¡®?Jallalla aimara aru!¡¯: el grito de la primera promoci¨®n de graduados en aimara de Per¨²
El tercer idioma m¨¢s hablado en Per¨² cobra fuerza gracias a su ense?anza sistem¨¢tica en una de las universidades m¨¢s antiguas de Am¨¦rica
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Es de noche en el auditorio Jos¨¦ Antonio Russo, ubicado en el campus de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, una de las m¨¢s antiguas de Am¨¦rica, fundada en 1551. Al fondo se escucha el fuerte rumor musical del sikuri. Un grupo toca el instrumento prehisp¨¢nico de ca?a, mientras se vuelve a escuchar el grito: ¡°?Jallalla aimara aru!¡± (¡±?Qu¨¦ viva el idioma aimara!¡±)
Lo ha dicho tambi¨¦n Zareli Shicshi, una estudiante de secundaria de 17 a?os que se ha graduado en aimara, el tercer idioma m¨¢s hablado del Per¨² tras el castellano y el quechua. Y es el clamor que retumba en este recinto cuando acaba de graduarse la promoci¨®n Kutt¡¯anipxa?aniwa, waranqa waranqanipxa?aniwa (¡±Volveremos y seremos millones¡±), una decena de alumnos que, por primera vez en el Per¨², se ha dedicado a aprender esta lengua prehisp¨¢nica de manera sistem¨¢tica durante 18 meses.
El curso completo, que tiene tres ciclos, cuesta 520 soles (poco m¨¢s de 127 euros) y ofrece a quienes participen la posibilidad de conocer el idioma, hablarlo, componer canciones, poemas. Quienes lo siguen, pueden ser luego profesores en los colegios donde hay educaci¨®n intercultural o ser traductores. Y tiene el respaldo de una universidad, como no hab¨ªa ocurrido antes.
La fuerza del aimara
¡°Mi familia no es de las zonas donde se habla aimara, sino de la sierra¡±, cuenta Zareli, ¡°pero la yatichiri (profesora) Cynthia fue a mi colegio y me motiv¨® a aprender este idioma, a pesar de que todos mis compa?eros quer¨ªan aprender ingl¨¦s¡±. El idioma que se ense?a en el Centro de Idiomas de San Marcos tiene esa magia para convencer. Lo hablan cerca de medio mill¨®n de personas en el Per¨² y en total unos 2 millones en Bolivia, Chile, Per¨² y Argentina (en Bolivia es uno de los 36 idiomas oficiales). Seg¨²n el reputado ling¨¹ista peruano Rodolfo Cerr¨®n-Palomino, adem¨¢s, fue predominante entre los incas. No el quechua, como se suele creer.
En un riguroso ensayo publicado en el 2004 por el Bolet¨ªn de Arqueolog¨ªa de la Pontificia Universidad Cat¨®lica del Per¨², Cerr¨®n habla de la ¡°endeblez de la tesis del quechuismo primitivo¡± y sostiene que, gobernaba T¨²pac Yupanqui (el d¨¦cimo inca, seg¨²n la historiograf¨ªa tradicional), hacia fines del siglo XV, el aimara fue el idioma oficial del Incario.
M¨¢s a¨²n: cuestiona la vieja creencia de que la palabra ¡®Cuzco¡¯ significa ¡°ombligo del mundo¡± y m¨¢s bien explica c¨®mo la palabra provendr¨ªa de ¡®qusqu¡¯, un t¨¦rmino que en dialectos de la zona de Oruro (Bolivia) sirve para nombrar a un tipo de lechuza. Otras de sus pesquisas dan fuerza a esta tesis, que tambi¨¦n sostienen que el origen del aimara estar¨ªa en el centro-sur del pa¨ªs.
Curiosamente, la familia de Zareli es de Cerro de Pasco, una regi¨®n donde m¨¢s bien hay quechuablantes, pero quiz¨¢s entre sus ancestros no haya tanta disonancia. A medida que avanz¨® la historia de los Incas, el aimara se mezcl¨® con el quechua y, por eso, hay numerosas palabras comunes entre ambos idiomas. Una de ellas es q¡¯alatu, un t¨¦rmino muy usado en cualquier parte del Per¨² bajo la forma calato, que designa a una persona desnuda.
La palabra wawa, que designa a un ni?o, tambi¨¦n ser¨ªa de origen aimara, y se usa igualmente en quechua, y est¨¢ muy extendida en varios pa¨ªses. El aimara, asimismo, forma parte de la familia ling¨¹¨ªstica Aru, que incluye a este mismo idioma, as¨ª como al jaqaru y al cauqui, de uso minoritario en el Per¨². ¡°El espa?ol est¨¢ prestadito nom¨¢s¡±, dice Zareli.
