Una revoluci¨®n de mujeres floricultoras para potenciar el desarrollo de un pueblo argentino
Un proyecto de cultivo de flores org¨¢nicas genera ingresos y desarrollo personal y territorial en la localidad cordobesa de Obispo Trejo. Por su impacto econ¨®mico y social, ya se replica en otras regiones
EL PA?S ofrece en abierto la secci¨®n Am¨¦rica Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª.
En Obispo Trejo, una localidad del noreste de la ciudad de C¨®rdoba, en Argentina, sorprende el poder de las flores. En pocos a?os, la propuesta de floricultura sustentable Obispo Trejo Florece ha impulsado el desarrollo de este pueblo con escasas oportunidades de empleo y condiciones territoriales desfavorables.
La promotora del proyecto es la ingeniera agr¨®noma Alejandra Tuma, titular de la C¨¢tedra de Floricultura de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de C¨®rdoba (UNC), que con esta iniciativa productiva y social encontr¨® alternativas para dos problemas: el desempleo y la escasez de mano de obra especializada.
Tuma sab¨ªa que en la provincia de C¨®rdoba cada semana se importan flores desde Ecuador o Colombia porque la demanda local est¨¢ insatisfecha (el 70% de las rosas que se comercializan son ecuatorianas) a los productores les costaba encontrar personas capacitadas para el cultivo. Tambi¨¦n conoc¨ªa las altas tasas de desocupaci¨®n en Trejo, un pueblo de 3.000 habitantes, y la falta de emprendimientos con continuidad en el tiempo. Imagin¨® entonces que el cultivo de flores org¨¢nicas podr¨ªa ser el enlace para generar empleo digno y poner un granito de arena para transformar la realidad.
La ingeniera agr¨®noma, con 20 a?os de trayectoria en Argentina y experiencia educativa y laboral en Espa?a y Portugal, gan¨® en 2018 una convocatoria del Ministerio de Educaci¨®n nacional para promover actividades de desarrollo local.
Aquello fue la punta de lanza para llegar a Obispo Trejo con la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n 20 de noviembre y Fundaci¨®n Potentia. El municipio cedi¨® en comodato un terreno para los campos de flores y, con el incentivo econ¨®mico, 50 personas recibieron capacitaci¨®n en la producci¨®n sustentable de cultivos florales, comercializaci¨®n, m¨¢rketing y gesti¨®n de recursos humanos.
¡°El norte de C¨®rdoba es una zona bastante desfavorecida. Obispo Trejo es conocido por sus inundaciones, suelos salinos, agua de mala calidad, napas fre¨¢ticas muy cercanas al suelo y sin producci¨®n propia¡±, explica la directora del proyecto. Las autoridades del Gobierno, relata Tuma, admit¨ªan que la gente ped¨ªa trabajo al municipio y no ten¨ªan nada para brindarle.
Las primeras tareas fueron nivelar el terreno, elevar canteros, preparar la tierra, instalar el sistema de riego por goteo y plantar especies que se adaptaran a la zona. La construcci¨®n de los invernaderos comenz¨® en enero de 2020, poco antes de la pandemia. El primer ciclo de producci¨®n de flores se produjo durante el confinamiento, en medio de videollamadas y una campa?a impulsada desde la facultad para donar flores a los m¨¦dicos, enfermeras y otro personal en la primera l¨ªnea de lucha contra el covid.
Cultivo intensivo
Aunque las floricultoras ya est¨¢n organizadas en una cooperativa de trabajo, siguen recibiendo asesoramiento profesional y capacitaci¨®n de la universidad. Hoy producen y venden unas 120.000 varas o flores de corte por a?o (alrededor de 15.000 por invernadero), especialmente bulbos de lilium (azucena) pero tambi¨¦n statice, anthirrinum (conejito), crisantemo (margarita), aleli, helianthus, dianthus (macetilla), craspedia y lisianthus.
La producci¨®n completa se comercializa en la ciudad de C¨®rdoba y en zonas cercanas a Obispo Trejo. Se venden todas las flores en cada ciclo y a¨²n as¨ª el mercado queda insatisfecho. Durante a?os, Argentina fue el pa¨ªs de la regi¨®n que m¨¢s flores consum¨ªa. Hoy est¨¢ detr¨¢s de Brasil, pero la costumbre de comprar flores persiste y ha crecido la venta despu¨¦s de la pandemia, confirman algunas florer¨ªas, por su comprobado efecto en el bienestar personal.
El poder de las flores
Edilma P¨¢ez, de 48 a?os, se encarga de los arreglos florales y del armado de las coronas f¨²nebres. Cree que la producci¨®n ha cambiado las costumbres en Trejo. ¡°Antes la gente no compraba ramos de flores para un acontecimiento y ahora s¨ª; para cumplea?os, aniversarios, se ven arreglos en una mesa, en un acto¡±, apunta. Incluso en el cementerio las flores naturales est¨¢n reemplazando a las de tela.
