Una p¨ªldora abortiva prohibida se puede comprar como un chicle en Colombia
Muchas mujeres a¨²n acuden a medicamentos como Cytotec, ilegal en el pa¨ªs, pero f¨¢cil de conseguir a trav¨¦s de redes sociales y vendedores ambulantes
Un hombre en la mitad de la calle trata de interrumpir el paso de las mujeres que acuden a una cl¨ªnica abortiva en Bogot¨¢. Con la excusa de repartir un folleto informativo, las bombardea con preguntas: ¡°?A qu¨¦ vienes? ?Vas a abortar?¡±. En el papel que reparte dice en letras que sobresalen: Orientaci¨®n a la mujer. El asesor, como se hace llamar, vende pastillas de Cytotec, un protector estomacal que ofrecen para interrumpir el embarazo de forma casera, pero que puede causar graves efectos secundarios.
La Corte Constitucional de Colombia despenaliz¨® el pasado febrero el aborto hasta la semana 24, pero las mujeres siguen acudiendo a m¨¦todos inseguros, como este medicamento, cuya venta es ilegal en el pa¨ªs. La norma todav¨ªa no se aplica en todo el sistema de salud, como deber¨ªa ser, y el estigma social sigue empujando, sobre todo a las mujeres m¨¢s j¨®venes, a buscar ayuda de forma clandestina.
El asesor intercepta a una mujer con ocho semanas de embarazo. Le ofrece las pastillas y le dice que tiene que tomar cuatro y que debe pagar 130.000 pesos (34,53 d¨®lares). La mujer acepta. Cruzan la calle mientras el comerciante mira a todos los lados para cerciorarse de que nadie se est¨¢ fijando en ¨¦l y, cuando parece que se siente seguro, saca de su cartera las pastillas: Cytotec 200 mg, Pfizer Per¨², reza el envoltorio.
¡ªTe metes dos por la boca con una infusi¨®n de ruda (planta arom¨¢tica) y las otras dos por la vagina¡ªexplica el vendedor.
¡ª?Qu¨¦ hago si me empiezo a sentir mal?
¡ªSi ves que te pones enferma, acu¨¦state y levanta las piernas. Tienes que hacerte masajes bien duros en el est¨®mago hacia abajo.
¡ª?C¨®mo sabr¨¦ que ya no estoy embarazada?
¡ªVen en unos d¨ªas y te hacemos una ecograf¨ªa para ver si lo matamos o necesitas m¨¢s pastillas.
La mujer paga y se va con las pastillas en la mano. El asesor sigue buscando nuevas clientas en la calle 33 con Caracas, un punto que le resulta estrat¨¦gico de Bogot¨¢. En este sector han existido desde hace d¨¦cadas decenas de cl¨ªnicas ilegales que practican abortos. Est¨¢n all¨ª porque tambi¨¦n en esa zona queda la Fundaci¨®n Ori¨¦ntame, la primera organizaci¨®n privada en dar asesor¨ªas y ofrecer la interrupci¨®n del embarazo de forma legal.
El mercado negro del Cytotec, uno de los nombres comerciales del Misoprostol, ha sido denunciado varias veces por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos de Colombia (IVIMA). En un comunicado que lanzaron a finales del a?o pasado, advirtieron sobre la venta ilegal del medicamento, uno de los m¨¢s usados para abortar: ¡°Es un producto que no se encuentra amparado por un registro sanitario, estableci¨¦ndose como fraudulento, al estar prohibida su publicidad y comercializaci¨®n en Colombia¡±, se?al¨® el IVIMA, que advierte sobre los riesgos del medicamento. ¡°Se desconocen sus condiciones de fabricaci¨®n, importaci¨®n o distribuci¨®n, su composici¨®n¡±, asegura un portavoz de la instituci¨®n.
El Misoprostol es un compuesto al que millones de mujeres en el mundo acuden para inducir abortos seguros y efectivos. Lo hace si se consume en la dosis y las v¨ªas de administraci¨®n correctas, y con el acompa?amiento de un especialista. Su prospecto especifica que es un protector estomacal indicado para ¨²lceras de est¨®mago y duodenales, pero su principio activo provoca tambi¨¦n contracciones en el ¨²tero que facilitan que se expulse el feto o embri¨®n. Por esta raz¨®n, se vende de forma clandestina desde hace a?os en Am¨¦rica Latina, donde el aborto sigue siendo un delito tipificado en el c¨®digo penal en muchos pa¨ªses.
