El ataque de un comando armado contra manifestantes deja un muerto en Guatemala
El ministro de Gobernaci¨®n presenta su renuncia tras dos semanas de protestas y bloqueos que exigen la destituci¨®n de la fiscal general Consuelo Porras
Los intentos de buscar un di¨¢logo para poner fin a la crisis en Guatemala, que suma dos semanas de manifestaciones pac¨ªficas y bloqueos, quedaron empa?ados el lunes con la muerte de un manifestante en una localidad fronteriza con M¨¦xico. El hombre fue asesinado por un comando armado que se abri¨® paso a balazos, mientras los manifestantes corr¨ªan para ponerse a salvo precisamente para evitar incidentes, en el bloqueo de una ruta del departamento de San Marcos, a 272 kil¨®metros de Ciudad de Guatemala. Los polic¨ªas presentes no intervinieron.
La modalidad de ataque, con civiles armados contra la poblaci¨®n que se manifiesta y que se ve forzada a recurrir a palos, machetes o piedras para defenderse, ha sido una constante en m¨¢s de diez bloqueos durante los 15 d¨ªas de protestas ciudadanas que exigen la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras Argueta. Hasta el incidente, ocurrido en la localidad de Malacat¨¢n, solo se hab¨ªan reportado heridos, da?os materiales y el repliegue de los manifestantes para evitar confrontaci¨®n.
Despu¨¦s de dos semanas de movilizaciones y ante la latente amenaza de represi¨®n, el lunes 16 de octubre se reportaron 26 bloqueos de carreteras, una cantidad menor al centenar de cierres que se registraron los d¨ªas anteriores. La disoluci¨®n violenta de la protesta ocurri¨® en San Marcos, un departamento con presencia de grupos criminales dedicados al narcotr¨¢fico y actividades que van del cultivo de drogas hasta el tr¨¢fico de coca¨ªna, tr¨¢fico de migrantes y contrabando. La polic¨ªa report¨® la captura de once presuntos responsables del ataque, dos de ellos guardaespaldas de un alcalde electo por Vamos, el partido del presidente Alejandro Giammattei.
Desde el 2 de octubre, miles de guatemaltecos se han sumado a las diferentes formas de protesta para exigir la renuncia de Porras y dos de sus fiscales -Rafael Curruchiche y Cinthia Monterroso-, as¨ª como del juez Fredy Orellana. Todos ellos coordinan acciones penales que a criterio de analistas y de la ciudadan¨ªa pretenden socavar los resultados de las elecciones que colocaron en la presidencia al soci¨®logo progresista Bernardo Ar¨¦valo de Le¨®n, del Movimiento Semilla. El 30 de septiembre, durante un allanamiento que termin¨® en forcejeo con los magistrados electorales, la fiscal¨ªa a cargo de Curruchiche secuestr¨® las actas originales de los resultados de las votaciones sin explicar a la ciudadan¨ªa los motivos de la pesquisa. Entonces, el presidente electo declar¨® que ¡°sin lugar a dudas¡± el objetivo del Ministerio P¨²blico es ¡°la anulaci¨®n del resultado electoral y la destrucci¨®n del r¨¦gimen democr¨¢tico¡±.
Consuelo Porras se mantiene a cargo del despacho por teletrabajo, seg¨²n su equipo de comunicaci¨®n y lleva m¨¢s de una semana sin aparecer ante la ciudadan¨ªa. La fiscal no ha dado muestras de considerar la renuncia que le piden miles de ciudadanos y ha insistido en que las fuerzas de seguridad retiren a las autoridades ind¨ªgenas y vecinos de diversos territorios que han llegado al plant¨®n instalado en los alrededores de la sede principal del Ministerio P¨²blico. Si Porras estuviera en el edificio y se asomara a uno de los ventanales podr¨ªa hacer un recorrido por los diferentes poblados ind¨ªgenas: en una esquina de la calle usualmente se encuentran los k?iche?, tz¡¯utujiles y cakchiqueles de Solol¨¢; al frente, debajo de una carpa negra, est¨¢ la delegaci¨®n Ixil, de Quich¨¦ y en otro de los toldos los representantes de los 48 Cantones de Totonicap¨¢n. Y as¨ª permanecen los diferentes pueblos en resistencia pero la fiscal insiste en que se desarticule el plant¨®n, al punto de pedir la destituci¨®n del ministro de Gobernaci¨®n, Napole¨®n Barrientos, que cuenta con el reconocimiento de las autoridades ind¨ªgenas por respetar la manifestaci¨®n pac¨ªfica y evitar la represi¨®n. Antes del bochorno del despido, el ministro present¨® su renuncia y la asamblea de pueblos ind¨ªgenas reaccion¨® con un comunicado en el que se?alan que Porras ¡°parece estar buscando establecer grupos dispuestos a reprimir al pueblo que leg¨ªtimamente exige su renuncia¡±.
Las demandas de Porras ocurren en el marco de los acercamientos para instalar una mesa de di¨¢logo con la mediaci¨®n de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) para poner fin a la crisis social en la que interviene el presidente Alejandro Giammattei y las autoridades ind¨ªgenas. En una primera reuni¨®n, Giammattei asegur¨® que no puede destituir a la fiscal ni pedirle la renuncia.
Estamos en un momento de ¡°intransigencia¡±, opina el polit¨®logo Miguel ?ngel Balc¨¢rcel, y el reto es revertir la situaci¨®n hacia un proceso donde prive el bien com¨²n. Lo cierto es, apunta Balc¨¢rcel, que estamos ante un un cambio de correlaci¨®n de fuerzas. ¡°Tenemos un nuevo actor pol¨ªtico, no partidario: los pueblos ind¨ªgenas en sus diferentes expresiones y una sociedad que, est¨¢ muy enojada, pero ante a sus circunstancias de vida hablan de una Guatemala diferente, con oportunidades¡±.
