Inseguridad, ansiedad y miedo: aumentan los problemas de salud mental entre los migrantes

Hace tiempo que Donald Trump decidi¨® que el enemigo n¨²mero uno de Estados Unidos son los migrantes indocumentados, a quienes ha llamado desde asesinos hasta violadores. Y la soluci¨®n, seg¨²n ¨¦l, a esos problemas es expulsarlos del pa¨ªs. La realidad, sin embargo, es que millones de personas con un historial delictivo inexistente viven ahora bajo el temor de ser deportados. Las amenazas de una deportaci¨®n masiva est¨¢n perjudicando la salud mental de los afectados y de sus allegados, que ya de por s¨ª sufren m¨¢s presi¨®n psicol¨®gica que el resto de la poblaci¨®n. Las organizaciones y los profesionales que ofrecen servicios a los migrantes han percibido un aumento de estr¨¦s, ansiedad y depresi¨®n entre sus pacientes, causado, sobre todo, por la incertidumbre de lo que va a pasar cuando el republicano asuma el poder el 20 de enero.

¡°He observado un aumento significativo en el miedo a la deportaci¨®n entre mis pacientes. Muchos han expresado una mayor ansiedad por ser detenidos y deportados, lo que los ha llevado a evitar salir en p¨²blico. Esta atm¨®sfera recuerda el per¨ªodo en que las redadas del sheriff Joe Arpaio causaron angustia generalizada en la comunidad¡±, sostiene Suzana Adams, psic¨®loga de Phoenix cuyos pacientes son en su mayor¨ªa latinos.

El que fue sheriff del condado de Maricopa, Arizona, por 24 a?os debe su celebridad a la pol¨ªtica antiinmigrante que aplic¨® hasta que perdi¨® su reelecci¨®n en 2016 y que estuvo definida por la persecuci¨®n y detenci¨®n indiscriminada de latinos. En su primera gran entrevista desde que gan¨® las elecciones, Trump ha reiterado su intenci¨®n de lanzar una deportaci¨®n masiva. Los primeros a ser expulsados, ha asegurado, ser¨¢n los que han cometido delitos, pero seguir¨¢ con el resto de los indocumentados. ¡°Creo que hay que hacerlo¡±, confirm¨® en la entrevista emitida el domingo en el programa Meet the Press de la NBC. Se estima que hay 11 millones de personas que no tienen papeles viviendo en el pa¨ªs.

El miedo a las redadas, a salir un d¨ªa de casa para ir a trabajar y no regresar; la angustia de pensar que no van a volver a ver a sus hijos; el temor de que sus padres sean detenidos y queden desamparados; la angustia ante la perspectiva de regresar a un lugar del que huyeron ¡­ El nivel de estr¨¦s que soportan muchas familias migrantes no ha hecho m¨¢s que aumentar desde que Trump gan¨® las elecciones. Es casi imposible evitar que vuelvan a la memoria las escenas dram¨¢ticas de familias separadas ocurridas en su primer mandato. Las dificultades legales, presupuestarias y log¨ªsticas que conlleva una operaci¨®n de esa envergadura no mitigan el miedo que causan las amenazas.

¡°Con la ret¨®rica de la nueva Administraci¨®n, los inmigrantes necesitan acceder a los servicios de salud mental por la ansiedad e incertidumbre que est¨¢n experimentando¡±, apunta Jenifer Garc¨ªa Mendoza, directora de programas de salud mental de United We Dream (UWD). Su organizaci¨®n, que se dedica a proteger y defender los derechos de los migrantes j¨®venes, realiza desde hace nueve a?os una encuesta junto a otras organizaciones que muestra los efectos negativos que tiene en la salud mental la precaria situaci¨®n en la que se encuentran los migrantes beneficiados por DACA. Este programa permite la residencia a m¨¢s de medio mill¨®n de extranjeros que llegaron al pa¨ªs de forma ilegal cuando eran ni?os, los llamados dreamers, que tienen que renovar el permiso cada dos a?os.

