Iv¨¢n Vel¨¢squez: ¡°La paz total no significa debilidad del Gobierno¡±
El ministro de Defensa describe su relaci¨®n con el presidente Gustavo Petro. Dice que ha discutido con los generales sus cr¨ªticas a la fuerza p¨²blica y tiene una ¡°muy buena relaci¨®n¡± con la c¨²pula militar
Iv¨¢n Vel¨¢squez (Medell¨ªn, 67 a?os) encabeza el Ministerio de Defensa del primer presidente de izquierda en la historia de Colombia. Asume la posici¨®n tras cuatro a?os marcados por las masacres y los homicidios selectivos de l¨ªderes sociales, y con una seguridad deteriorada como muestran los asesinatos de polic¨ªas, incluyendo la masacre de este viernes en el departamento del Huila, en el sur del pa¨ªs.
Vel¨¢squez, abogado penalista, no teme a los grandes retos. Como procurador y fiscal se enfrent¨® a Pablo Escobar y otros mafiosos. Fue el magistrado auxiliar de la Corte Suprema de Justicia encargado de investigar la parapol¨ªtica, las relaciones entre pol¨ªticos y paramilitares, y termin¨® siendo una de las principales v¨ªctimas del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), la abolida polic¨ªa secreta. Lider¨® la Comisi¨®n Internacional contra la Impunidad en Guatemala, donde el presidente Otto P¨¦rez Molina se vio obligado a renunciar tras las investigaciones de Vel¨¢squez.
EL PA?S es el primer medio al que recibe en su despacho. Una biblioteca casi vac¨ªa denota su reciente llegada. A pesar de su apretada agenda responde pausado, mide cada frase, revelando su pasado como fiscal.
Pregunta: ?Por qu¨¦ cree que Petro le eligi¨® ministro?
Respuesta: Esa respuesta la tiene ¨¦l. Como a tanta gente, me sorprendi¨® que me nombrara ministro de Defensa. Probablemente lo hizo por mi vida dedicada a la justicia y en los ¨²ltimos a?os al tema anticorrupci¨®n. Creo que ha existido una afinidad por el tema de la parapol¨ªtica. Aunque no nos conocimos en esa ¨¦poca, creo que ¨¦l estaba atento a lo que hac¨ªamos en la Corte Suprema y yo estaba atento a lo que ¨¦l hac¨ªa en el Congreso.
P: ?Cu¨¢ndo se conocieron?
R: Cuando sal¨ª de la Corte Suprema, en 2012, que fui asesor en su alcald¨ªa. Nos ve¨ªamos con relativa frecuencia. Despu¨¦s no volvimos a vernos. Dur¨¦ cinco a?os dirigiendo la Comisi¨®n en Guatemala y otro haci¨¦ndolo desde el exilio. Luego coincidimos en dos o tres reuniones. Adem¨¢s de la justicia, con los temas de anticorrupci¨®n y parapol¨ªtica, probablemente me eligi¨® porque, aunque no he sido activista de los derechos humanos, s¨ª he sido cercano a ese mundo, igual que ¨¦l.
P: ?C¨®mo ha sido su aterrizaje hasta ahora?
R: Son dos aterrizajes. Uno es el de entrar al Gobierno, y otro el de llegar al Ministerio de Defensa. Tengo que asumir que cualquier comentario que haga tiene el poder de la palabra de un ministro. Por mis cr¨ªticas anteriores me han tildado de enemigo de la fuerza p¨²blica. Le he dicho a la c¨²pula anterior y a la actual que tengo conciencia de lo que escrib¨ª y lo sostengo. Dije que miembros de la Polic¨ªa actuaron indebidamente, e incluso delictivamente, al disparar de frente contra manifestantes violando las normas y protocolos ¨Cno por falta de entrenamiento ni de capacidad de discernir¨C, y expliqu¨¦ a los generales que eso ocurri¨® y lo vimos. Tambi¨¦n dije que ha existido una gran impunidad. No era un rechazo a la institucionalidad sino un prop¨®sito de contribuir a ella.
Como fue tan p¨²blica la idea de que hab¨ªan nombrado al que iba a destruir la fuerza p¨²blica, he hablado con los generales sobre eso. Ha sido en muy buenos t¨¦rminos. Creo que tengo una muy buena relaci¨®n con la c¨²pula. En esta posici¨®n no hago manifestaciones como las de antes, pero mantengo mis criterios y convicciones. Por eso este es un aterrizaje a la posibilidad de hacer realidad el sue?o del Estado social y democr¨¢tico de derecho. Voy conociendo, mirando c¨®mo poner en pr¨¢ctica asuntos que considero que se deben hacer.
P: ?Rechazar¨ªa a la fuerza p¨²blica si se excede?