A Colombia entra desde pa¨ªses como Ecuador o Per¨². Los vendedores ambulantes camuflan el medicamento entre chicles, cigarrillos y paquetes de papas. Las pastillas pueden llegar a costar en un puestito de venta callejera hasta 250.000 pesos (66,40 d¨®lares). Una vez una clienta se muestra interesada, el hombre la dirige hacia la segunda planta de un edificio cercano. All¨ª la espera una mujer que se identifica como la ¡°doctora Andrea¡±. Es ella quien le da unas pastillas, que muchas veces est¨¢n vencidas, y le ofrece una inyecci¨®n para relajarse. En el lugar hay tambi¨¦n una sala de espera para las mujeres que necesitan un procedimiento m¨¢s invasivo.
En Colombia, la frase ¡°precio de pastillas abortivas Cytotec¡± o ¡°Cytotec precio¡± es buscada en Google cerca de 5.000 veces cada mes, se?ala Ori¨¦ntame en su p¨¢gina web. La palabra Cytotec la han agregado a su p¨¢gina, precisamente, para ayudar a las mujeres que lo primero que hacen es buscar en internet una soluci¨®n para interrumpir su embarazo. Mar¨ªa Vivas, directora de la instituci¨®n, explica que ellas prestan un servicio de salud donde se incluye la entrega gratuita de medicamentos. No los venden. ¡°No usamos Cytotec, pero incluimos esa palabra en nuestra p¨¢gina porque es uno de los t¨¦rminos m¨¢s buscados en Google cuando se busca c¨®mo abortar. Uno de nuestros objetivos es entregar informaci¨®n a mujeres y cuerpos gestantes sobre aborto seguro, y por eso incluimos esa palabra¡±.
Internet es el lugar donde las mujeres buscan ayuda primero. Las redes sociales y WhatsApp es por donde m¨¢s se comercializan este tipo de pastillas. As¨ª lo comprob¨® un estudio del Instituto Guttmacher y Ori¨¦ntame en diciembre de 2020 sobre el uso informal del Misoprostol en Colombia. Basta con escribir Cytotec en Instagram para que aparezcan de inmediato infinidad de tiendas que ofertan ¡°pastillas en una hora¡±. Tanto el precio de estas pastillas como su dosis var¨ªan en este tipo de webs informales. Para las mismas ocho semanas de embarazo, mientras el asesor callejero recomendaba cuatro pastillas, algunas webs dicen que se han de tomar 12.
Despenalizaci¨®n del aborto en Colombia
La Corte Constitucional de Colombia despenaliz¨® el aborto, pero las mujeres siguen enfrent¨¢ndose a instituciones m¨¦dicas que les niegan el derecho porque la normativa, por ser tan reciente, todav¨ªa no es conocida en todo el pa¨ªs. Esto, adem¨¢s del inmenso estigma que existe alrededor del aborto, explican los profesionales, aleja a las mujeres de los centros de salud y las empuja al mercado negro, donde ponen el riesgo sus vidas.
Ante el camino que todav¨ªa queda para que el pa¨ªs aplique una ley que es nueva y que promete garantizarle a todas las mujeres el acceso seguro, gratis y legal al aborto, han surgido iniciativas como Somos Jacarandas, que busca acompa?ar a quienes quieren interrumpir su embarazo de manera legal. La abogada Viviana Boh¨®rquez explica que el perfil m¨¢s frecuente de mujeres que las contactan son menores de edad que temen acudir al sistema de salud por miedo a que sus padres se enteren de lo que quieren hacer.
Los ginec¨®logos aseguran que el mayor riesgo de tomar Cytotec son las hemorragias. Se corre el riesgo de morir desangrada. El peligro aumenta si el medicamento se administra por la vagina, como recomiendan los vendedores ambulantes. Ellos enga?an a las mujeres que buscan el medicamento. Les dicen que pueden ir a la c¨¢rcel si acuden a una cl¨ªnica o que se enterar¨¢n sus familiares. En cambio, ellos ofrecen discreci¨®n.
¡°Nadie se va a enterar de lo que hiciste¡±, susurra un vendedor.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.