Miles de ni?os temen ir a la escuela por las deportaciones: ¡°Si un d¨ªa no llego al bus a recogerte, no llores¡±
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, anima a los padres a llevar a los ni?os al colegio: ¡°Seguiremos defendiendo a todos los neoyorquinos, documentados e indocumentados¡±
La conversaci¨®n m¨¢s seria entre Eva y su hijo de siete a?os fue hace una semana y es, justamente, la que nunca hubiese querido tener.
¡ª Beb¨¦, nosotros no tenemos papeles, no nacimos aqu¨ª y nos est¨¢n agarrando. Si un d¨ªa nos llega a pasar eso, beb¨¦, si un d¨ªa no llego al bus a recogerte, no llores, papito, tu t¨ªa te va a enviar a M¨¦xico conmigo.
A Eva el coraz¨®n se le hace un pu?o cuando despide al ni?o, que parte desde su casa en El Bronx en el bus escolar a las seis de la ma?ana y no regresa hasta las seis de la tarde. Su hija mayor, de 16 a?os y que sabe a grandes rasgos lo que son las deportaciones ¡ªes decir, que unos hombres carguen con gente como ellos y los regresen al lugar del que les cost¨® partir hace dos a?os¡ª, le ha pedido no ir a clases, que por favor le permita quedarse en casa. Eva a veces hace concesiones, dej¨® que sus hijos no fueran a la escuela dos d¨ªas de la semana pasada.
¡ªCuando los mando a la escuela me la paso rezando a Dios porque no sabemos qu¨¦ va a pasar. Pero les digo que tienen que ir, porque la escuela cuenta las ausencias y porque les afecta las notas. Me preguntan: ¡®?qu¨¦ pasa si me agarran, mam¨¢? ?Qu¨¦ voy a responder?¡¯ Y yo les digo: ¡®Pues no respondas, no hables¡¯.
Nada, a simple vista, indica que Nueva York no sea la misma ciudad de hace un mes o de hace un a?o, con los paseantes que se detienen en la Quinta Avenida a retratar las maletas gigantes del edificio de Luis Vuitton que no caben en las c¨¢maras de sus celulares, o el hombre desencajado que cobra cinco d¨®lares por partida de ajedrez en Washington Square Park y que antes fue un premiado maestro, o la joven reci¨¦n graduada que quiere tomarse un tiempo como mesera de un bar del Upper East Side.
Pero hay una tristeza que no se percibe f¨¢cilmente, un miedo del que no se enteran las paseantes, ni el exmaestro de ajedrez ni la joven camarera, pero que s¨ª conocen el florero de una esquina de Bushwick, que un d¨ªa te f¨ªa flores y otro te las regala, o el repartidor que despacha a diario decenas de pedidos de McDonald¡¯s, o la se?ora que habla n¨¢huatl y vende tacos dorados y chicharrones en salsa verde en una esquina de Jackson Heights.
C¨®mo no tener miedo si ya han visto a los oficiales de ICE y se han compartido fotos a trav¨¦s de Whatsapp que tomaron en el barrio de Corona, cuando un oficial federal detuvo un auto para exigir documentos, o a los agentes que divisaron recorriendo sigilosos la avenida Flatbush. C¨®mo no tener miedo si The New York Times dijo que un ¡°operativo migratorio¡± en la ciudad de Nueva York y Long Island termin¨® con 39 detenciones, superando as¨ª el promedio diario de arrestos que hasta ahora hac¨ªa ICE. C¨®mo no tener miedo, si muchos son padres y el presidente Donald Trump dio luz verde a los funcionarios federales para hacer redadas en las escuelas, eso han o¨ªdo en las noticias.
