Grandes autores para peque?os lectores
La literatura infantil y juvenil espa?ola vive un momento de esplendor. Una nueva generaci¨®n triunfa internacionalmente con sus libros y reivindica la aventura frente al cors¨¦ de la pedagog¨ªa
Cuando en 2012 Londres dedic¨® el segmento central de la apertura de sus Juegos Ol¨ªmpicos ¡ªese momento en el que los ojos del mundo est¨¢n puestos en ti y muestras solo aquello de lo que est¨¢s enormemente orgulloso¡ª a la literatura infantil y juvenil, el Reino Unido estaba dici¨¦ndole al planeta que, para ese pa¨ªs, los ni?os y las ni?as nunca han sido algo en potencia, sino ciudadanos de pleno derecho, ciudadanos que cuidar y respetar. Y en su idioma: el de, todav¨ªa, los sue?os. De ah¨ª que se les enviase ¡ªcamas y Mary Poppins mediante¡ª al Pa¨ªs de Nunca Jam¨¢s, ese lugar que est¨¢ en lo que imaginamos antes de dormirnos, y tomar, como le dijo Peter Pan a Wendy, la ¡°segunda a la derecha¡± e ir ¡°directos hasta el amanecer¡±. ?Ser¨ªa siquiera imaginable algo as¨ª en Espa?a? Ana Campoy cree que no, y por eso lo recuerda, con un deje reivindicativo, siempre que puede. Campoy (Madrid, 41 a?os) empez¨® a escribir para ni?os en 2011. Hoy tiene m¨¢s de una veintena de libros a sus espaldas. Su ¨²ltima serie se llama Familia a la fuga (Lo que Leo).
De ni?a le¨ªa sin parar El mago de Oz. Era una especie de refugio, dice. No creci¨® pensando que ser¨ªa escritora de libros infantiles. Nadie lo hizo, en realidad. Los que quer¨ªan ser escritores, quer¨ªan serlo sin m¨¢s, como defiende Ledicia Costas (Vigo, 41 a?os), sin pensar en ¡°una franja de edad¡±. Porque eso separa, insiste tambi¨¦n Sara Cano (Madrid, 34 a?os), la literatura infantil y juvenil de la adulta. ¡°La literatura para ni?os no es un g¨¦nero, est¨¢ repleta de g¨¦neros¡±, dice. Y tampoco, apunta, ¡°es mera educaci¨®n, como quiz¨¢ se piensa desde el mundo adulto; es y debe ser sobre todo ocio, pasi¨®n: queremos que los ni?os pasen miedo, se enamoren, vivan aventuras, viajen a otras ¨¦pocas. Exactamente igual que los adultos, porque esa es la ¨²nica manera de que amen la lectura. Los ni?os no quieren lecciones de la misma manera que no las queremos nosotros¡±. Cano public¨® su primer libro para ni?os en 2016. El primer t¨ªtulo de una serie llamada La guerra de 6? A (Alfaguara), de la que lleva vendidos m¨¢s de 50.000 ejemplares.
La cifra no es may¨²scula, aunque lo es si se la compara con el libro para adultos. Un ¨¦xito semejante en un libro para adultos se convierte autom¨¢ticamente en un fen¨®meno. Por eso el infantil y juvenil supone un ¡°30% del mercado¡±, seg¨²n Campoy, porque no es que un ¨¦xito as¨ª se d¨¦ de vez en cuando, es que es algo ¡°habitual¡± porque ¡°los ni?os son los que m¨¢s leen¡±. Y sin embargo, ?existe alg¨²n tipo de prescripci¨®n al respecto en los medios generalistas? No, y eso convierte las librer¨ªas en un campo de batalla en el que gana el que dispone de una mayor inversi¨®n en marketing. As¨ª ocurre que mientras Miguel L¨®pez, El Hematocr¨ªtico (A Coru?a, 44 a?os), tiene hasta un musical basado en su obra en Corea del Sur, aqu¨ª le cueste encontrar sus obras en las librer¨ªas. O que el nombre de Dav Pilkey (autor de El Capit¨¢n Calzoncillos) nos resulte m¨¢s conocido que el de Ledicia Costas, premio Nacional en 2015 por Escarlatina, la cocinera cad¨¢ver (Anaya).
