La televisi¨®n quiere series de 350 cap¨ªtulos y no ya de seis
Las necesidades del mercado estadounidense empujan la nueva tendencia global: los canales tradicionales y las plataformas buscan, ante todo, fidelidad
Hay una creencia popular que apunta que desde que lleg¨® Netflix, las series no son tan largas. Este enunciado tiene parte de realidad, pero, al mismo tiempo, el mercado anglosaj¨®n jam¨¢s hab¨ªa tenido tantas series semanales tan longevas. El prime time estadounidense cuenta ahora mismo con ocho series en emisi¨®n que superan los 350 episodios. Un dato todav¨ªa m¨¢s sorprendente si tenemos en cuenta que solo 10 en la historia han superado esta marca. Los canales y plataformas buscan mantener la fidelidad de su audiencia, y la mejor estrategia para ello es enganchar durante horas y horas, tirando de c¨®mo se ha hecho siempre la televisi¨®n. Y frente a tantas producciones infinitas, hay una v¨ªctima indirecta: las miniseries ya no quieren ser tan mini.
Los datos son claros. En 2009, Los Simpson se convirti¨® en la serie de ficci¨®n nocturna m¨¢s longeva de EE UU. Superaban con 21 temporadas al w¨¦stern primigenio Gunsmoke, algo que nadie hab¨ªa conseguido en las tres d¨¦cadas anteriores. Hoy, y tras 36 a?os en emisi¨®n, la serie de Matt Groening seguramente se eternice en ese puesto lo que nos quede de vida. Pero la marca antes vista como imposible, ya no lo es. En los ¨²ltimos 15 a?os, otras siete series han superado las 20 temporadas: las irreverentes 26 de South Park, los casos policiales de Ley y orden: unidad de v¨ªctimas especiales (que suma 551 cap¨ªtulos), su serie madre, Ley y orden (emitida desde 1990, con interrupciones), Padre de familia, NCIS, Padre made in America y Anatom¨ªa de Grey. Todas continuar¨¢n en el nuevo curso. Tambi¨¦n Los Simpson, que alcanza ya 768 episodios. Todas se dividen en dos g¨¦neros: animaci¨®n o caso de la semana. En Espa?a, tras el final de Cu¨¦ntame (y la diaria Amar es para siempre), el trono lo hereda La que se avecina, que lleva 17 a?os en emisi¨®n y casi 200 cap¨ªtulos.
Hay varios factores que explican el fen¨®meno de las series extralargas. Por un lado, la inercia que empuja a los canales de televisi¨®n tradicional y a su audiencia. La edad media de un espectador de prime time de EE UU es de 64,6 a?os, seg¨²n un estudio hecho esta temporada por The Hollywood Reporter. Una cifra a la que se acerca peligrosamente la televisi¨®n espa?ola, cuya audiencia media supera los 58 a?os. Eso lleva a que el contenido cada vez tienda a ser m¨¢s conservador. Los canales luchan por mantener un p¨²blico veterano que apuesta por ver lo ya conocido, y que mantiene sus rutinas.
La audiencia tanto de la familia amarilla de Springfield como de los Griffin de Padre de familia en Fox tiene 51 a?os y medio, si bien la palma se lo lleva la policial Blue Bloods, cuyo espectador medio tiene 73 a?os. En streaming, como era de esperar, la edad baja considerablemente. Los espectadores de Ley y orden: UVE, que llevan un cuarto de siglo viendo a Mariska Hargitay resolver cr¨ªmenes, tienen 64,8 a?os en la televisi¨®n tradicional, y 20 menos en plataformas. La serie en abierto con un p¨²blico m¨¢s joven es otra veterana, la animada Bob¡¯s Burgers, en su decimocuarta temporada. Sus espectadores tienen 49,5 a?os. Ser¨¢n los m¨¢s j¨®venes, pero igualmente est¨¢n m¨¢s cerca de jubilarse que de la universidad. En el reino de los ciegos...
