Maisa Rojas, ministra de Medio Ambiente: ¡°La crisis clim¨¢tica es un riesgo tambi¨¦n para las empresas¡±
La climat¨®loga chilena, que guiar¨¢ en la cumbre del clima de Egipto la mesa de trabajo sobre ¡®P¨¦rdidas y da?os¡¯, defiende el Gobierno ecol¨®gico promovido por Boric y la necesidad de cambiar el modelo de desarrollo
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A comienzos de octubre, la ministra del Medio Ambiente de Chile, la climat¨®loga Maisa Rojas (Temuco, Chile, 50 a?os), tuvo un primer acercamiento con la misi¨®n que le encomendaron para la COP 27, la cumbre del clima que se celebrar¨¢ en Egipto el pr¨®ximo mes. Viaj¨® a Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo para la PreCop y se reuni¨® con distintos grupos de trabajo y destacadas figuras de la comunidad internacional. En ese pa¨ªs, la ministra chilena cumplir¨¢ un rol fundamental, pues guiar¨¢ junto a la comisionada del Clima de Alemania, Jennifer Morgan, la mesa de trabajo sobre ¡®P¨¦rdidas y Da?os¡¯, un concepto que tiene que ver con la implementaci¨®n de estrategias para afrontar los efectos adversos de quienes ya est¨¢n sufriendo el cambio clim¨¢tico. Es un desaf¨ªo mayor considerando que se trata de uno de los puntos m¨¢s complejos a tratar y en el que en la COP anterior no hubo mucho consenso.
En entrevista con Am¨¦rica Futura en Castro, en la isla de Chilo¨¦, la ministra dice sentirse honrada por la invitaci¨®n a tratar un asunto que le importa de sobremanera y que varias naciones latinoamericanas pusieron sobre la mesa en cumbres anteriores. ¡°Es un tema trascendental, porque muchos pa¨ªses est¨¢n viviendo impactos considerables producto del cambio clim¨¢tico. En esta negociaci¨®n esperamos ser un puente entre los pa¨ªses para alcanzar acuerdos significativos para todas las naciones; esperamos poder avanzar en acuerdos sobre el financiamiento para P¨¦rdidas y Da?os. Es importante que, de forma transversal, se reconozca la magnitud y gravedad del problema porque no solo impactan a la econom¨ªa de los pa¨ªses, sino que ponen en peligro vidas humanas, elementos culturales, sociales, ambientales. Queremos que esta discusi¨®n sea un t¨®pico relevante durante la COP27¡å, dice.
Es un reto mayor, pero Rojas tiene todas las credenciales para asumirlo. Doctora en F¨ªsica de la Atm¨®sfera de la Universidad de Oxford en Inglaterra, con un postdoctorado en modelizaci¨®n del clima regional de la Universidad de Columbia en Estados Unidos, en 2013 fue adem¨¢s la autora del quinto informe del Panel Intergobernamental sobre Cambio Clim¨¢tico y es ampliamente reconocida en la comunidad cient¨ªfica internacional. ¡°Ser cient¨ªfica me permite entender con claridad lo que dice la evidencia: tenemos una ventana de oportunidad muy peque?a, que se est¨¢ cerrando r¨¢pidamente. Por eso, debemos actuar con rapidez y ambici¨®n. El nivel de emergencia al que nos enfrentamos nos exige reafirmar el compromiso con la evidencia cient¨ªfica. Tiene que estar en el coraz¨®n, pero a veces parece que pierde el peso que debiera tener. En mi rol de ministra y cient¨ªfica, reforzar¨¦ que la evidencia es inequ¨ªvoca y que para asegurar la vida en el planeta debemos impulsar la acci¨®n clim¨¢tica¡±, dice.
Un cambio de paradigma
El Gobierno del presidente Gabriel Boric es el m¨¢s ambicioso que ha tenido Chile en materia ambiental. Desde que asumi¨®, en marzo pasado, ha dado pruebas de que la protecci¨®n del medioambiente es una prioridad: en pocos meses ha ratificado el tratado de Escaz¨² y ha promulgado la Ley Marco de Cambio Clim¨¢tico que establece que el pa¨ªs deber¨¢ ser carbono neutral y resiliente al clima a m¨¢s tardar en 2050. Pero m¨¢s all¨¢ de adoptar nuevas pol¨ªticas p¨²blicas, a lo que aspira la ministra es a generar un cambio de mirada en la manera en que se concibe la relaci¨®n entre desarrollo econ¨®mico y sostenibilidad. Habla de la existencia de una ¡°falsa dicotom¨ªa¡± entre ambos, una idea a la que vuelve recurrentemente.
