Ali Smith: ¡°La imaginaci¨®n nos permite sobrevivir a lo que es imposible de sobrevivir¡±
La escritora escocesa, que publica este mes ¡®Verano¡¯, la ¨²ltima entrega de su ¡®Cuarteto estacional¡¯, habla de su noci¨®n del duelo
Si la literatura pudiera convertirse en m¨²sica, nos encontrar¨ªamos aqu¨ª ante una sinfon¨ªa contempor¨¢nea en la que los acordes m¨¢s armoniosos estar¨ªan de cuando en cuando sacudidos por bocinazos de alerta, por advertencias de lo que no funciona, de lo que no va bien, de algo que merece atenci¨®n y no solo una escucha pasiva y descansada de la pieza. Eso es Primavera, de Ali Smith.
Como un concierto contempor¨¢neo atrevido, inquietante y bien construido, he aqu¨ª un libro que sorprende en cada cap¨ªtulo, en cada p¨¢gina, y que adem¨¢s nos sirve para acompa?ar un asunto que nos ha capturado de forma avasalladora en el ¨²ltimo a?o. Si en el cap¨ªtulo anterior de este viaje a las noticias a trav¨¦s de los libros que hemos emprendido este verano elegimos al marroqu¨ª afincado en Francia Abdel¨¢ Taia para reflexionar sobre racismo, sobre la dificultad de la inmigraci¨®n en una Europa ensimismada, hoy es tiempo de parar ante la p¨¦rdida, el duelo, la muerte. Y este libro es una lecci¨®n luminosa de Ali Smith ante la p¨¦rdida de una amiga del alma, una amiga fundacional, una de esas raras personas que no solo te nutren y complementan, sino que te mejoran en la vida. Conocerlas ha sido una fortuna m¨¢s poderosa a¨²n que su p¨¦rdida.
En este a?o en que m¨¢s de cuatro millones de personas han muerto por la pandemia, en el que no hay ciudadano que no haya perdido a un ser querido o temido la muerte aciaga de alguien cercano, Primavera es un regalo esperanzador, brillante. Tercera entrega del Cuarteto estacional que emprendi¨® Ali Smith y del que N¨®rdica ya ha publicado tambi¨¦n Oto?o e Invierno (a finales de agosto llegar¨¢ el cierre, con Verano), la autora se centra esta vez en la vida de un cineasta, Richard Lease, con mucho metraje a la espalda ¡ªdel bueno y del menos bueno¡ª que pierde a su gran amiga en un Reino Unido que tambi¨¦n lo est¨¢ perdiendo todo. Las p¨¦rdidas se superponen aqu¨ª, veremos, como capas y capas a las que los lectores a?adir¨¢n, sin duda alguna, las suyas.
¡°La p¨¦rdida es de lo que trata estar vivo y nos revela lo que de verdad importa¡±, reflexiona la autora, hija de madre irlandesa, padre ingl¨¦s y nacida en 1964 en Inverness (Escocia). Sus palabras se hacen caras. A los 20 a?os sufri¨® un ataque de s¨ªndrome de fatiga cr¨®nica que la apart¨® de su carrera acad¨¦mica, resalta su biograf¨ªa. Y tal vez por ello o por el ¨¦xito inmenso que ha tenido en todo el mundo esta singular tetralog¨ªa, la autora o su equipo miden extremadamente las entrevistas y las dan con cuentagotas: una por pa¨ªs y por libro. El ¡°no¡± est¨¢ garantizado y repetido. Y, sin embargo, milagro, Smith se anima a responder por correo electr¨®nico a varias preguntas de Babelia con afirmaciones que cazamos al vuelo.
©¤Primavera nos presenta la dificultad del duelo, la p¨¦rdida y la ausencia. ?Qu¨¦ cree que deber¨ªamos aprender sobre ello?
