Lula incorpora al Gobierno de Brasil a dos partidos aliados de Bolsonaro

Luiz In¨¢cio Lula da Silva, de 77 a?os, sufre para sacar adelante sus proyectos en el Congreso porque gan¨® las elecciones presidenciales de Brasil por menos de dos puntos y tampoco logr¨® una mayor¨ªa parlamentaria en las urnas. Por eso, incorpora dos nuevos partidos a su Gobierno ocho meses despu¨¦s de asumir el poder. Ambas formaciones eran hasta ahora aliadas del derrotado Jair Bolsonaro. Una es el brazo pol¨ªtico de la Iglesia Universal del Reino de Dios y la otra est¨¢ liderada por el presidente de la C¨¢mara de los Diputados. Cada partido logra un ministerio en un Gabinete que ya suma 38 carteras. Esta es la segunda tanda de relevos que impulsa Lula con la vista puesta en ampliar su apoyo parlamentario. En ambas ocasiones, las principales damnificadas han sido sendas ministras.

El presidente Lula anunci¨® los cambios en una escueta nota el mi¨¦rcoles por la noche, a las puertas de un puente festivo, y minutos antes de dirigirse al pa¨ªs en un discurso televisado con motivo del D¨ªa de la Independencia, este jueves, en el que ensalz¨® tres ideas: democracia, soberan¨ªa y unidad. Esta ma?ana ha presidido en Brasilia el solemne desfile militar para conmemorar el 201 aniversario de la independencia antes de despegar rumbo a Nueva Delhi, donde se celebra el G-20 este fin de semana.

El solemne acto en la capital ha contrastado con la tensi¨®n y las amenazas golpistas de los 7 de septiembre durante la presidencia de Bolsonaro. Esta edici¨®n se celebra, de todos modos, en medio de un ambiente tenso entre los militares y el presidente tras la fracasada intentona golpista del pasado enero, cuando miles de seguidores de Bolsonaro asaltaron las principales instituciones democr¨¢ticas. El izquierdista ha encabezado el desfile junto a su esposa, Janja, (vestida en ese rojo intenso que tanto odian los bolsonaristas) y al ministro de Defensa, Jos¨¦ M¨²cio.

Con estos cambios, Lula encabeza un Gabinete multicolor compuesto de 10 partidos que se reparten 38 ministerios. El n¨²cleo duro est¨¢ en manos de veteranos hombres del Partido de los Trabajadores de Lula. El izquierdista gan¨® los comicios al frente de una coalici¨®n amplia como demuestra que su vicepresidente sea un antiguo adversario, Geraldo Alckmin, un cl¨¢sico del centro derecha que gobern¨® S?o Paulo durante cuatro mandatos y perdi¨® unas presidenciales ante el l¨ªder del Partido de los Trabajadores.

Gobernar Brasil siempre ha requerido satisfacer, en mayor o menor medida, a los poderosos partidos del llamado Centr?o (el gran centro), un magma de siglas escoradas a la derecha que ofrecen sin ning¨²n disimulo el voto de diputados y senadores a cambio de cargos en la Administraci¨®n, a poder ser, con jugosos presupuestos. Dos meses ha durado la negociaci¨®n con Lula.

Republicanos, un partido creado por una de las denominaciones evang¨¦licas m¨¢s poderosas de Brasil, la Iglesia Universal del Reino de Dios, que posee tambi¨¦n un canal de televisi¨®n, asume el Ministerio de Puertos y Aeropuertos. Muestra del contorsionismo pol¨ªtico cotidiano en Brasil, el cargo electo m¨¢s poderoso de Republicanos es el gobernador de S?o Paulo, Tarc¨ªsio de Freitas, que fue ministro de Bolsonaro y es el nombre que m¨¢s suena para sucederle como l¨ªder de la derecha ahora que el expresidente ha sido inhabilitado y no podr¨¢ presentarse a las elecciones hasta 2030.

La cartera de Deportes queda en manos del Partido Progresista, que de progresista tiene el nombre, pero que es importante sobre todo porque lo lidera el presidente de la C¨¢mara baja, Arthur Lira, que ha sido un valios¨ªsimo aliado parlamentario de Bolsonaro.

Para cuadrar el sudoku, Lula ha destituido a la titular de Deportes, una antigua jugadora de voleibol llamada Ana Moser. Su salida se suma a la de la primera titular de Turismo, en julio. Lula, que presum¨ªa de tener 11 ministras, sufre ahora las cr¨ªticas porque ellas son las primeras v¨ªctimas de sus movimientos para atraer apoyos. Para colmo, el ¨²nico var¨®n afectado por estas micricrisis ministeriales ha sido recolocado en una cartera de nueva creaci¨®n.

Lula se refiri¨® as¨ª a las destituciones en una entrevista: ¡°Siempre es dif¨ªcil decir [a un ministro], ¡®mira voy a necesitar el ministerio porque he hecho un acuerdo con un partido y necesito atenderlo¡¯. Pero eso es la pol¨ªtica¡±.

Con estas incorporaciones Lula y el Partido de los Trabajadores aspiran a facilitar la tramitaci¨®n de sus proyectos parlamentarios. Por ahora, han logrado sacar adelante el nuevo marco fiscal para sanear las cuentas p¨²blicas, pero con enormes esfuerzos y gracias a un controvertido instrumento, la entrega de enormes partidas presupuestarias directamente a los parlamentarios que las pueden invertir en proyectos de su elecci¨®n en sus circunscripciones.

El Congreso de Brasil es conocido por su codicia, la total ausencia de contenido ideol¨®gico de casi todos los partidos y la escasa fidelidad ideol¨®gica. M¨¢s all¨¢ del Partido de los Trabajadores y del Partido Socialismo o Libertad, el resto de los siglas son m¨¢s bien grupos de inter¨¦s que mutan, se al¨ªan o rompen a velocidad asombrosa. Y cada legislatura hay una ventana de fichajes para cambiar de partido sin ser penalizado.

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