¡°Hay que manosear su obra¡±: j¨®venes autores leen a Garc¨ªa M¨¢rquez sin la etiqueta del ¡®realismo m¨¢gico¡¯
Cuatro invitados al Festival Gabo 2024, que se realizar¨¢ del 5 al 7 de julio en Bogot¨¢, hablan sobre c¨®mo valoran al m¨¢s importante escritor colombiano las nuevas generaciones de escritores
Lectores japoneses de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez esperan a que abra una librer¨ªa de Tokio para obtener la primera edici¨®n de bolsillo publicada en su pa¨ªs de Cien a?os de soledad. El cineasta Woody Allen evoca su admiraci¨®n por el c¨¦lebre autor (¡°Encantador, fascinante y verdaderamente genial¡±) en una entrevista reciente del diario El Tiempo. Una nota de Infobae se refiere a los ¡°lazos familiares¡± entre el Nobel de Literatura y la presidenta electa de M¨¦xico, Claudia Sheinbaum. En una semana, las noticias sobre Garc¨ªa M¨¢rquez colman la prensa mundial con un toque de frivolidad, opini¨®n o apunte cultural libresco, celebrando a¨²n un autor que pareciera vivo. ¡°Se celebra mucho la imagen de Garc¨ªa M¨¢rquez, el personaje que fue o creen que fue, pero poco se habla de sus textos¡±, dice el escritor y editor barranquillero Pedro Lemus (1995), autor de la novela Lo llamar¨¦ amor (2023). La discusi¨®n en torno a Garc¨ªa M¨¢rquez ¡°se ha centrado en el producto¡±, replica Harold Mu?oz (Cali, 1992), autor de la novela Salsipuedes (2022) y radicado en Bogot¨¢, igual que Lemus. Ambos participan en la charla Lo que pesa Gabo: ?c¨®mo leen los nuevos autores a Garc¨ªa M¨¢rquez?, en el 12¡ã Festival Gabo, que se celebra del 5 al 7 de julio en el Gimnasio Moderno y otros lugares de Bogot¨¢.
Cuatro invitados ¨Dnacidos en los noventa¨D de la charla entregaron su punto de vista a EL PA?S a partir de esa pregunta un tanto laber¨ªntica: ¡°?Se lee a Garc¨ªa M¨¢rquez?¡±. A la luz de sus m¨²ltiples apariciones en medios, del lanzamiento exitoso de su novela p¨®stuma En agosto nos vemos, y del inminente estreno en Netflix de la serie basada en Cien a?os de soledad, la respuesta resulta obvia. Pero para Mu?oz, esas ¡°son formas de mantener vivo al autor; no a su obra¡±. Y agrega: ¡°Lo han convertido en uno de esos imanes para la nevera que venden en las tiendas de souvenir [...] Lo que es una l¨¢stima, pues se deja convenientemente de lado lo que inspir¨® con su obra y dem¨¢s compromisos vitales¡±.
Autor de novelas, cuentos, columnas, reportajes period¨ªsticos, guiones y argumentos de cine, Garc¨ªa M¨¢rquez fue tambi¨¦n un prol¨ªfico gestor y fundador de proyectos que abog¨® por la defensa de los derechos humanos y la construcci¨®n de paz, y que sigue marcando de formas diversas la vida cultural y pol¨ªtica de Latinoam¨¦rica. ¡°Esas facetas son las que m¨¢s me conmueven y me acercan a ¨¦l. Lo admiro por esas luchas sociales y pol¨ªticas, y no las separar¨ªa nunca de lo que escribi¨®¡±, dice Mu?oz, que cree que se valoran ¡°m¨¢s bien poco¡± las dem¨¢s dimensiones, opacadas por el ¡°modelito amaestrado y reproducible, para esa marca de pa¨ªs de la que hablaba¡±.
Sin duda, hay un concepto archiconocido que contribuye a ese ¡°souvenir en la nevera¡±: el realismo m¨¢gico. ¡°Me interesa leer la obra de Garc¨ªa M¨¢rquez por fuera de ese r¨®tulo que no expresa la complejidad de los textos y los limita¡±, dice Lemus. ¡°Hay siempre algo de pereza en esas etiquetas, y en este caso reproduce una idea condescendiente y reducida de la literatura de Garc¨ªa M¨¢rquez y de lo latinoamericano y caribe?o¡±. La expresi¨®n, dice Mu?oz, ¡°tiene toda la vigencia¡± para los lectores y ¡°se ha vuelto un lugar com¨²n para aproximarse a la obra de Gabo¡±. Y agrega: ¡°Para los escritores, en cambio, resulta inc¨®modo. O por lo menos para m¨ª. En parte porque no quisiera cubrirme con esa sombra, pero tambi¨¦n porque se ha convertido en un eslogan¡±.
