Afinidad hist¨®rica o mensaje econ¨®mico: Harris y Trump buscan al votante latino
Los dem¨®cratas se enfocan en impulsar el registro de nuevos votantes hispanos, el segmento con la menor participaci¨®n, mientras los republicanos se concentran en vender su mensaje conservador
No se puede ganar la presidencia sin el voto latino. Pasada la Convenci¨®n del Partido Dem¨®crata y camino del cl¨ªmax de una campa?a a la vez eterna y que todav¨ªa est¨¢ por empezar, esa idea se repite a diario. Sin embargo, no existe una definici¨®n clara para ese bloque electoral. Hay numerosos estereotipos existentes: el anticomunista cubano-americano del sur de Florida, el chicano m¨¢s progresista de California o el mexicano-americano de Texas, contrapeso urbano del ranchero republicano de toda la vida. En la vida real todos estos existen, pero reducir el conjunto de casi 36 millones de personas latinas con derecho a voto en las elecciones de noviembre a cualquiera de estas produce una imagen contradictoria e incompleta. Los dem¨®cratas y los republicanos lo saben, y a partir de ah¨ª est¨¢n desplegando estrategias muy diferentes para apelar a una poblaci¨®n cuyos votos tienen el potencial de decidir qui¨¦n ocupar¨¢ la Casa Blanca durante los pr¨®ximos cuatro a?os.
Esto ¨²ltimo se puede decir sobre muchos grupos diferentes, desde las mujeres suburbanas hasta las poblaciones musulmanas de Michigan, pero la crucial presencia latina en varios Estados bisagra obligan a ambos partidos a cosechar buenos resultados entre los votantes hispanos. En Arizona y Nevada, dos de estos Estados clave, Joe Biden gan¨® las elecciones en 2020 por poco m¨¢s de 10.000 votos, y en cada uno hay 1,3 millones y 450.000 latinos con derecho; lo que representa el 25 y 22% del electorado, respectivamente. Lograr una mayor¨ªa clara entre los latinos de cada Estado significa una victoria asegurada, pero los m¨¢rgenes son tan estrechos que incluso en Pensilvania, donde la poblaci¨®n latina representa solo el 6% de los potenciales votantes, los latinos tambi¨¦n pueden decidir la balanza.
Si la poblaci¨®n hispana es una poblaci¨®n variada por su distribuci¨®n geogr¨¢fica, nivel socioecon¨®mico y pa¨ªs de origen -indicios relativamente claros de la posici¨®n pol¨ªtica-, a nivel demogr¨¢fico y electoral, los latinos presentan un par de caracter¨ªsticas determinantes. En primer lugar, son un electorado m¨¢s joven. Solo un tercio es mayor de 50 a?os, mientras que en la poblaci¨®n general es la mitad. Y, por otro lado, hist¨®ricamente votan menos que la media: la participaci¨®n nacional en las pasadas elecciones fue casi del 67%, mientras que entre los latinos fue del 54%. Teniendo en cuenta que se han sumado unos cuatro millones de nuevos votantes latinos desde los ¨²ltimos comicios, si este a?o se igualara la participaci¨®n con el resto de la poblaci¨®n significar¨ªan casi siete millones de votos m¨¢s.
Sin embargo, a nivel individual, comparado con el votante promedio, las diferencias pr¨¢cticamente desaparecen. Rodrigo Dom¨ªnguez-Villegas, director de investigaci¨®n del Latino Policy & Politics Institute de UCLA, se?ala que las primeras tres preocupaciones de los latinos coinciden con el del electorado en general. ¡°En las encuestas que se han hecho en los primeros tres temas que los encuestados latinos ponen como prioridad son los mismos que el resto: la inflaci¨®n, tener un buen empleo y el acceso a viviendas asequibles. Despu¨¦s vienen temas que cambian mucho dependiendo del contexto¡±. Por ejemplo, en Texas despu¨¦s de las matanzas de El Paso y Uvalde, la regulaci¨®n de las armas era una prioridad mucho mayor que en otras partes del pa¨ªs.
