Daniel Carvalho: ¡°La pol¨ªtica colombiana es un teatro¡±
El congresista cont¨® p¨²blicamente que consume marihuana hace m¨¢s de 20 a?os y abri¨® un debate en el pa¨ªs y en su propia casa
En la oficina del congresista Daniel Carvalho huele a marihuana. A marihuana y a las otras plantas que tiene sobre su escritorio. Por todo el lugar hay varias matas esparcidas. Cuenta que la de cannabis le cost¨® como 25.000 pesos y que la encontr¨® en un vivero cuando fue a buscar con qu¨¦ decorar su espacio en el edificio del Congreso. El representante a la C¨¢mara por Antioquia, de 43 a?os, se hizo famoso la semana pasada cuando cont¨® ante sus compa?eros congresistas que lleva 25 a?os fumando marihuana. ¡°Bareto, le decimos en Medell¨ªn¡±, corrige. Cuenta que ese d¨ªa esperaba hacer una intervenci¨®n t¨¦cnica, ¡°que seguramente hubiera sido muy aburridora¡±, pero el debate le dio pie para hablar de su experiencia personal.
El pol¨ªtico cont¨® que fuma desde hace m¨¢s de 20 a?os y lanz¨® un mensaje en contra de la estigmatizaci¨®n. Dijo que ser consumidor no le ha impedido estudiar ¨D¡°y siempre tener las mejores calificaciones¡±¨D, ni ser un buen hijo o un buen amigo. Denunci¨® la persecuci¨®n de la que son v¨ªctimas los consumidores en Colombia como una amenaza a la libertad. ¡°Decid¨ª hablar de forma espont¨¢nea y record¨¦ algo que he pensado desde que entr¨¦ a la pol¨ªtica. Y es que la pol¨ªtica es un teatro y el Congreso es el escenario prioritario de la pol¨ªtica¡±. La historia que cont¨®, su historia, es real, pero no niega que se meti¨® en el personaje. Ten¨ªa un micr¨®fono abierto para hablar de un tema que le importa y lo aprovech¨®. Antes de ser congresista fue concejal, mesero, actor de teatro y escritor. La escritura lo llev¨® a la pol¨ªtica. Cuenta que en el Mundial de Brasil, en 2014, los relatos del viaje que publicaba en su p¨¢gina de Facebook lo hicieron popular entre aficionados del f¨²tbol. Como hincha del Deportivo Independiente Medell¨ªn ya ten¨ªa un grupo grande de seguidores, pero Brasil lo cambi¨® todo.
¡°Cuando Colombia clasific¨® al ¨²ltimo partido, contra Brasil, ya se me estaba acabando la plata y anunci¨¦ que me devolv¨ªa. La gente, que quer¨ªa que me quedara para seguir escribiendo, reuni¨® dinero y me lo mand¨®¡±. Dice que ese respaldo de personas que ni siquiera lo conoc¨ªan le hizo creer que pod¨ªa aspirar a una elecci¨®n con votos. Lo m¨¢s cercano era el Concejo de su ciudad porque ya llevaba varios a?os haciendo activismo para buscar soluciones a la violencia de las barras bravas en los estadios. Era una figura conocida entre los barristas y al volver a Medell¨ªn empez¨® a trabajar en su candidatura. ¡°No ten¨ªa ni idea de nada, no sab¨ªa c¨®mo funcionaba¡±, reconoce. Pero gan¨®. Fue elegido dos veces concejal, la segunda vez no termin¨® el periodo porque quiso aspirar al Congreso.
¡°Nunca estoy pensando en la elecci¨®n que sigue. Nunca quise ser pol¨ªtico. En realidad todo se fue dando. Siempre le digo a mi equipo que es un privilegio que la gente vote por nosotros para que seamos como somos. No para fingir¡±. Cuenta que despu¨¦s de que habl¨® sobre su consumo ha recibido mensajes de gente que apoy¨® su candidatura agradeci¨¦ndole por ¡°hablar por tantos¡±. Uno de los principios de su propuesta pol¨ªtica es la libertad y en ese sentido enmarc¨® el discurso que puso a Colombia a hablar de la marihuana. Cuenta que la prob¨® por primera vez en el Ej¨¦rcito, cuando prest¨® servicio militar. ¡°Desde entonces, no es que me la haya pasado fumando todo el d¨ªa, todos los d¨ªas¡±, dice. Lo hace de vez en cuando, sobre todo en las noches. No lo considera su vicio. ¡°Mis vicios son el cigarrillo y la puntualidad¡±.
