Con flores de cercan¨ªa, de temporada y de la florister¨ªa del barrio: si quieres al planeta tanto como a tu madre, reg¨¢lale un ramo as¨ª
Ocho de cada diez flores que se venden en Espa?a han llegado en avi¨®n m¨¢s de una semana despu¨¦s de haberse recolectado a miles de kil¨®metros. Comprar especies cultivadas localmente y evitar los envoltorios de celof¨¢n son algunas de las claves del buqu¨¦ sostenible, un movimiento que florece con fuerza
?Puede un ramo de flores ser un gesto de activismo? La respuesta es s¨ª. El D¨ªa de la Madre es, junto al de los enamorados y el de Todos los Santos, la fecha en la que m¨¢s flores se venden. Miles, millones de maneras de decir ¡°te quiero¡± que, adem¨¢s, pueden proclamar otros mensajes velados. Los 30 euros que se desembolsan de media por un ramo resultan muy rentables teniendo en cuenta el amor y gratitud que logran transmitir. Pero, ?sabemos cu¨¢l es el precio medioambiental y social que pagamos al comprar flores?
De la flor cortada que se comercializa en Espa?a el 80% es de importaci¨®n y el 20% de origen nacional, asegura Olga Zarzuela, directora de la Asociaci¨®n Espa?ola de Floristas. Y detalla: ¡°Importamos principalmente de Ecuador, Colombia y Holanda, seguidos de Italia, Kenia y Tailandia. En Espa?a, el cultivo se concentra en el litoral mediterr¨¢neo ¡ªdesde C¨¢diz a Catalu?a¡ª, Galicia, Asturias, Arag¨®n y Castilla y Le¨®n, adem¨¢s de la excelente producci¨®n de especies tropicales en Canarias¡±. Que la flor sea de proximidad es uno de los indicadores m¨¢s n¨ªtidos de que nuestra elecci¨®n es sostenible. ¡°Como consumidores, es l¨ªcito que preguntemos al florista por el origen de las variedades que vamos a comprar¡±, anima pr su parte Samar Cajal, cofundadora del espacio de creaci¨®n floral ecoconsciente Sakura Atelier, en el barrio madrile?o de Chamber¨ª.
Flores con pasaje de avi¨®n
Pero comprar flor local no siempre es f¨¢cil. Ni asequible. ¡°El sector agr¨ªcola de la flor para corte en Espa?a ha sufrido mucho porque hay un gran productor industrial, que es Holanda, supermecanizado y tecnificado¡±, explica Maren Termens, floricultora que hace dos d¨¦cadas puso en marcha en Girona Horta de la Viola, un peque?o proyecto agroecol¨®gico de cultivo artesanal de flor para corte. ¡°Al monopolio de Holanda se suma que en los a?os sesenta empezaron a flotarse aviones de carga y, con ello, se pudo comenzar a cultivar flor en pa¨ªses lejanos como Colombia, donde hay un clima ideal y salarios muy bajos. En zonas como el Maresme [Barcelona], donde hist¨®ricamente se cultivaba flor, muchos peque?os campesinos han pasado a dedicarse a revender flor importada¡±, cuenta la floricultora.
El hecho de que la gran mayor¨ªa de las flores que se venden en florister¨ªas, supermercados o gasolineras espa?olas hayan sido cultivadas a miles de kil¨®metros conlleva una gran huella ecol¨®gica derivada del transporte por aire y la refrigeraci¨®n. Adem¨¢s, distorsiona los precios. ¡°Son muy baratas, los cultivadores locales no pueden competir. La tecnolog¨ªa permite que las flores puedan viajar desde muy lejos y duren much¨ªsimo una vez cortadas¡±, explica Termens. Lograr industrialmente flores m¨¢s resistentes hace que se est¨¦n perdiendo las m¨¢s gentiles cualidades de muchas especies, como la delicadeza, la fragilidad, la pureza o la intensidad de los aromas. ¡°Estamos renunciando a dimensiones ¨²nicas del arte floral¡±, lamenta.
Y es que una rosa o una orqu¨ªdea pueden estar viajando m¨¢s de una semana desde que se cortan en la finca o invernadero de origen hasta que llegan a nuestras casas. Preparen su pasaporte y cojan aire: las flores de importaci¨®n se cosechan, se empaquetan, se trasladan al aeropuerto, pasan por aduanas, vuelan, aterrizan y son llevadas a un mercado mayorista. Desde all¨ª, emprenden un nuevo viaje hasta los centros log¨ªsticos de los distribuidores nacionales y, finalmente, se conducen a los puntos de venta. La globalizaci¨®n ocasiona disparates como que haya flores espa?olas que viajan hasta Holanda ¡ªdonde est¨¢ el mayor mercado mayorista de flor cortada del mundo¡ª, donde se subastan para regresar a nuestro pa¨ªs d¨ªas m¨¢s tarde.
