Los ahorros de los bolivianos podr¨ªan estar financiando la deforestaci¨®n
Un estudio revela que el 10,8% de las inversiones de los fondos de pensiones -2.500 millones de d¨®lares- respaldan al sector de la soja, del az¨²car y el ganadero a trav¨¦s de pr¨¦stamos a bajo inter¨¦s
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Cuando habla de deforestaci¨®n en Bolivia, Matthew Hansen, cient¨ªfico y docente especializado en el mapeo del cambio de cobertura terrestre, define al pa¨ªs como ¡°el lejano oeste¡± y los datos lo corroboran. Desde 2001 hasta 2022, Bolivia perdi¨® 3,73 millones de hect¨¢reas de bosque primario h¨²medo, lo que representa 51% de su p¨¦rdida total de cobertura arb¨®rea. A pesar de que es uno de los pa¨ªses con mayor superficie de bosques primarios, tambi¨¦n es el tercero de la regi¨®n que m¨¢s r¨¢pido la est¨¢ perdiendo. Desde la pandemia, cada a?o ha ido rompiendo el lamentable r¨¦cord del desmantelamiento. Y s¨®lo en 2023, el pa¨ªs hab¨ªa perdido un 27% m¨¢s de bosque que en 2022. La creciente presencia ganadera, los monocultivos y las pol¨ªticas del Gobierno parecen subrayar lo que para muchos es ya una realidad: la deforestaci¨®n vino para quedarse. Con todas estas cifras en mente, Stasiek Czaplicki Cabezas, periodista de datos y economista ambiental, se hizo una pregunta: ?Qui¨¦n financia esta devastaci¨®n ambiental? Tres a?os de investigaci¨®n despu¨¦s revelaron una parte de la respuesta: los ahorros de los bolivianos.
¡°Si Am¨¦rica Latina fuera un sal¨®n de clase, los peores alumnos ser¨ªan Bolivia y Brasil, la diferencia es que Brasil s¨ª tiene pol¨ªticas p¨²blicas. En Bolivia, el Gobierno est¨¢ aprobando medidas que apoyan el sector agropecuario¡±, explica Czaplicki, el autor del estudio Las finanzas grises del agronegocio en Bolivia y su rol en la deforestaci¨®n, realizado en colaboraci¨®n con Alianza por la Solidaridad / Actionaid Bolivia y publicado a finales de agosto. Este informe revela que el 10,8% de las inversiones de los fondos de pensiones bolivianos, una suma de 2.569 millones de d¨®lares, est¨¢n financiando los sectores de la soja, el az¨²car y la ganader¨ªa, los principales responsables de la deforestaci¨®n en el pa¨ªs. Este monto equivale a casi el triple de la inversi¨®n realizada en 2024 a las universidades p¨²blicas del pa¨ªs.
Esta cifra, seg¨²n cuenta el autor, es el resultado de una compleja red de inversiones directas e indirectas a trav¨¦s de la banca y fondos de inversi¨®n cerrados (FICs) que terminan financiando los principales sectores que generan la destrucci¨®n ecosist¨¦mica. ¡°Estos pr¨¦stamos que les dan no consideran el destino de esos fondos y sus implicaciones socio-ecol¨®gicas¡±, lamenta por tel¨¦fono.
Hace a?os que a Czaplicki le llamaban la atenci¨®n las supuestas crisis del sector de la soja, as¨ª que decidi¨® hacerle seguimiento a esas cuentas. ¡°Hice lo que se conoce como ¡®follow de money¡¯ (seguir el dinero). Empec¨¦ a encontrar cosas sospechosas, pagos de impuestos muy bajos, utilidades casi inexistentes¡ ?Entonces d¨®nde est¨¢ el negocio?¡±, se pregunt¨®. ¡°Me di cuenta de que hay dos mecanismos para hacer dinero en el agronegocio. El primero es la especulaci¨®n comercial de la tierra en la que desmontas el terreno y lo revendes, pero no es tan com¨²n. Y la segunda, la especulaci¨®n financiera. Tener tierras activas para conseguir pr¨¦stamos. De ah¨ª sale la principal ganancia del agro en Bolivia¡±.
