El planeta de las formas

Quien se ha dedicado a ver las nubes pasar sabr¨¢ lo ancho que puede ser el pensamiento abstracto. No hay leyes l¨®gicas ah¨ª: nada es grande ni peque?o, no hay arriba ni abajo, no hay bordes pronunciados ni contrastes n¨ªtidos. Todo parece aespacial e incoloro. Una estabilidad provisional en medio de un equilibrio din¨¢mico que siempre ha sido una ventana con vistas para el arte. La abstracci¨®n estaba en los sue?os vanguardistas de cambiarlo todo, de buscar una nueva realidad distinta a la natural. Aunaba el aplomo y la intensidad creativa con la utop¨ªa radical de lo que entonces se entend¨ªa como ser moderno. Peggy Guggenheim sab¨ªa de qu¨¦ iba aquello cuando abri¨® The Art of This Century en el Nueva York de 1942 e hizo de aquel local de la Calle 30 con la 57 la cuna de ese nuevo orden americano que hu¨ªa del realismo y el regionalismo que hasta entonces hab¨ªa regido el arte, y donde los artistas se arremolinaron en cen¨¢culos, c¨ªrculos y camarillas para llenar un gran caj¨®n de sastre con la pluralidad de opciones abstractas de la ¨¦poca. Uno de esos grupos se llamaba The Ten e intentaba conjugar la conciencia social con la pl¨¢stica, aunque el m¨¢s influyente fue la triple A (AAA - American Abstract Artists), fundado por Josef Albers y Ad Reinhardt. A este ¨²ltimo dedicar¨¢ la Fundaci¨®n Juan March una gran exposici¨®n, la primera en Espa?a y su mayor retrospectiva desde los a?os ochenta. Sumada al reciente centenario de la Bauhaus, a la revisi¨®n de Mondrian y De Stijl en el Reina Sof¨ªa y a la gran exposici¨®n de Sophie Taeuber-Arp que preparan ya Kunstmuseum Basel, Tate Modern y MoMA, parece que esa m¨¢xima del arte por el arte, con la abstracci¨®n como horizonte, ha llegado al museo para quedarse.

Tiene l¨®gica, y m¨¢s viviendo en estos tiempos, donde la simplicidad m¨¢s valiosa es la que pasa por la complejidad m¨¢s extrema. Lo dec¨ªa Brancusi hace un siglo tambi¨¦n. ?Qu¨¦ hay m¨¢s abstracto, de hecho, que una exposici¨®n virtual o dos pantallas sincronizadas? El mundo se ha complicado tanto que sigue siendo necesario traducir la realidad visible en im¨¢genes que no tratan de representar esa realidad. Los artistas siempre han sido visionarios en ir m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de lo racional, lo visual, lo inteligible y lo sensible.

Echamos un vistazo a la agenda y de ello hablan un sinf¨ªn de exposiciones. Las Fracturas de Carlos Le¨®n en el DA2 de Salamanca: la pintura abstracta es como un mensaje cifrado que tal vez nunca llegue a ser abierto. Jorge Galindo en la galer¨ªa Helga de Alvear: lo formal en su estado m¨¢s fronterizo con flores pintadas durante el confinamiento, pero que mucho tienen que ver con las que hizo junto a Pedro Almod¨®var. Menchu Lamas en la colectiva de la galer¨ªa Ponce+Robles: ingenua geometr¨ªa. Broto... sobre papel en la galer¨ªa Fern¨¢ndez-Brasso en Madrid y su paisaje sin mundo. Vicky Usl¨¦ en Espai Tactel, en Valencia: la pintura atemporal y trascendente. Irma ?lvarez-Laviada en la galer¨ªa Luis Adelantado de Valencia y Mois¨¦s P¨¦rez de Alb¨¦niz de Madrid: la abstracci¨®n como una forma de concreci¨®n. Ana Prada en el Musac de Le¨®n, donde todo lo conocido se convierte en una abstracci¨®n compleja: tazas, pelotas de golf, chicles, cuchillos. Tambi¨¦n Soledad Sevilla en el Patio Herreriano de Valladolid con obras abiertas a la contemplaci¨®n que se van revelando con el paso del tiempo y que conviven sin distancias con las geometr¨ªas de Regina Gim¨¦nez, tambi¨¦n expuestas en el museo. Un estudio solar que, a su vez, tiene mucho que ver con el ¨²ltimo proyecto de Antonio Ballester Moreno en formato libro, Tres d¨ªas, editado por Caniche.

Relevo generacional

Desde que, en los sesenta, movimientos tan diversos como el neoconcretismo latinoamericano y el op art trastocaron el car¨¢cter homog¨¦neo, universal y racional asociado a la abstracci¨®n, se han ido abriendo nuevas formas y diversas lecturas. Prima la geometr¨ªa, algo que la te¨®rica americana Rosalind Krauss apunt¨® ya en una de sus m¨¢ximas: ¡°La ret¨ªcula es la estructura b¨¢sica del arte del siglo XX¡±. Y parece que del siglo XXI tambi¨¦n. La lecci¨®n a aprender es que la abstracci¨®n es mucho m¨¢s que una l¨ªnea y un plano, que lo vertical y lo horizontal, que todas esas sutilezas formales o esos cantos a lo espiritual. Es como una cuerda de salvamento cuando lo ¨²nico que permanece es la idea de cambio, una imagen de la inmanencia perpetua tan af¨ªn a los tiempos pos-Internet. Quiz¨¢s por ello haya una nueva generaci¨®n de artistas, todos ellos de 40 a?os o menos, trabajando en una idea de abstracci¨®n de lo casi posible, que casi no existe, que casi no se conoce, que casi no se ve, que casi ha conquistado el mercado tambi¨¦n. Cristina Mej¨ªas y sus esculturas entre el ¡°entonces-all¨ª¡± y el ¡°aqu¨ª-ahora¡± que incluye la exposici¨®n Solo es verdad lo que sucede cada trescientas noches en la galer¨ªa Alarc¨®n Criado, en Sevilla; el parche extendido de Mercedes Mangran¨¦ recogido por Ana Mas Projects, en Barcelona, o las arquitecturas terminales de Mercedes Pimiento en la Sala Amad¨ªs de Injuve, en Madrid.

Dice el historiador T. J. Clark de la abstracci¨®n que es ¡°ese extra?o episodio en el final del juego del arte¡±, pero ni el juego ha acabado ni el cap¨ªtulo se ha escrito bien todav¨ªa. Recordando a los modernos neoyorquinos de hace un siglo, la Fundaci¨®n Juan March trabaja ya en el proyecto AAAeE - Archivo de Artistas Abstractos en Espa?a, a fin de presentarlo en julio en Cuenca. La idea surgi¨® al encontrar dos archivadores llenos de documentaci¨®n original recabada por Fernando Z¨®bel, y seguida por quien fuera su director despu¨¦s, Pablo L¨®pez de Osaba: un archivo documental de los artistas que practicaban la abstracci¨®n en Espa?a con la idea de crear un futuro diccionario. Los documentos m¨¢s antiguos se remontan a 1962 y la idea es actualizarlos hasta hoy y hacer accesible todo ese material en la web. Un caso ejemplar de c¨®mo un museo puede trabajar m¨¢s all¨¢ de su programa de exposiciones y las puertas abiertas.