Desde Centroam¨¦rica, la periodista Jennifer ?vila (El Progreso, Honduras, 34 a?os) afirma que la obra de Garc¨ªa M¨¢rquez ¡°sigue viva¡± no porque se publicara el libro p¨®stumo, ¡°sino porque es perenne¡±. Seg¨²n ?vila, directora del medio digital Contracorriente, ¡°Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez es un autor reconocido incluso en los colegios de los pueblos m¨¢s remotos, se ha convertido en lectura obligada en los sistemas educativos, esto no quiere decir que se est¨¦ discutiendo a profundidad su obra¡±. Esto ¨²ltimo, a?ade, obedece ¡°al retraso que ha tenido nuestra regi¨®n en una educaci¨®n integral¡±.
El escritor, traductor literario y periodista egipcio Ahmad Mohsen (29 a?os), que reside en Colombia, dice que una muestra de la persistencia del legado del escritor ¡°es la continua lectura de sus libros por parte de los lectores, sobre todo de las nuevas generaciones¡±. No sabe si su obra se discute, ¡°pero se lee, claro que s¨ª¡±. Mohsen considera a Cien a?os de soledad un libro ¡°sagrado¡± que ley¨® primero en ¨¢rabe. Al hacerlo no se sinti¨® ¡°frente a un libro muy pensado, sino un libro concebido. Un libro que se escribi¨® de una sola vez¡±. Tambi¨¦n dice: ¡°Yo, realmente, cuando lo leo, siento que es un milagro. Si hubiera libros sagrados en la literatura latinoamericana, para m¨ª, sin duda, ser¨ªa uno de ellos¡±.
De la bibliograf¨ªa de Garc¨ªa M¨¢rquez, Mu?oz destaca El oto?o del patriarca: ¡°Me ense?¨® a re¨ªrme del poder, o por lo menos de ese poder representado por un patriarca y lo que ese sistema pol¨ªtico implica a nivel emocional y social¡±. Por permitirnos detectar ¡°el germen de lo que sucedi¨® despu¨¦s¡±, Lemus recomienda leer la primera novela del autor, La hojarasca. ¡°Y porque es tremenda y las dos primeras p¨¢ginas son una avalancha buen¨ªsima¡±. ?vila se inclina por dos obras: la novela Cien a?os de soledad y el antol¨®gico Yo no vengo a decir un discurso. El primero ¡°es recomendable leerlo en varios momentos de la vida e incluso concentrarse en uno o dos personajes en cada lectura, tiene una riqueza enorme de lenguaje y en el desarrollo de los personajes, que es impactante¡±. El segundo le gust¨® ¡°porque es como escucharlo hablar¡± y ¡°tiene buen humor¡±.
A dos a?os del centenario de su nacimiento
Para estos autores no existe tensi¨®n o conflicto al encontrarse con la presencia o recibir el peso de este muerto. Al contrario, su cercan¨ªa sugiere un lugar emancipador: ¡°De alguna manera, el ¨¦xito de Garc¨ªa M¨¢rquez nos termin¨® de convencer de que nuestros acentos y pr¨¢cticas cotidianas eran narrables¡±, dice Mu?oz. ¡°No creo que haya una tensi¨®n, por el tiempo que nos separa, que no es mucho pero que implica que otras generaciones de escritores recibieron el peso directo de escribir a su lado y justo despu¨¦s de ¨¦l¡±, dice Lemus. ?vila cree m¨¢s bien en una interlocuci¨®n: ¡°Leo a Gabo y a otras autoras y autores de literatura solo por placer, no me interesa ser como ellos sino disfrutar lo que hicieron. [...] Hay cosas que me inspiran, me ayudan a narrar mejor y lecciones que puedo sacar para mi trabajo period¨ªstico, pero no es una competencia ni una venganza, es una conversaci¨®n a veces¡±.
A dos a?os del centenario del nacimiento de Garc¨ªa M¨¢rquez, es inevitable que las pol¨ªticas culturales y editoriales promuevan una agenda en torno a la obra del autor m¨¢s importante que ha nacido en Colombia. Sobre la posibilidad de que el aniversario consiga desplegar nuevos caminos y sentidos hacia su lectura, Mu?oz dice que ¡°ser¨ªa la oportunidad perfecta para tener una discusi¨®n diferente y contempor¨¢nea con su obra. Algo parecido a lo que pas¨® este a?o con La vor¨¢gine¡±, agrega en referencia al centenario de la obra magna de Jos¨¦ Eustasio Rivera y las iniciativas alrededor de la efem¨¦ride. ¡°Ojal¨¢ suceda¡±, dice ?vila, ¡±vivimos una contaminaci¨®n de contenidos basura que ya es asfixiante y con esto me refiero a libros, medios, cuentas sociales, pel¨ªculas, series, etc¨¦tera¡±. Para Lemus, es el momento ¡°de sacudirlo del lugar de escritor consagrado y abrir espacios para leer, discutir y manosear su obra, lejos de la sola celebraci¨®n del personaje que tiende a embalsamar en lugar de dar vida¡±.
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