El infierno en el que ardi¨® Los ?ngeles: cr¨®nica de d¨ªas de fuego, cenizas y caos
Los incendios ¡®Eaton¡¯ y ¡®Palisades¡¯, junto a media docena de focos m¨¢s, han quemado 16.000 hect¨¢reas de la ciudad y dejado 25 muertos. Las causas a¨²n se desconocen. Esta es la reconstrucci¨®n de un relato negro que arranc¨® el 7 de enero y cuyo final queda lejos
Eaton y Palisades llevan 11 d¨ªas ardiendo. Los dos fuegos, los m¨¢s grandes de una serie de siniestros registrados en una temporada de pesadilla, se han ganado ya un espacio en la historia de California: son ya el tercero y cuarto m¨¢s destructivos del Estado. Sus llamas, alimentadas por los potentes vientos de Santa Ana, han dejado 25 muertos y devastado 16.000 hect¨¢reas al noroeste y noreste de Los ?ngeles. El fuego ha sido en estos d¨ªas el gran igualador en una ciudad de grandes disparidades. Los incendios han arrebatado todo a cientos de familias latinas y negras de clase media en las zonas de Pasadena y Altadena (al este), pero tambi¨¦n han convertido en cenizas las mansiones en las exclusivas zonas de Pacific Palisades y Malib¨² de celebridades como Paris Hilton, actores como Mel Gibson y Billy Crystal, el entrenador de los Lakers JJ Redick y la compositora ganadora del Grammy Diane Warren, entre muchos m¨¢s. Se calcula que m¨¢s de 11.400 inmuebles han sido destruidos o da?ados, aunque las autoridades no descartan que estas cifras suban en los pr¨®ximos d¨ªas. La emergencia no ha terminado.
Todo empez¨® con el Santa Ana, el c¨¦lebre viento angelino, que llegaba tarde. Los angelinos despertaron el martes 7 de diciembre bajo una alerta decretada por una ventisca que iba a provocar r¨¢fagas de hasta 160 kil¨®metros por hora, como los de un hurac¨¢n de categor¨ªa dos. ¡°Es un evento extremo que representa un riesgo de muerte y puede ser altamente destructivo¡±, se?alaron el lunes las autoridades. Ese mismo martes, sobre las 10.30 de la ma?ana, el tel¨¦fono son¨® en la estaci¨®n de bomberos n¨²mero 23. El residente de 1190 Piedra Morada, dentro de un exclusivo barrio en las colinas del parque estatal de Topanga, al noreste, informaba de un matorral en llamas. La alerta fue recibida por los bomberos de la estaci¨®n de Pacific Palisades, lo que dio nombre a un incendio que desde entonces no ha dejado de arder.
Los fuertes vientos llegaban tarde. La peor ¨¦poca de la temporada de incendios de California es el verano, y suele apagarse a finales de oto?o, cuando comienzan las lluvias. 2024 y ya 2025 est¨¢n siendo diferentes. Las corrientes soplaron entre bajas condiciones de humedad, del 12% en la zona, y con la segunda peor temporada de lluvias en 150 a?os de registros. Los vientos, de entre 48 y 80 kil¨®metros por hora en esos momentos, soplaban del interior y dejaron ver una inmensa cortina de humo por toda la ciudad. Muchos de los 27.000 vecinos de Pacific Palisades fueron evacuados, provocando un gigantesco atasco que entorpeci¨® el paso de los camiones de bomberos a la zona.
El aire empujaba el fuego rumbo al Pac¨ªfico. En solo siete horas, el Palisades multiplic¨® por 10 su tama?o, pasando de ser un siniestro de cuatro hect¨¢reas a uno de 400. El mismo martes, en las ¨²ltimas horas de la tarde, el fuego cruz¨® la famos Pacific Coast Highway, la carretera esc¨¦nica del Pac¨ªfico, lo que acab¨® ardiendo la c¨¦lebre y millones de veces fotografiada costa de Malib¨².
Alrededor de las 18:15 de ese fat¨ªdico 7 de enero se registr¨® otro incidente a unos 60 kil¨®metros al este del Palisades. Entonces, las llamas del incendio Eaton, originado en las monta?as de San Gabriel, en la frontera de la Sierra Madre, empezaron a avanzar r¨¢pidamente, amenazando a los pueblos de Pasadena y Altadena. La ciudad de Los ?ngeles segu¨ªa at¨®nita el imparable crecimiento de dos grandes incendios. Muchos al sudoeste evacuaron r¨¢pidamente, pero la huida del noreste fue dificultada por una noche oscurecida de m¨¢s por cortes al suministro el¨¦ctrico a miles de personas. Esto sum¨® para que Eaton, ya el quinto incendio m¨¢s mortal de la historia de California, haya dejado siete fallecidos m¨¢s que el Palisades, aunque el balance es preliminar.
