Manhattan tiene Chinatown, Koreatown, Little Italy... y ahora tambi¨¦n un Little Mexico
El vecindario del este de Harlem, que recibi¨® en los noventa a los primeros mexicanos, es hoy uno de los centros de la comunidad en Nueva York
Los mexicanos constituyen la tercera poblaci¨®n hispana m¨¢s numerosa en la ciudad de Nueva York, solo superados por los puertorrique?os y los dominicanos. Seg¨²n los ¨²ltimos datos del censo de Estados Unidos, 514.000 mexicanos viven en la Gran Manzana ¡ªy aproximadamente 1,5 millones en el Estado de Nueva York¡ª. Si uno quiere adentrarse en la comida popular mexicana, cerrar los ojos y teletransportarse por unos minutos al pa¨ªs del tequila y los nopales puede hacerlo en el este de Harlem. All¨ª se encuentra lo que se conoce como Little Mexico, un vecindario neoyorquino con alma mexicana, que se form¨® en los a?os noventa y creci¨® hasta consolidarse. No es todav¨ªa una atracci¨®n tur¨ªstica de la magnitud del Little Italy del Bronx o los dos Chinatowns ¡ªen Manhattan y Queens¡ª, pero su funci¨®n es m¨¢s valiosa: ofrece a los inmigrantes la experiencia de sentirse en casa. Unos 50.000 mexicanos ya han construido su hogar all¨ª.
Uno de los primeros empresarios mexicanos que abrieron un negocio en el vecindario es Jaime Flores, due?o de Euromex, una tienda donde se puede conseguir equipaciones de f¨²tbol tanto de equipos latinos como europeos, y que tambi¨¦n es due?o de la barber¨ªa Azteca Unisex. Flores abri¨® su primer negocio all¨¢ por 1994, cuando contaba con menos de veinte a?os y estaba reci¨¦n llegado de M¨¦xico. ¡°Me hicieron crecer los inmigrantes, pero ahora tambi¨¦n tengo clientes nacidos aqu¨ª y me compran en otros Estados como en California, Chicago o Texas¡±. Seg¨²n recuerda, fue una visita del expresidente mexicano Vicente Fox lo que empez¨® a darle fama al barrio, que ya ha empezado a gentrificarse. ¡°Muchos latinos han tenido que emigrar al Bronx porque han doblado el precio de las rentas¡±, asegura. Pero su negocio sigue en el mismo local despu¨¦s de treinta a?os y ¨¦l siente que ha triunfado. Trabaja siete d¨ªas a la semana porque tiene clientes a diario y le llena de orgullo decir que ha podido mandar a la universidad a sus tres hijos: ¡°New York me ha tratado bien, pero he trabajado fuerte¡±.
La mexicana es una comunidad emprendedora en Nueva York: el 18% es propietaria de su propio negocio, muchos relacionados con la restauraci¨®n. El auge responde, y es responsable de, al impulso de la gastronom¨ªa mexicana en la ciudad durante los ¨²ltimos a?os. Ya en 2020 se contabilizaban casi mil restaurantes mexicanos con una oferta de alta calidad en cualquiera de los cinco distritos de la ciudad. Hay 20 de ellos reconocidos en la gu¨ªa Michelin. Entre los m¨¢s destacados se encuentran Casa Enrique, el primer restaurante mexicano en Nueva York en recibir una estrella Michelin; Oxomoco, el ¨²nico que actualmente ostenta una estrella; y Cosme, que hace tres a?os se posicion¨® en el puesto 22 de los 50 mejores restaurantes del mundo.
Pero no se puede visitar el barrio sin hacer una parada en Hot Jalape?o, Quesadillas Do?a Maty o la taquer¨ªa Tacomix, cuya manager, Marlene Ruiz, explica que aunque ¡°la clientela es principalmente latina, durante los fines de semana o cuando hay eventos en Roosevelt Island (la isla colindante, donde se celebran festivales de m¨²sica como The Governors Ball) el restaurante se llena de blanquitos¡±.
La famosa comida de calle, los olores y los sonidos m¨¢s aut¨¦nticos se concentran en este rinc¨®n del norte de Manhattan. No es casualidad que Little Mexico haya florecido all¨ª. Hist¨®ricamente, al este de Harlem se le llama el Harlem espa?ol porque concentra a una buena parte de la poblaci¨®n hispana de Nueva York desde que una primera oleada de puertorrique?os se asentara ah¨ª tras la Segunda Guerra Mundial.
All¨ª se ubica el Museo del Barrio, el m¨¢s importante de arte latinoamericano en el pa¨ªs. Y desde esa fachada frente al Central Park, Little Mexico se extiende, abarcando todo el este, para que desde la calle 96 a la 125 se sienta el esp¨ªritu latino en el colorido de las calles, en murales como The Spirit of East Harlem o el Graffiti Hall of Fame, en los centros comunitarios o en la m¨²sica que escapa de los establecimientos sin pedir permiso.
Little Tenochtitl¨¢n, como tambi¨¦n se le llama, tiene su centro en la calle 116, cortando con la segunda y la tercera avenida, donde es frecuente encontrarse con vendedores callejeros de horchata, tamales y elotes. Hay taquer¨ªas, panader¨ªas y bodegas donde comprar ingredientes frescos, desde tortillas o moles hasta nopales y todo tipo de chiles y salsas picantes. Pero no todo es comida. Si necesitan cortarse el pelo, la peluquer¨ªa, como casi todos los negocios en estas calles, tambi¨¦n est¨¢ regentada por mexicanos. Si lo que busca es renovar el vestuario, se puede comprar ropa con estampados de la Virgen de Guadalupe, trajes tradicionales e incluso una camiseta de la liga mexicana de f¨²tbol. Hay tiendas con marcas tradicionales donde se encuentra todo aquello que se vende en M¨¦xico: desde productos de limpieza a dulces, artesan¨ªas, amuletos o figuras religiosas a las cl¨¢sicas pi?atas de cumplea?os.
La iglesia de St. Paul, tambi¨¦n en la zona, es frecuentada sobre todo por la comunidad latina, con misas y clases de catecismo en espa?ol. Y cada a?o, para la fiesta por excelencia del sincretismo cultural mexicano-estadounidense, el 5 de mayo, las calles se tornan todav¨ªa m¨¢s coloridas y los puestos de comida callejera se multiplican para acompa?ar al desfile que comienza a mediod¨ªa en Central Park West al ritmo de mariachis.
Aunque tambi¨¦n hay mucha poblaci¨®n mexicana en barrios como Sunset Boulevard o Jackson Heights, a d¨ªa de hoy Little Mexico es sin duda el lugar para empaparse de M¨¦xico en Nueva York. La primera metr¨®poli estadounidense sigue as¨ª los pasos de otras grandes ciudades del pa¨ªs como Los ?ngeles, Chicago, Houston o San Francisco, que ofrecen a los mexicanos la alegr¨ªa y el calor de su patria, un pedazo propio en un pa¨ªs extranjero.
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