El racismo en la era Trump: ¡°No hables ese espa?ol de mierda en mi pa¨ªs¡±
El presidente crea un nuevo enemigo interno, el migrante latino, al que hay que identificar, se?alar y expulsar del territorio
Donald Trump quiere transformar Estados Unidos en un balneario para blancos. Convertido desde el pasado 20 de enero en el hombre m¨¢s poderoso del mundo, desv¨ªa la atenci¨®n internacional hacia Gaza, aranceles de quita y pon o la propiedad del Canal de Panam¨¢, mientras dentro de sus fronteras extiende una deriva de tintes xen¨®fobos con recetas del pasado que, si bien no esconde, se desdibujan en medio de un ruido ensordecedor. Trump y su Gobierno avanzan decididos en la creaci¨®n de un nuevo enemigo interno para los estadounidenses: el migrante latino, al que hay que identificar, se?alar y expulsar del territorio.
![Oficiales de polic¨ªa vigilan una secci¨®n de la autopista 101 durante una marcha en apoyo a los inmigrantes, el pasado 2 de febrero en Los ?ngeles.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/F4HLU7TU4RB25JZNC7FJUX7INY.jpg?auth=6157c9c1245fc8d3db718b281c76187d788b0a57d20faa3437fde52972bf55df&width=414)
El prop¨®sito es llevar a cabo ¡°la mayor deportaci¨®n de la historia¡±. Y para lograrlo vale todo. Las escuelas, hospitales e iglesias ya no son lugares protegidos de las redadas antiinmigrantes. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, se refiere a las personas indocumentadas como ¡°basura¡± o ¡°desechos¡±. Senadores estatales de Misisipi y Misuri proponen premiar con mil d¨®lares a los ciudadanos que delaten a extranjeros para que los deporten. Hablar espa?ol o tener la piel oscura ha pasado a ser un problema: en las redadas de los ¨²ltimos d¨ªas han sido detenidos varios ciudadanos estadounidenses solo por su aspecto. El Gobierno ha retirado a 300.000 venezolanos la protecci¨®n con la que entraron legalmente a Estados Unidos en los ¨²ltimos a?os y los ha convertido en indocumentados. La base de Guant¨¢namo, en Cuba, ser¨¢ el destino de algunos de ellos.
![cuba-migrante414](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DLVPS424TJBEJIRNGJF75KBWUI.jpeg?auth=684c8cd55085a045ec7ff2ee929ee73d1f4258430d56fe7d6274fd8ce240415e&width=414&height=414&smart=true)
Migrante cubano
Los datos oficiales estiman que hay 11 millones de personas sin papeles en EE UU. Con las entradas de los ¨²ltimos a?os, durante la Administraci¨®n de Joe Biden, las cifras reales podr¨ªan superar los 13 millones. Son personas que trabajan, consumen y en 2022 pagaron m¨¢s de 95.000 millones de d¨®lares en impuestos federales, estatales y locales. Casi ocho de cada diez llevan m¨¢s de cinco a?os en Estados Unidos y menos del 4% tiene antecedentes criminales, seg¨²n datos del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos. Pero el mensaje es para todos: aqu¨ª ya no son bienvenidos. El miedo entre los migrantes hispanos, a los que el trumpismo acusa de ser responsables de una supuesta ola violenta que est¨¢ arrasando el pa¨ªs, se ha disparado.
![Cartel con instrucciones sobre los derechos de los inmigrantes en Queens, el 7 de febrero de 2025.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NIQ2J2OLPVCEPITGWM6YSCGEL4.jpg?auth=22531c43ceaed527504c4b09e912adcbf837896caa0de8dc24b9580e47fdca7d&width=414)
Mariana est¨¢ aterrada. Si la detienen, prefiere que la ¡°tiren¡± o la ¡°suelten¡± en cualquier lugar que no sea Venezuela. Le pesa tener que recoger sus cosas y abandonar el apartamento del edificio de Queens que tanto le cost¨® amueblar, tan diferente del cuarto en el que viv¨ªa con su esposo y su hija hace tres a?os cuando llegaron a Nueva York. Lo cuenta llorando, como llora todas las noches desde que supo que el presidente Trump retirar¨ªa el Estatus de Protecci¨®n Temporal (TPS) para los migrantes venezolanos.