En la ¨²ltima d¨¦cada, la participaci¨®n de estos pr¨¦stamos en la cartera bancaria nacional ha escalado del 11,7% al 18,2%, en un contexto donde el volumen total de cr¨¦ditos se ha cuadruplicado. Paralelamente, los fondos de pensiones han experimentado un crecimiento similar, con la obligaci¨®n de invertir mayoritariamente en el sector formal boliviano, que representa apenas el 18% de la econom¨ªa del pa¨ªs. ¡°En otras palabras, a medida que los cr¨¦ditos bancarios e inversiones de los fondos de pensiones aumentaron, tambi¨¦n creci¨® la proporci¨®n y el volumen destinado al agronegocio¡±, dice.
Hay tres cosas que le preocupan seriamente al respecto. ¡°Por un lado, lo ¨¦tico. Ya que los fondos de pensi¨®n, siendo ahorros para el futuro, est¨¢n siendo usados para destrozar los ecosistemas del futuro. Despu¨¦s, est¨¢ el ¨¢mbito econ¨®mico porque promueven la inequidad. Y por ¨²ltimo, es que los fondos de pensiones sirven para alimentar la banca y el sector. Lo peor es que la gente ni lo imagina¡±, reconoce. De acuerdo con encuestas de WWF que coordin¨® el autor del estudio, entre el 45 y 55% de la poblacion entre los 18 y los 45 a?os de La Paz y Santa Cruz no concibe que la ganader¨ªa pueda generar deforestaci¨®n.
Para Czaplicki, economista ambiental, otro de los puntos clave de la investigaci¨®n es la concentraci¨®n del capital. En el sector soyero, por ejemplo, s¨®lo ocho empresas reciben el 63% de los cr¨¦ditos bancarios, mayoritariamente en pesos bolivianos y a tasas de inter¨¦s anual m¨¢ximas de 6% y, en general, mucho menores. ¡°Esta concentraci¨®n genera un endeudamiento cuestionable e incrementa el riesgo del sistema bancario y de nuestras pensiones¡±, critica.
Pese a estas facilidades de financiaci¨®n, estos sectores son intervenidos y apoyados a menudo, seg¨²n el estudio. El ejemplo m¨¢s reciente fue la creaci¨®n de un fondo p¨²blico de unos 300 millones de d¨®lares de apoyo a los productores de soja y palma a un 0,5% de inter¨¦s anual. ¡°Estas condiciones en comparaci¨®n con las de los pr¨¦stamos sociales son muy diferentes. Para la vivienda social, el inter¨¦s anual est¨¢ entre el 5,5 y el 6,5%¡±.
La deforestaci¨®n no la generan (s¨®lo) los incendios
El experto lamenta que siga existiendo una fuerte estigmatizaci¨®n alrededor de las comunidades ind¨ªgenas y campesinas vinculada a la deforestaci¨®n. Estas comunidades suelen usar quemas controladas para sus cosechas. Si bien algunas de ellas se han descontrolado y han causado da?os en los ecosistemas, al ser estos muy visibles, la percepci¨®n boliviana es que son los principales responsables del desmantelamiento. Sin embargo, el 88% de la conversi¨®n de bosques es producto de una deforestaci¨®n planificada y ejecutada, en gran medida, con maquinaria pesada, sin incendios.
Es por ello que el economista cree que hay que informar m¨¢s y mejor a la poblaci¨®n. ¡°Como sociedad tenemos que exigir una mayor transparencia y empujar la desinversi¨®n de actividades de sectores extractivos de las pensiones¡±, dice. ¡°El problema es que no hay muchos otros sectores donde invertir, tenemos que replantear el presente y el futuro. Estamos hipotecando nuestro futuro y el de las generaciones venideras¡±.
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