Xiye Bastida y el salto de los j¨®venes activistas clim¨¢ticos de las calles a los despachos
¡°Que ya no estemos en las calles no significa que no estemos en la toma de decisiones¡±, advierte esta joven mexicana, quien fue protagonista junto a Greta Thunberg de las masivas manifestaciones contra el cambio clim¨¢tico en el 2019
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Xiye Bastida es, literalmente, hija de una cumbre clim¨¢tica. Sus padres se conocieron en la Cumbre de la Tierra de R¨ªo de Janeiro, celebrada en junio de 1992. Su madre, chilena de ra¨ªces europeas, hab¨ªa liderado varios plantones para evitar que se construyeran siete represas, mientras su padre, de origen otom¨ª-tolteca, un pueblo ind¨ªgena mexicano, defend¨ªa lo que su comunidad hab¨ªa cre¨ªdo desde siempre: que el ser humano deb¨ªa ser rec¨ªproco con la madre tierra. Ambos viajaron a Brasil como representantes de sus pa¨ªses ante la ONU, y all¨ª surgi¨® el amor, entre conversaciones sobre la protecci¨®n de la atm¨®sfera, la conservaci¨®n de la biodiversidad, o la lucha contra la deforestaci¨®n. Diez a?os despu¨¦s, naci¨® ella.
No es de extra?ar, por tanto, que Bastida ¡ªque migr¨® junto a ambos a Estados Unidos a los 13 a?os¡ª se convirtiera en uno de los rostros m¨¢s visibles del movimiento estudiantil internacional que en 2019 llev¨® a millones de j¨®venes a protestar en distintas ciudades del mundo para pedir acciones contra el calentamiento global y el cambio clim¨¢tico. Una efervescencia alimentada por las redes sociales, avivada por la figura de Greta Thunberg y materializada por una generaci¨®n temerosa del futuro, mas no de salir a las calles. Los viernes de fiesta fueron reemplazados por los de reivindicaci¨®n de los Fridays for future.
Xiye recuerda aquel a?o con ilusi¨®n. Empez¨® organizando a los estudiantes de su escuela, que iban a hablar con las autoridades locales, aunque no les prestaban mucha atenci¨®n. Entonces, comenzaron a ver noticias de Greta Thunberg y comprendieron que no estaban solos, ¡°que hab¨ªa otros j¨®venes alrededor del mundo a los que les importaba lo mismo¡±, dice. Florec¨ªa una revoluci¨®n juvenil por el clima. En agosto de ese a?o, el mundo sigui¨® la traves¨ªa de la joven sueca que, para evitar las huellas de carbono de un vuelo comercial, opt¨® por atravesar el oc¨¦ano en yate durante 14 d¨ªas. Xiye la recibi¨® al otro lado del Atl¨¢ntico, y se convirti¨® en una de las principales organizadoras de Fridays for future ¡ªo Viernes por el Futuro¡ª en Nueva York.
El grupo inicial de 15 estudiantes de su secundaria fue creciendo y se extendi¨® a otros colegios hasta que en septiembre, con motivo de la Asamblea General de la ONU, lograron reunir a 600.000 personas. ¡°Super¨® nuestras expectativas, y cambi¨® mi vida. Cuando caminamos por las calles de Wall Street, yo creo que todos los empresarios que nos vieron por las ventanas, sintieron el poder¡±, relata Bastida en una charla con EL PA?S desde Medell¨ªn, donde asisti¨® al foro She Is Global para compartir sus experiencias.
Pregunta. Despu¨¦s de la fundaci¨®n de Fridays for Future lleg¨® la pandemia, y se perdi¨® el impulso. ?Qu¨¦ ha pasado en estos a?os?
Respuesta. La pandemia se vino encima y par¨® todo el momento que tra¨ªamos. Yo fund¨¦ mi organizaci¨®n, Re-Earth Initiative. Dije: si no lo puedo hacer en las calles, lo voy a hacer virtual, y movilizamos a 300.000 personas en l¨ªnea para el D¨ªa de la Tierra. Seguimos trabajando, estudiando, educ¨¢ndonos entre nosotros y hoy hacemos parte de muchas organizaciones a las que les damos asesor¨ªa. Tambi¨¦n, como todos est¨¢bamos en l¨ªnea, nos dimos cuenta que marchar en las calles exclu¨ªa a muchos activistas, porque por ejemplo es ilegal hacer una protesta en Malasia o en Singapur. Que no estemos en las calles no significa que no estemos permeando el mundo de la toma de decisiones.