Ambos partidos, conscientes de ello, han desarrollado t¨¢cticas muy diferentes para atraer esos votantes. Los dem¨®cratas est¨¢n apostando principalmente a aumentar la participaci¨®n. Conf¨ªan en la aritm¨¦tica y en su hist¨®rica ventaja entre el electorado latino; en las ¨²ltimas dos elecciones se han llevado alrededor del 65% de los votos latinos. Voto Latino, la operaci¨®n de registro de latinos m¨¢s grande del pa¨ªs, ha dicho que su equipo puede inscribir a hasta 800.000 personas. Desde finales de julio han registrado a mil personas diarias en promedio, principalmente en Florida, Texas y Estados clave como Arizona, Georgia, Carlina del Norte o Pensilvania. La mayor¨ªa han sido menores de 30 a?os y mujeres, dos subgrupos que son claramente favorables al partido de Kamala Harris. Y como esta organizaci¨®n, hay otros grupos dedicados a tiempo completo a buscar electores invisibles para registrarlos y motivarlos a votar a los dem¨®cratas.
La estrategia se basa en la preconcepci¨®n de que los latinos son naturalmente parte de la coalici¨®n Dem¨®crata por sus posiciones frente a temas como la inmigraci¨®n ¡ªmucho m¨¢s a favor de una reforma integral que ofrezca m¨¢s v¨ªas legales para trabajar en el pa¨ªs y eventualmente conseguir la ciudadan¨ªa¡ª, las armas o los sindicatos.
Para los republicanos, en cambio, hay cada vez m¨¢s evidencia de que el electorado latino es inherentemente conservador: les importan los valores familiares, son emprendedores y quieren un Estado que no se entrometa en sus negocios y supuestamente tienen una aversi¨®n cong¨¦nita a la izquierda por el ejemplo de Cuba, Venezuela o Nicaragua.
Hay datos que apoyan esta lectura. Desde las elecciones de 2012 el Partido Republicano ha aumentado de manera estable su porcentaje de votaci¨®n entre los latinos: 27% en 2012, 29% en 2016 y 32% en 2020. Y las m¨¢s recientes encuestas p¨²blicas apuntan a que Trump se llevar¨¢ el 38% del voto latino este a?o. Dom¨ªnguez-Villegas se?ala que la mayor¨ªa de la evidencia muestra que hay dos segmentos del electorado latino que han impulsado ese cambio. Latinos evang¨¦licos, por afinidad conservadora, y la clase trabajadora latina, que ha reflejado los movimientos del resto de la poblaci¨®n.
Bas¨¢ndose en esto, y en el hecho de que las preocupaciones principales de los latinos son las mismas que las de la poblaci¨®n general, la estrategia de los republicanos es precisamente abordar al electorado hispano con pr¨¢cticamente los mismos mensajes que al resto. Con un ¨¦nfasis especial en contrastar las pol¨ªticas econ¨®micas y menos en la idea de deportar a millones de personas ¡ªuna pol¨ªtica que los latinos republicanos no apoyan y consideran irrealizable de todas maneras¡ª la campa?a de Trump conf¨ªa en la inercia de los ¨²ltimos a?os.
Pero a¨²n hay ciertas diferencias entre los hispanos republicanos y el resto. Mientras que alrededor de la mitad de los latino republicanos consideran que es m¨¢s relevante proteger el derecho a portar armas que regularlo, el 83% de los republicanos en general opinan lo mismo. De manera similar, en inmigraci¨®n los latinos del partido son mucho menos proclives a decir que es muy importante reforzar la frontera ¡ª55 frente a 74%¡ª y aumentar las deportaciones ¡ª32 frente a 52%¡ª, o facilitar la legalizaci¨®n de inmigrantes sin papeles ¡ª33 frente a 14%¡ª.
A poco m¨¢s de dos meses de la votaci¨®n, todo est¨¢ en juego. La luna de miel de Harris tras irrumpir como candidata le ha dado un impulso que puede terminar siendo determinante si efectivamente logra aumentar sustancialmente la participaci¨®n de este electorado tradicionalmente ap¨¢tico. Mientras que Trump aspira a que el entusiasmo por su contrincante se desinfle pronto y que sus ataques econ¨®micos, especialmente llam¨¢ndola ¡°comunista¡±, calen entre los latinos.
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