Todo por la plata
2.600 cargos nuevos en todas las jurisdicciones: penal, disciplinaria, administrativa, civil y de familia
En noviembre el presidente Petro dej¨® plantados a los magistrados de las altas cortes en la Casa de Nari?o. La furia llen¨® todos los espacios. La rabia inund¨® los esp¨ªritus de los togados, humillados por la ausencia del jefe del poder Ejecutivo en su propio palacio pese a la invitaci¨®n formal para posesionar a los nuevos jueces elegidos. El encuentro inclu¨ªa sentarse a la mesa palaciega con los manjares correspondientes. Como el presidente no lleg¨® nunca, pasadas dos horas de espera sin fortuna, la reacci¨®n fue la de tomar medidas contundentes. Empezaron las conjeturas: no asistir a m¨¢s actos protocolarios en el palacio presidencial; que ning¨²n magistrado se posesionara en palacio y lo hiciera ante notario. Cuando se serenaron los ¨¢nimos, aceptaron que el secretario jur¨ªdico de la Presidencia, don Vladimir Fern¨¢ndez, tomara el juramento correspondiente, pero eso s¨ª: se negaron a cenar en ausencia del presidente, para hacer constar su desagrado. La comida para 70 personas se qued¨® servida. No era este el primer desplante del jefe del Estado. Ya hab¨ªa incumplido una cita en Valledupar en septiembre y otra en octubre en Monter¨ªa.
M¨¢s que un disgusto personal, los juristas de las cortes lo tomaron como un desaire con la rama Judicial.
El arreglo parec¨ªa imposible hasta que se les apareci¨® la virgen vestida de un proyecto de justicia para crear una nueva sala anticorrupci¨®n en la Corte y una comisi¨®n internacional contra la impunidad en Colombia. ¡°Durante un per¨ªodo especial, se conceder¨¢ a una sala transitoria de la Corte Suprema de Justicia la prerrogativa de adelantar el juicio contra los m¨¢ximos responsables de operar estructuras criminales que se han servido de la corrupci¨®n. Una sola vez y para la memoria de Colombia¡±. Es el encabezamiento de la iniciativa del Instituto Anticorrupci¨®n y la Fundaci¨®n Paz y Reconciliaci¨®n que, naturalmente, mereci¨® el rechazo firme, simult¨¢neo y autom¨¢tico del Gobierno con la Corte Suprema.
Con esa disculpa para borrar los pecados del desplante, el secretario que posesion¨® a los magistrados que se quedaron sin la fotograf¨ªa del juramento con el primer mandatario, convoc¨® a la Casa de Nari?o al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Fernando Castillo; al presidente del Consejo de Estado, Jorge Enrique Navas; al presidente del Consejo Superior de la Judicatura, Aurelio Rodr¨ªguez, y a la Presidenta de la Comisi¨®n de Disciplina Judicial, Magda Acosta. Por fin se pudo perfeccionar la primera cita con los presidentes de las altas cortes elegidos para 2023. Se perdonaron todas las transgresiones. El presidente Petro se comprometi¨® con las altas cortes a crear m¨¢s jueces, fortalecer la planta en todas las regiones y a corregir las fallas en materia de infraestructura y conectividad. 2.600 cargos nuevos en todas las jurisdicciones: penal, disciplinaria, administrativa, civil y de familia. Vale decir: plata, mucha plata. Para eso se hizo la reforma tributaria y ahora la adici¨®n presupuestal. 500.000 millones de pesos y todos tan contentos. Hubiera preferido que la reuni¨®n entre poderes hubiera sido primero para asegurar la lucha contra la impunidad. Si el ministro de Gobierno convoca a Palacio a los congresistas para la armon¨ªa entre los poderes del Estado y el presidente les ofrece crear m¨¢s cargos en el Parlamento del tama?o de la catedral, ?no se armar¨ªa un esc¨¢ndalo del diablo? Todo por la plata, se llamaba el programa de televisi¨®n.
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