Como dijo en su intervenci¨®n en el Congreso, reitera que Colombia es un pa¨ªs de prejuicios y por eso no le sorprendi¨® la reacci¨®n de su ¡°revelaci¨®n¡±. ¡°Todo el mundo lo sospechaba, ?cierto?¡±, y se r¨ªe. Carvalho lleva unas rastas largas que se empez¨® a dejar crecer hace 20 a?os, casi siempre se viste con jean y tenis, y tiene tatuajes. Tiene todo para que cualquiera sospechara ¨D¡°siempre era el que la polic¨ªa requisaba¡±, dice¨D. ¡°Nunca hab¨ªa recibido tanta atenci¨®n medi¨¢tica. Fui concejal de Medell¨ªn seis a?os, fui actor de teatro. En fin, estoy acostumbrado a la mirada del p¨²blico, pero nunca hab¨ªa tenido tanta atenci¨®n, sobre todo sobre un tema tan personal¡±. Cuenta que le han dicho feo, que se ve viejo, que se le nota lo ¡°marihuanero¡±. Carvalho lo toma con gracia, cree que es parte del debate.
¡°Creo que fue una discusi¨®n muy valiosa, incluso colegas del Centro Democr¨¢tico, que no est¨¢n de acuerdo conmigo, se acercaron a decirme que les hab¨ªa gustado lo que hab¨ªa dicho. Ac¨¢ nos hemos cre¨ªdo la idea de que la pol¨ªtica es para eliminar al que piensa diferente, y yo creo todo lo contrario¡±, dice Carvalho, cuyo inter¨¦s por la pol¨ªtica despert¨® cuando viv¨ªa en Par¨ªs. ¡°Nunca hab¨ªa votado, no me importaba la pol¨ªtica, pero en Francia descubr¨ª una sociedad sumamente politizada, con huelgas todo el tiempo, la gente siempre est¨¢ hablando de pol¨ªtica¡±. Ten¨ªa 23 a?os, se acababa de graduar de ingeniero civil, y buscaba qu¨¦ hacer con su vida. En Par¨ªs trabaj¨® como actor para las pel¨ªculas de un amigo que estudiaba cine y era mesero. ¡°Ve¨ªa a los clientes discutiendo de pol¨ªtica y cre¨ªa que se iban a matar, pero al final solo gritaban¡±. Carvalho hab¨ªa vivido la ¨¦poca de la violencia del cartel de Medell¨ªn. Aunque creci¨® en un barrio acomodado y estudi¨® en un colegio y en una universidad privada, el entorno era violento. ¡°Me di cuenta de que era posible debatir de pol¨ªtica sin agredirse¡±, dice.
Carvalho siempre ha hablado trabado. Dice que pronuncia la erre diferente porque tiene el frenillo muy largo. Cuando era adolescente tartamudeaba, ¡°como James (por James Rodr¨ªguez) me enredaba. A los 15, 16 a?os me mor¨ªa de la pena cuando le hablaba a una mujer, pero el teatro me cambi¨® definitivamente la vida porque no solo me quit¨® la pena de hablar, sino que me ayud¨® a conocerme mejor¡±. En la universidad se desnud¨® para una obra y despu¨¦s de eso nunca m¨¢s sinti¨® verg¨¹enza.
Cuando aterriz¨® en la pol¨ªtica en Medell¨ªn, lo hizo acompa?ado de Federico Guti¨¦rrez, como parte de la lista al concejo del entonces candidato independiente a la alcald¨ªa. Ambos ganaron, se hicieron amigos y trabajaron juntos hasta que el proceso de paz con las FARC los separ¨®. Fico no apoyaba la salida negociada con la guerrilla y Carvalho s¨ª. ¡°Fue un rompimiento progresivo, primero lo de la paz, luego ¨¦l empez¨® a coquetearle al electorado uribista de Medell¨ªn, cuando se le meti¨® en la cabeza que quer¨ªa ser presidente, y eso nos llev¨® a diferentes discusiones, pero nunca de manera grosera¡±. Al Congreso lleg¨® con el movimiento de Ingrid Betancourt, Verde Ox¨ªgeno, que termin¨® expuls¨¢ndolo a ¨¦l y al exnegociador de paz Humberto de la Calle por ¡°incompatibilidades¡± con el partido. Desde entonces, De la Calle y ¨¦l han trabajado juntos, uno desde el Senado y el otro desde la C¨¢mara. ¡°Me encanta esta relaci¨®n con Humberto. ?l es como el Quijote y Sancho Paisa¡±. Son la dupla simp¨¢tica del Congreso.