Durante la noche de ese largu¨ªsimo martes, lleg¨® Hurst, pr¨¢cticamente extinguido ya, pero que ardi¨® por d¨ªas en el valle de San Fernando, al norte y cerca de la ciudad de Santa Clarita, consumiendo 323 hect¨¢reas. No lleg¨® solo: durante esos d¨ªas ardieron otros como Kenneth, Lidia, Auto... y Sunset, uno de los m¨¢s medi¨¢ticos, al hacer aparici¨®n en pleno Hollywood, a escasos metros del Paseo de la Fama. Quem¨® 17 hect¨¢reas y qued¨® en poco m¨¢s que un susto.
No ha sido f¨¢cil frenar las llamas, que han sacado de sus casas a, en algunos momentos, hasta 180.000 evacuados, y han puesto en jaque acomodados barrios, como Brentwood ¡ªdonde reside Kamala Harris¡ª y tesoros culturales de la ciudad, como el museo Getty y su villa, que se salv¨® por su alta tecnolog¨ªa antiincendio. Adem¨¢s de dejar sin residencias a celebridades como sir Anthony Hopkins, Jeff Bridges o Tina Knowles, los fuegos han acabado con sitios hist¨®ricos como el rancho de Will Rogers, restaurantes t¨ªpicos como Moonshadows o Vittorio¡¯s y templos de todas las religiones edificados hace varias d¨¦cadas.
Los siniestros no solo han arrasado con las propiedades de decenas de miles de personas. Tambi¨¦n han encendido una crisis pol¨ªtica que tomar¨¢ meses en extinguirse. En las primeras ruedas de prensa ofrecidas por las autoridades hab¨ªa una notable ausencia. Mientras su ciudad ard¨ªa en su peor emergencia en d¨¦cadas, Karen Bass, alcaldesa de Los ?ngeles, estaba al otro lado del mundo departiendo en un c¨®ctel en Accra, la capital de Ghana, invitada por el nuevo presidente a su toma de posesi¨®n. Bass declar¨® el estado de emergencia v¨ªa remota la noche del martes. Un d¨ªa despu¨¦s, protagoniz¨® un humillante video grabado en el aeropuerto, en el que guard¨® silencio cariacontecida mientras era increpada por un periodista de SkyNews sobre su respuesta a la cat¨¢strofe. Desde entonces ha acudido a los albergues, refugios y centros de reparto de comida, pero hasta el poderoso due?o del influyente diario Los Angeles Times ha pedido su cabeza.
Los intentos de extinci¨®n de los incendios, que 10 d¨ªas despu¨¦s no han concluido, han llevado a los bomberos del condado de Los ?ngeles (con alrededor de 10 millones de habitantes) al l¨ªmite de sus fuerzas. En el primer momento, 250 fueron enviados a luchar contra Palisades. La movilizaci¨®n creci¨® a grandes proporciones una vez que Gavin Newsom, el gobernador de California, y CalFire, del departamento de bomberos estatal, se hicieron cargo de la respuesta. El mandatario ha aprobado desde entonces varias medidas para agilizar la reconstrucci¨®n: ha eliminado reglamentos ambientales que obstaculizan la construcci¨®n en la costa, decretado una moratoria en el pago de impuestos hasta octubre y ordenado al fiscal general impedir la escalada abusiva en los precios de las rentas y los hoteles. Los congresistas del Estado preparan una ley de 2.500 millones de d¨®lares para auxiliar en la recuperaci¨®n de la ciudad.
La ayuda lleg¨® de condados vecinos y distantes. Al final de la c¨¦lebre Sunset Boulevard, arrasada por el Palisades, varios efectivos venidos desde el lago Tahoe, a m¨¢s de ocho horas de camino, trataban la noche del mi¨¦rcoles de que las llamas no alcanzaran una cafeter¨ªa. El apoyo se fue sumando de m¨¢s y m¨¢s lejos para contener la emergencia, que en su segundo d¨ªa continuaba fuera de control. Los Estados de Arizona, Colorado, Oreg¨®n, Nevada, Idaho, Nuevo M¨¦xico y Utah enviaron bomberos. Estos llegaron tambi¨¦n de M¨¦xico o Canad¨¢. Unos mil presos formados en extinci¨®n de incendios tambi¨¦n han trabajado. El goteo fue tal que un ej¨¦rcito compuesto por 15.000 bomberos y 2.000 guardias nacionales trabaj¨® siete d¨ªas despu¨¦s de la ignici¨®n original con la ayuda de 1.400 camiones de bomberos, 83 aviones y 170 camiones cisterna.
La ayuda no se limit¨® a recursos p¨²blicos. Los bomberos privados pagados por millonarios tambi¨¦n ocupan un lugar en esta historia. Es el caso del peque?o escuadr¨®n contratado por Rick Caruso, empresario inmobiliario que perdi¨® la alcald¨ªa contra Karen Bass en noviembre de 2022. Este pudo salvar su centro comercial en Pacific Palisades, con cines, boutiques y el supermercado de lujo Erewhon gracias a su propio personal, una docena de empleados que trabaj¨® en turnos de 48 horas (a diferencia de los de 12 de los bomberos p¨²blicos).
