Migraci¨®n, seguridad, Venezuela, Panam¨¢: Latinoam¨¦rica se mide al Trump m¨¢s fuerte

La ruta que parte de Venezuela y que llega a la frontera con Estados Unidos despu¨¦s de atravesar Colombia, la selva del Dari¨¦n, Centroam¨¦rica y M¨¦xico encierra tambi¨¦n el hilo conductor de los principales frentes de Donald Trump en Am¨¦rica Latina. La migraci¨®n, eje de la campa?a del presidente electo, es el fen¨®meno que sirve para explicar el resto de los desaf¨ªos de la pr¨®xima Administraci¨®n republicana en la regi¨®n: el grave conflicto pol¨ªtico venezolano, los problemas de seguridad generados por las organizaciones criminales, en su mayor¨ªa c¨¢rteles de narcotraficantes que se dedican a la trata de personas, la relaci¨®n con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, e incluso las tensiones comerciales que han desembocado antes de Navidad en la amenaza de retomar el control del Canal de Panam¨¢. A la espera de la toma de posesi¨®n programada para el 20 de enero, Latinoam¨¦rica contiene el aliento ante el regreso de Trump a la Casa Blanca.

Investidura en Caracas

Todo lo que se decide en Washington tiene un impacto profundo en los m¨¢s de 11.000 kil¨®metros que separan el R¨ªo Bravo y la Patagonia, pero casi nunca sucede lo contrario. Estados Unidos suele vivir de espaldas al resto del continente, con algunas excepciones. Venezuela es una ellas. La toma de posesi¨®n del pr¨®ximo presidente, prevista para el 10 de enero, tendr¨¢ repercusiones directas en el tablero geopol¨ªtico internacional. Nicol¨¢s Maduro est¨¢ decidido a comenzar un nuevo mandato despu¨¦s de proclamarse ganador de unas elecciones manchadas por sospechas de fraude. Su principal contrincante, el diplom¨¢tico Edmundo Gonz¨¢lez Urrutia, hoy asilado en Madrid, prometi¨® volver para asumir el cargo que le corresponde, seg¨²n las actas de los comicios del pasado 28 de julio difundidas por la oposici¨®n. La investidura abre la puerta a un recrudecimiento de la crisis, agravada en los ¨²ltimos meses por la represi¨®n de las protestas y una oleada de detenciones.

Una de las primeras decisiones de Trump en pol¨ªtica internacional ser¨¢ su posicionamiento ante el chavismo. La intransigencia de sus hombres fuertes designados para Am¨¦rica Latina, el secretario de Estado Marco Rubio y el enviado especial Mauricio Claver-Carone, no garantiza, sin embargo, carta blanca a la causa opositora. El fracaso del experimento de Juan Guaid¨®, que fue reconocido como presidente interino por Trump durante su primera Administraci¨®n, y la capacidad de resistencia de Maduro, pueden limitar el respaldo de la Casa Blanca. A eso se a?aden argumentos econ¨®micos, como los v¨ªnculos del magnate republicano con el sector petrolero, y el hecho de que la crisis sociopol¨ªtica sigue expulsando a venezolanos que huyen en busca de oportunidades y que, seg¨²n Naciones Unidas, ya superan los ocho millones de personas. Cualquier paso del Gobierno estadounidense ser¨¢, en todo caso, decisivo para el futuro de Venezuela, al igual que pasa con el principal aliado de Maduro, el r¨¦gimen cubano de Miguel D¨ªaz-Canel.

M¨¦xico y las deportaciones

El Ejecutivo de Claudia Sheinbaum ya se est¨¢ preparando para hacer frente a una de las principales promesas electorales de Trump, esto es, poner en marcha deportaciones masivas a M¨¦xico. El cruce de mensajes con Washington comenz¨® justo despu¨¦s de las elecciones del 5 de noviembre. El presidente electo ha amenazado con una guerra arancelaria, como hizo a finales de la pasada d¨¦cada con Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, con intervenir en el territorio del pa¨ªs vecino para desmantelar a los c¨¢rteles del narcotr¨¢fico y, en definitiva, ya ha activado todos los mecanismos para presionar a su hom¨®loga.

La presidenta, una cient¨ªfica ecologista de izquierdas que se sit¨²a en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas del republicano, siempre se ha mostrado prudente y desde el principio ha manifestado su disposici¨®n a colaborar con la nueva Administraci¨®n en seguridad y lucha contra el crimen organizado. Las condiciones, sin embargo, son claras: no admitir¨¢ ning¨²n atropello a la soberan¨ªa mexicana. ¡°Nunca nos vamos a subordinar¡±, record¨® la semana pasada ante el anuncio del magnate de declarar a los c¨¢rteles como ¡°organizaciones terroristas¡±, lo que abrir¨ªa un escenario lleno de inc¨®gnitas por las posibles actuaciones de Estados Unidos.