La lucha y la discriminaci¨®n
Pero hablar lenguas nativas en Per¨² puede implicar discriminaci¨®n. Alfredo Nahuincha, otro de los miembros de la promoci¨®n, s¨ª tuvo al aimara como lengua materna, pues naci¨® en Puno, el departamento del Per¨² donde m¨¢s se habla. Sin embargo, en su colegio, este idioma no fue parte del men¨² educativo y, cuando siendo joven se vino a Lima a estudiar, lo fue perdiendo paulatinamente. ¡°Lo sab¨ªa de ni?o, pero ahora lo estoy retomando muchos a?os despu¨¦s¡±, relata y a?ade que alguna vez lo discriminaron por saber que era aimara y sab¨ªa algo de la lengua. Se burlaban de ¨¦l y ¡°dec¨ªan que era de una zona donde corr¨ªan las llamas y volaban los c¨®ndores, con lo que revelaban su desconocimiento¡±. Hoy aprende orgulloso esa lengua que siempre estuvo en ¨¦l.
Claudia Cisneros, coordinadora de Lenguas Originarias del Centro de Idiomas y tambi¨¦n integrante de la promoci¨®n, tiene una historia peculiar. Ten¨ªa el quechua de lengua materna y, al igual que Nahuincha, fue perdi¨¦ndola al venir a Lima con su familia huyendo de la violencia terrorista desatada en los a?os 80. Con un aura nost¨¢lgica, relata que tuvo que recuperarlo preguntando en las calles, los mercados y el transporte p¨²blico.
Hasta que entr¨® a estudiar en la Universidad Nacional de Educaci¨®n Enrique Guzm¨¢n y Valle, ubicada a 42 kil¨®metros al este de Lima, y se encontr¨® con un profesor que sab¨ªa quechua y aimara. ¡°Mi lengua se hab¨ªa amarrado (bloqueado)¡±, recuerda, y desde entonces se interes¨® por esta lengua, por su cercan¨ªa al quechua. ¡°Todas las lenguas originarias nos dan identidad cultural¡±, afirma.
Hasta que entr¨® a estudiar en la Universidad Nacional de Educaci¨®n Enrique Guzm¨¢n y Valle, ubicada a 42 kil¨®metros de Lima hacia el este, y se encontr¨® con un profesor que sab¨ªa quechua y aimara. ¡°Mi lengua se hab¨ªa bloqueado¡±, recuerda, y desde entonces se interes¨® por el aimara, por su cercan¨ªa al quechua. ¡°Todas las lenguas originarias nos dan identidad cultural¡±, afirma.
Hoy lo estudia y lo promueve, consciente del profundo significado cultural que ha tenido en la historia y el presente de la cultura andina. Se cree que los aimaras provienen de la cultura Tiahuanaco, que habit¨® en las orillas del lago Titicaca entre los siglos I y 900 D.C. Hacia el siglo XIII, se formaron los primeros reinos aimaras, entre ellos los de los Lupaca, Collas y Pacajes. En el siglo XV, fueron invadidos por los Incas, y de all¨ª la vieja vinculaci¨®n del Imperio con esta lengua.
Hasta ahora, su lengua es precisamente una de las columnas de esta cultura, que por siglos ha protagonizado episodios de resistencia. T¨²pac Katari, por ejemplo, se rebel¨® contra el poder colonial espa?ol en 1781 y, al igual que T¨²pac Amaru, fue descuartizado por cuatro caballos de que tiraban de ¨¦l. Entre 1895 y 1925, los aimaras protagonizaron varias revueltas contra los hacendados. En a?os recientes, este pueblo ha protagonizado diversas movilizaciones.
Br¨ªgida Huahuluque, profesora del curso, no desvincula su oficio de esa crujiente atm¨®sfera cultural. ¡°Creo que el estudiante debe sentirse orgulloso de su lengua, su cultura¡±, declara, y a la vez cuenta que particip¨® en las protestas contra la actual presidenta Dina Boluarte, luego que el 9 de enero de este a?o un enfrentamiento de las fuerzas del orden con ciudadanos, en su mayor¨ªa aimaras, termin¨® con la muerte de 18 de ellos. ¡°Nos siguen matando¡±, dicen con indignaci¨®n.
Desde mayo del 2022, el aimara ya se puede traducir en Google. Tambi¨¦n existe, en la misma Universidad de San Marcos, Illariy, un avatar de inteligencia artificial que presenta noticias en quechua y aimara. En Bolivia, existe una aplicaci¨®n llamada ¡®Felisa Yanapiri¡¯, creada para prevenir la violencia contra las mujeres. Yanapiri significa ¡°la que ayuda¡± y es, tal vez, una palabra que encierra gran parte de los esfuerzos que se hacen para conservar esta lengua prehisp¨¢nica tan hermosa (sumaq, en ambas lenguas originarias), de palabras largas como el euskera, y de extensa historia. Que junta en un haz la aventura de los Incas, el sentimiento andino y la resistencia indesmayable. ¡®Jallalla aimara aru¡±, se sigue escuchando en medio de la noche y de estas aulas donde se vive este idioma.
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