De cuando Trump era solo un millonario m¨¢s y los dem¨®cratas bailaban la ¡®Macarena¡¯ sabi¨¦ndose ganadores
En el verano de 1996, Bill Clinton ten¨ªa casi asegurada su reelecci¨®n, la poblaci¨®n viv¨ªa a?os de paz y prosperidad econ¨®mica y la polarizaci¨®n no pintaba en el horizonte
El escenario de la Convenci¨®n Nacional Dem¨®crata 2024 est¨¢ listo para que la vicepresidenta Kamala Harris se convierta oficialmente en la segunda mujer en la historia en ostentar la candidatura del partido azul para competir en las elecciones de presidenciales de noviembre. El evento transcurre ahora en Chicago, la ciudad en la que los dem¨®cratas han celebrado citas inolvidables de su historia, como la de 1968, marcada por los disturbios contra la guerra de Vietnam que provocaron el juicio de los Chicago Seven (un episodio llevado al cine por Aaron Sorkin en 2020); y la de 1996, en la que el partido bail¨® el himno planetario de aquellos a?os, la Macarena, mientras dominaba el mapa pol¨ªtico del pa¨ªs.
Veintiocho a?os han pasado y la convenci¨®n de aquel a?o sigue siendo una de las m¨¢s ic¨®nicas. Fue la segunda coronaci¨®n del presidente Bill Clinton, que lideraba c¨®modamente las encuestas y promet¨ªa una victoria aplastante contra su oponente, el republicano Bob Dole. Tras los pol¨¦micos a?os de Ronald Reagan y el fin de la Guerra Fr¨ªa, el p¨¦ndulo pol¨ªtico favorec¨ªa como nunca a los dem¨®cratas.
Uno de los discursos m¨¢s recordados de aquel a?o fue el del actor Christopher Reeve, el famoso protagonista de Superman, quien para el momento se encontraba paral¨ªtico tras haber sufrido un terrible accidente que lo convirti¨® en un activista por las personas con discapacidad en Estados Unidos; pero el momento m¨¢s memorable ocurri¨® cuando todos los delegados bailaron la canci¨®n de Los Del R¨ªo, la Macarena, mientras una sonriente e ins¨ªpida Hillary Clinton aplaud¨ªa sin parar desde las gradas.
I am begging whoever is producing the dnc to please have us all do the Macarena pic.twitter.com/KZqYWtXDqG
— Keith Edwards (@keithedwards) August 19, 2024
Aquellas im¨¢genes transmitidas por las c¨¢maras de C-Span mostraban una sala rebosante de alegr¨ªa con delegados que agitaban sus brazos, giraban y se contoneaban al ritmo de la canci¨®n. Era un video musical que pon¨ªa a la vista de todos la vitalidad y juventud del partido, su diversidad ¨¦tnica y sexual (puede verse a un hombre arropado por la bandera LGBT+ mientras bailaba), y la alegr¨ªa que solo transmiten los ganadores.
Los republicanos tambi¨¦n bailaron la Macarena ese a?o en San Diego, pero aquello pas¨® sin pena ni gloria. Los dem¨®cratas se apropiaron de la canci¨®n, haciendo de ella su ritual nocturno durante la convenci¨®n. Inclusive, el vicepresidente Al Gore brome¨® durante una de sus intervenciones con mostrar su propia versi¨®n del baile, pero fue incapaz de hacerlo. No import¨® porque ¨¦l y Clinton marcaban el ritmo de la naci¨®n.
The New York Times rese?¨® el encuentro de los dem¨®cratas en 1996 como un ¡°espect¨¢culo de variedades¡±. Si los republicanos hicieron de su convenci¨®n un infomercial, los dem¨®cratas optaron por un show al mejor estilo de Oprah Winfrey. Por el escenario pas¨® el elenco del musical de Broadway, Rent, interpretando un tema llamado Seasons of Love, una muestra de compasi¨®n con los enfermos de sida; Emmylou Harris cantando Abraham, Martin y John, en honor a Lincoln, Luther King y Kennedy; y Aretha Franklin extasi¨® a los presentes con su interpretaci¨®n del himno nacional en un evento impregnado por la m¨²sica gospel (tambi¨¦n de sermones evang¨¦licos) para mostrar a la comunidad afroamericana en el esplendor de sus valores familiares y entusiasmo identitario.
El discurso de aceptaci¨®n del presidente Clinton culmin¨® con la reproducci¨®n del tema Beginnings de la banda de rock Chicago, extra¨ªda de su primer ¨¢lbum Chicago Transit Authority, en el que se pod¨ªan escuchar los c¨¢nticos de los manifestantes durante los disturbios de 1968. Fue una manera de reivindicarlos. Casi 30 a?os despu¨¦s, la campa?a Harris-Walz tendr¨¢ a las protestas pro Palestina rondando, y el reto de invocar a la canci¨®n en la que los estadounidenses vuelvan a verse reflejados.
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