El aporte econ¨®mico de la migraci¨®n venezolana, una oportunidad que Colombia ignora

Colombia parece no haber dimensionado la oportunidad econ¨®mica que supone ser el mayor receptor de refugiados y migrantes venezolanos durante el que ha sido considerado el ¨¦xodo m¨¢s grande de Am¨¦rica Latina en la ¨¦poca moderna. 5 de cada 10 colombianos no est¨¢n de acuerdo con acoger a los venezolanos que cruzan la frontera, seg¨²n datos de la encuesta Colombia Opina de Invamer. Esa preferencia contrasta con las ventajas de recibir a esta poblaci¨®n: solo las personas naturales de origen venezolano ¨Csin incluir empresas¨C generaron ingresos al Estado colombiano por 529 millones de d¨®lares con el pago directo e indirecto de impuestos en 2022. La cifra, sin restar gastos asociados a la regularizaci¨®n, corresponde al 1,9% del recaudo tributario de ese periodo y es comparable con lo que se invierte en la alimentaci¨®n gratuita para 6 millones de estudiantes de colegios p¨²blicos en un a?o.

El venezolano o venezolana que surte un negocio grande o peque?o de venta de comidas, compra alimentos para el consumo, paga telefon¨ªa m¨®vil o tanquea un veh¨ªculo, contribuye a impuestos como el IVA, el impuesto al consumo o el de la gasolina. Aquellos que est¨¢n regularizados, adem¨¢s, aportan al sistema de salud, cotizan al de pensiones si tienen visado de residentes, o incluso declaran y pagan renta.

Los pa¨ªses receptores de migrantes siempre asumen costos de regularizaci¨®n e integraci¨®n, pero el beneficio a mediano y largo plazo los supera, refiere un estudio de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) sobre el impacto fiscal de la migraci¨®n venezolana en Colombia. El llamado bono demogr¨¢fico ¨Cel 62% de los venezolanos radicados en Colombia est¨¢n en edades productivas, m¨¢s que la poblaci¨®n colombiana en general¨C la dinamizaci¨®n del mercado laboral y la disponibilidad de nuevos talentos son algunos de los beneficios.

En materia de aportes tributarios, por ejemplo, si de los que se obtuvieron en 2022 se descuenta el gasto p¨²blico destinado a asegurar a los migrantes servicios de educaci¨®n y salud, queda un excedente de 35 millones de d¨®lares. ¡°Desde donde se mire, el saldo que tiene la migraci¨®n venezolana en los pa¨ªses que la acogen es positivo. Por ahora no le est¨¢ saliendo m¨¢s caro a ning¨²n pa¨ªs atender a los migrantes frente a lo que se recibe de vuelta¡±, afirma Catalina Arenas, consultora de la firma Equilibrium Social Development Consulting, la cual estuvo a cargo de la investigaci¨®n.

El an¨¢lisis, que se hab¨ªa realizado en otros pa¨ªses como Ecuador, Per¨², Chile, Rep¨²blica Dominicana y Panam¨¢, cont¨® con apoyo de la fundaci¨®n alemana Konrad-Adenauer-Stiftung, la Fundaci¨®n Ideas para la Paz (FIP) y la C¨¢mara de empresarios, ejecutivos y emprendedores venezolanos en el exterior (CAVEX). De los 7,7 millones de venezolanos que han tenido que abandonar el pa¨ªs gobernado por Nicol¨¢s Maduro, 6,5 millones se han establecido en otros lugares de Am¨¦rica Latina. De ellos, cerca de 3 millones est¨¢n en Colombia.

Los aportes tributarios de la poblaci¨®n venezolana son significativos pese a que la mayor¨ªa vive del rebusque. El 73% de los que est¨¢n ocupados son independientes. De ellos, el 98% est¨¢ en la informalidad. Entre el 27% de los dependientes, que realizan labores bajo alguna supervisi¨®n, la informalidad es del 71%.

Arenas considera que los datos desvirt¨²an prejuicios que asocian la llegada de venezolanos a una competencia con ciudadanos colombianos en busca de empleo. En el pa¨ªs hay 2,5 millones de personas desocupadas. ¡°Uno escucha mucho que en este pa¨ªs no hay empleo para todos. Sin embargo, existen vacantes de dif¨ªcil colocaci¨®n, sobre todo de nivel operativo. Se cree que esto solo pasa en Europa y Estados Unidos, pero tambi¨¦n ocurre en Colombia porque es mano de obra muy demandante, son trabajos estacionales o en condiciones clim¨¢ticas muy duras¡±, se?ala.