Ella, de 36 a?os, es una de los 300 ¨²ltimos beneficiados por el programa en 2023, cuando la Administraci¨®n dem¨®crata de Joe Biden extendi¨® 18 meses el estatus con el que permanecen legalmente en el pa¨ªs y con permiso de trabajo unos 300.000 venezolanos. Sus beneficios expiran en abril porque el Gobierno de Trump considera que Venezuela es hoy un pa¨ªs seguro al que sus ciudadanos pueden regresar sin temor, a pesar de que el propio Trump ha tachado ese pa¨ªs de dictadura. Mariana apenas duerme ni quiere salir de casa y ha hablado con su esposo de lo que llama un ¡°plan B¡± en caso de que los oficiales del Servicio de Control de Inmigraci¨®n y Aduanas (ICE) toquen a la puerta de su apartamento y los suban a los tres a un vuelo de deportados.
¡ª Que me dejen tirada en M¨¦xico y yo ver¨¦ qu¨¦ hago, o en Colombia, o en otro sitio, pero a Venezuela no puedo regresar.
![Mariana y su familia dibujada por su peque?a hija.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5YUXMVBE55D6BHQTY5BYYV7Y3A.jpg?auth=0c34787c3b63e1d53568d895dbaab0188d80a74ac74c7dc236599b68ce291945&width=414)
Fue maestra durante 12 a?os en una escuela de la parroquia El Junquito, al noroeste del municipio Libertador, en Caracas, un lugar donde todos se conocen. All¨ª la gente sab¨ªa que Mariana pensaba de forma distinta, que se quejaba de que su salario de 200 bol¨ªvares no le alcanzaba ¡°ni para un kilo de queso¡±; de la politizaci¨®n de las clases para ni?os, donde, seg¨²n cuenta, solo se hablaba de Hugo Ch¨¢vez, El Che o Cuba; o de c¨®mo la bolsa de comida que le entregaba el Estado llena de ¡°arroz con gorgojo y harina mala¡± era algo humillante. Mariana renunci¨® a su trabajo como maestra y puso un puesto de venta de frutas y hortalizas. Mariana molestaba.
Hace casi cinco a?os, cuando su hija ten¨ªa poco m¨¢s de uno, unos hombres encapuchados entraron en su casa y las secuestraron. Le pidieron las llaves del auto, las condujeron a una zona boscosa, las ataron, extorsionaron a Mariana. Ella reconoci¨® a uno de los asaltantes. Era su vecino.
Decidieron vender todo y partir en una traves¨ªa hasta la frontera con Estados Unidos. Se entregaron a las autoridades, estuvieron 10 d¨ªas detenidos y salieron con un parole humanitario. En tres a?os, Mariana ha trabajado en la construcci¨®n, en labores de limpieza, arreglando u?as y cabello, cocinando, cuidando ni?os o en una f¨¢brica de chocolate.
¡ª Cuando dieron la noticia [del fin del TPS] me qued¨¦ en shock, pens¨¦ que iban a deportar a las personas que hab¨ªan hecho cosas mal. Esto te mueve el mundo. Yo ya tengo un hogar, mi esposo tiene su trabajo estable, la ni?a est¨¢ en la escuela. Ser¨ªa volver a comenzar de cero.
El mensaje que se traslada de boca en boca es que hay que estar preparado para lo peor. Las escuelas de Nueva York celebran reuniones para informar a los padres migrantes sobre sus derechos y los de sus hijos. Las asociaciones se organizan para explicar c¨®mo proceder ante una detenci¨®n: no abrir la puerta a nadie sin una orden judicial, buscar asesoramiento legal y no firmar ning¨²n documento. Algunos, por miedo, no llevan a sus hijos a la escuela, otros han dejado de salir de casa, pero la mayor¨ªa tiene que seguir con su vida y, como el que prepara una mochila de subsistencia en las zonas s¨ªsmicas, miles de migrantes buscan ese plan B. Por ejemplo, ceder la tutela de los propios hijos.
El padre Vidal Rivas no tiene ni?os, pero existe la posibilidad de que a sus 60 a?os se vea, junto a su esposa, a cargo de 14, de entre tres y 17 a?os. Cinco familias de su parroquia de la iglesia episcopal San Mateo, en la localidad de Hyattsville, en el Estado de Maryland, le han cedido la tutela de sus hijos en el caso de que los agentes de ICE los detengan y deporten.
