El clamor para liberar a los secuestrados irrumpe en las negociaciones con el ELN
La mesa de di¨¢logos de paz se atasca ante la renuencia de la guerrilla a desistir del secuestro de civiles
La ¨²ltima guerrilla en armas de Colombia debe dejar de secuestrar civiles ¨Cy liberar a los que mantiene en cautiverio¨C si quiere desatascar la mesa de di¨¢logos con el Gobierno de Gustavo Petro y demostrar su voluntad de paz. Ese es el mensaje inequ¨ªvoco que desde los m¨¢s diversos sectores de la sociedad han enviado al ELN tan pronto se concret¨®, este jueves, la liberaci¨®n del padre del futbolista Luis D¨ªaz luego de 12 d¨ªas que se antojaron interminables. El alivio de ver a Luis Manuel D¨ªaz de regreso sano y salvo a su casa de Barrancas, en La Guajira, ha dado un nuevo impulso al clamor nacional para acabar de una vez por todas, sin dilaciones ni excusas, con uno de los cr¨ªmenes m¨¢s repudiados en el pa¨ªs.
Es un hecho que nunca debi¨® ocurrir, como ha subrayado la propia delegaci¨®n del Gobierno en la mesa de di¨¢logos. El Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional se ha sentado con casi todos los gobiernos desde los a?os ochenta. Y si bien el actual proceso ha avanzado como ning¨²n otro, con el in¨¦dito cese al fuego de seis meses como el mayor hito de la pol¨ªtica de paz total del presidente Petro, los negociadores admiten que el secuestro de Mane D¨ªaz, como todos lo conocen, ha provocado una crisis dif¨ªcil de conjurar. ¡°Ha llegado el momento de tomar decisiones que eliminen el secuestro, como lo hemos solicitado desde el comienzo de los dia?logos¡±, se?alan en el comunicado en que saludan la postergada liberaci¨®n. ¡°Nuestra delegacio?n exige desde ya, y exigira? en la pro?xima reunio?n con la delegacio?n del ELN, que cada una de las personas que esta organizacio?n tiene en cautiverio sea liberada en condiciones de seguridad y dignidad de manera inmediata¡±, subraya.
El secuestro ha sido un obst¨¢culo recurrente en los acercamientos con el ELN, que no ha renunciado a esa pr¨¢ctica ni siquiera despu¨¦s de sentarse con el primer Gobierno de izquierdas de la Colombia contempor¨¢nea. Cuando las partes anunciaron el cese al fuego bilateral, el pasado 9 de junio, el jefe negociador de la guerrilla, Pablo Beltr¨¢n, dijo que las extorsiones y los secuestros ¨Ca los que llaman ¡°impuestos¡± y ¡°retenciones¡±¨C son ¡°operaciones de finanzas¡± que a¨²n no estaban dentro de lo pactado. M¨¢s all¨¢ de los eufemismos a los que suele acudir la guerrilla, y a la espera de los pronunciamientos formales del mecanismo de verificaci¨®n, los entendidos coinciden en que el secuestro de civiles es una violaci¨®n flagrante del documento firmado, que proh¨ªbe expl¨ªcitamente la ¡°toma de rehenes¡± en el marco del Derecho Internacional Humanitario.
La Comisi¨®n de la Verdad document¨® m¨¢s de 50.000 secuestros en Colombia entre 1990 y 2018, de los cuales el ELN fue responsable en 9.538 casos, el 19% de los ocurridos en ese lapso. La inteligencia militar calcula que la ¨²ltima guerrilla en armas mantiene hoy a unas 30 personas en cautiverio.
Los negociadores del Gobierno han recordado, por si hiciera falta, que es un crimen que ultraja cruelmente la dignidad humana, provoca inmenso sufrimiento a las familias y vulnera la humanidad del secuestrado en su ma?s profunda intimidad. ¡°Este tipo de crimen ocasiona un grave dan?o a la confianza de la sociedad colombiana sobre la posibilidad de alcanzar la paz y se convierte en un gran obsta?culo¡± para alcanzar acuerdos y detonar transformaciones, apunta el comunicado de la delegaci¨®n. Tambi¨¦n reconoce que ¡°la pra?ctica sistema?tica del secuestro es enemiga de la paz, genera odios difi?cilmente superables contra sus perpetradores, es un delito continuo ¨Cya que se prolonga ma?s alla? del acto mismo de la retencio?n¨C, genera una angustia permanente para el secuestrado y sus seres queridos y un rechazo total por parte de la comunidad nacional e internacional¡±.
El asunto toca una fibra muy sensible de la sociedad colombiana, golpeada por todo tipo de violencias durante d¨¦cadas en las que tuvo el r¨¦cord en secuestros en el mundo. Y m¨¢s a¨²n al tratarse de la familia de una de las figuras p¨²blicas m¨¢s queridas y admiradas del pa¨ªs. El atacante del Liverpool ingl¨¦s es la estrella de una selecci¨®n apodada ¡°el equipo de todos¡±. Incluso otros futbolistas, que esquivan asumir en p¨²blico posturas pol¨ªticas, lo hicieron en esta ocasi¨®n. ¡°Exigimos la liberaci¨®n de Luis Manuel D¨ªaz y de todos los secuestrados¡±, escribi¨® en sus redes sociales hace apenas unos d¨ªas Radamel Falcao Garc¨ªa, delantero del Rayo Vallecano espa?ol y goleador hist¨®rico de Colombia. ¡°Continuamos pidiendo la liberaci¨®n inmediata para el resto de secuestrados en Colombia¡±, refrend¨® James Rodr¨ªguez, el diez del Sao Paulo brasile?o, en el mensaje en que celebraba la liberaci¨®n. Y todo en v¨ªsperas de una nueva jornada de eliminatorias en la que la selecci¨®n se reactiva como la gran pasi¨®n nacional.
El ELN ha justificado su renuencia a dejar de secuestrar con el argumento de que hace parte de su financiacio?n. ¡°Es insostenible argumentar, desde un punto de vista e?tico, que comerciar con seres humanos es li?cito, au?n bajo las condiciones de un conflicto armado¡±, le ha contestado la delegaci¨®n del Gobierno, su contraparte en la mesa, que desde que conoci¨® que el ELN era el responsable hab¨ªa exigido la liberaci¨®n de Mane D¨ªaz. ¡°Consideramos que cualquier discusio?n sobre mecanismos de financiacio?n a esta organizacio?n armada solo podra? hacerse una vez que se aclaren los te?rminos de su proceso de incorporacio?n poli?tica en el escenario del fin del conflicto, tema que tambie?n debe ser abordado en la pro?xima reunio?n¡±.
Desde el propio Ejecutivo se han multiplicado las condenas contra ese crimen que tanto ha traumatizado a los colombianos. ¡°Lo que s¨ª queda claro es que en este proceso, donde se ha avanzado m¨¢s que nunca con el ELN, hay que abordar inmediatamente el tema del secuestro¡±, ha apuntalado Luis Fernando Velasco, el ministro del Interior. Aunque la negociaci¨®n es entre el Gobierno y la guerrilla, argumenta, la tiene que aprobar la sociedad: ¡°El pa¨ªs no va a aceptar una negociaci¨®n en donde se mantengan secuestrados¡±. El fin de esa pr¨¢ctica se ha vuelto un asunto ineludible.
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