La lucha de Ciudad Bol¨ªvar por dejar de ser el vertedero de basura de Bogot¨¢
La alcaldesa celebr¨® esta semana ¡°el principio del fin¡± de Do?a Juana, el relleno sanitario al que cada d¨ªa llegan 6.700 toneladas de residuos. La comunidad, sin embargo, mantiene su escepticismo
Ciudad Bol¨ªvar, en el sur de Bogot¨¢, entierra cada d¨ªa unas 6.700 toneladas de residuos que produce el resto de la ciudad. Do?a Juana, como se le llama a un vertedero de basura de 600 hect¨¢reas, es ¡°la mala vecina¡± de la comunidad. Est¨¢ repleta de desperdicios y genera malos olores, moscas y ratas en los alrededores. Por eso, la alcaldesa de Bogot¨¢, Claudia L¨®pez, celebr¨® esta semana una decisi¨®n judicial que impide al concesionario renovar su licencia de explotaci¨®n. ¡°El principio del fin de Do?a Juana empez¨® hoy¡±, escribi¨® en Twitter. La comunidad, sin embargo, mantiene el escepticismo.
La ubicaci¨®n de Do?a Juana en Ciudad Bol¨ªvar, una localidad con altos niveles de pobreza, se justific¨® en los a?os ochenta con el argumento de que la zona ten¨ªa una baja densidad poblacional. La ciudad necesitaba un espacio amplio para reemplazar al basurero a cielo abierto que hasta entonces ten¨ªa en la tambi¨¦n sure?a localidad de Kennedy. No obstante, la comunidad cuestiona que esta haya sido la ¨²nica raz¨®n. Hader R¨ªos, vocero del colectivo Tejiendo Monta?a, denuncia por tel¨¦fono que hubo tambi¨¦n discriminaci¨®n socioec¨®nomica: ¡°?Por qu¨¦ en las zonas estratificadas m¨¢s altas no se gener¨® un relleno sanitario? En Usaqu¨¦n no hay uno. Se tom¨® la decisi¨®n de dejarlo hacia el sur y desde ah¨ª hay din¨¢micas de un proyecto segregador¡±.
Los vecinos recuerdan la promesa que hizo el exalcalde Andr¨¦s Pastrana en 1988, cuando se inaugur¨® el predio. R¨ªos cuenta que el Distrito les dijo en ese entonces que Do?a Juana solo funcionar¨ªa hasta el a?o 2000. Despu¨¦s, se convertir¨ªa en una enorme ¨¢rea de esparcimiento para los vecinos, m¨¢s grande a¨²n que el tradicional Parque Sim¨®n Bol¨ªvar en la c¨¦ntrica localidad de Teusaquillo. Eso nunca pas¨®.
El relleno creci¨® con los a?os, a medida que la poblaci¨®n de Bogot¨¢ se disparaba. Seg¨²n el DANE, la capital colombiana ha pasado de poco m¨¢s de 4.000.000 millones de habitantes en 1985 a casi 8.500.000 millones en 2020. Y el impacto en la comunidad ha sido evidente: en 1997, 1,2 millones de toneladas de basura se derrumbaron sobre el r¨ªo Tunjuelo. M¨¢s de 170.000 personas en el sur de Bogot¨¢ se vieron afectadas, seg¨²n reconoci¨® la Defensor¨ªa del Pueblo en 2022.
La b¨²squeda de otros espacios nunca tuvo ¨¦xito. Carlos Parrado, profesor de la Universidad del Rosario, se?ala que hubo intentos de llevar la basura a municipios m¨¢s alejados, a 30 kil¨®metros de la capital. Pero fue imposible. ¡°Nadie quiere recibir los residuos de la gran capital. La gente no quiere un relleno sanitario al lado de su casa¡±, explica en una llamada. El ¨²nico lugar similar es Nuevo Mondo?edo, en Mosquera (Cundinamarca), y solo recibe un m¨¢ximo de 1.500 toneladas diarias de municipios aleda?os a Bogot¨¢.
Parque de la Innovaci¨®n
La Alcald¨ªa de Claudia L¨®pez se ha comprometido a convertir a Do?a Juana en un Parque de Innovaci¨®n y Valorizaci¨®n de Residuos. El Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de 2021 establece que hay que acabar gradualmente con el enterramiento de basura y pasar a tecnolog¨ªas m¨¢s avanzadas que sean menos contaminantes. Estas incluyen tratamiento t¨¦rmico, aprovechamiento de biog¨¢s y transformaci¨®n de residuos org¨¢nicos en compostaje. Asimismo, se prev¨¦ que otras localidades alberguen centros de aprovechamiento de org¨¢nicos y pl¨¢sticos para disminuir el volumen de basura que llega a Ciudad Bol¨ªvar.
