La geograf¨ªa an¨®nima y nocturna de Todd Hido
El fot¨®grafo estadounidense escoge su imagen favorita para ¡®Babelia¡¯: un enigm¨¢tico paisaje nocturno en el que retumban las incertidumbres de los personajes ausentes
¡°Las cosas parecen extra?as cuando es uno el desconocido¡±, afirma el cr¨ªtico y escritor Luc Sante en el pr¨®logo de Outskirts (Nazraeli), uno de los seis monogr¨¢ficos que componen la obra de Todd Hido (Kent, Ohio, 1968), cronista de la noche en cuya silenciosa obra resuena el misterio y la incertidumbre que encierran los vecindarios perif¨¦ricos de EE UU. Geograf¨ªas an¨®nimas que trascienden el concepto del tiempo y del lugar, que el autor recorre en su autom¨®vil dispuesto a dejarse atraer por el fulgor de una sola luz.
¡°La noche siempre ha ejercido sobre m¨ª una fascinaci¨®n especial¡±, explica el fot¨®grafo estadounidense. ¡°El mundo desacelera el ritmo y una calma relativa parece apoderarse de ¨¦l. Dentro de esta oscuridad hay algo que con frecuencia capta mi atenci¨®n, y es el tipo de iluminaci¨®n que procede de una sola fuente o ventana. Despierta en m¨ª una sensaci¨®n asociada al aislamiento, al tiempo que funciona como un im¨¢n que me invita a cruzar mentalmente el umbral y a preguntarme por lo que pueda estar ocurriendo tras los cristales¡±.
Una noche de invierno de 2002, mientras conduc¨ªa por una autopista de Utah, Hido divis¨® en la distancia la vivienda que aparece en la fotograf¨ªa que escoge como la favorita de su trayectoria. ¡°Abandon¨¦ la carretera y retroced¨ª hasta llegar a la poblaci¨®n donde encontr¨¦ la casa. Mi intuici¨®n me dec¨ªa que en ese lugar hab¨ªa algo. A veces disparo mi c¨¢mara desde el coche, pero en esta ocasi¨®n plant¨¦ el tr¨ªpode en la calle y dispar¨¦ con luz natural. Las nubes estaban bajas y el suelo cubierto de nieve. Es una imagen especial para m¨ª porque parece simplemente la fotograf¨ªa de una casa de noche, pero es mucho m¨¢s¡±.
Por encima de la muda y melanc¨®lica belleza que define su obra, Hido es capaz de crear una atm¨®sfera que incomoda al espectador y atrapa a trav¨¦s de su innegable carga psicol¨®gica. Tanto en las desoladoras im¨¢genes de interiores dom¨¦sticos que componen la serie Interiors, donde a¨²n parece escucharse el eco de aquellos que en su d¨ªa habitaron las moradas vac¨ªas, como en las series dedicadas a los paisajes suburbanos, donde el autor prescinde de la figura humana. Cada vivienda aparece aislada dentro del encuadre y sin embargo la obra no habla de la arquitectura sino de sus habitantes. M¨¢s que paisajes, son retratos. ¡°Uno los comentarios acerca de mi obra que m¨¢s me gusta lo hizo un bloguero en internet¡±, destaca el artista. ¡°Dice lo siguiente: ¡®Las fotograf¨ªas de Todd Hido hacen algo por m¨ª; es como si fuera ¨¦l quien rememorase mis recuerdos. Pero nunca nos hemos conocido¡±.
¡°En el fondo uno busca carreteras y lugares solitarios porque a?ora algo. Es un acto de aceptaci¨®n de aquello que falta¡±
La imagen elegida recuerda a la obra del pintor Edward Hopper. Tanto en la narrativa emocional y en la mirada de voyeur como en los v¨ªnculos con la literatura y el cine que establecen ambos autores. ¡°Hopper ha sido una de mis grandes influencias¡±, reconoce el fot¨®grafo. ¡°En mi obra podr¨ªamos encontrar cierta soledad que tambi¨¦n hallar¨ªamos en la obra del pintor, pero yo prescindo de la figura humana y creo que es justamente esta ausencia la que da pie a que mi fotograf¨ªa sea observada como si se tratase de un escenario cinematogr¨¢fico que, a falta de personajes, autom¨¢ticamente ser¨¢ asaltado por la mente del espectador. Dir¨ªa que cada una de las personas que observa mis fotograf¨ªas probablemente imagine algo ¨²nico, relacionado con su propia experiencia. Y esto es algo que realmente me complace. No existe un solo significado para cada imagen. Cada espectador aporta el suyo propio¡±.
¡°Hay algo en los lugares que fotograf¨ªo que me recuerda al lugar de donde procedo¡±, se?ala el autor. ¡°En el fondo uno busca carreteras y lugares solitarios porque a?ora algo. Es un acto de aceptaci¨®n de aquello que falta. Y es probablemente de ese reconocimiento de donde viene la sensaci¨®n de extra?eza y desasosiego que provocan mis fotograf¨ªas¡±. De igual modo, el artista asegura que hace fotograf¨ªas con el talante de un ¡°documentalista¡± y que sus im¨¢genes ¡°resultan muy reales¡±. Sin embargo, el hecho de no ser un documentalista, o un periodista, le permite a?adir capas subjetivas a trav¨¦s del color, de la oscuridad, con el prop¨®sito de generar un estado de ¨¢nimo. ¡°Mi herramienta favorita es la ambig¨¹edad¡±, asegura. De ah¨ª que prefiera sugerir a mostrar, y que su obra contenga muchas m¨¢s preguntas que respuestas.
Es conocida la faceta de Hido como coleccionista, fundamentalmente de fotolibros. ¡°A¨²n conservo fresco el recuerdo del momento en que, a los 18 a?os, cuando comenzaba a estudiar el medio, comprend¨ª el poder del fotolibro. El libro ofrece la posibilidad de mostrar la fotograf¨ªa de forma que uno nunca podr¨ªa encontrar en la pared de una exposici¨®n¡±, explica. ¡°Por aquel entonces, y con el escaso presupuesto de un estudiante, compraba vol¨²menes de segunda mano por tres d¨®lares, porque quer¨ªa tener aquellas im¨¢genes en mi biblioteca; en mi casa. Hay algo muy especial en el hecho de querer rodearse de im¨¢genes, de verse acompa?ado por la obra de aquellos que admiras. Como dec¨ªa uno de mis artistas favoritos, Emmit Gowin: ¡®Me siento dichosamente influenciado por todo aquello que amo¡±.
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