Ni con el cambio cambian las cosas
En Colombia nunca se ha resuelto un problema. Los barremos debajo del tapete, pero suelen salir arrastr¨¢ndose ¨¢gilmente
Que en Palacio de Nari?o hay incomodidad por la manera en que los medios registran la actualidad. Que el presidente no nombra a nadie en la direcci¨®n de los medios p¨²blicos. Que una senadora del Pacto Hist¨®rico (desconectada del gobierno) quiere que haya debate para cuestionar a los periodistas.
Que el canciller de un gobierno progresista est¨¢ enfrentado con los sindicalistas del ministerio. Que al Pacto Hist¨®rico se le olvid¨® eso que llaman carrera diplom¨¢tica, una vez ganadas las elecciones. Que llevamos doscientos a?os perdiendo territorio.
Que quienes secuestraron, torturaron, destruyeron bienes p¨²blicos o participaron en agresiones a otros ciudadanos, podr¨ªan estar en casa comiendo natilla y bu?uelo el 24, convertidos en gestores de paz y pagados con dineros p¨²blicos. Que el ELN quiere contribuir a la Paz Total, pero asesinando.
Que en La Mojana (medio mill¨®n de hect¨¢reas que comparten cuatro departamentos) hay personas que llevan m¨¢s de un a?o viviendo entre el agua, sin que se sepa d¨®nde est¨¢n los miles de millones que supuestamente se han invertido en obras de contenci¨®n.
Que se iba a reformar a las volandas el c¨®digo electoral para repartir puestos a los clanes pol¨ªticos y favorecer a los de siempre, gracias a la poderosa maquinaria que mueve el registrador. Que el m¨¢s importante proyecto de generaci¨®n de energ¨ªa del pa¨ªs flota en las caudalosas aguas de la indefinici¨®n o de los mezquinos intereses pol¨ªticos, las agendas ocultas y las componendas.
Que en Bogot¨¢ obras tan sencillas como la construcci¨®n de un and¨¦n se hacen a paso de tortuga, en medio de un paisaje urbano que parecer¨ªa indicar que esta es la Capital Internacional de la Polisombra. Que un coliseo de espect¨¢culos termina consiguiendo los permisos para operar en un sitio sin v¨ªas de acceso, convirtiendo la poca movilidad del sector en un infierno. Que en el mayor sistema de transporte p¨²blico del pa¨ªs quienes pagan son tenidos por imb¨¦ciles.
Que al presidente le tienen sin cuidado las altas cortes. Que el deporte nacional es robarse la comida de los ni?os en los colegios p¨²blicos. Que los l¨ªderes sociales y defensores de derechos humanos son asesinados con asombrosa impunidad.
Que no se puede viajar a ninguna parte, porque el peso no vale nada en el exterior. Que los mercados internacionales y los inversionistas siguen estresados con el abanico de opiniones de los ministros del gabinete (?y m¨¢s con los trinos del presidente!).
Detalle liviano: que el presidente de la Federaci¨®n de F¨²tbol est¨¢ convencido de que la Selecci¨®n Colombia habr¨ªa podido hacer ¡°un muy buen mundial¡±, cuando nos pasamos siete partidos sin marcar un gol, dejando escapar valiosos puntos como locales, y no pudimos ni con Per¨² en Barranquilla.
Que todo lo que ustedes acaban de leer, cambiando algunos nombres, pasa una y otra vez, en una especie de aterrador D¨¦j¨¤ vu.
Como en El Gatopardo, aqu¨ª todo cambia para que nada cambie.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.