Sim¨®n Cris¨®stomo Loncop¨¢n, el l¨ªder mapuche que defiende su tierra con mapas

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En 2017, el Parque Nacional Villarrica, un ¨¢rea protegida en la Regi¨®n de la Araucan¨ªa, en el sur de Chile, se convirti¨® en un territorio en disputa. Una licitaci¨®n p¨²blica abri¨® la puerta a empresas privadas para construir infraestructura tur¨ªstica en el sector Puesco Lan¨ªn, una zona de 17.400 hect¨¢reas con glaciares, lagunas, humedales y bosque nativo al pie del volc¨¢n Lan¨ªn. La propuesta alarm¨® a las comunidades mapuche que por generaciones hab¨ªan realizado ceremonias, recolectado pi?ones, medicinas y frutos, y utilizado esta tierra ancestral como zona de tr¨¢nsito e intercambio.

¡°Era nuestro territorio, el lugar donde vivieron mis ancestros y ancestras¡±, dice Sim¨®n Cris¨®stomo Loncop¨¢n, ge¨®grafo mapuche de 30 a?os y presidente de la Asociaci¨®n de Comunidades Mapuche Winkulmapu de Curarrehue, que aglutina a m¨¢s de una decena de comunidades aleda?as al sector Puesco Lan¨ªn. ¡°Hay pr¨¢cticas que se han hecho durante cientos de a?os, y que hasta hoy no han sido resguardadas¡±.

Cris¨®stomo Loncop¨¢n, un mapuche Winkulche ¡ªhabitante de los cerros¡ª, atiende a Am¨¦rica Futura en una sala de cowork en Santiago, la capital de Chile, donde pasa horas antes de regresar a su tierra en la Araucan¨ªa. ¡°Soy un mapuche millennial¡±, dice. ¡°Los dirigentes actuales ya no solo andamos a caballo, tambi¨¦n andamos con computador y tel¨¦fono¡±.

Para ¨¦l, esta generaci¨®n tiene una responsabilidad ¨²nica. ¡°Somos puentes con un mundo que est¨¢ ac¨¢¡±, dice, refiri¨¦ndose a la ciudad. ¡°Nos toca dialogar¡±. Como asesor en defensa territorial y proyectos de conservaci¨®n con enfoque ind¨ªgena en el sur de Chile, ha llevado su experiencia a nivel internacional: desde la COP16 en Colombia, a hacer pasant¨ªas de liderazgo en Estados Unidos y dirigir talleres de mapeo territorial para comunidades ind¨ªgenas en Centroam¨¦rica y Sudam¨¦rica.

Modelos de conservaci¨®n que entiendan otros mundos

Siete a?os atr¨¢s, Cris¨®stomo Loncop¨¢n entendi¨® que la licitaci¨®n p¨²blica en el Parque Nacional Villarrica proteg¨ªa flora y fauna, pero ignoraba las pr¨¢cticas y la visi¨®n espiritual de los pueblos ind¨ªgenas. ¡°Creemos en modelos de conservaci¨®n m¨¢s inclusivos que vayan de la mano con entender otros mundos¡±, aclara.

La comunidad reaccion¨® r¨¢pido contra la licitaci¨®n. ¡°Empezamos a hacer uso del parque: tomar mate, recolectar medicina, pi?ones, caminar¡±, recuerda. Al principio se manifestaron y rompieron el di¨¢logo con el Gobierno. La lucha tom¨® un enfoque m¨¢s amplio: el reconocimiento de los derechos mapuches, respaldados por el Convenio 169 de la OIT y la Declaraci¨®n de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Ind¨ªgenas. Si no nos opon¨ªamos al proyecto tur¨ªstico, menos podr¨ªamos enfrentar iniciativas m¨¢s grandes, afirma Cris¨®stomo Loncop¨¢n. Pero durante la pandemia, replantearon su estrategia. ¡°?Qu¨¦ queremos?¡±, se preguntaron. ¡°Tener derecho, voz y voto en el parque. ?Por qu¨¦? Porque queremos cuidar mejor nuestro territorio¡±, recuerda.

En 2022, el di¨¢logo se reanud¨® cuando el Consejo de Lonkos de Curarrehue y las comunidades que hoy conforman la asociaci¨®n liderada por Cris¨®stomo Loncop¨¢n enviaron una carta al Gobierno proponiendo un modelo de gobernanza para el parque. Esto dio lugar a la creaci¨®n de una Mesa de Trabajo entre las comunidades, el Ministerio de Bienes Nacionales y la Corporaci¨®n Nacional Forestal, encargada de gestionar las ¨¢reas silvestres protegidas en Chile.

El proceso culmin¨® semanas atr¨¢s con la firma de un convenio que estableci¨® el Consejo de Gobernanza y Gesti¨®n del Parque Nacional Villarrica, sector Puesco Lan¨ªn. Este consejo, pionero en Chile, garantiza la participaci¨®n mapuche en su gesti¨®n y conservaci¨®n. Seg¨²n su reglamento, las decisiones ser¨¢n vinculantes, no meramente consultivas, y los planes de manejo incorporar¨¢n una perspectiva intercultural. ¡°Que el Estado reconociera derechos territoriales en un parque nacional de una comunidad mapuche nunca antes hab¨ªa pasado en Chile¡±, asegura el l¨ªder ind¨ªgena. ¡°Va a dar pie para que muchas comunidades ind¨ªgenas en Chile tengan un precedente que nosotros no ten¨ªamos¡±.