¡®Acciones, no palabras¡¯

En su reciente entrevista, el republicano rebaj¨® por primera vez sus amenazas contra este grupo y afirm¨® que pretende buscar un acuerdo con los dem¨®cratas para permitir que permanezcan en el pa¨ªs. Los defensores de los dreamers, sin embargo, desconf¨ªan de sus planes. ¡°Las acciones hablan m¨¢s que las palabras, y el historial de Donald Trump en atacar DACA, alimentar la desinformaci¨®n y la violencia y convertir a los inmigrantes en chivos expiatorios se remonta a su primer d¨ªa en el cargo hasta el d¨ªa de hoy¡±, respondi¨® UWD en un comunicado, atribuido a Bruna Sollod, directora de pol¨ªtica.

Trump ya intent¨® acabar con el programa DACA durante su primer mandato, pero el Tribunal Supremo lo impidi¨®. Ahora est¨¢ paralizado por una orden judicial que respondi¨® a una demanda interpuesta por varios Estados gobernados por republicanos liderados por Texas, que lo consideran ilegal. Para creer en sus palabras, ¡°Trump deber¨ªa llamar inmediatamente a sus aliados en Texas para que abandonen la demanda contra DACA y detengan ahora su agenda de deportaciones y detenciones masivas¡±, dijo el comunicado.

Un tribunal de apelaciones lleva el caso ahora y lo m¨¢s probable es que ratifique su ilegalidad, con lo que acabar¨ªa en manos del Supremo. El Alto Tribunal, en el que los seis jueces conservadores (tres de un total de nueve jueces fueron nombrados por Trump) tienen mayor¨ªa.

¡°Todos pasamos por la Administraci¨®n Trump la primera vez. Y por eso estamos muy familiarizados con lo que es y nos tomamos muy en serio sus promesas de deportaci¨®n masiva¡±, reconoce Karen Fierro Ruiz, directora de Pol¨ªtica y Defensa Federal de UWD y beneficiaria de DACA. ¡°La salud mental y el acceso a los servicios es definitivamente algo en lo que s¨¦ que muchos de nuestros miembros est¨¢n pensando, especialmente por lo que nos espera con la pr¨®xima Administraci¨®n¡±, a?ade.

La edad promedio de cuando ingresaron en Estados Unidos es de 6,6 a?os y llevan una media de 25 residiendo en el pa¨ªs. Muchos ya han formado familias y sus hijos (e incluso nietos, en algunos casos) son ciudadanos estadounidenses. El ¨²ltimo informe, realizado junto a otras organizaciones, publicado en marzo, muestra que el 70,7% de los dreamers admite que al menos una vez al d¨ªa piensa en que puede ser deportado y ser separado de sus hijos.

Casi 9 de cada 10 encuestados admitieron estar preocupados con su seguridad f¨ªsica o la de su familia, su capacidad para acceder a atenci¨®n m¨¦dica o educaci¨®n, el riesgo de inseguridad alimentaria o el riesgo de quedarse sin hogar si son deportados.

Tensi¨®n en la familia

Las amenazas de deportaci¨®n no solo afectan a los migrantes susceptibles de ser expulsados, sino que contagian el miedo a todo el c¨ªrculo familiar. Surgen las dudas de qu¨¦ hacer con los hijos si los padres son expulsados y las pol¨¦micas decisiones de si quedarse o irse del pa¨ªs antes de que ocurra una separaci¨®n imprevista.

¡°He sido testigo del profundo impacto que este miedo tiene en las familias. Algunos pacientes han abandonado el pa¨ªs de forma preventiva para evitar la deportaci¨®n, optando por reestructurar sus vidas con otros familiares en el extranjero. Estas decisiones suelen generar conflictos familiares internos, ya que algunos miembros prefieren quedarse, mientras que otros se sienten obligados a irse¡±, explica Adams.