¡°Somos invisibles¡±
Ese galard¨®n le permiti¨® salir de Galicia. Para entonces, llevaba 15 a?os publicando libros infantiles, de los que vend¨ªa 30.000 ejemplares al a?o solo en gallego. Aun as¨ª, las editoriales nacionales no se hab¨ªan interesado por sus derechos. ¡°Somos invisibles¡±, se lamenta, ¡°vivimos luchando contra un gigante permanente¡±. Quiz¨¢ por eso son una peque?a familia. Se leen entre ellos porque ¡°ni siquiera los amigos¡± los leen, porque ¡°aqu¨ª se presume de no leer libro infantil, se presume de la ignorancia¡±, apunta El Hematocr¨ªtico, que lleg¨® a la escritura para ni?os ¡°de forma natural¡±. ¡°Empec¨¦ a contar cuentos en clase [es profesor] y me di cuenta del poder que puede tener un libro entre los chavales y quise escribir cosas divertidas para ellos¡±, recuerda. Acaba de publicar un recopilatorio de sus historias, El bosque de los cuentos (Anaya), entre las que se encuentra Feliz Feroz, que se edit¨® por separado, como el resto, en su momento y de la que se han hecho ¡°20 o 30 ediciones en un mont¨®n de idiomas¡±. Y el mencionado musical en Corea.
Diego Arboleda ten¨ªa 38 a?os cuando gan¨® el Premio Nacional en 2014 por Prohibido leer a Lewis Carroll (Anaya), objeto de culto en muy distintos pa¨ªses ¡ªse tradujo a siete idiomas, entre ellos el estonio, el chino y el coreano¡ª y un superventas en Espa?a. Prohibido leer a Lewis Carroll ha vendido solo aqu¨ª m¨¢s de 40.000 ejemplares. The Guardian, en su secci¨®n de infantil y juvenil, lo consider¨® uno de los libros del a?o cuando ni siquiera hab¨ªa sido traducido al ingl¨¦s. Arboleda, que naci¨® en Estocolmo casi por accidente ¡ªha crecido en Madrid¡ª, cree que, pese a que a¨²n se publican estudios acad¨¦micos en los que se considera a la literatura infantil ¡°subliteratura¡±, los tiempos est¨¢n cambiando, y editoriales plenamente literarias tambi¨¦n en Espa?a est¨¢n buscando esas peque?as joyas. ¡°Independientes con cat¨¢logos muy cuidados, como N¨®rdica o Blackie Books, se est¨¢n lanzando al infantil. Y su prestigio va a ir de la mano de la calidad de los textos con los que se va a encontrar aqu¨ª¡±, dice Arboleda. Arboleda fue librero durante 10 a?os y tambi¨¦n hace labor editorial. Sabe de lo que habla.
¡°Es curioso, cuando tenemos hijos pensamos en llevarlos al mejor pediatra y en darles una alimentaci¨®n sana, pero no nos fijamos en lo que leen. ?No deber¨ªamos buscar tambi¨¦n a los mejores escritores e ilustradores que pudi¨¦ramos encontrar?¡±, se pregunta Bego?a Oro (Zaragoza, 46 a?os). Amante de la literatura absurda de Consuelo Armijo ¡ªa quien tambi¨¦n reivindica Sara Cano¡ª, Oro, autora de las exitosas series Misterios a domicilio (RBA) y La pandilla de la ardilla (SM), asegura que ¡°es la primera vez que se juntan tantas generaciones de autores haciendo infantil y juvenil en Espa?a¡±. ¡°La LIJ [acr¨®nimo con el que se conoce a la literatura infantil y juvenil en el sector] naci¨® en Espa?a a finales de los setenta, en 1978, cuando se cre¨® el Premio Nacional y colecciones como El Barco de Vapor. Antes, todo lo que hab¨ªa era material did¨¢ctico. Nuestra generaci¨®n es la primera que ha crecido leyendo colecciones creadas para ella¡±, a?ade.
A Oro le molesta que se piense que es m¨¢s sencillo escribir para ni?os que para adultos. ¡°Escribir para ni?os es jugar, s¨ª, pero jugar con unas reglas. Y el lector es muy exigente¡±, dice. Muy exigente, pero tambi¨¦n muy fiel. ¡°No es que las series est¨¦n de moda ahora¡±, apunta Sara Cano. ¡°Han estado ah¨ª desde el principio. ?Qu¨¦ eran Los Cinco o El peque?o vampiro? Cuando los ni?os leen algo que les apasiona quieren m¨¢s¡±.