Hab¨ªan pasado solo unas horas desde que Trump asumiera la presidencia cuando la secretaria en funciones del Departamento de Seguridad Nacional, Benjamine Huffman, anunci¨® que se permitir¨ªa a los agentes del Servicio de Inmigraci¨®n y Control de Aduanas (ICE) y del Servicio de Aduanas y Protecci¨®n de Fronteras (CBP) aplicar las leyes de migraci¨®n en las llamadas ¡°zonas sensibles¡±. ¡°Los delincuentes ya no podr¨¢n esconderse en las escuelas e iglesias de Estados Unidos para evitar ser detenidos¡±, aseguraba el comunicado, que dej¨® claro que ning¨²n lugar que antes fuera considerado ¡°santuario¡± iba a limitar el plan que tienen los republicanos de expulsar a millones de migrantes del pa¨ªs.
Varias ciudades han respondido con la negativa a colaborar con el Gobierno federal en este tipo de redadas. Desde Los ?ngeles o Chicago las autoridades escolares se mostraron abiertamente en contra de cooperar con la persecuci¨®n a estudiantes indocumentados. En Denver, las escuelas p¨²blicas insistieron en que est¨¢n ¡°comprometidas a proporcionar entornos de aprendizaje seguros para los estudiantes y el personal, independientemente de su estatus migratorio, origen nacional, raza o religi¨®n¡±. En todo el pa¨ªs, se repiten los casos de padres que tienen miedo a enviar a sus hijos a la escuela.
El Consejo Escolar de la ciudad de Nueva York ¡ªdonde se han matriculado unos 48.000 estudiantes indocumentados que comenzaron a emigrar al Estado con mayor fuerza desde el verano de 2022¡ª vot¨® por una resoluci¨®n que reafirma la protecci¨®n a los estudiantes indocumentados en las escuelas, restringiendo as¨ª la colaboraci¨®n para que los agentes de ICE lleguen de un momento a otro, sin una orden judicial, a irrumpir en los salones de clases. Hace unas semanas, Melissa Avil¨¦s Ramos, la canciller de las Escuelas P¨²blicas de la Ciudad de Nueva York, se mostr¨® decidida a proteger a los estudiantes ante todo. ¡°Nuestras escuelas son puertos seguros para nuestros hijos y seguir¨¢n si¨¦ndolo¡±, dijo.
Una Gu¨ªa para directores de las Escuelas P¨²blicas sobre acciones policiales o de inmigraci¨®n en las escuelas de Nueva York deja claro que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley ¡°que no sean locales¡±, incluidos los funcionarios del ICE, solo pueden obtener acceso a dichas instalaciones bajo consentimiento, con ¨®rdenes judiciales o en circunstancias ¡°apremiantes¡±.
¡°Las escuelas son uno de los lugares m¨¢s seguros para los estudiantes¡±
Eduardo Antonetti, director de Promoci¨®n y Defensa de la Red Internacional de Escuelas P¨²blicas, que ayuda a gestionar 17 escuelas p¨²blicas en los cinco distritos de Nueva York, y que atiende a alumnos inmigrantes y refugiados, asegur¨® a EL PA?S que ¡°aunque el clima actual est¨¢ marcado por el miedo y la incertidumbre¡±, los padres inmigrantes y los ni?os que tienen miedo de asistir a la escuela deben estar ¡°tranquilos, porque el Departamento de Educaci¨®n de la ciudad de Nueva York, y una amplia gama de organizaciones comunitarias, incluida la nuestra, se dedican a garantizar que los estudiantes est¨¦n seguros, sean bienvenidos y vengan a la escuela¡±.
¡°Las escuelas son uno de los lugares m¨¢s seguros para los estudiantes¡±, sostuvo Antonetti, que aconsej¨® a los padres ponerse en contacto con el director o el coordinador de padres de la escuela de su hijo para informarse sobre los protocolos en vigor; asegurarse de que la escuela dispone de una lista actualizada de contactos de emergencia, en caso de que los padres o tutores se encuentren detenidos o no est¨¦n disponibles; considerar la posibilidad de elaborar planes de acompa?amiento legal o custodia para sus hijos como medida de precauci¨®n, en caso de que las familias sean separadas; as¨ª como consultar a un abogado de inmigraci¨®n cuando tengan dudas sobre su situaci¨®n legal.