Sheinbaum envi¨® hace semanas una carta a Trump en la que resumi¨® su enfoque: ¡°All¨¢ se consume la droga, principalmente; de all¨¢ vienen las armas, y aqu¨ª ponemos las vidas¡±. Con estas premisas, M¨¦xico es el primer interesado en cooperar con la Casa Blanca, de cuyas decisiones depende adem¨¢s la estabilidad de su econom¨ªa, pero no a cualquier precio. Lo mismo ocurre en materia de pol¨ªtica migratoria. El Gobierno asegura que el pa¨ªs est¨¢ en condiciones de recibir a los deportados, en su gran mayor¨ªa procedente de terceros pa¨ªses. No obstante, lleva a?os reclamando que para afrontar el fen¨®meno a largo plazo se necesita una inversi¨®n m¨¢s ambiciosa de Estados Unidos y una apuesta m¨¢s clara por el desarrollo en el tri¨¢ngulo norte de Centroam¨¦rica y en Chiapas.

El Canal de Panam¨¢: cuesti¨®n de econom¨ªa

La amenaza aireada en v¨ªsperas de la Nochebuena de retomar el control del Canal de Panam¨¢ por considerar abusivas las tarifas refleja otra de las grandes obsesiones del mandatario electo: la econom¨ªa. Sin embargo, el uso pol¨ªtico de las quejas econ¨®micas o comerciales de la futura Administraci¨®n estadounidense ha hecho saltar las alarmas en casi toda la regi¨®n. M¨¢s all¨¢ de la improbable sugerencia sobre la v¨ªa interoce¨¢nica, que violar¨ªa los tratados firmados en 1977 por Jimmy Carter y Omar Torrijos, la idea de Trump tiene una carga de profundidad precisamente por lo que plantea sobre la soberan¨ªa en Latinoam¨¦rica.

La mayor¨ªa del continente sali¨® en apoyo de Panam¨¢ y su presidente, Jos¨¦ Ra¨²l Mulino, rechazando las declaraciones del republicano. Pero el mandatario colombiano, Gustavo Petro, hizo una reflexi¨®n m¨¢s amplia que encierra una de las grandes preocupaciones de la comunidad internacional. ¡°Si el nuevo Gobierno de Estados Unidos quiere hablar de negocios, hablaremos de negocios, de t¨² a t¨² y en beneficio de nuestros pueblos, pero jam¨¢s se negociar¨¢ la dignidad¡±, enfatiz¨® Petro, que insta a Trump apostar por el bienestar de los pa¨ªses latinoamericanos tambi¨¦n como estrategia para paliar el flujo migratorio. ¡°Si no nos quieren en Estados Unidos, hay que volver pr¨®speras todas las Am¨¦ricas¡±, escribi¨® el presidente de Colombia, un pa¨ªs que siempre ha sido aliado estrat¨¦gico de Washington en la regi¨®n y que ahora puede serlo incluso m¨¢s ante la crisis venezolana.

La excepci¨®n de Milei

Trump tiene a su principal aliado pol¨ªtico, sin duda, en Argentina. Javier Milei se deshace en elogios al republicano, al que en repetidas ocasiones consider¨® el principal l¨ªder mundial en la lucha contra la izquierda, solo comparable con ¨¦l mismo. Trump retribuy¨® la devoci¨®n del argentino con una invitaci¨®n personal a la celebraci¨®n de su triunfo en Mar-a-Lago, su mansi¨®n en Palm Beach. Milei se sac¨® fotos, cant¨®, bail¨® y dio un discurso que lo mostr¨® notablemente emocionado. Pero Milei espera a¨²n m¨¢s de su amigo estadounidense: una ayuda ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la concesi¨®n de un cr¨¦dito que aporte unos 15.000 millones de d¨®lares a las reservas del Banco Central, hoy en negativo.

El pa¨ªs sudamericano negocia con el Fondo un acuerdo que reemplace al firmado por el Gobierno de Alberto Fern¨¢ndez en enero de 2022, cuando se acordaron nuevos plazos de pago para el cr¨¦dito de 44.000 millones de d¨®lares que Mauricio Macri hab¨ªa recibido en 2018. El Gobierno ultra cumpli¨® con las metas de ajuste de aquel pacto, pero necesita ahora fondos frescos. Milei est¨¢ convencido de que Trump saldr¨¢ al rescate, como ya hizo en el pasado con el expresidente Mauricio Macri, porque considera a Argentina ¡°un socio estrat¨¦gico¡± y un ¡°aliado confiable¡±, seg¨²n dijo d¨ªas atr¨¢s en una entrevista con The Wall Street Journal.

Milei asegura que su objetivo final es firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos por fuera del Mercosur, el bloque que integran tambi¨¦n Brasil, Paraguay y Uruguay. Pero su entusiasmo podr¨ªa verse frustrado si Trump, como ha prometido, decide profundizar la guerra arancelaria con China y Europa.