Las discusiones sobre c¨®mo actuar afectan al ambiente familiar y acaban perjudicando a los m¨¢s peque?os. ¡°Este entorno impulsado por el miedo ha resultado en familias fragmentadas, relaciones tensas y angustia emocional significativa, particularmente para los ni?os que viven en constante miedo¡±, a?ade Adams.

Aunque la angustia es denominador com¨²n para todos los indocumentados y sus familias, la situaci¨®n no es igual en todo el pa¨ªs. En los Estados en los que hay m¨¢s oposici¨®n a los planes antiinmigraci¨®n de Trump, como California, los migrantes se sienten m¨¢s protegidos y los terapeutas no han registrado tanto aumento de consultas. Sin embargo, la tensi¨®n es palpable. ¡°Ahora hay mucha preocupaci¨®n, todo es un poco ca¨®tico porque no sabemos exactamente lo que va a pasar¡±, afirma William Mart¨ªnez, psic¨®logo y director de la Iniciativa de Salud y Derechos Humanos de la Universidad de California San Francisco (UCSF), que ofrece servicios a los migrantes.

¡°Hay mucha desinformaci¨®n, incertidumbre y eso est¨¢ creando ansiedad¡±, asegura. Normalmente, el porcentaje de j¨®venes migrantes que necesitan ayuda psicol¨®gica es del 25% al 30% y la probabilidad de sufrir depresi¨®n es superior a la del resto.

Mart¨ªnez teme que por el miedo a la deportaci¨®n, los migrantes dejen de acudir a los servicios p¨²blicos que necesitan, como la atenci¨®n m¨¦dica. Por eso su labor principal ahora es de informaci¨®n. ¡°Por lo menos en un Estado como California pueden acceder a servicios sin tener la ansiedad o el temor de que les vayan a deportar¡±, dice, aunque en seguida a?ade un ¡°por ahora¡±, que plasma la preocupaci¨®n de lo que el nuevo mandato de Trump pueda deparar.

San Francisco es una ciudad santuario, que protege a los migrantes, pero tambi¨¦n lo es Nueva York y su alcalde, Eric Adams, declar¨® esta semana que colaborar¨¢ con el Gobierno federal en el plan de deportaciones de Trump.

El ¨²ltimo signo de que el republicano no tiene intenci¨®n de parar sus planes fue la elecci¨®n el viernes pasado de dos nuevos nombramientos. Rodney Scott, jefe de la Patrulla Fronteriza, y Caleb Vitello, director del Servicio de Inmigraci¨®n y Aduanas (ICE), estar¨¢n al cargo de las unidades operativas para sus planes.

¡°Es profundamente preocupante para los millones de familias en todo nuestro pa¨ªs que viven con miedo a la separaci¨®n y la deportaci¨®n¡±, declar¨® en un comunicado la organizaci¨®n American Families United en respuesta al anuncio. ¡°Estas nominaciones se?alan un compromiso peligroso de continuar e incluso intensificar esas pol¨ªticas. Rodney Scott, que ha supervisado las pol¨ªticas que han llevado a la separaci¨®n de familias en la frontera, y Caleb Vitello, cuya postura sobre la aplicaci¨®n de la ley ha dejado claro que prioriza las redadas y los arrestos por encima del bienestar de las familias estadounidenses, no son los l¨ªderes que nuestra naci¨®n necesita¡±, a?ade. Los nombramientos se unen a los ya elegidos para dirigir la pol¨ªtica migratoria Tom Homan, Stephen Miller y Kristi Noem, defensores de la deportaci¨®n masiva y, en el caso de los dos primeros, arquitectos de la pol¨ªtica que llev¨® a la separaci¨®n de familias en el primer mandato. La elecci¨®n de Scott y Vitello s¨®lo a?ade m¨¢s le?a al fuego.