El valor de Ecopetrol
La junta directiva y la actual administraci¨®n deben responder por los resultados. No s¨®lo por las utilidades, que son l¨¢biles, sino por la integridad del funcionamiento de la empresa
El principal objetivo de una junta directiva es maximizar el valor de la empresa. Es la responsabilidad que los due?os le delegan. Como en la par¨¢bola b¨ªblica de los talentos, cada junta directiva ser¨¢ juzgada por el provecho que le d¨¦ a lo que pusieron bajo su tutela.
Al igual que en cualquier negocio, sus directivas pol¨ªticas (la junta) y administrativas, el presidente, los vicepresidentes, gerentes, directores, supervisores, operarios, dem¨¢s empleados y contratistas responden cada d¨ªa por esa confianza depositada en ellos, de que pueden crear el mayor valor posible para los due?os.
Aclaremos qui¨¦nes somos los due?os de Ecopetrol: 50 millones de colombianos poseemos el 88,5%, a trav¨¦s del Estado. Hay otros accionistas: cerca de 300 mil personas y familias, muchos de ellos pensionados. Los fondos de pensiones representan a millones de ahorradores que esperan sustentar su jubilaci¨®n en el futuro de Ecopetrol. Por ¨²ltimo, pero no menos importante, accionistas privados internacionales.
Delegamos temporalmente, cada cuatrienio, al Gobierno de turno, y le pedimos cuentas cada trimestre. Cada miembro de la JD responde ante todos los due?os, no ante quien los design¨®; los 9 miembros de la Junta Directiva responden por los intereses generales del grupo empresarial.
El valor empresarial est¨¢ medido por muchas m¨¦tricas: el EBITDA, un indicador financiero llamado as¨ª por el ingl¨¦s Earnings Before Interest Taxes Depreciation and Amortization, que en castellano es el beneficio de la empresa antes de restar los intereses de la deuda, los impuestos, las depreciaciones, y la amortizaci¨®n de las inversiones realizadas. El EBITDA da una imagen de lo que la empresa gana o pierde en el n¨²cleo del negocio. Hay m¨¢s indicadores como el retorno sobre activos o capital; o el valor en bolsa, entre otros.
?stos tienen tras de s¨ª, en una empresa petrolera, muchas otras m¨¦tricas espec¨ªficas, como la vida media de reservas, el ¨¦xito exploratorio, la calidad de las campa?as de desarrollo de los campos, el costo de perforaci¨®n de pozos exploratorios y de desarrollo, el costo de levantamiento del crudo desde el subsuelo hasta la superficie, el break-even de producci¨®n (precio del petr¨®leo al que se cubre los costos de operaci¨®n de la compa?¨ªa), el costo de transporte, el grado de conversi¨®n en refinaci¨®n (porcentaje del crudo que se convierte en productos m¨¢s valiosos), el EBITDA de comercializaci¨®n, entre muchos otros.
Cada uno de estos indicadores se compone de varios m¨¢s, en una capilaridad anal¨ªtica que refleja la calidad del desempe?o de todas las ramas de actividad de la compa?¨ªa y el grupo empresarial.
Cuando salen los resultados trimestrales o anuales se tiende a dar una atenci¨®n excesiva a las utilidades. No obstante, esas son afectadas por cambios frecuentes y considerables en una multiplicidad de precios y m¨¢rgenes y ajustes contables (positivos y negativos), que dependen m¨¢s de los mercados internacionales que de la calidad de la gesti¨®n.
Que en un trimestre las utilidades sean menores que antes dice poco, pero recibe muchos titulares. En cambio, el an¨¢lisis de esas m¨¦tricas dice mucho y casi no se critica.
Ahora bien, la compa?¨ªa no son esas m¨¦tricas. Ellas son similares a los cuadros m¨¦dicos de un paciente y los s¨ªntomas, que reflejan su estado de salud ?Qu¨¦ es entonces la compa?¨ªa? ?D¨®nde se genera o se destruye su ¡°valor¡±?
Es una suma compleja de la calidad del talento, la calidad de la organizaci¨®n, la potencia del liderazgo, la profundidad del an¨¢lisis, la precisi¨®n de la informaci¨®n; los debates para tomar las decisiones, la eficacia de la gesti¨®n, la m¨ªstica que se infunde al equipo general de empleados y trabajadores, la claridad de los mensajes; la difusi¨®n de la estrategia para que cada persona sepa en qu¨¦ est¨¢ y cu¨¢l es su responsabilidad; la exigencia de integridad, para que sea un trabajo en y para el equipo y los resultados conjuntos; el sistema de premios y reconocimientos, para que al laborioso le vaya mejor que al perezoso; el entendimiento y la relaci¨®n con los entornos sociales, gubernamentales y de mercados de productos e insumos; y la orientaci¨®n irrestricta al desempe?o comparativo con los mejores del mundo.
