De ¡®Shogun¡¯ a ¡®El problema de los tres cuerpos¡¯: ?Estamos occidentalizando demasiado los relatos asi¨¢ticos?
Las plataformas buscan tramas h¨ªbridas que conquisten a la vez los dos grandes mercados mundiales, ante un espectador sin miedo a saltar esa barrera de dos cent¨ªmetros que son los subt¨ªtulos
Cada vez son m¨¢s comunes los trasvases entre contenidos orientales y occidentales en las plataformas de streaming, siempre en busca de conquistar a una audiencia global. Tras su ¨¦xito mundial, La casa de papel tuvo en Netflix una versi¨®n coreana. Y El juego del calamar se convirti¨® en un concurso estadounidense que recreaba las pruebas de la serie. La industria cultural apuesta cada vez m¨¢s por crear un ¨²nico contenido h¨ªbrido, a menudo inspirado en la literatura, con el que seducir a ambos mercados. Lo han hecho con series como Shogun, desde este martes al completo en el cat¨¢logo de Disney+, El simpatizante, Tokyo Vice (ambas en HBO Max) y Pachinko (Apple TV+).
¡°Un buen choque cultural siempre es jugoso para los guionistas, porque genera conflicto y enriquece las tramas¡±, destacaba el pasado lunes por tel¨¦fono Lorenzo Mejino, experto en series internacionales y coautor, junto a Paula Hergar, del libro La vuelta al mundo en 80 series (Lince).
La agencia de publicidad Dentsu, compa?¨ªa japonesa, realiz¨® una encuesta en julio de 2022 analizando la popularidad del anime y las caracter¨ªsticas de su consumo en Estados Unidos, preguntando a habitantes de 18 a 54 a?os, el sector de poblaci¨®n m¨¢s preciado por los anunciantes. Los resultados muestran que es un producto que ha conquistado en especial a la Generaci¨®n Z (los menores de 25). Un 44% de ellos, el equivalente a 19 millones de espectadores, sin contar los que tienen m¨¢s edad, ven los t¨ªtulos m¨¢s virales de este g¨¦nero.
La cifra de estadounidenses que ven dramas coreanos, llamados k-dramas, es similar: 18 millones, la mayor¨ªa de ellos j¨®venes, seg¨²n la Korea Creative Content Agency (KOCCA). Por eso, adem¨¢s de convertir en acci¨®n real t¨ªtulos como One Piece y Cowboy Bebop, casi cada servicio de contenido a la carta tiene su propia serie original que combina ambas culturas. Intentan atraer en especial a los j¨®venes, que ya no conocen barreras culturales como lo hac¨ªan las generaciones anteriores a internet. Son los que saltan sin problema esas barreras de dos cent¨ªmetros de altura que son los subt¨ªtulos, como dec¨ªa el director de Par¨¢sitos, Bong Joon-ho, al recoger unos in¨¦ditos Globo de Oro y Oscar para el cine coreano en 2020.
En muchos casos, el material original se adapta al p¨²blico occidental. El chino Liu Cixin, exitoso autor estrella de ciencia ficci¨®n, vendi¨® dos veces los derechos de su novela El problema de los tres cuerpos, recuerda Mejino. Con una de ellas se cre¨® una versi¨®n china extensa y barroca como el texto original, con m¨¢s de 30 cap¨ªtulos de m¨¢s de 40 minutos cada uno. Netflix pag¨® por trabajar en la adaptaci¨®n en ingl¨¦s y se la encarg¨® a los creadores de Juego de tronos. De momento, cuenta con una temporada de ocho cap¨ªtulos que condensa personajes y traslada la trama de Asia a la muy brit¨¢nica Oxford. Hasta la televisi¨®n brit¨¢nica, en concreto el canal ITV, ha recurrido a un superventas como el japon¨¦s como Hideo Yokoyama para convertir una de sus novelas de misterio, Seis cuatro, sobre el secuestro de una ni?a en el norte de Tokio, en una serie que cambia en pantalla su localizaci¨®n y se lleva el caso al Reino Unido.
