Petro apuesta en las calles lo que gan¨® en los corredores del poder

Gustavo Petro ha dicho, una y otra vez, que valora su legitimidad a partir de las manifestaciones populares. ¡°Esta victoria para Dios y para el Pueblo y su historia. Hoy es el d¨ªa de las calles y las plazas¡±, dijo al ganar las elecciones presidenciales, en junio de 2022. ¡°De las calles a las urnas¡±, dec¨ªa meses antes, buscando que el malestar con el Gobierno de Iv¨¢n Duque se tradujera, justamente, en su victoria. Como presidente, sin embargo, sus repetidos llamados a marchar han tenido poco eco. Eso, en s¨ª mismo, es retador para su convocatoria actual, la de salir a las calles a apoyar a su Gobierno este mi¨¦rcoles Primero de Mayo, cuando los sindicatos hacen su tradicional despliegue por el D¨ªa del Trabajo; ya se han sumado organizaciones ind¨ªgenas que llegaron desde el viernes a Bogot¨¢. Un desaf¨ªo que solo se incrementa porque las im¨¢genes se contrastar¨¢n con las de las marchas contra el Gobierno del pasado domingo 21 de abril, que ten¨ªan detr¨¢s a fuerzas como el opositor uribismo, gremios m¨¦dicos o sectores de las reservas de las fuerzas militares.

Pero antes de definir ese resultado, lo que queda claro con el llamado a marchas es que el presidente ha recuperado la iniciativa. Parec¨ªa que la estaba perdiendo, pues las im¨¢genes de multitudes criticando algunas de sus propuestas m¨¢s visibles, o incluso llamando a su salida del poder, se dieron pocos d¨ªas despu¨¦s de una sonada derrota legislativa, la del virtual hundimiento de su reforma a la salud. Sin mayor¨ªas legislativas para sacar adelante sus propuestas de reformular y rebautizar el sistema de seguridad social, con su propuesta de paz total haciendo agua por varios frentes, y con las encuestas mostrando un apoyo que ronda apenas un tercio del electorado, Petro podr¨ªa estar arrinconado. Pero los d¨ªas siguientes a las marchas han mostrado todo lo contrario, que el presidente recupera la iniciativa pol¨ªtica. La marcha de este mi¨¦rcoles es un paso m¨¢s en ello, y uno en el espacio que m¨¢s le gusta.

Los m¨¢s visibles de los pasos anteriores, en contraste, han ocurrido en los corredores del poder y en reuniones a puerta cerrada, lejos de los lugares en los que el presidente convoca en sus discursos p¨²blicos. El poder constituyente o el llamado al pueblo indican una b¨²squeda de una democracia m¨¢s directa que la que ha logrado avances en sus reformas pensional y a la salud. En la primera, un acuerdo cocinado en reuniones privadas con los sectores mayoritarios de dos bancadas que han oscilado entre el oficialismo y la oposici¨®n, las de los senadores liberales y de La U, permitieron que avanzara su idea de cambiar el esquema que existe en Colombia desde hace 30 a?os. En la segunda, reuniones tambi¨¦n sin micr¨®fonos con la mayor¨ªa de las Entidades Promotoras de Salud, EPS, produjeron un nuevo texto de reforma, en el que esas aseguradoras sobreviven, a diferencia de la propuesta inicial, con ingresos fijos significativos y con menos riesgos y funciones. En los dos casos, el Gobierno mostr¨® una apertura a negociar y ceder a puerta cerrada, en cabeza de funcionarios diferentes al presidente. Fueron fundamentales sus ministros de Interior y Trabajo para la primera, de Salud para la segunda, y la omnipresente Laura Sarabia en los dos casos.

Aunque las dos noticias dieron aire adicional al Gobierno ¡ªel presidente, ausente de esos espacios cerrados¡ª, reflejan una forma de gobernar tradicional, de acuerdos con otros actores del poder, sean pol¨ªticos, empresarios o sindicatos. Ese no es el estilo que reivindica un presidente que no solo ha llamado a las calles como fuente de legitimidad, sino que ha propuesto un proceso constituyente que fluya por espacios en los que esos actores tengan menos poder. ¡°El proceso constituyente es darle el poder a la poblaci¨®n para que la ciudadan¨ªa pueda decidir¡±, dijo en un sonado discurso en Cali el 20 de marzo, cuando lanz¨® una idea que ha concentrado emociones. ¡°Convocar el pueblo a la movilizaci¨®n, a la calle, al debate, a ejercer el poder constituyente que se puede ejercer ya en unos niveles que la Constituci¨®n del 91 permite, que est¨¢n definidos como cabildos abiertos, que son mecanismos de participaci¨®n ciudadana vigentes. Por eso yo digo que comenzamos un proceso constituyente y comienza en la base de la sociedad y en todos los pueblos de Colombia¡±, explic¨® en entrevista con El Tiempo.

Ese mismo lineamiento lo resalt¨® su Consejo de Ministros, reunido en Paipa este fin de semana, antes de que el mandatario hiciera presencia en la tarde del domingo. Una de las conclusiones del encuentro lo demuestra. ¡°Se hizo un llamado a fortalecer la conexi¨®n y participaci¨®n de la ciudadan¨ªa en las tomas de decisiones del Gobierno, en barrios en las grandes ciudades y zonas rurales del pa¨ªs¡±, se lee en el comunicado de prensa publicado a mediod¨ªa de este domingo. Tras la reuni¨®n, al inicio de la noche de este domingo, no fue Petro, sino tres miembros del gabinete quienes dieron declaraciones. La ministra de Trabajo, Gloria In¨¦s Ram¨ªrez, quien culmin¨® la intervenci¨®n con un nuevo llamado a marchar: ¡°Por la paz, por la vida, por las reformas sociales, por la salud, por la educaci¨®n, por un trabajo digno y dicente, todos y todas a la calle ?Nos vemos el Primero de Mayo!¡°.

Todo esto refuerza la apuesta que ha hecho Petro por las calles. Los logros de la semana anterior est¨¢n en juego con la convocatoria del mi¨¦rcoles, y tambi¨¦n con sus discursos, como la sonada celebraci¨®n del avance de la pensional en el que reiter¨® que buscar¨¢ que el proyecto de ley sea aprobado de forma definitiva con sus par¨¢metros, en lugar de con los que negoci¨® el Gobierno con los senadores liberales y de La U. Se trata, en ¨²ltimas, de defender su propuesta de una democracia m¨¢s directa, definida en las calles y no en los corredores de poder, as¨ª sus victorias m¨¢s recientes se hayan dado justamente dentro del cauce de esa democracia representativa. Dos espacios que, sin embargo, se retroalimentan: la molestia que caus¨® entre congresistas liberales por ese anuncio tender¨¢ a crecer si la convocatoria resulta l¨¢nguida, pues en una democracia electoral los pol¨ªticos tienen un incentivo en alinearse con la opini¨®n que los ayude a elegir. Lo que ocurrir¨¢ si el Gobierno logra sacar m¨¢s espont¨¢neos a las calles.

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