En mayo, peon¨ªas, lilas y azaleas
Junto con la cercan¨ªa del cultivo, la temporada es otro de los m¨¢s evidentes indicadores de que nuestra elecci¨®n de un ramo es sostenible. ¡°Hemos perdido la consciencia de la importancia de comprar flor de temporada. Con los aviones de carga podemos cambiar de hemisferio y disponer de flor de verano en invierno y viceversa. Pero cada flor tiene su estaci¨®n, igual que las hortalizas y las frutas. Hay que apreciar la belleza de lo ef¨ªmero. Si disponemos de todo cada vez que se nos antoja estamos renunciando a esa emoci¨®n que nos hace esperar un a?o para volver a ver florecer una camelia, una an¨¦mona o una dalia¡±, reflexiona Termens.
?Y qu¨¦ flores hay que comprar ahora, por ejemplo para el D¨ªa de la Madre? ¡°En mayo llega la peon¨ªa, una de las favoritas de finales de la primavera. Lilas, rosas, azaleas y flores de cera tambi¨¦n est¨¢n en su apogeo. Incluso puede que a¨²n encontremos los ¨²ltimos tulipanes¡±, dice Samar Cajal, de Sakura Atelier. ¡°Las flores y los verdes de temporada duran m¨¢s tiempo y en mejores condiciones que los que no lo son. Para alargar la vida de nuestros ramos hay que renovar el agua cada dos d¨ªas y cortar los tallos un par de cent¨ªmetros en cada cambio de agua¡±, recomienda.
No m¨¢s bridas ni celof¨¢n
Una flor es un producto muy sensible. En el transporte de las flores de importaci¨®n se emplea much¨ªsimo pl¨¢stico de un solo uso: rejillas protectoras, esponjas, canutillos para preservar los tallos, bridas¡ Lo ideal es que la flor no haya viajado. ¡°Yo no tengo flor en stock, cosecho seg¨²n la demanda. As¨ª puedo cultivar especies muy delicadas para las que viajar supondr¨ªa un problema¡±, explica Termens. Y a?ade: ¡°Los productores artesanales estamos en continua b¨²squeda de lo diferente y especial. Desempe?amos una gran labor manteniendo la biodiversidad porque no hacemos monocultivos ni aplicamos herbicidas ni pesticidas; estamos concienciados con el problema de la sequ¨ªa; nos relacionamos directamente con el consumidor y creamos redes locales con gran compromiso social poniendo en valor el papel de la mujer campesina¡±. En este movimiento por la flor de corte consciente ¡ªhay quien lo conecta con el movimiento¡ª destacan Estados Unidos e Inglaterra, que tienen una gran tradici¨®n cultural en torno a la flor y el jard¨ªn. ¡°En Espa?a no hay cultura de la flor como en otros pa¨ªses del norte. Hay cultura del jam¨®n y del vino, que tambi¨¦n est¨¢n muy bien¡±, defiende Termens.
Elegir el lugar de compra es el tercer gesto que define un consumo consciente y la florister¨ªa de la esquina es la mejor alternativa posible. ¡°El peque?o comercio nos da un servicio cercano y eficaz. Las flores se conservan en condiciones id¨®neas, con lo que duran m¨¢s, y pasan controles fitosanitarios que evitan plagas e infecciones¡±, indica Zarzuela, que tambi¨¦n lo considera una manera de evitar los desplazamientos en coche, dinamizar las ciudades y contribuir a crear empleo. ¡°Hay que evitar los puestos de flores no autorizados¡±, alerta.
¡°Y pedir que nos envuelvan el ramo en papel¡±, coinciden las expertas. ¡°Es b¨¢sico que los arreglos no est¨¦n montados en espuma y que el envoltorio no sea de celof¨¢n¡±, aconsejan en Sakura Atelier. Fomentar estos peque?os gestos al alcance de los floristas puede tener un gran impacto a medio plazo, seg¨²n la Asociaci¨®n Espa?ola de Floristas. Ellos asesoran a los comercios para ahorrar energ¨ªa y les animan a usar envoltorios reciclables, naturales, reutilizables o biodegradables, como mimbre, yute o papel reciclado. Otra idea sostenible es encargar el env¨ªo del ramo desde una florister¨ªa cercana a la direcci¨®n deseada para que la huella de carbono sea m¨ªnima.
Regalar el pr¨®ximo domingo 7 de mayo una rosa reci¨¦n cortada puede ser tan terap¨¦utico como una sesi¨®n de meditaci¨®n. ¡°Es un gesto de conexi¨®n con la naturaleza y con el presente que nos ense?a a apreciar la belleza de lo ef¨ªmero y a aceptar las imperfecciones¡±, apuntan en Sakura Atelier. Puro mindfulness vegetal.
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