La deuda de Uruguay con las mujeres entra en la agenda de un a?o electoral
El Comit¨¦ de la ONU para la Eliminaci¨®n de la Discriminaci¨®n contra la Mujer advierte sobre la baja participaci¨®n pol¨ªtica de las mujeres en puestos clave del Estado uruguayo
Uruguay arranca el a?o electoral con una nutrida lista de asignaturas pendientes para avanzar hacia la igualdad de g¨¦nero y garantizar a las mujeres una vida libre de violencia. En el pa¨ªs sudamericano, de 3,4 millones de habitantes, se registra una de las tasas de femicidios m¨¢s altas del continente, las mujeres electas en 2019 representaban solo el 19% del Parlamento y la educaci¨®n sexual integral lejos est¨¢ de aplicarse cabalmente. Estos son algunos de los aspectos cr¨ªticos que aborda un reciente informe del Comit¨¦ de la ONU para la Eliminaci¨®n de la Discriminaci¨®n contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en ingl¨¦s), que exhorta al Estado uruguayo a superar las barreras que impiden poner en pr¨¢ctica las leyes en favor de la igualdad aprobadas desde 2016, cuando la CEDAW emiti¨® su evaluaci¨®n anterior sobre Uruguay.
Entre las reformas legislativas hechas desde entonces, el informe destaca la aprobaci¨®n en 2017 de la ley 19.850 sobre violencia hacia las mujeres basada en g¨¦nero. Uruguay, seg¨²n la CEPAL, es el tercer pa¨ªs de Am¨¦rica Latina ¡ªjunto a El Salvador¡ª con la tasa m¨¢s alta de femicidios (1,6 cada 100.000 mujeres), solo por detr¨¢s de Rep¨²blica Dominicana (2,9) y Honduras (6). De acuerdo con el estudio El feminicidio en Uruguay, entre 2001 y 2022 se identificaron 615 casos en territorio uruguayo; en 2022 hubo 37 feminicidios y 38.251 denuncias por violencia de g¨¦nero. Este flagelo motiv¨® que en 2019 el Gobierno de turno declarara el ¡°estado de emergencia nacional¡±, que en los hechos no tuvo mayor impacto, seg¨²n coinciden las organizaciones sociales y feministas.
Frente a este panorama, el comit¨¦ de expertos de la ONU exhorta al Estado uruguayo a aumentar los recursos humanos, t¨¦cnicos y financieros para la ¡°aplicaci¨®n estricta¡± de la ley de 2017. El informe, emitido a fines de octubre pasado, destaca la instalaci¨®n de dos juzgados especializados en violencia de g¨¦nero en el noroeste y sureste del pa¨ªs, pero observa ¡°largas demoras¡± en establecer ¨®rganos similares en el resto del territorio. Tambi¨¦n resalta la creaci¨®n de una l¨ªnea telef¨®nica de ayuda contra la violencia de g¨¦nero las 24 horas y el aumento en un 50% del presupuesto asignado al sistema de respuesta del Instituto Nacional de las Mujeres. Por otro lado, denuncia las m¨²ltiples insuficiencias que persisten en la prevenci¨®n de este delito, la atenci¨®n a las v¨ªctimas y el acceso a la justicia.
¡°El informe est¨¢ alineado con lo que las organizaciones feministas y los movimientos sociales demandamos al Estado desde hace tiempo, como la asignaci¨®n de presupuesto y la adopci¨®n de medidas concretas, para que las leyes que tenemos, que son muy buenas, no se queden solo en el papel¡±, dice a EL PA?S Helena Su¨¢rez Val, activista e investigadora uruguaya, autora del sitio web Feminicidio Uruguay. Su¨¢rez valora positivamente que la ONU se pronuncie en ese sentido, pero duda de que la situaci¨®n vaya a cambiar en el corto plazo, porque la igualdad entre hombres y mujeres ¡°est¨¢ por fuera del centro de las discusiones pol¨ªticas en Uruguay¡±. ¡°Empieza la campa?a electoral y el tema no est¨¢ jerarquizado¡±, dice en alusi¨®n a las elecciones generales de octubre de 2024.
