El desconocido arte de corregir
En Colombia, no asumen responsabilidad ni Petro ni Uribe, pero aqu¨ª procedo yo a renegar de m¨ª y a corregir un texto en el que dije que al registrador le quedaban horas. No es verdad: tenemos registrador, y tal vez para rato
En Colombia nadie es culpable de nada porque nadie es capaz de aceptar nada. La Contralor¨ªa de hoy revela que desde el Gobierno anterior se ven¨ªan robando a la Unidad Nacional de Gesti¨®n del Riesgo, pero nadie es capaz de se?alar al antiguo contralor como aquel que dej¨® que eso pasara a pesar de las incontables denuncias que recibi¨® sobre los malos manejos del dinero. Peor a¨²n, hay quienes quieren entronizarlo en un nuevo cargo de control y moralizaci¨®n seguro como reconocimiento a su gran gesti¨®n en la Contralor¨ªa.
Por lo menos dos funcionarios nombrados por Petro resultan engranajes claves para robarse a la ya mentada Unidad Nacional de Gesti¨®n del Riesgo, pero el presidente no tiene la gallard¨ªa de reconocer que s¨ª los nombr¨®, que s¨ª es su jefe y que la plata del Estado que le entreg¨® a esos se?ores para que ayudaran a mejorar las condiciones del pa¨ªs, pero que en su lugar se robaron, tiene como primer guardi¨¢n a aquel que fue elegido democr¨¢ticamente por los colombianos: Gustavo Petro.
Yo no vot¨¦ por Olmedo. Nadie vot¨® por Olmedo. Petro eligi¨® a Olmedo. Pero Petro no es capaz de pedir perd¨®n a aquellos que se?al¨® como ¡®golpeblandistas¡¯ cuando durante semanas le se?alaban que Olmedo y sus amigos estaban desviando plata de los colombianos. Petro solo los defend¨ªa.
Uribe no pide perd¨®n por los falsos positivos. Carlos Fernando Gal¨¢n no pide perd¨®n a las mujeres por decir que la soluci¨®n a los feminicidios es controlar las armas en los centros comerciales. El ministro de Salud solo rega?a, en vez de aceptar que la embarr¨® (y feo) con la salud de los profesores. Nadie tiene culpa de nada. Vivimos en un pa¨ªs de ¨¢ngeles.
Sin embargo, as¨ª como el escritor Michel Houellebecq hizo en su ¨²ltimo libro, yo procedo a renegar de m¨ª y corregir el texto idiota que publiqu¨¦ en este mismo espacio el lunes anterior. Idiota yo porque confi¨¦ en una fuente que dijo que todo estaba consumado en el caso del registrador Hern¨¢n Penagos, cuando la verdad es muy distinta.
Falta al menos un mes y medio para que la Secci¨®n Quinta del Consejo de Estado tome una decisi¨®n sobre si la elecci¨®n del registrador nacional se hizo correctamente. Desde el alto tribunal me se?alaron que hasta ahora se recibi¨® contestaci¨®n a la demanda y por eso se debe esperar un tanto para que se surta el proceso. Lo mismo me dijo el registrador y les doy cr¨¦dito.
Debo sustituir frases porque es lo moral y ¨¦ticamente correcto: no es verdad que al registrador le queden horas; la elecci¨®n del registrador no ha sido anulada; tenemos registrador.
Dicho esto, no deja de ser llamativo que el fin de semana pasado, mientras ambos estaban de ¡°misi¨®n electoral¡± en M¨¦xico, el registrador Hern¨¢n Penagos y uno de los magistrados que tendr¨¢ que definir el fallo hayan estado departiendo alegremente. Penagos dice que nunca se vio con el magistrado. En cambio, de manera honesta, el consejero ?mar Barreto s¨ª relat¨® que hablaron de elecciones, viajes, m¨²sica y particularmente de rock en espa?ol. Ojal¨¢ todos pudi¨¦ramos hablar as¨ª de amistosamente con nuestros jueces. Pero mejor vuelvo al t¨ªtulo de este escrito: ?ser¨¢ que al registrador le tocar¨¢ corregir sus recuerdos? Yo ya hice mi parte.
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