R: Como ha dicho el presidente, y lo apoyamos con decisi¨®n, compromiso y convicci¨®n, no se toleran violaciones a los derechos humanos ni actos de corrupci¨®n. Si hay, tendr¨¢ que haber consecuencias. He hablado con los comandantes que esas consecuencias no son trasladar a una persona de la que hay elementos para afirmar que ha realizado pr¨¢cticas corruptas, porque eso extiende la posibilidad de corrupci¨®n a otro lugar. Se puede hacer de manera transitoria, pero sin olvidar que tiene que haber una consecuencia m¨¢s all¨¢.
P: ?Teme que esa imagen de supuesto enemigo de la instituci¨®n le impida cumplir su misi¨®n?
R: No he sentido ni siquiera una prevenci¨®n. Los generales han sido muy receptivos a lo que hemos hablado de corrupci¨®n y de respeto a los derechos humanos, han venido asimilando el concepto de seguridad humana. En uno de los ¨²ltimos consejos de seguridad integral el comandante general de las Fuerzas Militares, general [Helder Fern¨¢n] Giraldo, dijo: ¡°estamos para desarrollar los elementos de la seguridad humana, que son estos siete¡±, y los present¨®. Eso me parece muy positivo. Creo que esta c¨²pula se ha compenetrado con el proyecto de este gobierno.
P: ?C¨®mo ser¨ªa la transici¨®n de una mentalidad de guerra a la de la paz total?
R: Al comandante del Ej¨¦rcito le dec¨ªa: ¡°Este gobierno privilegia la vida sobre la muerte. Si hay posibilidad de capturar, es lo que tiene que hacerse¡±. Por los comentarios del propio general [Luis Mauricio] Ospina, eso fue muy bien recibido. Hace menos de 10 d¨ªas hubo enfrentamientos duros en el Cauca, que terminaron con cinco capturados en uno, dos en otro. Tambi¨¦n ha habido, naturalmente, otros enfrentamientos en los que han muerto integrantes de esas organizaciones armadas ilegales, pero creo que la prioridad puede ir atravesando la jerarqu¨ªa para llegar hasta los soldados. Esos criterios y maneras de actuar van avanzando en el camino de construir un ej¨¦rcito para la paz.
Algunos interpretan que ahora el Ej¨¦rcito est¨¢ inhibido para actuar, pero ese no es ni siquiera un pensamiento. Algunos sectores buscan demostrar que nuestras decisiones crean obst¨¢culos para cumplirlas. Como con el bombardeo, ¡°ah, ya no se puede volver a operar¡±. Pero la orden es no bombardear donde hay ni?os, que son v¨ªctimas de esas organizaciones incluso si se vinculan aparentemente de manera voluntaria. No se puede poner en riesgo a ni?os aunque tengan un fusil. Insisto, cuando se habla en esos t¨¦rminos no es para impedirle a la fuerza p¨²blica que act¨²e. Se trata es de que act¨²e adecuadamente.
La paz total no significa una debilidad. Que el Gobierno tenga la pretensi¨®n de esa paz total no significa rendici¨®n, inacci¨®n ni omisi¨®n de cumplir las funciones constitucionales de los militares. As¨ª nos vamos preparando para generar una nueva forma de relacionamiento de la fuerza p¨²blica con las comunidades. No pueden considerar a la poblaci¨®n como enemiga. Es v¨ªctima porque si no colabora con una organizaci¨®n probablemente los matan. Como ha venido pregonando el presidente, las fuerzas militares pueden contribuir al progreso.
P: ?C¨®mo?
R: El sue?o es que haya decenas de batallones de ingenieros militares. Por ejemplo, una de las dificultades para la sustituci¨®n de cultivos es que no hay v¨ªas. Mientras los narcotraficantes pasan por los campos recogiendo la hoja o la pasta base, los campesinos necesitan llevar los pl¨¢tanos a los mercados. Si no hay c¨®mo, no se pueden desarrollar proyectos de sustituci¨®n. Esto va a empezar ya, aunque hay un gran problema presupuestal.
Otro ejemplo. Con la ministra de Salud estamos pensando c¨®mo hacer una atenci¨®n en salud en las poblaciones ribere?as como ya la hacen la Armada y el Ej¨¦rcito, pero permanente. Esto va a permitir que la fuerza p¨²blica tenga contacto con las comunidades y estas perciban que est¨¢n para su servicio.
P: Entre todo eso, ?cu¨¢l es el principal encargo que le dio el presidente?
R: Es el conjunto. Lo que no es un encargo es desatar cacer¨ªas. Con la designaci¨®n muchos creyeron que ¨ªbamos a llegar con un ej¨¦rcito de investigadores, como una gran auditor¨ªa¡ No, esto tiene que seguir funcionando. En esa medida se van estableciendo los correctivos y haciendo las investigaciones que haya que hacer, pero no es un objetivo espec¨ªfico.
P: ?Y cu¨¢l su norte?