![El padre Vidal Rivas, despu¨¦s de la distribuci¨®n quincenal de alimentos.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HTGDQMWLSZFJ3J4JWMJC5QWOOQ.jpg?auth=612425adc595ebcc6a7e94504587f5f3c504e82cafc641e6e70e7dac6316120d&width=414)
¡°Es mucha responsabilidad. Cambiar¨ªa totalmente mi vida. Incluso estoy esperando a que me d¨¦ la tutela una familia con un ni?o de dos meses¡±, admite Rivas, que no oculta su preocupaci¨®n. Sin embargo, ha sido ¨¦l mismo quien les ha animado a rellenar los formularios para que est¨¦n preparados.
Entre los 650 fieles que acuden a sus servicios, un 85% son migrantes latinos y la mayor¨ªa de sus misas las celebra en espa?ol. Rivas, que lleg¨® procedente de El Salvador en 1998 y ya tiene nacionalidad estadounidense, estima que alrededor del 25% de ellos son indocumentados, aunque no conoce exactamente su estatus migratorio. Los hay con TPS, beneficiarios de DACA (el programa para los que llegaron ilegalmente cuando eran ni?os), con visa temporal de trabajo y sin ning¨²n permiso. ¡°Algunos no est¨¢n viniendo. El p¨¢nico es tan fuerte que incluso no salen de su casa¡±, cuenta.
En caso de una deportaci¨®n de los padres, los tutores tendr¨ªan que encargarse de seguir las instrucciones de los progenitores en su ausencia. Algunos piden que env¨ªen inmediatamente a los ni?os al pa¨ªs donde ser¨ªan deportados, para reunirse con ellos. Otros prefieren que los cuiden hasta que se grad¨²en de la educaci¨®n secundaria. La separaci¨®n familiar es siempre traum¨¢tica, pero en muchos casos prefieren que los ni?os permanezcan en Estados Unidos a regresar con ellos al pa¨ªs del que huyeron.
![Folletos que proporcionan informaci¨®n sobre los recursos disponibles para los inmigrantes y educan a la comunidad sobre sus derechos. Estos folletos son repartidos en la Iglesia San Mateo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XE7ORBKEENG4FDIGKLWX36DGGQ.jpg?auth=14b15be946fed398c51ff88580eee941201fc40d2f654ffb9eb0b34a8ca38045&width=414)
Mar¨ªa (nombre ficticio), hondure?a de 35 a?os, es una de las madres que ha firmado el documento dejando a su hijo a cargo del padre Rivas. ¡°Mi hijo es nacido aqu¨ª y le favorece estudiar aqu¨ª. Lo hago con todo el dolor del alma. No es porque yo quiera, tengo el coraz¨®n partido. Tengo p¨¢nico, inseguridad. M¨¢s que todo, no quisiera separarme nunca de ¨¦l¡±, explica conteniendo las l¨¢grimas.
Hace una d¨¦cada que cruz¨® la frontera de Estados Unidos de forma ilegal. No quiere que su hijo, de nueve a?os y ciudadano estadounidense, tenga que irse y vivir en un pa¨ªs dominado por la violencia. Trabaja como cocinera en un restaurante, al que dej¨® de ir algunos d¨ªas por el miedo a las redadas, pero ya ha vuelto a su puesto. ¡°Cuando una es madre soltera tiene que seguir adelante¡±.
