Puñales por la espalda o solo de púlbico como Criminales en el mar en Netflix. En la pequeña pantalla, la emisión semanal beneficia a este tipo de historias, con tramas que enganchan al espectador para regresar una y otra vez.
En The Afterparty (Apple TV+ emite su segunda temporada), la investigación de un asesinato en el que todos los presentes en el lugar son sospechosos se muestra con cada capítulo enfocado en un personaje y un género narrativo diferente. Un capítulo puede estar narrado como un musical, otro como una comedia adolescente, otro como una serie de época y otro, con animación. Los quebraderos de cabeza de la generación milenial estaban en el fondo de las cinco temporadas de la comedia negra Search Party (Warner TV), mientras que la sátira social se funde con toques de misterio en las dos entregas de la multipremiada The White Lotus (HBO Max). También la combinación de géneros domina en The Flight Attendant (HBO Max), que a un fondo hitchconiano le añade toques extra de humor.
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