?Cu¨¢l es el verdadero plan econ¨®mico de Javier Milei?
Las medidas anunciadas por el presidente argentino muestran una consistencia, alineadas bajo una ¨®ptica monetarista, para atacar la inflaci¨®n. Que sean consistentes no asegura que vayan a ser efectivas
Entrada la noche, una mujer ven¨ªa caminando y observa a un hombre agachado debajo de un farol buscando desesperadamente algo en el piso. Se acerca y le pregunta:
¡ª?Perdi¨® algo?
¡ªS¨ª, las llaves de mi casa.
La mujer se ofrece a ayudarlo y se pone a buscar junto a ¨¦l. Despu¨¦s de un buen rato sin encontrarlas, le pregunta:
¡ª?Est¨¢ seguro de que las perdi¨® aqu¨ª?
¡ªNo, en realidad fue unas cuadras antes.
¡ª?Y por qu¨¦ las est¨¢ buscando aqu¨ª?¡ª Pregunta intrigada la mujer.
¡ªPorque aqu¨ª hay m¨¢s luz.
Este viejo chiste sirve para ilustrar un error que se observa a menudo en la econom¨ªa, que es el de apegarse a un determinado enfoque te¨®rico para tratar de corregir un problema cuando, en realidad, la soluci¨®n est¨¢ en otro lado. Lo que lleva a preguntarnos: ?c¨®mo piensa hacer el presidente argentino, Javier Milei, para bajar la inflaci¨®n? ?Se pondr¨¢ a buscar la soluci¨®n infructuosamente debajo del farol o donde realmente est¨¢ el problema?
A partir de los anuncios y de las pol¨ªticas implementadas tanto por el ministro de Econom¨ªa, Luis Caputo, como por el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, se puede identificar cu¨¢l es el programa antiinflacionario que persigue el Gobierno de Milei.
En el plano monetario, se busc¨® una fuerte reducci¨®n del stock de los pasivos remunerados del Banco Central por medio de la licuaci¨®n de los mismos frente a la inflaci¨®n. Para esto, la estrategia fue la de aplicar una significativa reducci¨®n de la tasa de inter¨¦s de pol¨ªtica monetaria, que pas¨® del 11,1% al 8,6% mensual, ubic¨¢ndose muy por debajo del 25,5% de inflaci¨®n que hubo en diciembre. El razonamiento ¡ªde corte claramente monetarista¡ª es que una tasa de inter¨¦s m¨¢s elevada era inflacionaria, dado que obligaba a que la autoridad monetaria tenga que emitir m¨¢s dinero por el pago de los intereses que devengan los pasivos remunerados en manos de los bancos.
Parad¨®jicamente, este cambio de rumbo significa aplicar una pol¨ªtica monetaria sumamente expansiva, lo cual ¡ªsiguiendo el razonamiento del mismo enfoque¡ª podr¨ªa tener en la inflaci¨®n un impacto contrario al buscado (por medio del efecto expansivo en la inversi¨®n, en el consumo y a trav¨¦s de la riqueza v¨ªa la mejora en el precio de los activos financieros).
En el plano cambiario, se aplic¨® un dr¨¢stico incremento del 120% en el tipo de cambio con el objetivo de fortalecer las reservas internacionales del Banco Central, que estaban en m¨ªnimos hist¨®ricos. La contrapartida de esta medida ¡ªcomo es sabido¡ª fue su r¨¢pido traslado a los precios que, como dijimos, ya para diciembre hizo que la inflaci¨®n pr¨¢cticamente se duplicara respecto del mes anterior (25,5% y 12,8%, respectivamente).
Pero la clave est¨¢ en lo que suceda de ac¨¢ en adelante. Porque el objetivo ¡ªy la necesidad¡ª del Gobierno es mostrar que en los pr¨®ximos meses la inflaci¨®n se encarrile en un sendero decreciente. Ah¨ª aparecen las dos anclas nominales que van a utilizar para tratar de lograrlo. En ambos casos, la l¨®gica es que tengan un efecto amortiguador directo en la tasa de aumento de los precios y otro indirecto a trav¨¦s de la mejora en las expectativas de inflaci¨®n.
En primer lugar, el anuncio de un resultado fiscal equilibrado ya para fin de este a?o. Vale aclarar que esto contempla el pago de los intereses de la deuda, con lo cual se requiere un super¨¢vit primario ¡ªdel orden del 2% del PIB¡ª para lograrlo. Para eso, el Gobierno proyect¨® un fuerte recorte del gasto de un 3% del PIB, acompa?ado de un incremento de la recaudaci¨®n v¨ªa impuestos por otro 2% del PIB (necesarios para corregir el d¨¦ficit primario del 3% del PIB con el que se estima cerr¨® el 2023).
En materia de impuestos, el Gobierno anunci¨® que incrementar¨¢ los impuestos a las importaciones (por 0,8% del PIB), a las exportaciones (por 0,5% del PIB) y a los altos ingresos (0,4% del PIB), sumado a un blanqueo de capitales (con el objetivo de atraer d¨®lares no declarados que se encuentran fuera del sistema financiero local). Por el lado de las erogaciones, el ajuste se concentrar¨¢ fundamentalmente en el componente social (jubilaciones y programas sociales), estimado en 0,8% del PIB, subsidios a las tarifas de los servicios p¨²blicos (0,7% del PIB), menores inversiones p¨²blicas (0,7% del PIB) y transferencias que se realizan a las provincias por 0,5% del PIB (destinadas principalmente al pago de salarios de docentes y del sistema de salud).
