Bodegueros piden fondos para instalar botones de p¨¢nico ante la oleada de violencia en Nueva York
En apenas dos semanas se han contabilizado ataques en varios distritos de Nueva York. Los empleados de las bodegas han sido agredidos a martillazos, se les ha disparado y en un caso, apu?alado hasta morir
Oralia Amad, una mexicana de 41 a?os, madre de tres hijos, llevaba cuatro meses trabajando en la bodega A&D Deli Grocery de la calle 188 del Bronx, cuando fue brutalmente agredida. El atacante era un hombre que hab¨ªa comprado una hookah (por $30) en el establecimiento y que se hab¨ªa presentado en dos ocasiones a intentar devolverla sin ¨¦xito. A los dos d¨ªas, el s¨¢bado 22 de junio, se personific¨® otra vez y atac¨® a Oralia golpe¨¢ndole con un martillo en la cabeza, lo que le ocasion¨® una fractura de nariz y la dej¨® inconsciente.
No es el ¨²nico caso. La medianoche del 17 de junio, un empleado de 62 a?os sufri¨® una fractura craneal despu¨¦s de ser golpeado en una tienda de Elmhurst, Queens. Y se han dado otros dos incidentes en el Bronx d¨ªas despu¨¦s. En uno de ellos, el empleado de una bodega fue disparado en el pecho tras un altercado con un cliente a mediod¨ªa y en el otro, el 20 de junio, el due?o de una bodega (69 Deli Grocery) fue apu?alado diez veces hasta morir, despu¨¦s de negarse a darle cambio a un cliente. En todos los casos, los criminales contin¨²an pr¨®fugos. Es por eso que United Bodegas of America (UBA), una asociaci¨®n de bodegueros creada en Nueva York en 2018, lanz¨® la semana pasada un programa piloto mediante el cual ha instalado botones de p¨¢nico en cuatro bodegas que se encuentran en zonas de alto riesgo debido a la alta criminalidad.
La UBA garantiza que al pulsar uno de estos botones, en cuesti¨®n de dos segundos, la polic¨ªa, los servicios de emergencias y cualquier otra persona que se a?ada al sistema (vecinos, familiares, amistades, etc.) recibir¨¢ una alerta de peligro. Tambi¨¦n ser¨¢n alteradas otras bodegas vecinas. La instalaci¨®n de los primeros dispositivos se llev¨® a cabo con la ayuda de la empresa de seguridad digital SaferWatch. Seg¨²n explic¨® el CEO de esta compa?¨ªa, Geno Roefaro, durante el lanzamiento del programa la semana pasada, el mismo sistema de botones de p¨¢nico ya se utiliza en varios edificios gubernamentales y otros edificios p¨²blicos del pa¨ªs. ¡°Estas tecnolog¨ªas ya han salvado muchas vidas y evitado que los incidentes vayan a m¨¢s¡±, dijo durante la presentaci¨®n.
Desde la habitaci¨®n del hospital donde la ingresaron, una Oralia Amad a¨²n convaleciente pidi¨® que se instalen m¨¢s botones de p¨¢nico ¡°para avisar a los vecinos del ¨¢rea, a las otras bodegas¡ Para tener m¨¢s comunicaci¨®n¡±, seg¨²n un v¨ªdeo difundido por Telemundo. Junto a Amad hay un total de 30.000 bodegueros en Nueva York. Las bodegas son parte del alma y de la cultura de la ciudad; est¨¢n en cada esquina y cada neoyorquino tiene su favorita. Muchas est¨¢n abiertas 24 horas y uno puede conseguir cualquier cosa que necesite de forma urgente: desde un cart¨®n de leche, papel higi¨¦nico, chicles, o hacerse una copia de llaves. Pero lo m¨¢s importante es que frecuentemente los empleados mantienen con los clientes una relaci¨®n de familiaridad que en ocasiones llega a rozar el afecto. Se saben el nombre de muchos de sus clientes a trav¨¦s de relaciones personales que han ido construy¨¦ndose a lo largo de los a?os. Muchos se sienten tan c¨®modos en la bodega del barrio como en su propia casa. Proteger estos establecimientos es una forma de cuidar tambi¨¦n la ciudad, su legado y sus habitantes.
Para el presidente de la UBA, Fernando Radham¨¦s Rodr¨ªguez, la raz¨®n por la que los ataques como el que sufri¨® Amad se han vuelto comunes es la impunidad. ¡°Saben que no hay consecuencias. Incluso si los llevan presos los sueltan sin fianza. Est¨¢bamos m¨¢s protegidos con Giuliani y con Bloomberg¡±, Radham¨¦s explica por tel¨¦fono, refiri¨¦ndose a dos anteriores alcaldes de Nueva York, ambos republicanos. ¡°Ahora a nadie parece importarle y hacen lo que quieren. Por eso necesitamos m¨¢s seguridad¡±, a?ade. En general, en lo que va de a?o, la polic¨ªa de Nueva York ha contabilizado un total de 8.211 robos a lo largo de la ciudad, un 4,9% m¨¢s que en 2023.
Adem¨¢s, Radham¨¦s resalta que los episodios de violencia est¨¢n llegando a lugares inusuales, a barrios acomodados donde la violencia no es tan habitual como en otras zonas de la ciudad. Por eso exigen que las leyes cambien ¡°para castigar debidamente a los malhechores que insultan y agreden f¨ªsica y verbalmente a los bodegueros¡±, que aumente la vigilancia policial y que los agentes puedan llegar m¨¢s r¨¢pido.
$3,000 al a?o por bot¨®n
El mayor obst¨¢culo para ampliar este programa piloto es su coste: la instalaci¨®n y mantenimiento de botones de p¨¢nico cuesta en torno a $3,000 al a?o. Es un gasto que no todos los propietarios de bodegas pueden permitirse. Por tanto, la UBA ha hecho un llamamiento para que los pol¨ªticos se movilicen para garantizar la seguridad de due?os y empleados de las bodegas. Se les pide que contribuyan a que la instalaci¨®n de botones de p¨¢nico se financie total o parcialmente con fondos p¨²blicos, dado que en los episodios de violencia en bodegas han aumentado en los cinco distritos de Nueva York. De momento, no ha habido ninguna promesa, pero Radham¨¦s mantiene la esperanza porque ha recibido algunas llamadas al respecto. Oswald Feliz, concejal del distrito 15 de la ciudad de Nueva York, ha asegurado p¨²blicamente que quiere convencer a sus colegas de invertir $15 millones en el programa.
¡°Este era un barrio tranquilo pero ahora nos sentimos muy inseguros por los robos¡±, cuenta Amir Hussein, uno de los socios de la bodega y tienda de tabaco que se encuentra frente a Bird of a Feather en Williamsburg. Este restaurante ha sido uno de los lugares donde en la ¨²ltima semana se han producido robos a mano armada (el 21 y el 27 de junio). Algo ins¨®lito en esta parte de Brooklyn, ya que es uno de los barrios m¨¢s acomodados de Nueva York, conocido tambi¨¦n por ser uno de los m¨¢s gentrificados y seguros. ¡°Nosotros estamos abiertos hasta las tres de la madrugada y si entran a robar, no nos dar¨ªa tiempo a llamar al 911, ?c¨®mo vamos a protegernos?¡±.
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