Tuma observa que las mujeres se han empoderado hasta el punto de ser casi otras personas. ¡°Este proyecto me impact¨® mucho. Dir¨ªa que mi vida est¨¢ ac¨¢¡±, resume Claudia Villafa?e, de 44, una de las floricultoras, a las que el cultivo no s¨®lo le dio trabajo despu¨¦s de separarse de su marido sino mejores maneras de expresarse y el deseo de volver a la escuela que abandon¨® de chica.
La ingeniera explica que muchas de ellas se encontraban en situaci¨®n de vulnerabilidad, con estudios incompletos, problemas dom¨¦sticos, sometimiento, dependencia de sus parejas o les faltaban oportunidades. Pero ahora cambiaron su postura f¨ªsica, la forma de hablar, de manejar su hogar y se sienten orgullosas de s¨ª mismas.
¡°Esto me aporta independencia econ¨®mica, tener mi dinero y saber que es algo m¨ªo y que yo puedo apoyar en mi casa¡±, asegura Karina Tissera, de 44 a?os.
Durante muchos a?os, Gladys Prado, de 37 a?os, horneaba masas para ofrecer casa por casa. Hoy es la encargada de ventas de Obispo Trejo Florece. ¡°Me parec¨ªa que no iba a poder vender. Yo le dec¨ªa a una compa?era: ¡®Hacelo vos que sab¨¦s hablar mejor¡¯. Yo no tengo el secundario completo. Ahora me encanta. Esto me cambi¨® much¨ªsimo la vida, hasta el tipo de persona que soy¡±, asegura.
Tuma dice que le emociona la transformaci¨®n de tantas familias y destaca el efecto multiplicador. ¡°Son un ejemplo para sus hijos y es un motivo de orgullo para una localidad que siempre, como dicen ellas, ha sido conocida por la desgracia¡±, apunta.
Pero no fue f¨¢cil convencer a todos de que la idea iba a dar frutos. ¡°La gente nos dec¨ªa: ¡®?Qu¨¦ van a poner eso en Trejo!¡¯, No cre¨ªan que fuera a funcionar, no ve¨ªan esto en el pueblo. Y nosotras, con nuestra persistencia, lo logramos y nos compran¡±, resume Claudia Villafa?e.
Empleo y ascenso social
El florecimiento de Trejo despert¨® inter¨¦s en m¨¢s localidades y en nuevos emprendedores. Ya se replica en otros tres puntos con distinto grado de avance, con la intenci¨®n de abarcar a toda la provincia y desarrollar ¡°C¨®rdoba Florece¡±. ¡°La importancia del proyecto radica no s¨®lo en una actividad productiva distinta que aporta a la sustentabilidad del territorio, sino en el impacto social con oportunidades de empleo y de ascenso social a parte de la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable¡±, opina Jorge Dutto, decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias.
Mirta Almada, de 67 a?os, y Mabel Chavez, de 64, dan fe del poder de la floricultura. Dicen que es su cable a tierra, una terapia.
¡°Este proyecto es todo. Me gusta hacer algo para Trejo, para mi pueblo. Cuando empec¨¦ a ver que todo marchaba no me cab¨ªa la alegr¨ªa en el pecho¡±, dice. Mirta ha trabajado durante a?os en el campo, con sacrificios y pocos recursos. Hoy se siente feliz con el crecimiento personal y cuenta que ha aprendido mucho. ¡°Viene gente a comprar y cuando te pregunta, ?vos sab¨¦s contestar! Nunca pens¨¦ llegar a esto porque ya soy grande¡±, plantea.
La intendenta de Trejo, Silbia Mansilla, asegura que la gente del pueblo ha tomado conciencia de lo que significa esta iniciativa para la comunidad. ¡°Incentiva much¨ªsimo porque es un proyecto que no tiene techo¡±, piensa.
Un cambio cultural
Obispo Trejo Florece recibi¨® hace dos a?os el premio Abanderados y hoy sus flores, subraya Alejandra Tuma, ¡°son conocidas en toda Argentina¡±. Produce en ocho invernaderos de 400 metros cuadrados cada uno (y uno el doble), es un proyecto de econom¨ªa circular, genera ingresos directos a 12 familias y beneficia indirectamente a muchas otras.
¡°Es un orgullo impresionante que hablen de nosotros a trav¨¦s de este proyecto productivo de flores. Est¨¢ contagiando a otras mujeres y ya se est¨¢ pensando en m¨¢s capacitaciones porque el impacto social es importante; es un cambio cultural¡±, aporta Mansilla.
La localidad est¨¢ ubicada en el corredor tur¨ªstico del Parque Nacional Ansenuza, un humedal de un mill¨®n de hect¨¢reas. Por eso, la cooperativa de mujeres, junto al municipio, aspira a convertir el predio en una opci¨®n de ¡°turismo de experiencia¡±. La idea es acondicionar una antigua casona con varias habitaciones donde alguna vez funcion¨® una escuela y hoy hay una sala de poscosecha para que los turistas que se dirigen al Mar de Ansenuza, el mayor lago salado de Sudam¨¦rica, hagan un alto, pernocten, amanezcan con un buen desayuno, cosechen flores y aprendan el armado de ramos. ¡°Aspiramos a m¨¢s, a que esto sea m¨¢s grande¡±, se ilusiona Karina Tissera, una de las mujeres. Y hacia all¨¢ van.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.