Roy Barreras, el peaje de las grandes reformas en el Congreso
El presidente del Senado vuelve a emerger como un operador pol¨ªtico clave cuando los legisladores se re¨²nan a partir de esta semana
El experimentado senador Roy Barreras, uno de los principales escuderos de Gustavo Petro desde la campa?a que lo llev¨® al poder, parece estar en todas partes. O al menos en todas las discusiones. Desde la presidencia del Congreso ha demostrado, una vez m¨¢s, ser un sagaz operador pol¨ªtico para empujar las iniciativas del Gobierno. Y cuando se inicien las sesiones extraordinarias, convocadas a partir del pr¨®ximo martes, vuelve a erigirse como un hombre clave para el tr¨¢mite de la ambiciosa agenda legislativa del mandatario.
El primer semestre del nuevo Congreso se consumi¨® en los debates en torno a la reforma tributaria y la paz total. Las amplias mayor¨ªas legislativas en ambas c¨¢maras del autodenominado Gobierno del cambio funcionaron, en general, como una aplanadora. All¨ª cumplieron un papel destacado tanto Barreras como el presidente de la C¨¢mara de Representantes, David Racero. Ambas corporaciones se mostraron comprometidas. En una decisi¨®n estrat¨¦gica, Petro posterg¨® las grandes reformas sociales que buscan replantear el sistema laboral y de seguridad social (la de la salud, las pensiones y la laboral) para este a?o, cuando el Congreso se vuelve a reunir a partir del 7 de febrero. ¡°El pa¨ªs nos va a recordar por las transformaciones sociales¡±, le dec¨ªa en diciembre a este peri¨®dico Racero, el presidente de la C¨¢mara.
Barreras ha militado en distintos partidos. Respald¨® en su momento a ?lvaro Uribe y despu¨¦s a Juan Manuel Santos. Se revel¨® como un protagonista de la negociaci¨®n de paz con la extinta guerrilla de las FARC, y se sum¨® al equipo negociador en La Habana. Es un pol¨ªtico que nunca se ha mostrado n¨ªtidamente de izquierdas. El representante Racero, por contraste, viene de la entra?a del Pacto Hist¨®rico y los movimientos que impulsaron a Petro hasta la Casa de Nari?o. ¡°Se le reconoce a Roy Barreras su capacidad de traer otros sectores a este gran Frente Amplio al que desde un principio invit¨® el presidente¡±, se?alaba entonces Racero. ¡°Hoy nuestro proyecto de pa¨ªs no es un proyecto de izquierda, es un proyecto nacional. Hay otros sectores sociales y pol¨ªticos que se ven inmersos. De eso se trata gobernar. Uno gobierna no para un partido, uno gobierna para un pa¨ªs¡±.
Todos los observadores coinciden en reconocer el eficaz papel de Barreras en el Capitolio. Pero en este nuevo a?o su compromiso se ha puesto en duda, en particular por los reparos que ha ventilado con respecto a acabar el sistema de salud actual y construir otro sin una transici¨®n adecuada, o a la funci¨®n de aseguramientos e intermediaci¨®n financiera de las Entidades Promotoras de Salud (EPS).
El ahora legislador es m¨¦dico de profesi¨®n, ejerci¨® por 20 a?os, ha hecho buena parte de su carrera pol¨ªtica desde ese sector y adem¨¢s actualmente se trata de un c¨¢ncer de colon. Las quimioterapias no lo han detenido. ¡°El actual sistema lleva 30 a?os de construcci¨®n y a¨²n requiere mejorar. Y mientras se construye el nuevo, ?qui¨¦n atender¨¢ la salud de los 50 millones de colombianos? Reforma s¨ª pero sin poner en riesgo la salud de todos¡±, escribi¨® en un mensaje en sus redes sociales que caus¨® revuelo. Varios partidos de la coalici¨®n de Gobierno han mostrado desde entonces sus propias dudas sobre la reforma que promueve la ministra Carolina Corcho, un gran foco de fricci¨®n pol¨ªtica.
Roy, como todos lo conocen, ha marcado distancia con otros anuncios del Gobierno, como no sellar nuevos acuerdos de exploraci¨®n de hidrocarburos y levantar ¨®rdenes de captura a miembros de organizaciones criminales para negociar la llamada paz total. Rechazar la posibilidad de que los de narcotraficantes acudan a la justicia transicional en lugar de a la ordinaria incluso le vali¨® amenazas de muerte que lo llevaron a sacar a sus hijos del pa¨ªs, seg¨²n denunci¨® el pasado viernes.
Las se?ales que reivindican alg¨²n grado de independencia se han acumulado en las ¨²ltimas semanas. No se qued¨® callado cuando Alejandro Ocampo, un representante del Pacto Hist¨®rico, critic¨® por nombre propio a la exgobernadora del Valle del Cauca y directora del Partido de la U, Dilian Francisca Toro. Barreras, vallecaucano como ambos y antiguo miembro de La U, acus¨® a Ocampo de rencillas pol¨ªticas. ¡°El cambio estructural son las reformas y no los apetitos de poder locales¡±, reaccion¨®. ¡°Las reformas pasan gracias a la coalici¨®n de Gobierno con los partidos aliados. Maltratarlos es mala idea. Se puede competir sin agravios¡±, se?al¨® de cara a las elecciones locales de octubre.
Ante las sospechas de un distanciamiento m¨¢s de fondo con el Ejecutivo, sin embargo, tambi¨¦n ha dado se?ales de seguir alineado. Su nueva colectividad, La Fuerza de la Paz, surgida de una escisi¨®n dentro del Pacto Hist¨®rico, se declar¨® la semana pasada como partido de Gobierno. Al anunciar que cumpl¨ªa con ese tr¨¢mite, el partido reiter¨® que Barreras ¡°est¨¢ comprometido con las reformas¡±. ¡°No tengo ninguna distancia con el presidente Gustavo Petro. Tengo distancias argumentales con algunos de los intermediarios, los que no entienden la visi¨®n del presidente¡±, le dijo Barreras a la revista Semana en una extensa entrevista publicada el fin de semana. Ah¨ª reiter¨® estar ¡°muy preocupado¡± por la reforma a la salud y fustig¨® a la ministra Corcho, a la que calific¨® de ¡°arrogante¡± y ¡°radical¡±. ¡°Necesitamos ministros que ejecuten las ¨®rdenes del presidente, y no activistas¡±, asegur¨®.
¡°Roy lo que hace es catalizar los deseos del presidente¡±, apunta la analista M¨®nica Pach¨®n, doctora en Ciencia Pol¨ªtica y profesora asociada de la Universidad de los Andes. ¡°Es un gran conocedor de los intereses de los legisladores, especialmente de sus antiguos compa?eros de bancada. Entiende qu¨¦ hay que dar, c¨®mo hay que intercambiar, c¨®mo hacer esa articulaci¨®n pol¨ªtica para llegar al prop¨®sito de pasar estas reformas en tiempo r¨¦cord¡±, a?ade. ¡°Si tiene alg¨²n reparo con la reforma a la salud, pues eso va a ser una discusi¨®n interesante. Ah¨ª potencialmente ¨¦l puede ser un moderador, pero el rol que ha jugado hasta ahora no ha sido ese¡±, concluye.
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