Las propiedades de Caruso son hoy una isla en pie rodeada de calles y calles de ruinas. Otros millonarios no corrieron con la misma suerte. Keith Wasserman, el consejero delegado de una firma de inversi¨®n en bienes ra¨ªces, escribi¨® la noche del martes 7 en X que estaba dispuesto a pagar ¡°cualquier cantidad de dinero¡± a bomberos privados. A esa hora ya todos estaban ocupados y su mansi¨®n de tres millones de d¨®lares fue consumida por las llamas, como tantas otras de vecinos menos pudientes.
Caruso, adem¨¢s, es responsable de propagar uno de los principales bulos de la tragedia. ¡°No hay agua en Palisades. No sale nada de los hidrantes. Es por el mal manejo de la administraci¨®n¡±, carg¨® el empresario en una entrevista con Fox News el 8 de enero. ¡°Parece que estamos en un pa¨ªs tercermundista¡±, a?adi¨®. Janisse Qui?ones, la ingeniera jefa del departamento de agua y electricidad de Los ?ngeles explic¨® despu¨¦s que el sistema fue llevado al extremo. ¡°Se registr¨® una demanda cuatro veces superior a la normal durante 15 horas seguidas, lo que redujo la presi¨®n del agua¡±, afirm¨® en una conferencia de prensa. Esta demanda fue generada no solo por los bomberos, sino por cientos de ciudadanos comunes y corrientes que se quedaron en sus casas defendi¨¦ndose del avance de las llamas con sus mangueras dom¨¦sticas. A¨²n as¨ª, Donald Trump y los republicanos han amplificado la versi¨®n de Caruso.
Los grandes fuegos de Los ?ngeles a¨²n est¨¢n lejos del incidente m¨¢s mortal de California: el incendio Camp, que a finales de 2018 y durante 17 d¨ªas arras¨® 60.000 hect¨¢reas, 18.000 estucturas y provoc¨® 85 muertes al norte de la entidad. Robert Luna, el sheriff del condado de Los ?ngeles, ha sido cauto con el saldo dejado por Eaton y Palisades y asegur¨® esta semana que este ¡°seguramente¡± crecer¨¢ en las pr¨®ximas semanas debido a ¡°docenas de reportes de personas desaparecidas¡±.
Entre los 25 fallecidos hasta el momento se encuentran algunos que se negaron a evacuar las zonas, donde eran frecuentes los incendios forestales. Es el caso de Annette Rossilli, de 85 a?os, quien no quiso dejar su casa en Altadena. Su cuerpo fue hallado dentro de su coche, lo que hace pensar a las autoridades que cambi¨® de opini¨®n en los ¨²ltimos minutos de su vida. Anthony Mitchell, de 67 a?os y en silla de ruedas, y su hijo Justin, en la veintena e inmovilizado por una par¨¢lisis cerebral, fallecieron aguardando una ambulancia que no lleg¨® a tiempo por la magnitud de la emergencia. El cuerpo de Victor Shaw, de 66 a?os, fue encontrado cuando a¨²n sosten¨ªa una manguera con la mano. Su hermana cree que pereci¨® mientras intentaba proteger su casa de Eaton. ¡°No gozaba de gran salud, pero estoy seguro que dio una gran batalla¡±, dijo a la CBS. De momento, entre las v¨ªctimas, no hay menores de edad.
A m¨¢s de una semana de la tragedia, nadie sabe muy bien su origen. Algunos de los vecinos de Pacific Palisades que perdieron todo aseguran que el fuego comenz¨® con unos petardos lanzados por chicos en Nochevieja, una versi¨®n que los expertos no descartan. CalFire ha investigado siniestros iniciados por brasas de hace meses y reanimadas m¨¢s tarde. En Eaton, los vecinos afectados han comenzado a presentar demandas contra Edison, la compa?¨ªa el¨¦ctrica regional, bajo el supuesto de que una falla de las torres provoc¨® la primera chispa. Steve Powell, el consejero delegado de la compa?¨ªa, asegur¨® que los vientos registrados al comienzo del desastre eran de 96 kil¨®metros por hora, no tan poderosos como para provocar fallos en las redes de transmisi¨®n.
La ¨²ltima palabra la tendr¨¢ el Gobierno federal. Por las proporciones del desastre, tanto econ¨®micas como personales, la investigaci¨®n es trabajo de la agencia de Alcohol, Tabaco y Armas. Sus funcionarios entregaron el primer informe de los incendios de Maui, que dejaron 55 muertos en la isla de Haw¨¢i, un a?o despu¨¦s del siniestro. Las respuestas no llegar¨¢n pronto.
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