Eso es clave, el desempe?o siempre se tiene que medir en comparaci¨®n con algo. En particular, con el de los competidores. Nunca se debe caer en el ombliguismo, pues eso lleva a creer que se est¨¢n haciendo bien las cosas, cuando los competidores las hacen mejor o mucho mejor. La empresa sucumbir¨¢ tarde o temprano por el peso de la competencia, la p¨¦rdida de mercados, ventas y talento; pero a ra¨ªz del ombliguismo no entender¨¢ la raz¨®n de su declive.
Este c¨²mulo de operaciones mentales, organizacionales, motivacionales, de control y direcci¨®n, exige equipos directivos tremendamente experimentados, competentes y competitivos. Piensen en la organizaci¨®n del Liverpool FC, Barcelona FC, o el Bayern de M¨²nich. Equipos que hayan visto y hecho eso en muchas otras organizaciones, conozcan a fondo el mundo petrolero (o futbolero, en el s¨ªmil), est¨¦n familiarizados con las mejores pr¨¢cticas, los errores m¨¢s comunes y los grandes riesgos. En fin, necesitan gente que sepa mucho de muchas cosas de la industria petrolera (y del f¨²tbol).
Pep Guardiola o J¨¹rgen Klopp son los directores t¨¦cnicos de los mejores equipos del mundo, Manchester United y Liverpool, por algo, y su efectividad se ve en cada jugada, en la disciplina organizacional con la que sus equipos se mueven por el campo, y, por supuesto, en los goles y los campeonatos que ganan. Tanto se puede decir del t¨¦cnico N¨¦stor Lorenzo y del invicto de 20 fechas de la Selecci¨®n Colombia.
Ni para esos equipos de f¨²tbol, y menos a¨²n para Ecopetrol, basta con vincular esc¨¦pticos bien intencionados, que descreen del petr¨®leo, el gas, la gasolina, el di¨¦sel y los dem¨¢s refinados (y el f¨²tbol), que aborrecen extraer cosas del subsuelo y creen que lo correcto es abandonar la actividad por otras fuentes de energ¨ªa tan pronto como sea posible.
Esas personas debieran manejar empresas dedicadas a otras fuentes de energ¨ªa, y dejar que a Ecopetrol la maneje gente que crea en lo que hace Ecopetrol.
De lo contrario, esas personas buscar¨¢n minimizar el valor de Ecopetrol, en lugar de maximizarlo. Eso puede ser objeto de an¨¢lisis de los entes de control. Ser¨ªa defraudar la responsabilidad fiduciaria, esto es, de confianza, depositada en ellos por todos los due?os, y no solo por el representante transitorio del accionista mayoritario.
Mucha gente analiza a Ecopetrol d¨ªa a d¨ªa, al m¨¢s m¨ªnimo detalle. La conocen y saben de gesti¨®n de empresas petroleras. La comparan con PETROBRAS de Brasil, YPF de Argentina, PEMEX de M¨¦xico, PETRONAS de Malasia, entre muchas otras. Esa gente no da espera cuando ve que se socava el foco, el talento, la calidad de la organizaci¨®n y la capacidad de gesti¨®n.
Esa gente reacciona a las se?ales, y eso se refleja en el precio de la acci¨®n. Dos a?os atr¨¢s, en marzo de 2022, cuando se supo que un nuevo enfoque anti-hidrocarburos ven¨ªa a gobernar a Colombia, empez¨® a caer el valor del grupo empresarial Ecopetrol.
La junta directiva y la actual administraci¨®n deben responder por los resultados. No s¨®lo por las utilidades, que son l¨¢biles, sino por la integridad del funcionamiento de Ecopetrol. Hay dudas, en particular, por la salida de talento y por el deterioro de la gobernanza y la calidad de las decisiones.
Puede que la producci¨®n aumente, pues depende de decisiones tomadas hace a?os, e inclusive las utilidades, pues dependen de precios favorables. El veredicto rotundo vendr¨¢ luego, por hechos m¨¢s fundamentales, que toman a?os en manifestarse. La mala administraci¨®n es como un c¨¢ncer, silencioso pero potencialmente letal. Le deseamos y auguramos lo mejor a esta junta directiva y al presidente; al fin y al cabo es nuestra compa?¨ªa la que lideran y gestionan.
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