Problemas aplazados
El Gobierno de Gustavo Petro debe avanzar en problemas como el subsidio a los combustibles y el conflicto de la tierra
Los problemas que no se resuelven crecen, se multiplican y no mueren: se hacen cada vez m¨¢s complicados. Como le ha tocado a gobiernos anteriores, el de Gustavo Petro enfrenta hoy varios desaf¨ªos que se han pospuesto o se han enfrentado con soluciones parciales o provisionales. El del subsidio a los combustibles y el conflicto por la tierra son apenas dos de esos l¨ªos que ha heredado este Gobierno, como los heredaron otros. Es posible que el presidente Petro tampoco pueda resolverlos plenamente, pero deber¨ªa avanzar y no es nada f¨¢cil.
En el caso del precio de los combustibles, Petro ha planteado la necesidad de decidir en qu¨¦ invertir millonarios recursos p¨²blicos: ?usarlos para subsidiar el precio de la gasolina o para atender urgencias sociales? Al final poder hacer reformas es cuesti¨®n de plata. Hay acuerdo entre los expertos en la necesidad de desmontar los subsidios porque resulta insostenible para las finanzas del Estado. Adem¨¢s, subsidiar combustibles f¨®siles va en contrav¨ªa de la transici¨®n energ¨¦tica. La pregunta entonces es c¨®mo hacerlo, con qu¨¦ velocidad y gradualidad para que el impacto sobre la econom¨ªa no sea tan fuerte. En una situaci¨®n de inflaci¨®n desbordada como la actual, el desmonte de subsidios podr¨ªa incrementarla y golpear de manera significativa no solo a quienes tienen carro particular sino tambi¨¦n a amplios sectores populares y de clase media.
El presidente ha dicho que no se tocar¨ªa el precio del ACPM porque es el que m¨¢s se usa en transporte de carga y pasajeros. Sin embargo, es claro que el efecto se puede sentir porque a¨²n muchos veh¨ªculos de carga usan gasolina, y la usan tambi¨¦n los taxistas y los motociclistas que tienen sus veh¨ªculos para transportarse y muchos para trabajar. El efecto domin¨® tambi¨¦n puede golpear la canasta familiar. No desmontar subsidios es seguir acumulando un d¨¦ficit insostenible, pero desmontarlos impacta el bolsillo de muchos en un momento cr¨ªtico.
El Gobierno de Iv¨¢n Duque decidi¨® no hacerlo para no golpear la recuperaci¨®n econ¨®mica y porque hubiera sido imposible en medio de su impopularidad. El Gobierno de Petro tiene la favorabilidad para darse ese golpe pol¨ªtico, pero debe hacerlo con sumo cuidado para que la econom¨ªa, que ya enfrenta muchos retos, no se afecte m¨¢s ni le cobren en las calles el golpe al bolsillo. Y este toro, como el de las tarifas de energ¨ªa, lo deber¨¢ enfrentar el presidente porque ya qued¨® claro que la ministra Irene V¨¦lez no podr¨¢ asumir ese liderazgo.
Si hablamos de tierras, llevamos d¨¦cadas (por no decir siglos) con altos niveles de inequidad en la distribuci¨®n y regularizaci¨®n de la tenencia. Son problemas que han estado en el fondo de todas nuestras violencias. Las tomas que han sido una constante en nuestra historia se han multiplicado en las ¨²ltimas semanas y son otro desaf¨ªo para el Gobierno, que respondi¨® con contundencia en la voz de la vicepresidenta, Francia M¨¢rquez, y de la ministra de Agricultura, Cecilia L¨®pez. Las dos recordaron que el Gobierno est¨¢ comprometido con la reforma agraria pero no por v¨ªas de hecho. ¡°Hay que respetar la Constituci¨®n¡±, dijo la ministra. Sin embargo, las tomas siguen, el llamado ultim¨¢tum de 48 horas no ha disuadido a los reclamantes y hoy el Gobierno enfrenta tambi¨¦n una disyuntiva: si no cesan las tomas, ?Usar¨¢ la fuerza p¨²blica para desalojar los predios ocupados? La ley permite hacerlo, pero enfrentar con el Esmad un reclamo social es una f¨®rmula que Petro critic¨® como pocos desde la oposici¨®n y que va en contrav¨ªa de la filosof¨ªa de la seguridad humana de su Gobierno. Sin embargo, permitir las tomas tampoco es una opci¨®n.
El Acuerdo de paz dej¨® una ruta trazada para tratar de superar algunos de los obst¨¢culos que han estado incrustados en el l¨ªo de la tierra en Colombia. La Reforma Rural Integral es el primer punto de lo firmado. Tiene muchos ingredientes, entre ellos la democratizaci¨®n del acceso a la tierra, la regularizaci¨®n de la propiedad, la actualizaci¨®n del catastro, el desarrollo integral, los subsidios y cr¨¦ditos para los m¨¢s vulnerables. Por eso hay quienes dicen que se necesita implementar el acuerdo y nada m¨¢s. Otros dicen que no es suficiente, pero se debe empezar. En todo caso ninguno de los puntos se resuelve en un mes, en un a?o ni en cuatro.
El asunto de la tierra es tan viejo que hay una ley de 1936 en la cual se plantea la creaci¨®n de una jurisdicci¨®n agraria, que podr¨ªa definirse como ¡°una Jurisdicci¨®n Especial para la Paz de tierras¡± para resolver los cientos de conflictos que se hab¨ªan acumulado y que hoy se siguen acumulando. Y en esta materia cada soluci¨®n aplazada la hemos pagado con muertos.
Mientras se debaten estos temas siguen las masacres, la violencia de todo tipo, la inseguridad, el hambre y la inequidad. Resolver problemas estructurales no es f¨¢cil y Petro en campa?a prometi¨® hacerlo. Desde el poder todo es a otro precio porque cada decisi¨®n, y m¨¢s si busca tocar problemas de fondo, tiene consecuencias y costos econ¨®micos, pol¨ªticos y sociales. En el caso del subsidio a los combustibles y el problema de la tierra el Gobierno tiene que avanzar. Seguramente no ser¨¢ tanto como esperan quienes votaron por esas soluciones, pero no puede ser tan poco que se sigan aplazando. Que en el camino el pa¨ªs no se descuaderne es el reto mayor. A un mes de su posesi¨®n el presidente se juega su liderazgo.
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