Bushwick, ?un barrio de latinos para blancos?
El vecindario de Brooklyn, mayoritariamente hispano desde hace d¨¦cadas, ha acelerado su gentrificaci¨®n y ahora los j¨®venes millennials se acomodan silenciosamente, por el momento, a las formas latinoamericanas
La esquina entre la avenida Knickerbocker y la calle Starr apunta hacia otra esquina en donde cuatro hombres l¨¢nguidos, dichosos y borrachos permanecen las horas de casi todos sus d¨ªas. Emiten sonidos en espa?ol, pero la distancia hace indistinguible su procedencia ?puertorrique?os? ?dominicanos? ?mexicanos? Hace tiempo que Bushwick es un barrio de latinos, y hace no tanto tiempo que Bushwick es un barrio de h¨ªpsters blancos que se acomodan silenciosamente, por el momento, a las formas latinoamericanas.
En los a?os 60 ya Bushwick ten¨ªa poblaci¨®n latina. Puertorrique?os y afroamericanos pobres conformaban la mayor parte de los habitantes. Fueron a?os dif¨ªciles: el barrio se quem¨® entre los famosos incendios de los 70. Entonces, algunos se quedaron y otros se fueron; los edificios se vaciaron y esos mismos se llenaron con adictos al crac. Bushwick era restos de ciudad, basura acumulada, ¨®xido, desidia. Pero la fot¨®grafa Meryl Meisler, quien entonces era maestra de una escuela p¨²blica del barrio, sac¨® una serie de fotograf¨ªas que honraron la verdad del paisaje. Al lado de todo continuaba una vida que insist¨ªa en ser vivida. Ni?os, amigos y familias en un paisaje de guerra que se daba por sentado. Los latinos y afroamericanos que hab¨ªan insistido en permanecer en Bushwick.
Para el a?o 2000 era un barrio de latinos. Seg¨²n el Centro Furman de NYU, el 68% de la poblaci¨®n era de origen hispano, mientras que el 20% negra. Fidel Cort¨¦s, un mexicano residente y vendedor de nieves en el barrio, cuenta c¨®mo vio esa realidad: ¡°Yo llegu¨¦ en el 2001 cuando me trajo mi pap¨¢ a este pa¨ªs, toda esta ¨¢rea era de Puerto Rico, por todos lados. En el?building donde viv¨ªamos tambi¨¦n viv¨ªan puertorrique?os, so todos se fueron saliendo de esta ¨¢rea y hace como cinco a?os empez¨® a llegar toda la raza de Ecuador: mucho ecuatoriano, ya esto, ya. Creo que todos los que viv¨ªan por Queens se empezaron mudar para ac¨¢. El uno, el otro, ya todo esto, ya, encuentran mucha raza ecuatoriana. Encebollados ac¨¢, encebollados all¨¢. Ya mexicanos quedamos muy pocos¡±.
La l¨ªnea del progreso barre lo que le estorba, y Bushwick empezar¨ªa a padecer los mecanismos de la gentrificaci¨®n a medida que avanzaba este siglo. De acuerdo con el informe Bushwick: emerging innovations in a dramatically gentrified neighbourhood hay dos factores que han permitido el fen¨®meno: la posici¨®n del barrio con respecto a Manhattan y la vulnerabilidad econ¨®mica de sus habitantes. El golpe empez¨® a sentirse tras la crisis econ¨®mica del 2008. La tasa de ejecuciones hipotecarias comenz¨® a ascender significativamente, la subida de las rentas y el estancamiento de los salarios desplaz¨® a unos y trajo a otros.
En el parque Mar¨ªa Hern¨¢ndez hay blancos sentados en la hierba, puestos al sol. Los latinos est¨¢n en las bancas, o de pie, con sus carros de frutas y helado bajo la sombra. El mundo de los unos al lado de los otros es confuso. A veces llegan predicadores con altavoces repartiendo salvaciones en espa?ol. A veces solo hay ropa usada en venta. No parecen dos mundos enfrentados, sino acomodados convenientemente.
De acuerdo con la antrop¨®loga Amanda Ortega, el proceso de gentrificaci¨®n se divide en tres etapas. En la primera, ocurre la llegada de gentrificadores marginales: estudiantes, artistas, y migrantes de otras ciudades que buscan un espacio asequible para vivir. En la segunda, el vecindario cambia, empieza a darse a conocer, se montan negocios y el efecto es obvio: suben las rentas, el barrio se dispone a lo nuevo y desplaza lo viejo. ¡°En la tercera etapa ¡ªla etapa actual de la gentrificaci¨®n en Bushwick¡ª llegan residentes m¨¢s adinerados, la estructura de propiedad inmobiliaria cambia (con nuevos propietarios y empresas de bienes ra¨ªces comprando edificios de manera especulativa), los inquilinos sufren no solo aumentos en los alquileres, sino tambi¨¦n acoso, y surge una nueva demanda de servicios y comodidades por parte de los reci¨¦n llegados¡±, dice en The Disputed Neighborhood: Gentrification of East Williamsburg and Identity in the Shared Space.
Aun as¨ª, la patria se afirma, se le hace aparecer en un teatro de espectadores que pretenden continuar la vida de donde estaban o donde quisieran estar. Ahora, m¨¢s que cualquier otra bandera, aparece la de Ecuador. La crisis social y pol¨ªtica de Ecuador ha desatado una nueva ola de inmigrantes. Familiares, conocidos y desconocidos llegan, preguntan y buscan hasta que llegan a donde pertenecen. Las banderas ecuatorianas son el farol. Se instalan frente a la puerta de cada local. Restaurantes de encebollados, verduler¨ªas, tiendas de cachivache y panader¨ªas. En un pa¨ªs como este, en una ciudad como esta, el negocio es la patria.