Los barrios urbanos hacen eco de la resistencia ind¨ªgena
Las autoridades ind¨ªgenas han asegurado que se mantendr¨¢n firmes en la protesta hasta la dimisi¨®n de Porras e insisten en no caer en las provocaciones de infiltrados o las fuerzas de seguridad. ¡°No esperen a que se derrame sangre¡±, expres¨® el alcalde ind¨ªgena Alberto Tuy al enterarse del ataque en San Marcos. ¡°Si en cinco minutos tenemos la renuncia por escrito, todas las carreteras ser¨¢n desbloqueadas¡±, remarc¨® Tuy desde el plant¨®n que se mantiene frente a las oficinas de la fiscal¨ªa que el lunes 16 de octubre recibi¨® a centenares de manifestantes que llegaron desde diferentes territorios ind¨ªgenas.
El movimiento ciudadano comenz¨® con las protestas y bloqueos de carreteras convocados por la asamblea de las autoridades ind¨ªgenas, que representan a los pueblos maya, gar¨ªfuna y xincas, principalmente asentados en las provincias. Cada ma?ana, familias enteras, ni?os, j¨®venes y ancianos, dejan sus hogares en los diferentes territorios para apoyar la toma de las principales rutas internas o que conectan con M¨¦xico, Honduras y El Salvador. La incomunicaci¨®n por v¨ªa terrestre supone p¨¦rdidas por 365 millones de d¨®lares, de acuerdo con la Asociaci¨®n Guatemalteca de Exportadores, ya que los productos no se pueden movilizar de las f¨¢bricas o plantas hacia los puertos de embarque.
En la capital, los vecinos de las ¨¢reas residenciales de clase media y barriadas han sentido la necesidad de apoyar la los pueblos ancestrales y se organizaron para instalar bloqueos en las ¨¢reas urbanas, como el que permanece desde hace nueve d¨ªas en el anillo perif¨¦rico, una calzada de seis carriles que comunica la ciudad de norte a sur. ¡°Nosotros salimos en apoyo al movimiento que iniciaron los pueblos ind¨ªgenas y porque estamos cansados de la corrupci¨®n, queremos que se vaya Consuelo Porras, Curruchiche y el juez Orellana¡ Y si pudi¨¦ramos que tambi¨¦n se fuera Giammattei¡±, dijo Mynor Plaza uno de participantes del bloqueo.
Durante la toma, la calle se convirti¨® en pista de baile, sal¨®n de juegos y mercadillo para centenares de vecinos de la zona 7 de la capital. Las noches del viernes y s¨¢bado, se presentaron espect¨¢culos musicales. ¡°Si ya lo estamos pasando mal, tenemos que darle vuelta a eso, tambi¨¦n podemos resistir desde la alegr¨ªa¡±, expres¨® una de las asistentes, que prefiri¨® no identificarse. Cada media hora, los vecinos liberaron el tr¨¢nsito, principalmente del transporte pesado que no puede tomar rutas alternas. Mientras esperaba, el piloto Baldomero Roca consider¨® que el movimiento ciudadano es ¡°necesario porque los gobernantes hacen lo que se les da la gana¡± pero ¡°tienen que ponerse la mano en la conciencia y ver las necesidades del pueblo¡±.
La experiencia en la zona 7 es un acercamiento a lo que ha ocurrido en otros puntos del pa¨ªs, los vecinos identifican un malestar com¨²n, se organizan y resisten desde sus propios espacios y expresiones. En los bloqueos ha habido clases de baile y de yoga, proyecci¨®n de pel¨ªculas, documentales, misas, juegos, chamuscas -juegos de f¨²tbol informales-. En la localidad de Boca del Monte, se convoc¨® a jugar a la loter¨ªa de la manifestaci¨®n, una adaptaci¨®n del juego de mesa con los iconos de la protesta la vuvuzela, la bandera, el tambor, los antimotines.
En las calles se respira entusiasmo y una oscilante tensi¨®n. Las autoridades ind¨ªgenas temen que se les trate de criminalizar como los responsables por todos los cierres de carreteras a lo largo del pa¨ªs. ¡°Nosotros venimos como pueblos a ser escuchados, no somos delincuentes; es triste y lamentable que buscan la excusa para criminalizarnos y que tengamos que salir al exilio o escondernos por defender la democracia¡±, dijo el presidente de los 48 Cantones de Totonicap¨¢n, Luis Pacheco, en una reciente conferencia de prensa.
La corrupci¨®n es la tercera causa de preocupaci¨®n entre los guatemaltecos, seg¨²n la encuesta que realiz¨® este a?o el diario Prensa Libre, detr¨¢s de la carencia econ¨®mica y la inseguridad. Los bloqueos en las carreteras son una muestra de este malestar y para los manifestantes se ha convertido en la ¨²nica manera de que se escuchen sus demandas. El domingo, un grupo de personas, convocadas por sectores conservadores y veteranos militares, se reuni¨® en la Plaza de la Constituci¨®n en se?al de repudio a los bloqueos y sugirieron la imposici¨®n de un estado de sitio, que conlleva la supresi¨®n de los derechos de reuni¨®n y de manifestaci¨®n.
En diversas declaraciones a la prensa, los alcaldes ind¨ªgenas Luis Pacheco y Alberto Tuy han explicado sobre sus reuniones infructuosas con la directiva del Congreso y con el presidente para lograr la renuncia de Porras. Las acciones judiciales tampoco responden a la demanda para que Consuelo Porras salga del Ministerio P¨²blico.
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