Hace unos d¨ªas, el alcalde Eric Adams fue cuestionado en una reuni¨®n p¨²blica por el temor a que muchos ni?os tienen de asistir a la escuela: ¡°Lo tenemos muy claro: los ni?os deben ir a la escuela. Seguiremos defendiendo a todos los neoyorquinos, documentados e indocumentados¡±. A¨²n as¨ª, el comportamiento del alcalde en los ¨²ltimos tiempos ¡ªque se ha mostrado sol¨ªcito a colaborar con ¡°el zar frontera¡±, Tom Homan, y con las pol¨ªticas migratorias de la administraci¨®n republicana¡ª ha hecho que muchos teman por su seguridad en Nueva York.
La se?ora P. ¡ªa quien su propia hija de 15 a?os le pidi¨® que no hiciera p¨²blico su nombre por temor a que las autoridades fueran tras ellos¡ª no mand¨® a sus hijos a la escuela la semana pasada y lo mismo han hecho otros padres ante la avalancha de noticias sobre redes y deportados en todo el pa¨ªs. Aunque no existen datos de cu¨¢ntos son, cifras del Departamento de Educaci¨®n registran que en Nueva York el martes y el mi¨¦rcoles (segundo y tercer d¨ªa de la llegada de Trump a la Casa Blanca) hubo una asistencia del 80%.
¡°Mi ni?o de 12 a?os no fue la semana pasada¡±, cuenta la se?ora P., quien tuvo que sentarse con el peque?o y su hija de 15 a?os para explicarles qu¨¦ es lo que est¨¢ sucediendo en el pa¨ªs. ¡°Es inevitable no decirles lo que est¨¢ pasando, les alert¨¦ de lo que iban a ver en la tele o lo que iban a escuchar de otros compa?eros. Es muy triste. Mi ni?a entendi¨®. Ella me respondi¨®: ¡®si nos mandan, nos vamos todos juntos¡¯¡±.
Hace unos d¨ªas, el hijo menor de la se?ora P. le confes¨® que ten¨ªa miedo de ir a la escuela porque uno de sus amigos de clases, que vino de Ecuador con sus padres, le dijo que ¡°tal vez se va a ir porque no naci¨® aqu¨ª¡±. Al regresar a casa, localizada en Queens, el ni?o le pregunt¨® a sus padres si a ellos tambi¨¦n les iba a pasar lo mismo, si se iban a tener que ir a Guerrero, en M¨¦xico, o lo que se ha convertido en su mayor miedo: que un d¨ªa se vaya a la escuela y al regreso sus padres ya no est¨¦n en casa.
¡°Mi ni?o me pidi¨® que no fuera a trabajar, dijo que Trump iba a agarrar a todos. Le dije: ¡®no tengas miedo, yo voy a regresar¡¯¡±, cuenta la mujer, quien lleg¨® a la ciudad hace 19 a?os y desde hace nueve trabaja como babysitter de una familia neoyorkina. ¡°Me sent¨¦ con ellos, les dije que ten¨ªamos que salir a trabajar para pagar la renta y la comida¡±.
La se?ora, que cada ma?ana antes de que se vayan a la escuela le estampa a sus hijos la bendici¨®n en la frente, les explic¨® tambi¨¦n que si un d¨ªa llegan y mam¨¢ y pap¨¢ no est¨¢n en casa, no tengan miedo. Les ha dejado a sus jefes, con quienes tiene plena confianza, un poder para que en caso de que los deporten ellos les lleven a sus hijos a M¨¦xico. Tambi¨¦n les ha sugerido, como muchas organizaciones y abogados, que si se encuentran con los oficiales de ICE no firmen ning¨²n documento. ¡°Si los llevan o los detienen, sepan que mam¨¢ y pap¨¢ har¨¢n lo posible por sacarlos de ah¨ª¡±.
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