Identidad en el propio espacio

Nacido en 1994, Cris¨®stomo Loncop¨¢n creci¨® al cuidado de sus abuelos en Curarrehue, la Araucan¨ªa. Su madre migr¨® a la ciudad para trabajar como empleada dom¨¦stica. ¡°Fue un acto de amor¡±, dice de su decisi¨®n. ¡°Sab¨ªa que la vida iba a ser m¨¢s linda a pesar de las dificultades y las carencias del campo. Pero esas carencias se llenaban de otras cosas: la libertad de salir, llegar del colegio e ir al cerro a jugar, ba?arte en el r¨ªo¡±.

Cris¨®stomo Loncop¨¢n se define como parte de la generaci¨®n ¡°post Consejo de Todas las Tierras¡±, el movimiento mapuche fundado en 1990, que impuls¨® la recuperaci¨®n de tierras, la revitalizaci¨®n del mapudungun ¡ªsu lengua¡ª y la visibilizaci¨®n de los derechos mapuche a nivel nacional e internacional. ¡°Somos una generaci¨®n que no le tiene miedo a la discriminaci¨®n¡±.

Cris¨®stomo creci¨® sin ver televisi¨®n. Pas¨® su juventud compartiendo mate y aprendiendo dos conceptos fundamentales en mapudungun: Kupan y Tuw¨¹n. ¡°El Kupan tiene que ver con el linaje, con qui¨¦nes son tus ancestros¡±, dice. ¡°Y el Tuw¨¹n es el lugar que te vio nacer y crecer, de d¨®nde vienes, que te forja tu identidad¡±, explica. ¡°Yo me voy kil¨®metros m¨¢s all¨¢, a otra comunidad, y ya no soy el mismo. No tengo la misma fuerza que tengo en mi territorio. Cada mapuche forja su identidad en su espacio. Por eso no nos vemos fuera de ah¨ª¡±.

Durante mucho tiempo, Curarrehue estuvo al margen de las movilizaciones mapuche, hasta que hidroel¨¦ctricas, proyectos mineros y, m¨¢s recientemente, la central en A?ihuerraqui, en el r¨ªo Trankura, despertaron la resistencia en las comunidades. ¡°Fue de una violencia simb¨®lica y pol¨ªtica muy grande. Llegaban empresas y te ofrec¨ªan millones por aprobar la hidroel¨¦ctrica, pero la gente era muy digna. Eran personas de escasos recursos, pero para quienes la tierra no ten¨ªa precio¡±.

Con las luchas territoriales, las comunidades comenzaron a tejer redes, conocieron a abogados, y se conectaron con experiencias similares en el mundo. Este aprendizaje tambi¨¦n marc¨® a los j¨®venes. Al elegir carreras universitarias, muchos optaron por disciplinas con un prop¨®sito claro. Cris¨®stomo Loncop¨¢n eligi¨® Geograf¨ªa. ¡°Pero no me hac¨ªa sentido hablar de demandas de tierra y territorio sin tener una visi¨®n en un mapa, algo tan b¨¢sico. Porque el mapa es una herramienta pol¨ªtica que nos han querido quitar¡±.

Se dio cuenta de que no exist¨ªa un mapa de las tierras mapuche y decidi¨® construirlo. Para su tesis de pregrado, dise?¨® una metodolog¨ªa para identificar las tierras de uso ancestral de las comunidades mapuche, con la que a la fecha ha mapeado m¨¢s de cuarenta comunidades desde Arauco a Chilo¨¦. El m¨¦todo combina relatos, talleres y visitas en terreno. ¡°Nos ha dado las herramientas para las demandas del movimiento de reconstrucci¨®n territorial: volver a la tierra antigua¡±, explica.

Para la firma del convenio que dio origen al Consejo de Gobernanza y Gesti¨®n del Parque Nacional Villarrica, Cris¨®stomo Loncop¨¢n convirti¨® el trabajo de su tesis de pregrado en una hoja de ruta. Su metodolog¨ªa permiti¨® identificar en el sector Puesco Lan¨ªn del Parque Nacional Villarrica la toponimia ¡ªel origen de los nombres de lugares¡ª, los sitios donde sus ancestros recolectaban pi?ones y medicinas, las ubicaciones de las casas y los lugares de significaci¨®n cultural. ¡°Muchos a?os nuestra gente fue marginada y no fue tomada en cuenta porque, seg¨²n el Estado o la sociedad, no ten¨ªamos las capacidades para hablar o crear. Hoy podemos apostar nosotros a la reconstrucci¨®n de nuestra historia¡±, dice.

Cris¨®stomo Loncop¨¢n considera que la puesta en marcha de su metodolog¨ªa podr¨ªa ser la base de un proyecto de conservaci¨®n m¨¢s amplio. ¡°Uno que tenga relaci¨®n con la protecci¨®n no solo de los parques nacionales, sino de todo el territorio contra el extractivismo¡±, dice.