Seg¨²n una reciente investigaci¨®n del NYU Furman Center de 2022, se estimaba que viv¨ªan 94,423 personas en Bushwick, de las cuales el 42.6% se identificaba como hispana, el 26.1% como blanco, el 20.1% como negro, y 6.4% como asi¨¢tico. El 70% de los migrantes que han llegado a los albergues los en los ¨²ltimos dos a?os son latinoamericanos. La mayor¨ªa procede de Venezuela (el 41%), Ecuador (17%) y Colombia (9%).
V¨ªctor Anazco lleva cinco a?os trabajando en uno de los restaurantes de encebollados m¨¢s conocidos en el barrio. ¡°Me imagino que es por la situaci¨®n en el pa¨ªs, porque est¨¢ muy fea. La renta ha subido mucho, ha habido mucha migraci¨®n, hay muchos latinos que est¨¢n buscando departamentos. En una habitaci¨®n se ponen hasta tres, cuatro personas, incluso cinco personas. A veces vienen acercarse a lo mejor si hay trabajito, si hay alg¨²n cachulito para hacer, o limpiar unos vidrios porque hay escasez de trabajo¡±.
Una transe¨²nte ecuatoriana responde contrariada: ¡°Yo ya no vivo aqu¨ª, aqu¨ª todo est¨¢ muy caro y no hay trabajo. Ahora solo hay venezolanos¡±. Minutos m¨¢s tarde, Angelina Zaragoza, que ha vendido frituras por 21 a?os en la misma esquina, dice que ¡°ya no hay nada de negocio. Muchos ecuatorianos que no compran, esos no hacen el gasto, quieren todo regalado, no consumen. Compran a los de ellos, no compran nada. Y, como ya subieron la renta, ya muchos mexicanos se fueron de ac¨¢¡±.
Los latinoamericanos se perciben los unos a los otros. Se disputan los espacios laborales cuando la ola migratoria de un pa¨ªs amenaza a unos y desplaza a otros. Edwin Pullutasig, quien abri¨® una panader¨ªa ecuatoriana hace dos a?os y vive en Bushwick desde hace siete, cree que la competencia es positiva. ¡°Cuando llegu¨¦ era como m¨¢s tranquilo, como que menos gente, no hab¨ªa tanto restaurante.?Ahorita han puesto algunos, por ejemplo, aqu¨ª pusieron uno arriba, pusieron otro que es colombiano, ac¨¢ pusieron otro que es ecuatoriano, o sea, ha habido mucho negocio, pero todo bien, como dicen.?En parte es bueno porque al final la competencia tambi¨¦n a uno le hace sacar mejores cosas uno mismo superarse y hacer cosas nuevas porque tiene una competencia¡±
Los norteamericanos pasan desapercibidos. No hay nada en disputa con ellos, o no directamente, porque llegan impulsados por una corriente de agua muy distinta: la renta. Ellos pueden pagar lo que los latinos no. El informe Bushwick: emerging innovations in a dramatically gentrified neighbourhood dice que en Bushwick se establece una estructura social dual, se habla de ¡®los dos Bushwicks¡¯.
¡°Por un lado, est¨¢ la poblaci¨®n hispana, residentes de largo plazo que pueden caracterizarse por ser notablemente inmigrantes, de bajos ingresos, hispanohablantes y relativamente mayores. Muchos de ellos son propietarios de peque?os negocios y son inmigrantes indocumentados. Por otro lado, est¨¢n los gentrificadores, Los reci¨¦n llegados son principalmente personas j¨®venes, de habla inglesa y de la generaci¨®n millennial. Tienen una fuerte presencia visual, identificable a trav¨¦s del arte p¨²blico, estudios de arte, bares y caf¨¦s, as¨ª como a trav¨¦s de indicadores raciales y de edad. La mayor¨ªa de ellos son blancos y j¨®venes estudiantes o profesionales. No son ricos, aunque tienden a tener niveles m¨¢s altos de calificaciones educativas, privilegio racial y ling¨¹¨ªstico, y mayores oportunidades laborales¡±.
En el departamento donde vive Edwin Pullutasig han subido la renta. Tres a?os atr¨¢s pagaba $2400 por un departamento de dos cuartos, ahora paga $3000 y pico. Hace cinco a?os Fidel Cort¨¦s pagaba $1500 y ahora paga m¨¢s de $2500. ¡°Ha cambiado mucho, por eso es que mucha gente?se ha ido de estas ¨¢reas. Muchos de raza blanca se mudaron pa ac¨¢, por eso mismo se subieron las rentas. Nosotros ya tenemos en mente mudarnos porque es mucha renta que estamos pagando¡±.
En Bushwick, la econom¨ªa se empuja todos los d¨ªas. Es un barrio de moda, con vida de d¨ªa y de noche, hay gente para todas las horas y gustos. A Fidel le hacen fila todos los domingos para comprarle las nieves. ¡°Ahora casi te dir¨¦ que el 60 o 70% son los blanquitos. Desde que nos hicieron unos videos ya la gente sabe m¨¢s o menos qu¨¦ es lo que estamos vendiendo, porque antes no m¨¢s nos pasaban, pero como que no llamaba la atenci¨®n,?no les importaba lo que vend¨ªamos¡±.
Se dice que la gentrificaci¨®n de Bushwick viene tal y como lleg¨® a Williamsburg y como est¨¢ llegando a otras ¨¢reas de la ciudad. Por ahora, los latinos que quedan insisten en quedarse, ya sea viviendo o vendiendo, all¨ª est¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.