?Crisis? ?Qu¨¦ crisis?
La precariedad y las injerencias pol¨ªticas golpean la situaci¨®n de los museos espa?oles y coloca al sector del arte entre las cuerdas. Estas son las causas y los efectos
Cuesta decirlo, como cuando algo se te atraganta y te impide coger aire. En el arte ya no sabemos en qu¨¦ crisis estamos. Parece econ¨®mica cuando de pronto es pol¨ªtica, pero tambi¨¦n administrativa y, a la vez, de personal. O de medios. O an¨ªmica. O cultural. Museos y centros de arte viven desde hace a?os intentando sobreponerse a una situaci¨®n de acoso y derribo, centr¨¢ndose casi exclusivamente en la b¨²squeda de alternativas. Con una salud enclenque, estiran lo que tienen como pueden, hasta el m¨ªnimo vital. No se han recuperado de un golpe cuando llega otro sin aviso y el tercero asoma tras la puerta. Un efecto bola de nieve que tiene a la comunidad art¨ªstica al borde del colapso.
El ¨²ltimo traspi¨¦ es el cese de Juan Guardiola como director del CDAN, el Centro de Arte y Naturaleza de Huesca, construido en 2006 por Rafael Moneo a ra¨ªz de la donaci¨®n que el artista Jos¨¦ Beulas hizo al Ayuntamiento, consistente en su colecci¨®n de arte espa?ol del siglo XX y tambi¨¦n su propia obra. Al poco de llegar, en 2016, Guardiola ya alert¨® de la falta de fondos para organizar exposiciones y actividades. Tambi¨¦n de la situaci¨®n de deterioro en la que se encontraba el museo por una falta de recursos econ¨®micos que, en las ¨²ltimas semanas, se hab¨ªa traducido en tuber¨ªas rotas y el derrumbe de parte del techo, sin contar el impago de n¨®minas a los trabajadores. En un a?o en que el CDAN deb¨ªa estar celebrando su 15? aniversario y el centenario de Beulas, el museo se encomienda a la deriva. Tambi¨¦n el Musac acaba de celebrar sus 15 a?os con problemas. Al anuncio del recorte de su presupuesto se le une la decisi¨®n, por parte de la Junta, de convocar un concurso p¨²blico para ocupar la plaza de director. Una notificaci¨®n que el actual director del museo, Manuel Olveira, supo por la prensa. Da por hecho que no renovar¨¢. Tampoco pudo hacerlo Jos¨¦ Miguel Cort¨¦s como director del IVAM, ni Marcos Garc¨ªa al frente de Medialab-Prado, que esta semana pone fin a 17 a?os de un magn¨ªfico trabajo en esta instituci¨®n.
Todo apunta a un paulatino desmantelamiento del entramado institucional p¨²blico de la cultura, donde las injerencias pol¨ªticas son otra epidemia tambi¨¦n descontrolada. El pen¨²ltimo episodio lo vimos en el Museo Patio Herreriano hace unos meses, con la imposici¨®n del Ayuntamiento para celebrar en el museo la exposici¨®n de Crist¨®bal Gabarr¨®n. Me pregunto c¨®mo va a tener el arte espa?ol credibilidad fuera si no la tiene dentro de sus fronteras. Tambi¨¦n c¨®mo se espera ir a mejor en las condiciones en las que se trabaja hoy en el campo art¨ªstico. Hablamos de museos sin direcci¨®n o en fase de renovaci¨®n (una quincena s¨®lo en Catalu?a), de directores sin contrato (s¨ª, freelance), de mediadores sin proyectos, de montadores sin trabajo y de artistas sin exposiciones. Todav¨ªa est¨¢ en la memoria el cese de Rafael Doctor del Centro Andaluz de Fotograf¨ªa en Almer¨ªa, hace poco m¨¢s de un a?o, y la debacle de 2015, tal vez el peor a?o en cuanto a injerencias: cese de ?scar Abril Ascaso en Laboral, la no renovaci¨®n de Javier Fuentes como director del Cendeac o el fatigoso caso de censura de la exposici¨®n La bestia y el soberano en el Macba, que acab¨® con la partida de su director y el cese de los comisarios.
Los ¨²ltimos cierres del Museo ABC en Madrid y de la Blueproject Foundation en Barcelona alertan de lo fr¨¢gil de una situaci¨®n que es consecuencia directa de lo que ocurri¨® hace una d¨¦cada, cuando el recorte de presupuesto en centros y museos rond¨® el 25% o m¨¢s. Fue el primer gran batacazo tras la crisis de 2008, y no s¨®lo en Espa?a. Recuerden aquella campa?a en Gran Breta?a, organizada por Turning Points Network, donde todos los artistas de renombre y organizaciones de todo tipo se unieron al grito de Save the art. Era 2010 y ya se hablaba de precariedad y de un futuro negro zaino. Lo que el artista y activista Gregory Sholette llama hoy ¡°la zona oscura del arte¡±: esa gran esfera invisible para la mayor¨ªa, la de la creaci¨®n y la de los artistas, que vive una precarizaci¨®n absoluta.
El arte pide a gritos un cambio de modelo, algo que tambi¨¦n lleva tiempo encima de la mesa de los debates y las asociaciones de museos y de artistas. La transici¨®n se prev¨¦ dura y llevar¨¢ tiempo. A priori, se sabe lo que no funciona. Est¨¢ el museo global, el que cambi¨® al ciudadano por el consumidor, que provoc¨® otro tipo de burbujas (econ¨®micas) que van estallando a medida que esta crisis desmantela el pensamiento neoliberal. El horizonte es volver a esa idea de dejar de visitar los museos para habitarlos, evitando un nuevo elitismo de consumo cultural. La euforia de los macromuseos y los superedificios, nacidos con altas dosis de estr¨¦s s¨®lo por el mantenimiento y las expectativas que conllevan, se han frenado en seco y empuja a un cambio de escala, no s¨®lo arquitect¨®nica sino tambi¨¦n de conocimiento. A pensar en relaciones m¨¢s estrechas y directas, en una educaci¨®n a largo plazo: el gran reto en esta nueva normalidad que lo vive todo d¨ªa a d¨ªa.
Imposible no atajar desde ah¨ª el problema de la igualdad. El reciente Estudio sobre desigualdad de g¨¦nero en el sistema del arte en Espa?a, realizado por Marta P¨¦rez Ib¨¢?ez junto a Carolina Rodovalho y Sem¨ªramis Gonz¨¢lez, habla del evidente desequilibrio en visibilidad y capacidad que hay todav¨ªa en los museos, tanto de exposiciones de artistas mujeres como de directoras al frente de las instituciones. La idea de romper con los cors¨¦s normativos se extiende tambi¨¦n al ecosistema administrativo: esas leyes que todav¨ªa favorecen un tipo de contrataci¨®n m¨¢s relacionada con el espect¨¢culo, as¨ª como la privatizaci¨®n de recursos. Esas trabas que hace que, por mucho que un museo quiera hacer las cosas de otro modo, no pueda. ?Y si, adem¨¢s, se trabajara con las universidades para potenciar las bibliotecas de los museos y las tareas de investigaci¨®n? Ya se habla de la necesidad de un new deal en el mundo del arte, de una acci¨®n conjunta en Europa para atajar esta en¨¦sima crisis. De una actuaci¨®n pol¨ªtica por encima de los partidos y de un respeto profesional por encima de ideolog¨ªas. De actuar como si fuese posible cambiarlo todo. As¨ª todo el tiempo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.