¡°Todos y todas, en mayor o menor medida, lo hemos estado haciendo mal por los ¨²ltimos 150 ¨® 200 a?os. Esto requiere de una revisi¨®n de la manera en que nos relacionamos no solamente con la naturaleza, sino que tambi¨¦n entre nosotros mismos, porque [la crisis clim¨¢tica] es un s¨ªntoma tambi¨¦n de un mundo muy desigual¡±, dice. ¡°Debemos cambiar la manera en que contamos el desarrollo, el crecimiento y el bienestar de las personas. En eso tenemos mucho que aprender probablemente de los lugares que tenemos m¨¢s cerca y tambi¨¦n mucho que compartir, porque requiere colaboraci¨®n internacional¡±.
Darle ese sello a la pol¨ªtica ambiental no es tarea f¨¢cil. Chile ha estado marcado durante d¨¦cadas por un modelo de desarrollo industrial que ha generado conflictos permanentes con las comunidades locales. Una de las fuentes de tensi¨®n es la existencia de llamadas ¡°zonas de sacrificio medioambiental¡±, en que los efectos de la contaminaci¨®n de industrias diversas como centrales termoel¨¦ctricas, faenas mineras, puertos o fundiciones han afectado la calidad de la vida y la salud de los habitantes de esos sectores. En varios de sus discursos, el presidente anunci¨® su intenci¨®n de terminar con las zonas de sacrificio durante su mandato.
En junio, anunci¨® el cierre de una fundici¨®n en Ventanas, situada en una de las zonas de ese tipo m¨¢s emblem¨¢ticas del pa¨ªs en el centro de Chile y donde en las ¨²ltimas d¨¦cadas se asent¨® un cord¨®n industrial con m¨²ltiples fuentes contaminantes que generaron numerosas denuncias por intoxicaciones y por la alta incidencia de c¨¢ncer y enfermedades respiratorias. Sin embargo, el anuncio presidencial caus¨® impacto porque esa fundici¨®n le pertenece a la empresa estatal Codelco, principal productora de cobre de mina del mundo y fuente de miles de empleos.
El Gobierno ha asignado fondos especiales para este tipo de conflictos en el presupuesto para 2023. Rojas explica que este incluye un programa presupuestario destinado al ¡°desarrollo sostenible¡±, con tres ejes: descarbonizaci¨®n, resiliencia y cambio clim¨¢tico. El plan incluye cuatro ministerios, entre ellos el de Econom¨ªa. ¡°Hay una alianza que no exist¨ªa tanto antes entre Medio Ambiente y Econom¨ªa. Por eso digo que hay un cambio de paradigma en que el Ministerio del Medio Ambiente est¨¢ en el coraz¨®n del desarrollo¡±, dice.
Pregunta. Usted ha dicho que quieren ser el primer Gobierno ecologista de Chile. ?Qu¨¦ significa eso concretamente?
Repuesta. Significa que tenemos que transitar. Estamos en una situaci¨®n de cambio clim¨¢tico que tiene manifestaciones muy claras en Chile, con una crisis h¨ªdrica e incendios forestales, entre otros. Hay una degradaci¨®n medioambiental significativa y una crisis social tambi¨¦n. Las tres crisis que enfrentamos, el cambio clim¨¢tico, la p¨¦rdida de la biodiversidad y la contaminaci¨®n, en particular por pl¨¢sticos, son globales y son s¨ªntomas de un desequilibrio. No pueden seguir pagando los costos del desarrollo los que hist¨®ricamente lo han pagado. Y los beneficios de las transiciones en las que estamos trabajando ¡ªla energ¨¦tica, hacia nuevas maneras de movilizarnos, de construir ciudades, de producir alimentos¡ª tienen que ser repartidos de manera m¨¢s equitativa. En el caso de Chile significa concretamente que el Ministerio del Medio Ambiente comienza a jugar un rol distinto en el Estado: pasa de ser un ministerio que se ha visto hist¨®ricamente como una traba, un freno a la inversi¨®n, a ser uno que pone el respeto del medio ambiente como base del desarrollo.
P. ?En qu¨¦ pa¨ªs o modelo se inspiran?
R. Yo creo que el modelo no existe porque la crisis es global.
P. En el mundo empresarial hay mucho temor frente a esta perspectiva. Recientemente se retir¨® un proyecto importante de hidr¨®geno verde en Magallanes por los altos est¨¢ndares de evaluaci¨®n ambiental. ?C¨®mo darle confianza al sector econ¨®mico de que sigue siendo una buena opci¨®n invertir en Chile?
