El embajador de Colombia en Nicaragua marcha a favor del r¨¦gimen de Daniel Ortega

El embajador de Colombia en Nicaragua ha desatado una inesperada tormenta pol¨ªtica justo en la misma semana en que se espera un nuevo fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya sobre el diferendo mar¨ªtimo de larga data que ha enfrentado a los dos pa¨ªses. La oposici¨®n nicarag¨¹ense ha divulgado en redes este lunes un video en el que se ve a Le¨®n Fredy Mu?oz ataviado con s¨ªmbolos del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN) durante una marcha el pasado 7 de julio que celebraba la revoluci¨®n que derroc¨® a Anastasio Somoza, en un apoyo al r¨¦gimen de Daniel Ortega.

¡°Eso es admirable, lo que yo he sentido desde el 30 de septiembre que llegu¨¦ a Nicaragua (¡­) es un pueblo alegre, bonito, amable y sobre todo un pueblo convencido de su revoluci¨®n, la verdad es que estoy gratamente sorprendido¡±, se le escucha decir en sus declaraciones a la prensa oficialista en la ciudad de Le¨®n al embajador Mu?oz, vestido con una gorra y una pa?oleta del FSLN. Sus palabras han provocado de inmediato un aluvi¨®n de airadas cr¨ªticas en Colombia y otras latitudes.

¡°Que verg¨¹enza de embajador hablando de revoluciones. No se?or Mu?oz, lo que usted apoya es un proyecto din¨¢stico que fracasar¨¢. El hermano pueblo colombiano se merece un mejor representante¡±, apunt¨® el dirigente opositor nicarag¨²ense Juan Sebasti¨¢n Chamorro, que ha sido preso pol¨ªtico, en una de muchas reacciones. ¡°Es inconcebible que el embajador del Gobierno Petro aplauda una revoluci¨®n marxista y sangrienta. Es un grave insulto a todos los nicarag¨¹enses y exiliados que a¨²n sufren las repercusiones de los sandinistas¡±, escribi¨® en sus redes sociales el senador republicano Marco Rubio, que se sum¨® desde Estados Unidos al coro de cr¨ªticas.

Nicaragua es un campo minado para la diplomacia colombiana. Las relaciones con Managua son un asunto particularmente sensible, pues ambos pa¨ªses sostienen un diferendo lim¨ªtrofe en el mar Caribe que involucra la soberan¨ªa de las aguas que rodean el archipi¨¦lago de San Andr¨¦s y Providencia. Actualmente avanza un tercer proceso entre ambas partes en la Corte Internacional de Justicia en La Haya, despu¨¦s de que el pa¨ªs centroamericano pidi¨® en 2013 la ampliaci¨®n de su plataforma continental, en una decisi¨®n programada para el pr¨®ximo jueves.

Despu¨¦s de algunas salidas en falso, el Gobierno de Gustavo Petro se ha sumado con firmeza a la condena internacional al r¨¦gimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, tras el destierro de centenares de presos pol¨ªticos el pasado febrero. La Canciller¨ªa sudamericana rechaz¨® en su momento ¡°los dictatoriales procederes de quien hace traer a la memoria los peores momentos de la dictadura de Anastasio Somoza¡±, en referencia al aut¨®crata que la Revoluci¨®n Sandinista, liderada por Ortega, derroc¨® en 1979. Colombia incluso le ofreci¨® en esos d¨ªas la ciudadan¨ªa al escritor Sergio Ram¨ªrez, parte de los m¨¢s de 300 opositores nicarag¨¹enses despojados de su nacionalidad, y el propio canciller sudamericano, ?lvaro Leyva, inform¨® que el novelista, ganador del Premio Cervantes y exvicepresidente de Nicaragua, la hab¨ªa aceptado emocionado y agradecido.

Las relaciones entre las dos capitales suelen ser tensas. La Canciller¨ªa colombiana incluso hab¨ªa tropezado en su apuesta frente a Managua al ausentarse en una sesi¨®n de la OEA sobre la condena al r¨¦gimen de Ortega por perseguir a la prensa y encarcelar opositores, reci¨¦n posesionado Petro. Esa movida, nunca del todo aclarada, se debi¨® a razones estrat¨¦gicas y humanitarias, pero no ideol¨®gicas, defendi¨® en su momento el canciller Leyva. La oposici¨®n de derecha no ha perdido la oportunidad de acusar al presidente colombiano de promover una pol¨ªtica exterior ideologizada, en l¨ªnea con las izquierdas m¨¢s autoritarias de Am¨¦rica Latina.

Petro no ha sido t¨ªmido en mostrar que se propone marcar el camino de la nueva izquierda latinoamericana, con un acento ambientalista, pero el liderazgo regional al que aspira tambi¨¦n se juega en sus posturas con respecto a la vieja izquierda. Desde la campa?a que lo llev¨® al poder se distanci¨® de reg¨ªmenes como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Sin embargo, tanto La Habana como Caracas son clave para la pol¨ªtica de paz total que persigue. En esos dos casos, Bogot¨¢ ha restablecido y normalizado las relaciones luego de a?os de tensiones diplom¨¢ticas en el periodo de Iv¨¢n Duque (2018-2022). Ambos pa¨ªses son garantes en la negociaci¨®n con la guerrilla del ELN, y han sido sede de los di¨¢logos. Managua, con un agrio diferendo lim¨ªtrofe de por medio, es otra historia.

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