Aquellos Tarantinos
Con ¡®Pulp Fiction¡¯ brotaron por toda la Pen¨ªnsula cortos de adolescentes ataviados con trajes y corbatas que les ven¨ªan tan grandes como el papel de g¨¢nster
La generaci¨®n que quiso hacer cine por Quentin Tarantino (a ra¨ªz de Pulp Fiction, ya que Reservoir Dogs tuvo una discreta ¡ªpara la ¨¦poca¡ª audiencia de apenas 233.173 espectadores), cogi¨® la c¨¢mara de v¨ªdeo familiar con la falsa promesa de que para hacer cine no hace falta estudiar. Brotaron por toda la Pen¨ªnsula cortos de adolescentes ataviados con trajes y corbatas que les ven¨ªan tan grandes como el papel de g¨¢nster. Todos sosten¨ªan la pistola de lado, que mola m¨¢s que de frente. Todos dec¨ªan ¡°jodido psic¨®pata¡± o ¡°dame la jodida mandanga¡±. Todos pensaban que, como Quentin, pod¨ªan ser directores solo con pasi¨®n y viendo mucho cine. Si bien lo de ver cine es imprescindible, lo de la pasi¨®n es m¨¢s que cuestionable. No creo que nadie le haya puesto m¨¢s pasi¨®n a su obra que Luixy Toledo, ese cantautor funcionario de Correos que se promociona a trav¨¦s de disparatados pasquines, y ah¨ª le tenemos, sin un triste Grammy Latino.
Quentin Tarantino no pas¨® por la escuela de cine. Pas¨® por la escuela de teatro. Quentin Tarantino trabaj¨® en un videoclub. No en uno de barrio, sino en uno bien nutrido, en California. Tarantino no quiso hacer cine en Espa?a. Quiso hacer cine en Estados Unidos, justo cuando se fraguaba el boom del cine indie. Naci¨® en el lugar y en el momento adecuados. Nadie te cuenta eso cuando eres adolescente. Nadie te cuenta, tampoco, la importancia que tiene haber nacido en la familia adecuada. Si a tus padres les interesa el cine o no. Si tienes alguien cerca que te pueda aconsejar algo fuera de la morralla. Nadie te cuenta, en definitiva, que el que no tiene padrino no se casa. Ignoro cu¨¢ntos de todos aquellos imitadores de Tarantino perseveraron en su empe?o. Cu¨¢ntos lo dejaron por agotamiento, o a cu¨¢ntos apart¨® la propia vida del camino. Cu¨¢ntos pensaron que no val¨ªan para ello, o cu¨¢ntos se dieron cuenta de que, en lo de dirigir, casi lo de menos es el cine. Qu¨¦ pas¨®, en definitiva, con los sue?os de toda esa gente. Qu¨¦ carreras ajenas han asfaltado, o a qu¨¦ conclusiones han llegado. Me pregunto si se han dado cuenta de que todo lo que se cuenta en las entrevistas es, en el mejor de los casos, una media verdad maquillada. Que la pasi¨®n no sirve de mucho y que de nada sirve el trabajo si nadie te da una oportunidad.
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