La idea de avanzar tan r¨¢pido hacia un equilibrio en las cuestas p¨²blicas tiene como principal objetivo lograr que se reduzca a cero la emisi¨®n monetaria provocada por el financiamiento del d¨¦ficit fiscal, principal causal de la inflaci¨®n seg¨²n Milei. Adem¨¢s, el ajuste fiscal va a provocar una importante ca¨ªda del consumo que, si bien casi con seguridad se traduzca en una recesi¨®n (el relevamiento mensual de las proyecciones de las consultoras que realiza el Banco Central estima una ca¨ªda promedio del 2,6% para 2024), contribuir¨¢ a ponerle un techo al aumento de los precios.
La otra ancla es el tipo de cambio. Luego de la devaluaci¨®n, el Banco Central anunci¨® que implementar¨ªa un sendero de desplazamiento de 2% mensual (tambi¨¦n conocido como crawling peg), con el objetivo de contener los aumentos de precios. Lo que no aclar¨® es por cu¨¢nto tiempo iba a mantener esta pol¨ªtica cambiaria, que no parece sostenible en el tiempo.
Esto queda claro al proyectar para los pr¨®ximos meses la evoluci¨®n del tipo de cambio bilateral con Estados Unidos contra la inflaci¨®n estimada por el top 10 de las consultoras que integran el relevamiento previamente mencionado. Como se desprende del gr¨¢fico a continuaci¨®n, para principios de marzo el tipo de cambio ya se ubicar¨ªa en un nivel similar previo al de la devaluaci¨®n.
El mercado tampoco cree que esta pol¨ªtica cambiaria pueda durar mucho. Al examinar los contratos de precios futuros se observa que ya para febrero esperan un incremento en torno al 4%, aunque las correcciones m¨¢s fuertes vendr¨ªan en marzo y abril, ambas en el orden del 11%.
Qu¨¦ tanto pueda durar esta estrategia va a depender fundamentalmente de lo que suceda en el mercado cambiario oficial, en particular de la capacidad que tenga el Banco Central para acumular d¨®lares. Hasta ahora funcion¨®: la autoridad monetaria acumul¨® m¨¢s de 4.300 millones de d¨®lares en este primer mes de gesti¨®n.
No obstante, hay un aspecto clave que hay que destacar. Por una disposici¨®n de la nueva gesti¨®n, el acceso a los d¨®lares para el pago de las importaciones va a ser gradual, con los siguientes plazos una vez que las mismas sean aprobadas: (i) un 25% desde los 30 d¨ªas corridos; (ii) un 25% adicional desde los 60 d¨ªas corridos; (iii) otro 25% adicional desde los 90 d¨ªas corridos; (iv) el restante 25% desde los 120 d¨ªas corridos. Es decir que, hasta ahora, no hubo demanda en el mercado cambiario por parte de los importadores, que reci¨¦n a partir de esta semana van a empezar a acceder gradualmente. Esto seguramente reduzca la capacidad de acumular reservas por parte del Banco Central.
El otro elemento que puede incidir es la brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y el financiero. Esto es as¨ª porque la suba de la brecha lleva a que se incrementen las expectativas de devaluaci¨®n, lo que a su vez fomenta el freno de las exportaciones (tanto porque en algunos casos pasan a subfacturar con el objetivo de explotar dicho arbitraje como porque optan por esperar para liquidar a un tipo de cambio m¨¢s elevado). Bajo el mismo razonamiento -pero, por los motivos opuestos- tambi¨¦n acelera la demanda de importaciones.
Ac¨¢ aparece otro foco de conflicto, porque en las ¨²ltimas semanas el tipo de cambio financiero se increment¨® de manera sostenida, acumulando un 30% y llevando la brecha por encima del 50%, cuando a fines de diciembre la misma era del 5%. Como muestra ac¨¢ la consultora Romano Group, esto llev¨® a que se redujeran las liquidaciones de los exportadores en el mercado cambiario.
Si bien hay varios elementos que pueden haber incidido en el salto de la brecha, no hay dudas de que la decisi¨®n de reducir de manera dr¨¢stica la tasa de inter¨¦s en el marco de una escalada inflacionaria (lo que llev¨® a la que dicha tasa medida en t¨¦rminos reales pasara de -2% a -13%), provoc¨® que parte de los pesos migraran desde los plazos fijos y otros instrumentos de ahorro dom¨¦stico hacia la compra de d¨®lares, impulsando al alza su cotizaci¨®n.
En suma, las medidas y los anuncios de pol¨ªtica econ¨®mica muestran una consistencia, alineadas bajo una ¨®ptica monetarista, para atacar la inflaci¨®n. Ahora bien, que sean consistentes no asegura que vayan a ser efectivas. Bajar la inflaci¨®n ¡ªde manera que sea sostenible en el tiempo¡ª es un proceso sumamente complejo porque, como vimos, implica alinear y resolver varios frentes al mismo tiempo. Pero, m¨¢s importante a¨²n, si el diagn¨®stico de las causas que est¨¢n por detr¨¢s del proceso inflacionario no es correcto, lo m¨¢s probable es que la inflaci¨®n no baje como espera el Gobierno, tensando todav¨ªa m¨¢s la situaci¨®n econ¨®mica y social.
Si esto llegara a suceder, y se genera un desequilibrio econ¨®mico todav¨ªa mayor, es posible que Milei busque utilizarlo como excusa para llevar a cabo la dolarizaci¨®n de la econom¨ªa ¡ªuna de sus principales propuestas de campa?a¡ª lo cual, sin dudas, ser¨ªa un gran retroceso para el pa¨ªs, no solo porque implicar¨ªa un ajuste todav¨ªa mayor (el Banco Central no cuenta con los d¨®lares suficientes), sino porque implicar¨ªa perder la soberan¨ªa monetaria a manos de la econom¨ªa estadounidense. En unos meses lo sabremos.
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