Colombia le abre paso a la creaci¨®n de su Sistema Nacional de Cuidado
El Gobierno busca saldar una deuda hist¨®rica redistribuyendo la carga del cuidado, que hoy recae principalmente sobre las mujeres
![mujeres al cuidado de familias](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/43V6SDXIDFDAZDGIJM2JUHYIF4.jpg?auth=7db314349dce3249107c66d47d71be9ac494d36ce5472b2d7c092e315c07f6e1&width=414)
El trabajo del cuidado ha sido tan invisibilizado en Colombia que ha sido necesario empezar por el principio. El Gobierno de Gustavo Petro construye el andamiaje jur¨ªdico para poner a andar el Sistema Nacional de Cuidado, un compromiso que qued¨® plasmado hace ya dos a?os, desde que se cre¨® el Ministerio de la Igualdad y la Equidad, en cabeza de la vicepresidenta Francia M¨¢rquez. Ya existe un borrador del decreto que producir¨¢ las primeras acciones, parte de un listado de definiciones que est¨¢n ausentes de la conciencia de un pa¨ªs donde el cuidado recae sobre las familias y, principalmente, sobre las mujeres. 19,5 millones de ellas, el 90% de las mujeres mayores de 10 a?os, realizan trabajos de este tipo sin remuneraci¨®n, frente a solo 12,7 millones de hombres, el 63% de la poblaci¨®n masculina de esa misma edad, seg¨²n datos del Departamento Administrativo Nacional de Estad¨ªsticas (DANE).
La propuesta de decreto ¡ªel origen de un proceso que ha tomado m¨¢s tiempo del esperado¡ª marca el punto de partida para un cambio de fondo: la redistribuci¨®n de una carga que hasta ahora se ha concentrado en la esfera dom¨¦stica, con poco apoyo estatal. ¡°Sociedad cuidadora: se refiere a la organizaci¨®n social del cuidado (¡) en la que se reconoce el cuidado como derecho fundamental y se reconocen y fortalecen los procesos comunitarios y colectivos de cuidado (...) Los actores que componen la sociedad cuidadora son el Estado, las comunidades, los hogares y el sector privado¡±, enfatiza el documento. En otras palabras, la meta es que el cuidado deje de ser un asunto exclusivo de los hogares.
De ese borrador, que se public¨® para comentarios en abril del a?o pasado sin que haya quedado en firme, saldr¨¢ pr¨®ximamente el decreto final que est¨¢ en el proceso de recolecci¨®n de firmas de los ministerios encargados, y que ampl¨ªa o crea varias instancias como el engranaje responsable de hacer que el Sistema Nacional de Cuidado sea m¨¢s que una promesa que no pase del papel.
La principal de ellas es la Comisi¨®n Intersectorial del Cuidado, que originalmente naci¨® en 2022, bajo la administraci¨®n del expresidente Iv¨¢n Duque, pero que pasar¨¢ de reunir a 3 ministerios a hacerlo con 16, adem¨¢s de la Vicepresidencia y otras entidades nacionales. Esa comisi¨®n coordinar¨¢ las acciones del Ejecutivo con apoyo de un comit¨¦ t¨¦cnico. Adem¨¢s, habr¨¢ un mecanismo de participaci¨®n comunitaria con representantes de cuidadores de personas con discapacidad, menores de edad o adultos mayores, entre otros grupos sociales; y un comit¨¦ de cuidado territorial conformado por las gobernaciones de los 32 departamentos del pa¨ªs. El objetivo, en ¨²ltimas, es que el Estado contribuya a garantizar los derechos a recibir cuidado y a cuidar en condiciones dignas, y que reconozca y fortalezca las formas comunitarias de cuidado. Un desaf¨ªo m¨²ltiple que parte pr¨¢cticamente de cero y que tomar¨¢ a¨²n m¨¢s tiempo del que ha transcurrido hasta ahora para su implementaci¨®n plena.
Antes de la llegada de Petro a la presidencia, Colombia solo contaba con una ley que le exig¨ªa al DANE medir las actividades del cuidado, un primer acercamiento que, sumado al encierro de la pandemia, permiti¨® a dimensionar la carga de labores que pocas veces dan respiro: limpiar la casa, hacer el mercado, cocinar, organizar la ropa, cuidar a los hijos. De ser totalmente remunerado, el trabajo de cuidado representar¨ªa alrededor del 20% del PIB, ubic¨¢ndose como el rengl¨®n m¨¢s importante de la econom¨ªa nacional. Aunque Bogot¨¢ ha avanzado con las Manzanas del cuidado, se trata de una apuesta local.
Natalia Moreno, directora de cuidado del Ministerio de Igualdad, asegura que el pa¨ªs est¨¢ dando un salto significativo. ¡°Previo al Gobierno no ten¨ªamos una base legal para crear un sistema de cuidados. Ahora hay un piso jur¨ªdico que nos permite pasar de una medici¨®n estad¨ªstica a una pol¨ªtica p¨²blica¡±, sostiene. El cargo que ocupa es nuevo. Se cre¨® como parte del Ministerio que naci¨® a comienzos de 2023.