Los migrantes se ocupan principalmente en servicios de alimentos y bebidas, seguidos del comercio al por menor y actividades de construcci¨®n. El presidente de la asociaci¨®n de los bares (Asobares), Camilo Ospina, dice que la contrataci¨®n de personas venezolanas impacta positivamente a sus agremiados. ¡°Genera diversidad en los equipos de trabajo y de talentos para los oficios del sector. La poblaci¨®n migrante venezolana enfrenta circunstancias bastante dif¨ªciles y tiene una gran capacidad de adaptaci¨®n y resiliencia que es muy valiosa en entornos laborales¡±, subraya. En la econom¨ªa nocturna, los trabajadores venezolanos devengan en promedio 63.000 pesos (15 d¨®lares) mensuales menos que el resto de nacionalidades, incluyendo a los colombianos. En contraste, trabajan en promedio cuatro horas m¨¢s por semana, seg¨²n estad¨ªsticas de la direcci¨®n de estudios econ¨®micos de ese gremio.

El economista Mauricio Reina tambi¨¦n destaca el empuje de los migrantes ante el desaf¨ªo de iniciar una nueva vida. Sin embargo, advierte el riesgo de erosi¨®n del mercado laboral por los altos niveles de informalidad. ¡°Si los informales se ofrecen por menos del salario m¨ªnimo se genera un desplazamiento del trabajo formal, especialmente de los migrantes que no est¨¢n regularizados. A la larga, eso deteriora la calidad del empleo y los aportes a la seguridad social¡±, precisa.

Se calcula que unos 500.000 migrantes de origen venezolano, que han llegado a Colombia despu¨¦s del 31 de enero del a?o 2021, est¨¢n sin regularizar. El Permiso de Protecci¨®n Temporal (PPT), que otorga estatus regular por 10 a?os y permite trabajar y acceder a servicios de salud y educaci¨®n mientras logran la visa de residentes, solo se habilit¨® para quienes se encontraban en Colombia hasta esa fecha.

William Pe?a es un venezolano de padres colombianos, que migraron a Venezuela cuando ese pa¨ªs representaba una opci¨®n de progreso. Con la crisis, dej¨® su carrera de derecho en busca de un mejor rumbo en Colombia. Empez¨® trabajando en una pizzer¨ªa, mientras tramitaba sus documentos. ¡°Era un trabajo muy fuerte de 13 o 14 horas diarias por 35.000 pesos (menos de 10 d¨®lares)¡±. Luego fue domiciliario y m¨¢s adelante, con papeles en mano, sac¨® pr¨¦stamos para emprender como socio de una plazoleta de comidas que hoy tiene cerca de 50 empleados. ¡°Cuando pagas impuestos, n¨®mina, retenciones, horas extras, liquidaciones, cesant¨ªas y todas esas responsabilidades ya no eres emprendedor, eres microempresario¡±, se enorgullece.

Pe?a defiende la regularizaci¨®n como una v¨ªa para generar condiciones laborales dignas. ¡°Como yo, hay cientos de comerciantes venezolanos, migrantes, hijos de colombianos y no hijos de colombianos, que est¨¢n haciendo empresa. Hay much¨ªsima gente invirtiendo y apostando mucho a la econom¨ªa del pa¨ªs¡±, expresa. Por ahora, solo el 34% de los migrantes cuenta con productos financieros en Colombia. ¡°Mucha gente ha emprendido literalmente con las u?as porque el banco no le presta. Al final el banco deja de ganar intereses, las empresas dejan de vender celulares, el concesionario deja de vender carros¡±, enfatiza.

El estudio sobre el impacto econ¨®mico de la migraci¨®n venezolana calcula un potencial de crecimiento hasta 804 millones de d¨®lares anuales si se alcanza la plena regularizaci¨®n, un 52% m¨¢s del imgreso actual. ¡°La ganancia individual es ganancia colectiva¡±, asegura Reina. Miguel Su¨¢rez, investigador de la FIP, agrega que ¡°buena parte de la poblaci¨®n migrante que ha entrado al pa¨ªs est¨¢ en edad de trabajar, una buena se?al para una sociedad que ha venido envejeciendo y que seguramente va a necesitar el ingreso de nueva mano de obra calificada¡±.

Que Colombia no haya valorado la oportunidad de aumentar los ingresos del Estado al regularizar a m¨¢s migrantes venezolanos es una paradoja que aflora cuando el Gobierno busca resolver un d¨¦ficit de por lo menos 12 billones de pesos (unos 3.000 millones de d¨®lares) en el presupuesto general del pr¨®ximo a?o y enfrenta choques para su aprobaci¨®n en el Congreso de la Rep¨²blica.

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