Otro factor relevante para este mantenimiento son precisamente las nuevas ventanas. Aunque no se venda tanto, las series m¨¢s longevas funcionan mejor en las plataformas de streaming que muchos estrenos. En 2023, la sorpresa veraniega de Netflix fue Suits, una serie procedimental cl¨¢sica de abogados con m¨¢s de 130 episodios y finalizada en 2019. Eso ha cambiado las tornas de lo que ahora reclaman las plataformas e incluso ha llevado a NBC a producir una serie derivada de aquella. Pero no es la ¨²nica que ha salido reforzada. En lo que llevamos de 2024, seg¨²n los datos semanales de Nielsen, la infantil Bluey es la l¨ªder indiscutible en minutos vistos, pero le siguen, en este orden: Anatom¨ªa de Grey (con 427 episodios), El joven Sheldon y NCIS. Esta ¨²ltima franquicia acaba de superar los 1.000 cap¨ªtulos. En Espa?a, La que se avecina suele aparecer tambi¨¦n en los pocos datos de audiencia que se hacen p¨²blicos. Ahora que el n¨²mero de suscriptores es un factor en el que no se fijan tanto las compa?¨ªas para empujar su negocio, las plataformas buscan un nuevo grial: la fidelidad de su audiencia. Cuantas m¨¢s horas enganchados a su plataforma, sin marcharse a otro servicio ni escaparse a TikTok, m¨¢s confianza en su servicio.
Las series no tan limitadas
Precisamente esa fidelidad es lo que no buscan las miniseries de prestigio, uno de los formatos que m¨¢s se multiplic¨® durante los a?os duros de la guerra del streaming. Eran las que consegu¨ªan atraer a un nuevo p¨²blico que ven¨ªa para picotear. ¡°No dir¨ªa que vamos a dejar de hacer series limitadas, pero vamos a hacer menos¡±, avisaba John Landgraf, jefe de las cadenas FX, de Disney, a la revista TheWrap. ¡°La audiencia busca hoy series que regresen, y personajes e historias con las que poder vivir durante a?os¡±, apuntaba el m¨¢s veterano de los ejecutivos televisivos antes de anunciar que los guionistas de Shogun, miniserie estrella del a?o, ya trabajan en continuar la historia m¨¢s temporadas.
?Por qu¨¦ este cambio de tornas? La noticia de TheWrap llegaba a la conclusi¨®n de que producir series cortas sale, a la larga, demasiado caro. Cuando un proyecto recibe una segunda temporada, los costes se reducen: los actores ya est¨¢n fichados, los estudios construidos, los equipos montados¡ Y, si es un ¨¦xito, ?por qu¨¦ van a desaprovechar las empresas una marca consolidada? Sea como continuaci¨®n o antolog¨ªa, hay que exprimirla. ¡°No hay beneficios si gastas todo este dinero, tiempo y energ¨ªa en un proyecto de solo ocho episodios que se consume en dos d¨ªas¡±, apuntaba en el reportaje Olivia Charmaine Bernardez, consejera delegada de la productora Black Monarch Entertainment. Renovar incluso si la idea original no daba para nada m¨¢s es hoy la en¨¦sima estrategia de ahorro en un Hollywood en reducci¨®n de costes.
Shogun, por ejemplo, termin¨® donde acaba el libro que adapta. Pero hay que mantener a la audiencia cautiva, y que no practiquen el suscribirse y desapuntarse tan habitual en los tiempos del streaming. Porque, pese a que las miniseries sirvieran para construir el nombre propio de cada plataforma, no sirven para mantener a la audiencia. Esa es la l¨®gica con la que Bronca (Netflix), Mr. y Mrs. Smith (Amazon Prime Video), Lo ¨²ltimo que dijo y Las gotas de Dios (AppleTV+) acaban de certificar su ¨¦xito con nuevas temporadas. Tambi¨¦n se encuentran en producci¨®n nuevas entregas de The Night Manager y Wolf Hall, una d¨¦cada despu¨¦s de su estreno como limitada. Aunque era una estrategia ya vista antiguamente en series cl¨¢sicas como Ra¨ªces y Norte y sur, la pr¨¢ctica se ha multiplicado desde que The White Lotus y Big Little Lies, ganadoras al Emmy a miniserie, renovaron tras llevarse el premio a casa. En la siguiente ceremonia ya compet¨ªan en drama, y ahora ambas van a por la tercera.
En el otro extremo, Netflix solo tiene una serie en ingl¨¦s que haya alcanzado ocho temporadas, la animada Big Mouth, adem¨¢s de la espa?ola ?lite, pero sabe que siempre puede apoyarse en compras ajenas para enganchar a su p¨²blico, y que la audiencia la ver¨¢n como suyas. En los ¨²ltimos tiempos ha adquirido Sexo en Nueva York a HBO, Dexter a Showtime, Yellowstone a Paramount y Perdidos a Disney, anunciando el reestreno de sus 121 episodios a bombo y platillo para este verano. Porque, tras a?os subrayando que lo importante era la calidad; en 2024, el tama?o de las series s¨ª importa.
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