P. ?Cu¨¢l es la principal diferencia entre los j¨®venes que marchaban en ese momento y que hoy asesoran organizaciones?
R. Nosotros pasamos de tener 16 o 17 a?os, a tener 21, 22, 23, as¨ª que estamos gradu¨¢ndonos de la universidad. Todos escogimos una carrera que tiene que ver con el medio ambiente. Nos estamos volviendo profesionales en temas de energ¨ªa, de negociaciones clim¨¢ticas, de liderazgo. Hoy, el movimiento funciona mediante organizaciones lideradas por j¨®venes que est¨¢n recaudando y entregando fondos para otros j¨®venes, como el Fondo Juvenil para la Justicia Clim¨¢tica.
P. ?Y cu¨¢les han sido los principales logros o cambios tangibles?
R. Los cambios han ido coincidiendo con las conferencias clim¨¢ticas. Por ejemplo, se cre¨® un fondo de p¨¦rdidas y da?os, en el que los pa¨ªses del norte global se comprometen a dar dinero a los pa¨ªses que son da?ados por desastres clim¨¢ticos. Es un logro muy importante y en la cumbre que viene vamos a hablar sobre c¨®mo los pa¨ªses tienen que empezar a tomar responsabilidad de sus decisiones hist¨®ricas para mantener este fondo. Otro logro gigantesco es que desde el a?o pasado se mencionan los combustibles f¨®siles en la declaraci¨®n de las Naciones Unidas. El hecho de que podamos ya nombrar por qu¨¦ estamos en esta crisis, que no se hab¨ªa logrado en 27 a?os, es monumental, porque significa que ahora todos los pa¨ªses deben tener un plan de transici¨®n energ¨¦tica. Eso es un cambio sist¨¦mico. Y otro logro es que Naciones Unidas reconoci¨® que tenemos un derecho a un medio ambiente sano. Entonces nosotros podemos usar marcos como esos para empezar a demandar a todo el mundo. Si los cambios no se est¨¢n haciendo ya, con la informaci¨®n que existe, tenemos que empezar a poner presi¨®n legal.
P. Uno imagina el hisghschool, o la escuela secundaria, como en las pel¨ªculas, como lugares llenos de presiones. En ese contexto usted se convierte en una l¨ªder ambiental. ?Eso no la alejaba de lo cool, de lo popular?
R. Cuando empec¨¦ a organizar las marchas, me dej¨® de importar todo lo que dec¨ªa la gente, lo que dec¨ªan hasta mis profesores. Yo segu¨ªa sacando dieces; yo no dej¨¦ mis estudios. Pensaba: yo tengo un prop¨®sito, que es cambiar el mundo, y lo voy a hacer sin importar lo que diga la gente. A lo que s¨ª le ten¨ªa miedo era al sistema de inmigraci¨®n de Estados Unidos. Ten¨ªa miedo de que me vieran en una protesta y me fueran a decir: te quitamos tu visa, porque yo no tengo los mismos derechos de un ciudadano. Ten¨ªa miedo de que me deportaran.
P. Entre los t¨¦rminos que se han venido acu?ando est¨¢ el de la migraci¨®n clim¨¢tica. La comunidad donde usted creci¨® antes de migrar a Estados Unidos, San Pedro Tultepec, en el Estado de M¨¦xico, sufri¨® una inundaci¨®n...
R. S¨ª. Mi comunidad se inund¨® cuando yo ten¨ªa 13 a?os, aunque no fue eso lo que nos hizo mudarnos. Fue que mis pap¨¢s consiguieron un trabajo en Nueva York, relacionado con el cambio clim¨¢tico. Un d¨ªa antes de mudarnos, fue la inundaci¨®n, entonces se confunde mucho la historia. Obviamente tuvo impactos muy fuertes sobre la salud de la gente. Nuestro r¨ªo es uno de los m¨¢s contaminados en M¨¦xico. Pero la migraci¨®n clim¨¢tica es algo que ya est¨¢ pasando. Millones de personas se tienen que ir de sus hogares por olas de calor, por las inundaciones, o porque ya no est¨¢ llegando el agua, y para 2050 hay cifras de predicci¨®n de refugiados clim¨¢ticos de 1.500 millones de personas. Gran parte de la poblaci¨®n mundial se va a tener que desplazar por la crisis clim¨¢tica, por huracanes m¨¢s fuertes, por incendios, y el mundo no est¨¢ preparado. Si no estamos preparados hoy en d¨ªa para la migraci¨®n causada por conflictos pol¨ªticos y armados, mucho menos para una migraci¨®n clim¨¢tica. ?A d¨®nde va a ir la gente de las islas que est¨¢n ya debajo del agua? ?D¨®nde est¨¢ el concepto de naci¨®n? Hay islas que, como van a desaparecer de forma f¨ªsica, van a quedar debajo del agua, quieren hacerse naciones en internet, naciones virtuales.
