Guant¨¢namo, sin¨®nimo del horror
La base naval de EE UU en Cuba acoge la prisi¨®n para terroristas extranjeros, pero tambi¨¦n un centro para migrantes interceptados en el mar
El nombre de la base naval estadounidense de la bah¨ªa de Guant¨¢namo, en Cuba, suele generar escalofr¨ªos. Su penitenciar¨ªa, que a¨²n permanece abierta, es sin¨®nimo de los excesos m¨¢s siniestros, de las torturas y de los abusos de la guerra de EE UU contra el terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Pero la base acoge tambi¨¦n un centro, mucho menos conocido, para retener a migrantes interceptados en el mar ¡ªla mayor¨ªa procedentes de Cuba o Hait¨ª¡ª, en condiciones tambi¨¦n muy criticadas por las organizaciones humanitarias.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este mi¨¦rcoles un memor¨¢ndum por el que ordena al Pent¨¢gono y al Departamento de Seguridad Nacional ampliar las instalaciones de ese ¡°Centro Operativo para Migrantes¡± -el nombre oficial de esas instalaciones-, que alojar¨¢ hasta a 30.000 personas, aquellos extranjeros en suelo estadounidense sin permiso que Washington no pueda deportar a sus pa¨ªses de origen.
Trump ya hab¨ªa coqueteado con la idea de enviar inmigrantes irregulares a la base de Guant¨¢namo, un enclave que EE UU alquila a Cuba -aunque La Habana devuelve sistem¨¢ticamente los pagos- desde hace m¨¢s de un siglo y donde viven cerca de 6.000 personas entre militares y civiles en el este de Cuba, durante su primer mandato. Ahora quiere hacerlo realidad.
El lugar, desde el punto de vista de Trump y su equipo, que quieren sellar la frontera sur con M¨¦xico y consideran que la soluci¨®n ideal a la migraci¨®n irregular es una operaci¨®n de deportaciones masivas, tiene la ventaja de estar en una base militar en el extranjero, al margen del sistema migratorio estadounidense. Permitir¨ªa, seg¨²n adelantaba Trump en sus declaraciones este mi¨¦rcoles, casi doblar el n¨²mero de plazas en centros de detenci¨®n de que dispone el Servicio de Inmigraci¨®n y Control de Fronteras (ICE) estadounidense para confinar a los inmigrantes irregulares aprehendidos, unas 41.000 camas. Y estar¨ªan lejos, en un lugar aislado, que infunde miedo por sus siniestras connotaciones y del que, seg¨²n puntualizaba Trump, es ¡°dif¨ªcil escapar¡±.
Un informe de la ONG Proyecto Internacional para la Asistencia a los Refugiados (IRAP, por sus siglas en ingl¨¦s) describe las instalaciones de ese centro, que entre 2020 y 2023 alberg¨® a 36 inmigrantes, la mayor¨ªa cubanos y haitianos, como un lugar que no tiene mucho que envidiar al penal vecino, y que opera fuera del sistema migratorio estadounidense.
Los inmigrantes retenidos all¨ª permanecen ¡°detenidos de manera indefinida en condiciones similares a las de una prisi¨®n, sin acceso al mundo exterior y atrapados en un sistema punitivo¡±. Ese sistema est¨¢ operado por los Departamentos de Seguridad Nacional y de Estado, la Organizaci¨®n Internacional para la Migraci¨®n y contratistas privados, ¡°con poca o ninguna transparencia o rendici¨®n de cuentas¡±.
En un informe publicado el a?o pasado sobre el centro, IRAP denuncia que, seg¨²n los ocupantes del centro, los edificios est¨¢n plagados de moho y problemas con las ca?er¨ªas. Las familias con ni?os peque?os se alojan junto a adultos solteros. ¡°Se les deniegan llamadas telef¨®nicas confidenciales, aunque sea para hablar con sus abogados, y se les castiga si se atreven a compartir relatos sobre malos tratos¡±. Adem¨¢s, se les confina en sus habitaciones durante semanas enteras, y no hay servicios educativos ni tratamiento psiqui¨¢trico especializado para los menores traumatizados que se encuentran all¨ª retenidos.
Estos refugiados permanecen all¨ª hasta que un tercer pa¨ªs acepta acogerlos, en un proceso que puede tardar a?os a menos que opten por regresar a su pa¨ªs de origen, denuncia la ONG.
El centro se encuentra en una zona diferente del penal que a¨²n hoy, y pese a los intentos de los Gobiernos dem¨®cratas de Barack Obama y Joe Biden por clausurarlo, permanece abierto. Quince reclusos, algunos autores de varios de los peores atentados de finales del siglo XX y principios del XXI, permanecen a¨²n en sus celdas, envejecidos, con problemas de salud f¨ªsica y mental causados por su edad, el largo confinamiento y el trauma de las torturas, seg¨²n denuncian sus abogados.
De ellos, solo dos han sido juzgados y condenados. Tres esperan que alg¨²n tercer pa¨ªs les acoja. Siete se encuentran en proceso de juicio a manos de las comisiones militares, los tribunales castrenses creados especialmente para los casos de Guant¨¢namo. Otros tres, cuyos casos se encuentran sometidos a revisiones peri¨®dicas, est¨¢n apodados ¡°los prisioneros eternos¡±: Estados Unidos no quiere llevarlos a juicio, pero tampoco liberarlos.
Hasta 779 varones musulmanes llegaron a ser capturados y trasladados en secreto, encapuchados y esposados, a esta c¨¢rcel en la base de Guant¨¢namo. El entonces presidente George W. Bush orden¨® crearla como reacci¨®n a los atentados del 11 de septiembre en 2001, para alojar a terroristas ¡°combatientes enemigos¡± sin la obligaci¨®n de ofrecerles las garant¨ªas a las que tendr¨ªan derecho como prisioneros en suelo estadounidense.
La inmensa mayor¨ªa de los internos no ten¨ªa nada que ver con aquellos ataques, la red Al Qaeda o el terrorismo isl¨¢mico. Muchos fueron vendidos por un pu?ado de d¨®lares a la CIA. Cada uno, seg¨²n un informe de la Relator¨ªa especial de la ONU para los derechos humanos,¡±vivi¨® o vive sus propias experiencias indelebles de trauma psicol¨®gico y f¨ªsico tras soportar profundos abusos de sus derechos humanos¡±.
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