El Gobierno prepara otra reglamentaci¨®n, la que aterriza la oferta estatal de servicios para apoyar las tareas de cuidado. Contempla un programa de renta y empleabilidad para personas cuidadoras, y de asistencia o atenci¨®n domiciliaria para quienes requieren cuidados especiales por condiciones de salud. Este componente tardar¨¢ m¨¢s en quedar listo si el Ministerio del Interior encuentra que debe someterse a consultas previas con comunidades ¨¦tnicas, pero algunas medidas ya est¨¢n en marcha y otras quedar¨¢n consignadas en un documento CONPES, una hoja de ruta con acciones, metas y presupuesto para los pr¨®ximos 10 a?os, que lleva al menos dos a?os en discusiones al interior del gobierno y en m¨¢s de un centenar de mesas con poblaciones y territorios.
Entre los programas existentes est¨¢ comunidades del cuidado, un plan para fortalecer a 126 organizaciones que prestan cuidados comunitarios. La Asociaci¨®n de mujeres constructoras de paz en la Sierra Nevada de Santa Marta, que este a?o tendr¨¢ su primera casa del cuidado, es una de ellas. Su representante, Yoraima Navarro, celebra este piloto para que las mujeres de la comunidad arhuaca tengan apoyo en el cuidado de sus hijos y logren tener tiempo libre para estudiar, tejer mochilas para ayudar a sostener sus familias o participar en actividades comunitarias. ¡°Necesitamos tener m¨¢s participaci¨®n en espacios importantes de la comunidad y no solo desde el fog¨®n¡±, dice.
Otra estrategia es rutas del cuidado, lleva programas de formaci¨®n y atenci¨®n psicol¨®gica a los lugares donde viven las personas cuidadoras, junto con los que se hacen cargo de quienes est¨¢n bajo su tutela para permitirles recibir ese apoyo. Las primeras rutas se realizaron en municipios de los Montes de Mar¨ªa, una de las zonas m¨¢s golpeadas por el conflicto armado en el Caribe. Otra de las rutas es fluvial: un barco de tres niveles navega el r¨ªo Amazonas entre Colombia y Brasil, recorriendo diferentes comunidades ind¨ªgenas. Este a?o, se espera que 10 buses nuevos empiecen a recorrer al menos 30 municipios del pa¨ªs.
La pol¨ªtica tambi¨¦n pone el foco en la divisi¨®n sexual del trabajo. Con escuelas del cuidado para hombres, de las que hay antecedentes locales, el Gobierno busca transformar las creencias y promover las responsabilidades compartidas. En Colombia, no solo hay m¨¢s mujeres que hombres encargadas del trabajo de cuidado no remunerado, sino que destinan m¨¢s tiempo a las labores dom¨¦sticas. Las mujeres dedican, en promedio, 7 horas y 44 minutos al d¨ªa, m¨¢s del doble de las 3 horas y 6 minutos que dedican los hombres. En contraste, la tasa de desocupaci¨®n femenina es 4,6% m¨¢s alta que la masculina y la brecha salarial es de alrededor del 6%.
Marta Castro, directora de la asociaci¨®n Cuidando a Violeta, que trabaja por el reconocimiento del derecho al cuidado, considera que uno de los retos es eliminar los comportamientos machistas. ¡°Hay hombres que creen que la casa est¨¢ limpia por arte de magia. Si hacemos labores de cuidado y a la vez tenemos que ir a trabajar, no hay cuerpo ni mente que lo resistan¡±, se?ala. Advierte que esa sobrecarga pone en riesgo otros derechos. ¡°Muchas mujeres llegan a la edad de pensi¨®n y no la tienen, porque se dedicaron a cuidar de otros. En la vejez, ?qui¨¦n va a cuidar de ellas?¡±, pregunta.
La abogada subraya que otro desaf¨ªo es asegurar que el sistema del cuidado sea sostenible, exigible como derecho y que no dependa de la voluntad pol¨ªtica de los gobiernos de turno. ¡°Tiene un sustento jur¨ªdico en el esquema internacional de los Derechos Humanos. Colombia tiene varios acuerdos establecidos, as¨ª que tenemos que buscar que se materialice y sea efectivo. Si cualquiera de nosotros, en cualquier momento del ciclo vital, necesita cuidados, debe tenerlos garantizados y que esto no implique que alguna persona cercana se tenga que dedicar exclusivamente a ello¡±, explica.
Con las decisiones para dar vida al Sistema Nacional de Cuidado, Colombia no solo da pasos para sumarse a la lista de pa¨ªses como Uruguay, donde surgi¨® el primer sistema integral de cuidados de la regi¨®n, o de Chile y Costa Rica que cuentan con sistemas de cuidados que se centran en personas dependientes permanentes. Tambi¨¦n empieza a nivelar una balanza que ha estado hist¨®ricamente desequilibrada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.