La investigadora considera que la sociedad uruguaya va a la zaga de lo planteado en la ley integral sobre violencia de g¨¦nero, cuando generalmente son las leyes las que recogen el cambio social. ¡°Para eliminar la violencia por razones de g¨¦nero se requieren cambios culturales estructurales, en los que la educaci¨®n es clave¡±, sostiene. Y se pregunta: ¡°?Cu¨¢nto estamos haciendo por preparar a las personas para una vida social igualitaria?¡±. Asimismo, insiste en la necesidad de que las leyes locales se traduzcan en medidas reales sostenidas por presupuestos que est¨¦n a la altura de la gravedad del tema. ¡°Para lograrlo¡±, asegura, ¡°es necesario que haya mujeres feministas y hombres con esa perspectiva en lugares de toma de decisi¨®n¡±.
La baja participaci¨®n pol¨ªtica de las mujeres en puestos clave del Estado uruguayo, pese a contar con una ley de cuotas desde 2009, es otro de los aspectos en que la CEDAW hace hincapi¨¦. Como resultado de los comicios generales de 2019, las mujeres electas senadoras y diputadas representaban solo el 19,2 % del Parlamento; dos mujeres fueron nombradas ministras en un total de 14 ministerios y dos mujeres pasaron a ocupar el cargo de intendentas (alcaldesas) en un pa¨ªs con 19 departamentos. Estos indicadores ¡°son muy malos¡±, dice a EL PA?S la polit¨®loga Ver¨®nica P¨¦rez, al tiempo que los avances legislativos para que mejoren ¡°son muy lentos o inexistentes¡±. ¡°La mayor¨ªa de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina votaron leyes de paridad. Uruguay no lo ha hecho y es dif¨ªcil que lo haga¡±, sostiene.
Para la polit¨®loga, este nivel de participaci¨®n pol¨ªtica de las mujeres ¡°no se condice con otros avances que ha hecho Uruguay en otras ¨¢reas¡±, y cita como ejemplo la ley que despenaliz¨® el aborto en 2012 y lo coloc¨® a la vanguardia en Am¨¦rica Latina. Pa¨ªses como Argentina, M¨¦xico, Costa Rica tienen Parlamentos paritarios o cuasi paritarios, tal y como lo remienda la CEDAW. ?Por qu¨¦ es tan dif¨ªcil votar una ley de paridad en Uruguay? ¡°No es f¨¢cil porque estas leyes tienen que ser votadas por quienes se van a ver ?perjudicados? por ellas. Habr¨¢ hombres que tendr¨¢n que dejar su lugar a las mujeres¡±, dice. Adem¨¢s, explica que para aprobar una norma de este tipo en Uruguay se requieren mayor¨ªas especiales en ambas c¨¢maras legislativas. ¡°Eso lo hace a¨²n m¨¢s dif¨ªcil¡±, apunta.
Uruguay tampoco saca buena nota en materia educativa, seg¨²n se desprende del informe de la CEDAW. En ese apartado los expertos de la ONU critican la falta de aplicaci¨®n del Programa de Educaci¨®n Sexual de 2006 y el hecho de que esta disciplina no sea obligatoria en los planes de estudios. ¡°Uruguay ha sido muy reticente a incorporar la Educaci¨®n Sexual Integral en la ense?anza formal¡±, dice a este peri¨®dico la psic¨®loga Alejandra L¨®pez G¨®mez. Durante los 15 a?os de los gobiernos progresistas (2005-2020), detalla la especialista, se avanz¨® de manera sostenida en la implementaci¨®n de esta formaci¨®n, pero con dosis de baja intensidad, una estructura l¨¢bil y magro presupuesto. ¡°Con el cambio de Gobierno [en 2020 asumi¨® una coalici¨®n de centroderecha], la educaci¨®n sexual pas¨® a ser una actividad optativa en la ense?anza media. Un ¨¢rea prescindible¡±, afirma.
En sinton¨ªa con los expertos de la CEDAW, L¨®pez sigue con preocupaci¨®n este proceso, dado que la Educaci¨®n Sexual Integral es considerada un derecho humano que contribuye ¡ªentre otras cuestiones¡ª a la reducci¨®n de situaciones adversas, como la violencia en la pareja, seg¨²n recoge un informe de la ONU del que L¨®pez es coautora. ¡°La agenda de derechos exige estar alerta porque los riesgos de retroceso siempre est¨¢n. Se necesitan pol¨ªticas p¨²blicas sostenidas, una ciudadan¨ªa activa y producci¨®n de conocimiento basado en evidencia¡±, resume. Como sus colegas, L¨®pez espera que el informe de la CEDAW contribuya a que Uruguay asegure los mecanismos necesarios para que las pol¨ªticas consagradas en el marco normativo sean accesibles para toda la poblaci¨®n.
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