La crisis de la salud y la responsabilidad del Congreso
En medio de los errores del Gobierno, la sociedad a¨²n no le reclama al legislativo su falta de propuestas, de debate, y su preferencia por el lobby y la ¡®mermelada¡¯
Son tantos los errores cometidos por el Gobierno en el manejo de la crisis de la salud que han opacado la nefasta gesti¨®n de otros sectores con responsabilidad en este proceso. Hablemos de uno de ellos: El Congreso. La sociedad no le reclama todav¨ªa al legislativo como debe ser por su incapacidad para tramitar una salida en el escenario natural de la democracia, en donde est¨¢n representadas las distintas tendencias, las regiones y la diversidad de este pa¨ªs. Es ah¨ª en donde se deben encontrar soluciones a los grandes problemas. El Congreso no es ap¨¦ndice del Gobierno, es un poder independiente, y en este proceso no ha estado a la altura.
Es claro desde hace mucho tiempo que el modelo de salud, con sus virtudes y defectos, atraviesa una crisis que se evidencia en el n¨²mero de EPS liquidadas o intervenidas, en la mora en los pagos entre los distintos actores de la cadena, en la corrupci¨®n por el mal uso de los dineros de la salud, en las deficiencias del servicio para los m¨¢s vulnerables y en los n¨²meros rojos financieros que encienden alertas de tiempo atr¨¢s. La necesidad de ajustes no da espera. La controversia es por la alternativa que present¨® el Gobierno en su propuesta de reforma. Si esa idea no ten¨ªa las mayor¨ªas en el Congreso como qued¨® en evidencia, ?qu¨¦ hicieron esas mayor¨ªas para darle al pa¨ªs una respuesta necesaria a una crisis evidente?
Me pregunto d¨®nde est¨¢n las propuestas alternativas, los debates serios y de fondo, la b¨²squeda de consensos que tanto le reclaman, con justicia, al Gobierno. Para concertar se necesita que todos pongan de su parte y en el debate de la salud los congresistas se quedaron tambi¨¦n en la pelea. Muchos aplaudieron cuando se cay¨® la reforma sin avanzar en alternativas viables, como si el sistema se pudiera salvar dejando las cosas como est¨¢n.
La oposici¨®n est¨¢ jugada a que al presidente Petro le vaya mal aunque una derrota del Gobierno se lleve por delante la salud de los colombianos y el pa¨ªs. Quieren probar que Petro no pudo y no entienden que no se puede hacer politiquer¨ªa con la salud de los ciudadanos. Los congresistas de la coalici¨®n de Gobierno tampoco tuvieron la capacidad de tomar distancia de la administraci¨®n para escuchar y transformar la reforma, para hacer los ajustes necesarios. Del centro mejor no hablar porque sus l¨ªderes se quedaron cortos en estos tiempos de incertidumbre y sobre los de distintos partidos que no caminan si no hay prebendas o mermelada, si no ganan algo, no hay nada que agregar. Si en el Congreso vieron que el presidente y sus ministros no iban por el camino correcto, ?no ten¨ªan los congresistas la capacidad y la obligaci¨®n de buscar alternativas?
Es vergonzoso ver a unos congresistas y al Gobierno apostando a la mermelada, al lobby de privados y a las jugaditas politiqueras de siempre cuando hay de por medio algo tan delicado y sensible como el sistema de salud. Un asunto importante en manos de pol¨ªticos siempre trae problemas. Por eso, por la corrupci¨®n, por los intereses particulares y por una larga cadena de responsabilidades, el sistema arrastra desde hace a?os una crisis que estall¨® del todo en el Gobierno Petro, al que se le debe abonar que le haya plantado cara al problema, pero que tambi¨¦n hizo sus aportes a la tormenta: un mal liderazgo, las dificultades de gesti¨®n, la b¨²squeda constante de disenso en vez de consenso y, qui¨¦n lo creyera, la incapacidad para entender c¨®mo funciona la democracia.
El presidente Petro nos recuerda con frecuencia que fue elegido democr¨¢ticamente y tiene un mandato popular. Eso es cierto, se?or presidente, pero el Congreso tambi¨¦n tiene su mandato democr¨¢tico y si el Gobierno no tiene mayor¨ªas para tramitar las reformas como quiere, la salida es ceder, concertar, buscar acuerdos. Esa misma l¨®gica juega para el Congreso, que tampoco ha sido capaz de encontrar salidas que le sirvan al pa¨ªs. Pel¨® el cobre una vez m¨¢s: insultos, peleas, triqui?uelas y hasta el momento ninguna soluci¨®n. ?Qu¨¦ pobreza de liderazgos!
Todos con la mira puesta en las elecciones del 2026, todos con ganas de tener un triunfo pol¨ªtico y mientras tanto pierde el pa¨ªs. En la calentura del debate es f¨¢cil encontrar un gran culpable para tirar a las hambrientas pira?as de las redes sociales: el presidente si se les pregunta a unos, las EPS si se les pregunta a otros. M¨¢s dif¨ªcil reconocer que a una crisis de estas proporciones se llega por decisiones, omisiones y hasta delitos de muchos que tuvieron y tienen el poder en el sector.
Mientras el Gobierno toma decisiones v¨ªa decreto y los organismos de control lanzan alertas y hacen anuncios, sigue faltando la reforma de fondo. El Congreso tiene en sus manos la posibilidad de hacer una propuesta viable y sensata que mantenga lo que sirve y cambie lo que se deba cambiar. El reto para todos los congresistas es la capacidad que tengan de escuchar, ceder y concertar para avanzar en cambios necesarios que sean posibles. Como viene, el sistema no se sostiene. La pregunta es si los congresistas van a seguir con ¡°jugaditas¡± y opinando en redes para alimentar a los fan¨¢ticos y bodegueros o si van a hacer el trabajo responsable que el pa¨ªs necesita para la salud.
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