Sin embargo, Do?a Juana ha sido el centro de una larga batalla judicial entre el Distrito y el Centro de Gerenciamiento de Residuos (CGR), el operador del predio desde 2010. La empresa aduce que tiene derecho a renovar su licencia, que se concedi¨® enfocada en el enterramiento de residuos. La Alcald¨ªa, en cambio, quiere abrir una licitaci¨®n para conformar el Parque de la Innovaci¨®n cuando se cubra la cuota m¨¢xima de capacidad de relleno que se le permite a CGR. El secretario jur¨ªdico del Distrito, William Mendieta, comenta por tel¨¦fono a este peri¨®dico que esto se proyecta para finales de 2024 y asegura que una nueva convocatoria ya no priorizar¨¢ el enterramiento de basura. ¡°En 2010, el boom del tratamiento de basuras y del reciclaje no era como ahora¡±, explica.
Ambas partes han celebrado la decisi¨®n de un tribunal de Bogot¨¢ el pasado martes. La Alcald¨ªa valor¨® que se reconociera, finalmente, que CGR no tiene derecho a renovar la licencia. ¡°Hubiera sido catastr¨®fico. Nos hubiera forzado a seguir con un modelo exclusivo de enterramiento de basuras por 20 a?os m¨¢s¡±, dice Mendieta. CGR, por su parte, destac¨® que la Unidad Administrativa Especial de Servicios P¨²blicos (UAESP) debe pagarle 65.000 millones de pesos (unos 15 millones de d¨®lares) como indemnizaci¨®n por no haber prove¨ªdo los recursos necesarios para la operaci¨®n adecuada del predio.
En el centro de la disputa ha quedado una deficiente planta de lixiviados, necesaria para tratar los l¨ªquidos contaminantes de la basura y evitar que contaminen el r¨ªo Tunjuelo. El concesionario ha celebrado no tener que invertir recursos propios en optimizar las instalaciones. El Distrito, mientras, ha anunciado que apelar¨¢ esta parte de la decisi¨®n judicial.
Escepticismo
Nadie cree que la salida de CGR vaya a llevar al final de Do?a Juana, como dio a entender la alcaldesa el martes. Mendieta aclara que no hay otros puntos a los que llevar la basura y matiza que las expectativas est¨¢n puestas en la nueva licitaci¨®n y en la conversi¨®n al Parque de la Transformaci¨®n. El concejal Juli¨¢n Rodr¨ªguez, miembro del partido de L¨®pez y coordinador de la bancada de Econom¨ªa Circular, admite por tel¨¦fono que el proyecto necesita una ¡°alt¨ªsima inversi¨®n¡± y puede demorarse entre 5 y 10 a?os en concretarse. ¡°Hay que encontrar plata y tener voluntad pol¨ªtica¡±, afirma.
Los que tienen menos expectativas son los miembros de la comunidad, ya cansados de las promesas. ?scar Bar¨®n, vocero de la organizaci¨®n popular Asamblea Sur, recuerda que hace 30 a?os que escucha hablar de nuevas tecnolog¨ªas menos contaminantes y reitera varias veces que no cree en los pol¨ªticos: ¡°Como el basurero queda en una monta?a de campesinos pobres, les vale nada¡±. Algo similar opina R¨ªos, que apunta que solo habr¨¢ ¡°un cambio de nombre¡±. Para ¨¦l, lo realmente necesario es promover huertas urbanas y centros de reciclaje en el resto de la ciudad. Asimismo, quiere que la nueva concesi¨®n del predio sea p¨²blico-comunitaria y que las ganancias se reinviertan en nuevas tecnolog¨ªas.
El profesor Parrado, por su parte, agrega que el problema no se resuelve solamente con la implementaci¨®n de procesos alternativos como la incineraci¨®n, la biometanizaci¨®n o el tratamiento de org¨¢nicos. Cree que es esencial que la Comisi¨®n de Regulaci¨®n de Agua Potable y Saneamiento (CRA) eleve las tarifas que se pagan por el enterramiento de basura. ¡°Estamos pensando en enterrar porque sigue siendo muy barato¡±, subraya. Seg¨²n el experto, pa¨ªses como Espa?a cobran 150 euros por tonelada, mientras que Colombia establece solo 10 euros.
El da?o ya hecho a Ciudad Bol¨ªvar, sin embargo, es hasta cierto punto irreversible. Parrado explica que los residuos enterrados tardar¨¢n d¨¦cadas y hasta siglos en degradarse: ¡°Un vertedero tiene elementos que seguir¨¢n generando l¨ªquidos y gases. Podr¨¢n colocar arbolado, pero sabemos lo que hay debajo¡±. Para ¨¦l, es evidente que ¡°el problema siempre est¨¢¡± y que ninguna alternativa podr¨¢ satisfacer a la comunidad.
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