R. Hay que entender que estas crisis no son abstractas, sino que afectan tambi¨¦n a las empresas. Si t¨² socavas lo que te sostiene, no tienes c¨®mo producir riqueza, innovaci¨®n o cualquier objetivo que tenga una empresa en particular. El cambio clim¨¢tico es un riesgo para las empresas. En segundo lugar, las transiciones que vienen van a requerir una cantidad muy importante de inversi¨®n. En ese sentido, lo que m¨¢s certeza le puede dar al mundo empresarial es que Chile se suma hoy en d¨ªa a un selecto grupo de 18 pa¨ªses del mundo que tienen un compromiso de carbononeutralidad por ley. Eso significa que es vinculante y da una certeza muy clara de para d¨®nde vamos, pero se tiene que hacer bajo un nuevo paradigma, de manera ordenada, planificada. Adem¨¢s, la ley habla del 2050, es decir que tiene esa perspectiva de largo plazo, algo inusual en Chile. Por ¨²ltimo, la transici¨®n energ¨¦tica produce un nivel de consenso social tambi¨¦n. As¨ª que tenemos esas dos fortalezas: una ley que da certeza jur¨ªdica y el consenso social. Yo dir¨ªa que son excelentes razones para seguir trabajando en Chile ahora.
P. Uno de los temas m¨¢s complejos hoy es que las comunidades m¨¢s afectadas por los problemas ambientales dependen muchas veces de las empresas que inciden en ellos y asumen el costo con tal de subsistir. ?C¨®mo se enfrenta eso?
R. Estamos trabajando en pasar de ¡°zonas de sacrificio¡± a ¡°zonas de transici¨®n¡±. Esa transici¨®n incluye la del empleo, pero tambi¨¦n la ecol¨®gica, la descontaminaci¨®n, el darle una nueva oportunidad a esos territorios que llevan muchas d¨¦cadas con una contaminaci¨®n que es inaceptable. Y en este trabajo el sello de justicia es central. Esto tiene que significar para los trabajadores empleos decentes. No vamos simplemente a cambiar una industria por otra sin preocuparnos de ellos; a nivel internacional la transici¨®n energ¨¦tica est¨¢ muy asociada a una transici¨®n justa y nosotros en Chile estamos coordinando un comit¨¦ de transici¨®n socioecol¨®gico en el que participan varios ministerios y que va bastante m¨¢s all¨¢ [de lo que hab¨ªa hasta ahora].
P. Una de las grandes dificultades es la fiscalizaci¨®n. Faltan recursos para asegurarse de que las normas ambientales se apliquen debidamente. En Petorca [una zona fuertemente por la megasequ¨ªa que ha sufrido Chile], por ejemplo, donde hay denuncias y expedientes de investigaci¨®n por usurpaci¨®n de agua, es poca la capacidad del Estado de verificar en terreno lo que realmente ocurre.
R. En el caso del agua probablemente el problema sea m¨¢s extremo, porque tenemos una dispersi¨®n institucional muy grande [en Chile existen decenas de organismos estatales a cargo del manejo de los asuntos h¨ªdricos]. Es la Direcci¨®n General de Agua a la que le toca fiscalizar, pero tampoco tiene suficientes funcionarios, etc¨¦tera. Es parte de una institucionalidad a¨²n d¨¦bil, fragmentada que estamos abordando tambi¨¦n en un comit¨¦ interministerial y que va a tener como su primer gran instrumento los Consejos de Cuenca que vamos a echar a andar este a?o, para luego gestionar un proyecto de ley y una institucionalidad nacional que se haga cargo de esta dispersi¨®n de atribuciones y responsabilidades en el tema de agua en el pa¨ªs.
P. Es un programa ambicioso.
R. As¨ª es. Tenemos que crecer. Chile est¨¢ avanzando y creo que esto es parte de un estadio de desarrollo que tienen los pa¨ªses.
P. En ese sentido, ?qu¨¦ rol puede jugar Chile a nivel internacional?
R. Creo que algo que ha construido Chile es no ver las tres crisis ¡ªcambio clim¨¢tico, p¨¦rdida de la biodiversidad y contaminaci¨®n¡ª como fen¨®menos aislados, sino enfrentarlas de manera unida, integral, encontrando sinergia. Esto es muy importante porque hay formas de tratar de abordar la crisis clim¨¢tica, que podr¨ªan producir m¨¢s problemas para la crisis de la biodiversidad y eso es algo que uno no quisiera. Chile ha mostrado una coherencia en abordar las tres crisis con la misma ambici¨®n y me encantar¨ªa que el resto de los pa¨ªses latinoamericanos tambi¨¦n lo vieran de esta manera.
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