R: Construir una fuerza p¨²blica para la paz. El presidente ha dicho que los ministros no tienen que permanecer en Bogot¨¢ sino estar donde est¨¢n las necesidades. No lo he podido hacer mucho pero tengo el prop¨®sito de empezar porque es muy importante conocer c¨®mo viven los soldados. Tenemos que acercarnos al hombre que porta el fusil y ver cu¨¢les son sus condiciones de existencia, propiciar su bienestar. Eso se logra conociendo c¨®mo est¨¢n. Tenemos que ver la realidad y c¨®mo transformarla.
P: ?Cu¨¢l es su estrategia para detener las masacres, los asesinatos de l¨ªderes sociales?
R: Hay varios elementos, con un aspecto central grueso: estas organizaciones criminales est¨¢n asentadas en el Pac¨ªfico o en el Catatumbo, puntos de salida de la droga. De las 13 masacres que ha habido desde el 7 de agosto, en la gran mayor¨ªa est¨¢ el factor del narcotr¨¢fico.
P: ?C¨®mo combatirlo?
R: Con interdicci¨®n. Tiene que haber una decisi¨®n fuerte de incautar la mayor cantidad de droga para que no sea atractivo permanecer en el territorio. Tengo optimismo de que eso va a pasar, y de los comandantes he tenido la afirmaci¨®n de voluntad absoluta de que van a ser muy contundentes. Si se logra controlar, casi con absoluta seguridad habr¨¢ una disminuci¨®n en la violencia; podr¨ªa ser un disparador inmediato, pero finalmente llegar¨ªa un resultado mucho m¨¢s positivo.
Tambi¨¦n he hablado con los comandantes de c¨®mo encuentran laboratorios de producci¨®n con los hornos calientes y no hay nadie. Les he dicho que si hubo una labor de inteligencia para encontrar un laboratorio deber¨ªa haber una para hallar al due?o. Deber¨ªan enfocar su mayor actividad a desarticular las estructuras; no es capturar al cocinero, un trabajador que no tiene control sobre nada y se reemplaza, sino al due?o.
P: ?Hay corrupci¨®n dentro de las fuerzas militares?
R: Tendr¨ªa que hacer procesos de verificaci¨®n para hacer una afirmaci¨®n rotunda, pero hay situaciones. Si existe un control absoluto sobre un r¨ªo, y por ese r¨ªo est¨¢ saliendo droga, entonces o hay corrupci¨®n o no existe ese control. Uno podr¨ªa decir ya ¡°vamos a determinar responsables, pero este hecho objetivo se presenta¡±. Esos son los procesos de verificaci¨®n que hay que hacer.
P: ?C¨®mo ve la propuesta de Jos¨¦ F¨¦lix Lafaurie de crear ¡°grupos de reacci¨®n solidaria inmediata¡± de ganaderos?
R: Ya hemos tenido experiencias graves con grupos que son solamente de control, como dec¨ªan de las Convivir, que fueron una mentira. Las investigaciones posteriores han demostrado que ten¨ªan una actividad paramilitar y estaban dirigidas por los propios paramilitares. Creo que hay impedir que haya una nueva organizaci¨®n, no importa c¨®mo se quiera presentar, porque grupos civiles de reacci¨®n inmediata van a conducir a otras modalidades de paramilitarismo. No es aceptable que ning¨²n grupo social pretenda cumplir con labores asignadas al Estado. Como principio tiene que fortalecerse la institucionalidad y exigir a la fuerza p¨²blica que brinde seguridad a toda la poblaci¨®n.
P: ?C¨®mo ser¨¢ la transici¨®n de la Polic¨ªa a otro Ministerio?
R: Tiene que ser planeada para que no queden disminuidas ni las Fuerzas Militares ni la Polic¨ªa, que colaboran en muchos aspectos. Tiene que existir un proceso interno porque, qui¨¦rase o no, la Polic¨ªa ha sido muy permeada por la doctrina del enemigo. Los polic¨ªas que violan gravemente derechos humanos, no deber¨ªan pasar a otro ministerio ni permanecer en la instituci¨®n. Y as¨ª hay muchos aspectos en los que considero que hay necesidad de evitar un tr¨¢nsito abrupto.
P: ?Deber¨ªa haber una transformaci¨®n?
R: S¨ª, con m¨¢s cambios. Por ejemplo, se tiene que examinar la carrera de la polic¨ªa. Cuando hablamos de la salida de la Polic¨ªa del Ministerio muchos polic¨ªas se intranquilizan porque creen que sus condiciones de bienestar o prestacionales se van a afectar. Lo que est¨¢ planteado por el presidente es que esa salida no va a suponer una desmejora; por el contrario, un prop¨®sito es que las escuelas de formaci¨®n sean verdaderas universidades. Y que eso permita no solo que un soldado sea general, sino que para que alguien sea general sea requisito que haya sido soldado.
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