©¤No se trata de que debamos aprender algo. Es solo un hecho y una verdad en un mundo en el que muchos de los poderes f¨¢cticos preferir¨ªan que elimin¨¢ramos los hechos y las verdades. La confluencia del duelo y la ausencia es algo con lo que tenemos que vivir, es de lo que se trata al estar vivo y naturalmente nos revela lo que de verdad importa. Ahora mismo en todo el mundo nos enfrentamos a ese conocimiento a una velocidad terrible y con una fuerza natural terrible.
No piensen, sin embargo, que el libro se agota en la p¨¦rdida, no. Por el contrario, Smith nos regala una nueva versi¨®n de una figura cl¨¢sica infantil para arrojarnos las migas que nos indicar¨¢n el camino, la v¨ªa de salida ante el repliegue vital, el cansancio del fracaso o la impotencia ante un mundo que cambia creando realidades paralelas. La peque?a Florence, una colegiala de 12 a?os, emerger¨¢ entre sus p¨¢ginas como esa figura portadora de la l¨®gica m¨¢s elemental, de la l¨ªnea divisoria entre lo que est¨¢ bien y mal, nos abrir¨¢ los caminos de salida de los laberintos como lo hicieron el principito de Saint-Exup¨¦ry o la Alicia de Lewis Carroll. Cada lector, como cada personaje protagonista, encontrar¨¢ una ni?a diferente, a su medida, en las m¨²ltiples capas de las que consta el libro. Siempre fresca, siempre clara, siempre sabia frente a nuestros marasmos mentales.
¡°La ni?a es como alguien o algo sacado de una leyenda o de un cuento. Hace que las personas se comporten como deber¨ªan. Ella es¡¡±, piensa Brit, otra interesante protagonista. ¡°?C¨®mo se dice? Otra palabra anticuada que sal¨ªa en historias y canciones y que ya nadie usa en la vida real. Ella es buena¡±.
¡°Siempre usaremos la imaginaci¨®n para sobrevivir¡±
?Lo que cuesta llegar al adjetivo correcto! Lo que cuesta atinar cuando esa cualidad, la bondad, parece haber desaparecido de la faz de la Inglaterra de este libro. Porque Brit, chica que sol¨ªa re¨ªr y estudiar, ha acabado trabajando como agente de seguridad en un centro de internamiento de extranjeros, lugar de pocas risas. Y pocos estudios. Tambi¨¦n ella perdi¨® a su padre, como el cineasta Richard Lease hab¨ªa perdido a una hija al divorciarse. Para suplir su ausencia, para mitigar el dolor, el cineasta lleva a?os hablando con su hija imaginaria, a la que ha mantenido congelada en su memoria y que le responde y le pone al d¨ªa de lo que necesita saber. ?Es acaso la imaginaci¨®n una buena soluci¨®n ante la p¨¦rdida, ante los problemas?
¡°En una situaci¨®n en la que no hay soluciones, la imaginaci¨®n va a entrar en escena, va a entrar en juego y siempre la usaremos para ser capaces de sobrevivir a lo que de otra forma es imposible de sobrevivir¡±, contesta Smith.
El libro no escatima en inmersi¨®n en la irrealidad de la realidad alternativa que aterriza en las redes, en internet, desdibujando la realidad m¨¢s pr¨®xima. Y esa es otra capa que convierte a Smith en una autora del futuro. La primavera de esta Inglaterra, de esta Europa que habitamos, no florece precisamente en respeto y soluciones. Pero hay salida.
¡°Lo escrib¨ª porque es lo que me vino cuando me sent¨¦ a escribirlo¡±, relata. ¡°Lleg¨® por sus propios medios cuando me sent¨¦ a escribir sobre esa estaci¨®n que llamamos primavera, en conjunci¨®n con las otras estaciones y con el impulso de examinar las nociones que hemos tenido durante mucho tiempo sobre la primavera en t¨¦rminos de una visi¨®n del mundo contempor¨¢nea¡±. Lo dicho. Una sinfon¨ªa contempor¨¢nea.
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