P. Pero se pueden interponer acciones legales para presionar a los Gobiernos¡
R. S¨ª. De hecho los movimientos m¨¢s grandes de ahora son acciones legales. Por ejemplo, el Tratado de No Proliferaci¨®n de Combustibles F¨®siles, que Colombia de hecho acaba de ser el primer pa¨ªs grande en firmarlo. Muchas islas han firmado estos tratados, porque son las m¨¢s vulnerables. Tambi¨¦n se han visto marcos legales para darle protecci¨®n a r¨ªos, a monta?as, a ecosistemas, y con mis compa?eros estamos trabajando en un proyecto que se llama Tribunal para las generaciones futuras. As¨ª como tenemos derechos para los ni?os, para los refugiados, darles un derecho a las generaciones futuras. ?Qu¨¦ decisiones estamos tomando hoy que pueden violar los derechos de las generaciones que nazcan en 50, en 100 a?os? Sabemos que la Corte Internacional de Justicia y otras cortes pueden ser muy lentas, pero creemos en el simbolismo de decir que nosotros vamos a hacer una declaraci¨®n para las generaciones futuras, y de hecho las Naciones Unidas en septiembre de este a?o va a hacerlo.
P. ?C¨®mo fue su infancia en M¨¦xico, con sus padres como activistas?
R. Nosotros, como parte de un pueblo ind¨ªgena, hacemos ceremonias. Siempre eran en las cuatro direcciones, con los cuatro elementos, d¨¢ndole las gracias a la madre tierra por todo lo que nos da. Yo pensaba que as¨ª era el mundo, pero en mi propio entorno hab¨ªa much¨ªsimas f¨¢bricas, mucha contaminaci¨®n, y yo dec¨ªa: ?por qu¨¦ el mundo es as¨ª? Fui criada con una consciencia ambiental, y cuando me di cuenta que mis compa?eros no ten¨ªan el mismo pensamiento, les preguntaba a mis padres: por qu¨¦ me hablan del cambio clim¨¢tico si nadie habla de eso. Pensaba que estaban casi que invent¨¢ndose cosas, porque yo no lo ve¨ªa. Pensaba: si esto en verdad estuviera sucediendo, la gente cambiar¨ªa su forma de ser y actuar, y no fue hasta que se inund¨® mi comunidad que me di cuenta de que la crisis clim¨¢tica ya estaba pasando.
P. Como activista, sin embargo, es muy dif¨ªcil ser 100% coherente. Al final est¨¢ viajando a una cumbre clim¨¢tica, toma un avi¨®n, usa ciertos productos¡
R. Esa es la gran conversaci¨®n que tenemos nosotros entre el cambio individual y el cambio sist¨¦mico, porque yo pienso que el cambio individual todos lo podemos hacer, pero no funciona si las industrias siguen produciendo toneladas de pl¨¢stico. Son sistemas que nos han hecho dependientes de los combustibles f¨®siles, de comprar m¨¢s ropa, de baja calidad. Yo jam¨¢s le voy a decir a alguien: ?por qu¨¦ est¨¢s usando una botella de pl¨¢stico? Porque aunque yo tenga mi propia botella y consuma bajo, y me ba?e con champ¨² s¨®lido, la verdadera lucha es con el sistema. Con una legislaci¨®n que diga: vamos a prohibir estos pl¨¢sticos, lo quitas mucho m¨¢s r¨¢pido que si yo fuera casa por casa. Entonces en eso me enfoco: en el cambio sist¨¦mico. Por eso voy a much¨ªsimas cumbres, pero con el objetivo de influir en la gente que toma las decisiones, y sobre todo para decirles que nos incluyan a los j¨®venes en la toma de esas decisiones.
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