Pedro Ma?as (Madrid, 39 a?os), que lleg¨® a esto ¡°de casualidad¡± ¡ªse top¨® con un concurso de cuentos infantiles, se present¨® sin pensar y gan¨®¡ª, est¨¢ midi¨¦ndose a los gigantes de los que hablaba Costas ¡ªseries importadas como Isadora Moon¡ª con Anna Kadabra (Planeta). Y esa parece una tendencia al alza. El Hematocr¨ªtico y Costas publicar¨¢n el a?o pr¨®ximo series que se lanzar¨¢n a lo grande, sin que eso empa?e su ambici¨®n literaria. ¡°Un buen libro para ni?os puede seducir tambi¨¦n a un buen lector adulto¡±, dice Ma?as, como han hecho hist¨®ricamente los de Roald Dahl, Astrid Lindgren o Gianni Rodari.
?Son los libros de influencers y youtubers un problema? ¡°Pueden llegar a impedir que coloques lo que has escrito, pero ahora mismo es un mercado que se est¨¢ debilitando¡±, dice Sof¨ªa Rhei (Madrid, 42 a?os), autora de casi medio centenar de libros entre infantil y adulto ¡ªes un nombre clave del fant¨¢stico¡ª, entre ellos la serie El joven Moriarty (Nevsky Prospects) y el inminente Qu¨¦ horror de vecinos, finalista del ¨²ltimo Premio Edeb¨¦. ¡°Si no producimos textos de calidad, estamos estropeando intelectualmente a una generaci¨®n¡±, sentencia. Una responsabilidad que los youtubers no sienten, pero que al sector no le preocupa en exceso porque, como dicen Sara Cano y Bego?a Oro, ¡°esos libros se compran como se comprar¨ªan camisetas, son un producto de marketing m¨¢s de una marca, no tienen peso literario¡±. Es decir, no suman ni restan lectores, de la misma manera que no lo hacen los libros medi¨¢ticos para adultos.
Un c¨®mic de autor para ni?os
A falta de, como dice Ma?as, ¡°una cr¨ªtica especializada y de calidad¡± que oriente a padres, peque?os lectores e incluso editores, los prescriptores son los libreros de peque?as librer¨ªas ¡°que ponen en marcha un boca a boca que corre como la p¨®lvora¡±, dice Costas. Est¨¢ de acuerdo Artur Laperla (Barcelona, 45 a?os), el autor de Super Patata, un tebeo infantil de ¨¦xito en todo el mundo ¡ªhasta el punto de haber llegado a bibliotecas y colegios en Estados Unidos¡ª. Sabe que el fen¨®meno no existir¨ªa sin ellas. Tampoco el sello que lo publica, Bang Ediciones, que a trav¨¦s de su colecci¨®n Mamut lleva desde 2008 publicando c¨®mic de autor para ni?os y que reivindica ¡°un c¨®mic infantil no infantiloide¡±, en palabras de Laperla. ¡°Es como si estuviese haciendo el camino inverso: primero el c¨®mic luch¨® contra el estigma de lo infantil y ahora lo infantil est¨¢ reclamando su sitio¡±, a?ade.
Porque ese sitio es un sitio nuevo, un sitio que en Espa?a ha construido casi a solas la colecci¨®n Mamut dando ¡°total libertad¡± a sus dibujantes y yendo en busca de ilustradores y artistas desconocidos ¡ªcomo Marta Cunill (Vic, 34 a?os), que viene del mundo del cine¡ª, pero tambi¨¦n conocidos ¡ªcomo Sergio Mora o Ferm¨ªn Sol¨ªs¡ª, que se atreviesen a contar historias para ni?os a partir de tres a?os. Es decir, ni?os que a¨²n ni siquiera le¨ªan, pero que pod¨ªan entender el arte secuencial y desarrollar una narrativa visual. Lectores que van a crecer con una idea muy clara de que cada libro es obra de alguien distinto, porque el grafismo de cada uno, como explica su gerente, St¨¦phane Corbinais, ¡°es ¨²nico¡±. Siguiendo la estela de Mamut, ya hay colecciones similares en la editorial ECC; Base publica Peque?o Peludo, Blackie Books hizo lo propio con Ana y Froga, y Beascoa ha contratado una serie al propio Laperla.