![Migrantes voluntarios ayudan al padre Vidal a descargar un cami¨®n lleno de productos donados por Food for Justice.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JQB4WLR2OZGWLIOLMVAKAO7H24.jpg?auth=dce2e483c55d8f99fe8fa1599f9f499743ac053973e2863e24d03335aebfbf80&width=414)
![morena-migrante414](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZC3TTW7UVRG6PI3B7SAV52S454.jpg?auth=6daa850f7f6fc4100921e3db021173eb7e047325cc143cabfe4bf10e46427e4a&width=414&height=414&smart=true)
Migrante hondure?a
- Separarme de mi hijo
- Que puedan llegar a mi trabajo
- Que cuando me arresten me encadenen como si yo fuera un criminal o un animal.?¡ªMorena
Organizaciones de derechos civiles animan a los migrantes a dise?ar planes para dejar a sus hijos con un tutor en lugar de que queden bajo la custodia estatal en caso de que los detengan o sean deportados. ¡°Es devastador ver a los padres romper a llorar mientras rellenan estos documentos, sabiendo que deben prepararse para lo impensable¡±, afirma Monica Gray, directora ejecutiva de YWCA NCA, una ONG que lucha contra el racismo. ¡°Pero lo que es a¨²n m¨¢s desgarrador es ver a los ni?os en la sala repitiendo frases que les han ense?ado en caso de que el ICE los detenga. Ning¨²n ni?o deber¨ªa tener que vivir con ese tipo de miedo¡±.
La parroquia no se limita a dar gu¨ªa espiritual. Una situaci¨®n tan dram¨¢tica est¨¢ movilizando a la comunidad y el padre Rivas afirma que muchas familias estadounidenses se est¨¢n ofreciendo para acoger a los ni?os y para ayudar econ¨®micamente. ¡°Es muy interesante la solidaridad que est¨¢ despertando¡±, dice. Otros se han ofrecido para vigilar el parking y la entrada al templo, para avisar en caso de que los temidos agentes del ICE hagan su aparici¨®n.
![Agentes de la polic¨ªa local, durante una redada en un complejo de apartamentos, el mi¨¦rcoles 5 de febrero de 2025 al este de Denver.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GFSKTO6K6VAVPGMLZXAGZWZDU4.jpg?auth=10980493d73e082a65a7fc7658110c1b8688e3cd1d916764c2c35ed03b7e0fba&width=414)
Pasa lo mismo en otras tantas iglesias o templos del pa¨ªs, donde sus l¨ªderes religiosos preparan estrategias para proteger a los inmigrantes de las redadas. Como en la Iglesia cristiana El Buen Pastor, en la ciudad de Mesa, en Arizona, donde el pastor H¨¦ctor Ram¨ªrez recibe todos los jueves a migrantes liberados del centro de detenci¨®n. Antes se quedaban a dormir, pero ahora tienen miedo de que se corra la voz. ¡°Los vecinos empiezan con los rumores de que los estamos protegiendo y no queremos correr ese riesgo. Escuchando las noticias se vuelven racistas, aun siendo hispanos o de cualquier naci¨®n¡±, cuenta Ram¨ªrez.
En al menos tres Estados, las autoridades han detenido a personas por hacerse pasar por agentes de inmigraci¨®n y asediar a hispanos. ¡°No hables ese [espa?ol] de mierda en mi pa¨ªs¡±, les dice un hombre de 33 a?os a los ocupantes de un veh¨ªculo al que dio el alto en una carretera de Carolina del Sur, en un v¨ªdeo difundido por las v¨ªctimas. ¡°?De d¨®nde eres? ?Eres de M¨¦xico? ?Regresa a M¨¦xico!¡±, contin¨²a el tipo, que ha sido arrestado por secuestro y hacerse pasar por la autoridad.
El maquiav¨¦lico plan de Trump pasa por ser amado y temido a la vez. Mientras siembra el terror m¨¢s absoluto entre un sector de la poblaci¨®n, alimenta entre sus fan¨¢ticos la figura del todopoderoso l¨ªder eficiente y sin escr¨²pulos. La campa?a de deportaciones masivas cuenta con un amplio apoyo popular. Una encuesta de The New York Times e Ipsos realizada entre el 2 y el 10 de enero revel¨® que el 55% de los votantes apoya firmemente o parcialmente tales planes y un 63% est¨¢ de acuerdo en expulsar a los que entraron ilegalmente en los ¨²ltimos cuatro a?os de Gobierno dem¨®crata.
Muchas de las decisiones del presidente, sin embargo, chocar¨¢n con los tribunales. Expertos legales cuestionan que sea posible despojar de la protecci¨®n de un d¨ªa para otro a un migrante que entr¨® con un programa legal al pa¨ªs o, como ha prometido y decretado Trump, eliminar la ciudadan¨ªa por nacimiento de los hijos de extranjeros nacidos en Estados Unidos. Esta orden deb¨ªa haber entrado en vigor el 1 de febrero, pero se encuentra paralizada por dos jueces que sostienen que es inconstitucional. Si se aplica, ni?os como el hijo de Nata, mexicana de 40 a?os, no ser¨ªan estadounidenses.