Expulsados y sin partido, han hecho una pareja que ha trabajado en proyectos como el que busca eliminar el servicio militar obligatorio. Un tema parecido los uni¨® hace unos a?os cuando Carvalho dio un discurso en el Concejo que se volvi¨® viral ¨Dno tanto como el de esta semana¨D y De la Calle lo busc¨®. ¡±Era una intervenci¨®n en la que denunciaba los abusos de la polic¨ªa, pero entendiendo que la polic¨ªa tambi¨¦n es v¨ªctima de abuso en su formaci¨®n. Yo fui soldado y s¨¦ que la formaci¨®n de los militares y los polic¨ªas es basada en la violencia y la humillaci¨®n¡±.
De su vida como soldado, Carvalho recuerda la primera vez que fum¨® marihuana como una an¨¦cdota menor. Dice que tuvo compa?eros que prefer¨ªan no salir del batall¨®n el d¨ªa de permiso, cuando por fin pod¨ªan visitar a sus familias, porque en sus casas no ten¨ªan comida. La pobreza es uno de los argumentos de Carvalho y De la Calle para eliminar el servicio militar obligatorio, pues se?alan que el 99% de las personas que son reclutadas son pobres.
Daniel Carvalho es parte de un Congreso renovado. Sobre todo la C¨¢mara de Representantes, donde est¨¢ ¨¦l, est¨¢ llena de personas que hacen pol¨ªtica por primera vez. El 70% son caras nuevas. ¡°El hecho de que haya inexperiencia en lo pol¨ªtico no me parece malo del todo, de eso se trata la renovaci¨®n. Que alguien sepa mucho no significa que lo haga bien¡±. No se considera un influencer como lo son muchos de sus compa?eros, pero reconoce que ha podido hacer pol¨ªtica gracias a las redes sociales. ¡°Yo tambi¨¦n hago parte de eso. Yo llegu¨¦ a la pol¨ªtica por las redes sociales, mal har¨ªa en criticar a los influencers. Creo que su presencia tambi¨¦n representa a la sociedad de hoy, donde nos conectamos y nos informamos y alegamos a trav¨¦s de los medios digitales. ?La pol¨ªtica de los influencers es mala? No. Hay gente buena y hay gente mediocre¡±.
No sabe si quiere dedicarse toda la vida a la pol¨ªtica, pero dice que ha disfrutado estos meses en el Congreso y le gusta vivir en Bogot¨¢, a pesar de fr¨ªo. ¡°Me da muy duro, yo soy muy flaquito, muy de tierra caliente, pero me gusta¡±. Dice que el color del centro de la ciudad le recuerda a Par¨ªs. ¡±Es del mismo amarillito¡±, y mira por la ventana. Esta tarde llueve y el cielo est¨¢ gris.
La ¨²ltima semana su nombre ha estado en el centro de atenci¨®n de los medios por haber hablado abiertamente del consumo de marihuana. Pero la cita m¨¢s dif¨ªcil fue en su casa. El primer fin de semana despu¨¦s de su intervenci¨®n visit¨® a su mam¨¢ a Medell¨ªn y no estaba tan contenta como ¨¦l. ¡°Mi mam¨¢ tiene 70 a?os, entonces para ella esto era algo como est¨¢ bien, lo acepto, pero que todo el mundo se entere es duro. En la casa, en 43 a?os, nunca hab¨ªamos hablado de esto¡±, cuenta tranquilo, ahora que ha tenido esa conversaci¨®n postergada por tanto tiempo. La marihuana no ha sido para Carvalho ¡°la puerta a drogas m¨¢s duras¡±, como dicen quienes quieren prohibir el consumo. ¡°En realidad fue la puerta a la m¨²sica de Pink Floyd y a la salsa¡±. El congresista de las rastas tambi¨¦n es bailar¨ªn.
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