?Viven de escribir los autores de la LIJ? S¨ª, siempre que se cuente ¡°lo paraliterario¡±, como apunta Ma?as; esto es, los talleres en librer¨ªas, las charlas en colegios, las traducciones, el trabajo, en muchos casos, editorial. Para no desfasarse, escuchan a los ni?os. Los escuchan much¨ªsimo. ¡°?Tienen buen¨ªsimas ideas!¡±, dice Sara Cano. Tambi¨¦n ven lo que ellos ven, y tratan de encontrar un equilibrio entre lo que siempre estuvo y estar¨¢ ah¨ª y lo que ser¨¢ inevitablemente pasajero en un libro¡ªy eso incluye su particular jerga¡ª. Las famosas reglas de las que hablaba Bego?a Oro. Todos se preguntan por qu¨¦ los padres, tan obsesionados con que sus hijos lean, no comparten lecturas con ellos ¡°como comparten las pel¨ªcu?las de Pixar¡±, apunta Campoy. No se construye un segmento como el de la apertura de los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres, concluye Cano, ¡°si no reconocemos que el talento est¨¢ a la altura¡±.
Las nuevas caras de la literatura infantil y juvenil
Diego Arboleda. Los muy literarios libros de este premio Nacional tratan a menudo de otros libros. O de ni?os que leen m¨¢s de la cuenta, como ocurre en su mundialmente famoso 'Prohibido leer a Lewis Carroll'.
Sara Cano. Divertir con lo pesadillesco de lo cotidiano y con lo aparentemente salvaje es lo que se propone la autora de series escritas para ser devoradas como 'La guerra de 6? A' o 'Jur¨¢sico total'. Sin cortapisas.
Sof¨ªa Rhei. Nombre propio de lo fant¨¢stico en Espa?a, ha hecho casi de todo tambi¨¦n en lo fant¨¢stico infantil y juvenil, desde poemarios hasta series g¨®ticas como la fascinante 'El joven Moriarty'.
Ana Campoy. Inquieta y ambiciosa, reuni¨® a los peque?os Hitchcock y Agatha Christie en una exitosa colecci¨®n, reescribi¨® cl¨¢sicos y sigue a los misteriosos F en la trepidante 'Familia a la fuga'.
Bego?a Oro. Una todoterreno capaz de brillar por igual cuando escribe aventuras para su famosa ardilla 'Rasi', 'Misterios a domicilio' o cl¨¢sicos instant¨¢neos como 'Pomelo y Lim¨®n'. En el confinamiento naci¨® 'Los d¨ªas en casa'.
El Hematocr¨ªtico. No tiene rival como deconstructor de f¨¢bulas. Tampoco en lo que se refiere a descacharrantes ejercicios de escritura. ?Sus hitos? 'Feliz Feroz' y el 'Cuadernito de escritura divertida', de Blackie Books.
Ledicia Costas. La premio Nacional y dos veces ganadora del prestigioso Lazarillo tiene predilecci¨®n por los monstruos y las inventoras 'timburtonianas'. Dos ejemplos: 'Escarlatina, la cocinera cad¨¢ver' y 'La se?orita Bubble'.
Pedro Ma?as. Su exitoso Harry ?Potter particular es una chica y se llama 'Anna Kadabra'. Por el d¨ªa va al cole; por la noche estudia brujer¨ªa en una casa encantada.
Artur Laperla. Sus c¨®mics de superh¨¦roes no se parecen a ning¨²n otro. Los protagoniza una patata que antes fue un tipo duro y rubio. Se llaman, como ¨¦l, 'Super Patata' y se venden a miles en Estados Unidos.
Marta Cunill. Ilustradora llegada del mundo del cine, crea historias de finales imprevistos para peque?¨ªsimos lectores como la muda 'Peque el pez' y la exquisitamente gamberra '?Ya vamos!'.
St¨¦phane Corbinais. Su obra es el cat¨¢logo de la colecci¨®n Mamut de Bang Ediciones, impulsora de un c¨®mic de autor para ni?os y puerta de entrada en el mundo de la literatura gr¨¢fica para los que a¨²n no han aprendido a leer.
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