![Protesta contra las redadas de inmigraci¨®n y deportaci¨®n en Gainesville, Georgia, el 29 de enero de 2025.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LGPAXOV3KFJAQDORMXAX2NOO7E.jpg?auth=0d3baf46f77805fd517e070e6e31985e545ef5ddd09be0de32d497528952d445&width=414)
![andrea-migrante414](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/3XEQR77UTRDLVJ5ZB5KDK3TRQI.jpg?auth=29fe9551135ff92feaf2aaa69d6dc6f7c723016f00d1b2ab3d86d7075955bdea&width=414&height=414&smart=true)
Migrante mexicana
La ¨²ltima vez que Nata y su hijo fueron a McDonald¡¯s, en Texas, el ni?o le pidi¨® a su madre que entrara encapuchada porque su primo mayor le hab¨ªa dicho que los migrantes ya no son bienvenidos en Estados Unidos. Le pidi¨® que le diera el dinero a ¨¦l, que tiene ocho a?os, para pagar mientras ella se sentaba, y as¨ª no cruzarse con nadie. Ella prefiri¨® no entrar ese d¨ªa en el McDonald¡¯s.
Lleg¨® a Estados Unidos, cuando estaba embarazada del ni?o, a trav¨¦s de la frontera de El Paso, y desde entonces ha sobrevivido vendiendo pan. A su hijo, que naci¨® en Texas y habla los dos idiomas, le gustan los legos y los superh¨¦roes, y quiere ser dise?ador de robots.
Nata siente que desde que lleg¨® Trump est¨¢ cambiando la velocidad del tiempo y ya no le alcanza para ordenar sus cosas. Tiene miedo de que la devuelvan a M¨¦xico, donde no le queda nadie ni un lugar donde dormir. En cuanto pudo le sac¨® al ni?o el pasaporte estadounidense, por si acaso. ¡°Tambi¨¦n necesito darle una carta poder a la abuela sin fecha de expiraci¨®n, cederle la patria potestad, en caso de que me detengan. Necesitamos tener todo en orden pronto¡±, afirma. Si la detienen, ya ha decidido que va a firmar la deportaci¨®n voluntaria. ¡°No quiero estar presa¡±. Entonces, su madre, que s¨ª es residente, cuidar¨ªa al ni?o. Aunque otras veces se arrepiente de esa decisi¨®n y cree que ser¨ªa mejor llev¨¢rselo con ella. Qui¨¦n sabe.
![Oficiales del Servicio de Control de Inmigraci¨®n y Aduanas (ICE) en la ciudad de Chicago, Illinois.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GOYMNK4DGBFNXGG55JWV2K2LNI.jpg?auth=4e7e611afa624a2b5e74507efef50f016bbd90af961dbddfe53b169af870b796&width=414)
El hijo, aunque no sabe nada con certeza, se traga las vibraciones del miedo que circula por su cuarto, donde duerme con Nata. Ve la preocupaci¨®n en los ojos de sus t¨ªos y escucha a sus primos. Se ha puesto rebelde, nervioso como un gato, duerme mal. ¡°A m¨ª eso me entristece¡±, dice Nata. Yo puedo sentir miedo, pero no s¨¦ qu¨¦ hacer porque mi ni?o tiene m¨¢s miedo que yo¡±.
![migrante-mexico414](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/KR3ZCNUFG5BWFPMAORPOSXB5UU.jpg?auth=f6a61e83bbb5cea99a08278151aa3dc3eb892380fb181e5c8a59e5d30957fb2c&width=414&height=414&smart=true)
Migrante mexicana
Las personas no migran por placer, lo hacemos por necesidad y siempre dispuestos a trabajar y a contribuir a la nueva sociedad del pais donde llegamos, pero esto no lo entienden los que como Trump nunca han pasado necesidades, dolor o maltratos, Trump ha crecido con todos los privilegios y aun asi, disfruta metiendo o temor, anciedad e insertidumbre a nosotros los inmigrantes. Estos cuatro a?os seran como una pesadilla. ¡ªRosalba