Otros muchos proyectos llegan a las pantallas de una forma m¨¢s org¨¢nica, por un simple fen¨®meno demogr¨¢fico: cada vez m¨¢s estadounidenses de ascendencia asi¨¢tica ocupan puestos creativos y ejecutivos en Hollywood y dem¨¢s industrias culturales. Lo es Soo Hugh, la showrunner de Pachinko, que est¨¢ a la espera de segunda temporada. Se trata de una serie de televisi¨®n surcoreana y canadiense que recorre cuatro generaciones de una familia coreana en Jap¨®n y Estados Unidos, a partir de la novela hom¨®nima de 2017 de la autora surcoreana-estadounidense Min Jin Lee.
A pesar del gran incremento de contenido en Estados Unidos ¡ª en los ¨²ltimos 15 a?os han pasado de ser el 3% de sus personajes en pantalla a ser el 16%, seg¨²n la Universidad del Sur de California¡ª y en el extranjero con personajes e historias conectadas con Asia y las islas del Pac¨ªfico, m¨¢s del 70% de los espectadores procedentes de estos pa¨ªses no est¨¢n satisfechos con la autenticidad de su representaci¨®n en televisi¨®n y cine, seg¨²n los c¨¢lculos de la organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro Gold House y la consultora McKinsey & Co.
Sonia Due?as, investigadora de la Universidad Carlos III de Madrid y experta en la industria audiovisual coreana, recuerda que el nuevo cine del pa¨ªs lleva a?os teniendo mucho impacto y Hollywood siempre est¨¢ pendiente de esos fen¨®menos. ¡°Pero ese trasvase tambi¨¦n ocurre en sentido contrario: despu¨¦s de que Estados Unidos hiciera un remake de su Old Boy, Park Chan-wook adapt¨® la novela galesa Falsa identidad en La doncella¡±, apunta este martes por tel¨¦fono. En esa pel¨ªcula, cambiaba la Inglaterra victoriana del texto por la ocupaci¨®n japonesa de Corea. Es el signo de la globalizaci¨®n, de la que las plataformas son poderosas embajadoras.
El propio Park Chan-wook forma parte del equipo de El simpatizante (HBO Max), a partir de la novela ganadora del premio Pulitzer del escritor estadounidense de ascendencia vietnamita Viet Thanh Nguyen. Se trata de un thriller protagonizado por un esp¨ªa comunista franco-vietnamita, durante los ¨²ltimos d¨ªas de la Guerra de Vietnam y su posterior exilio a Estados Unidos, con Hoa Xuande como protagonista y Sandra Oh y Robert Downey Jr. en el reparto. La plataforma de Warner tambi¨¦n ha lanzado ya la segunda temporada de Tokyo Vice. La historia de un estadounidense perseguido por la mafia japonesa en la capital nipona est¨¢ basada en el libro hom¨®nimo de Jake Adelstein, el primer periodista occidental que logr¨® formar parte de la redacci¨®n del diario japon¨¦s Yomiuri Shimbun. La producci¨®n describe muchos problemas de la sociedad japonesa intentando evitar los t¨®picos.
En el mundo de la investigaci¨®n acad¨¦mica, el t¨¦rmino occidentalizar tiene un componente despectivo que marca a los pa¨ªses del Oeste ¡°como primer mundo frente a los de Oriente considerados casi el tercer mundo¡±, explica Sonia Due?as.
A ese respecto, el belga Frederik Cryns, profesor de Historia en el Centro Internacional de Investigaci¨®n de Estudios Japoneses de Kioto que lleva d¨¦cadas instalado en Jap¨®n, ha asesorado a Disney+ en Sh¨gun, de la que est¨¢ detr¨¢s Rachel Kondo, de ascendencia japonesa. Esta adaptaci¨®n de la novela de James Clavell que ya tuvo una primera versi¨®n en los ochenta con Richard Chamberlain se ambienta en los a?os de la llegada de los primeros europeos al Jap¨®n feudal. ¡°Para nosotros era importante que, a diferencia de la primera serie, esta vez el punto de vista japon¨¦s tuviera el mismo peso que el occidental¡±, explicaba ¨¦l mismo a este peri¨®dico a principios de marzo, coincidiendo con el estreno del remake.
Puedes seguir EL PA?S Televisi¨®n en X o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.